TITULO: España Directo - Economía - La inestabilidad se dispara con trabajos temporales de sólo 37 días,.
La inestabilidad se dispara con trabajos temporales de sólo 37 días,.
La calidad del empleo eventual se deteriora a niveles desconocidos: más del 38% de los trabajos no supera la semana, pese a las penalizaciones,.
Hay más contratos indefinidos pero se multiplican casi por cinco los despidos de fijos en prueba, y nada se sabe del peso de los discontinuos,.
foto / En el sector servicios se han instalado los contratos de corta duración,.
En España crece el empleo y se hacen muchos más contratos indefinidos que antes de la reforma laboral de 2022, pero el mercado de trabajo es hoy más precario que nunca, con empleos de corta duración y trabajos estables que se cortan de raíz antes de poder desarrollarse. No es, por tanto, todo tan idílico como cada mes nos trasladan las estadísticas de afiliación. Hay una 'cara B' de los datos que sufren los jóvenes y no tan jóvenes, a los que el mercado de trabajo parece no querer darles su oportunidad de futuro. Sin olvidar los sueldos: el salario más frecuente apenas se ha movido en diez años: 15.575 euros anuales.
Cuando en 2021 Gobierno, empresarios y sindicatos comenzaron a negociar la reforma laboral, la temporalidad era galopante, el 'modus operandi' de las empresas en una economía marcada por la estacionalidad del empleo. Los cambios que pactaron, calificados entonces de 'históricos', comenzaron a aplicarse un año después, lograron dar la vuelva al mercado laboral como un calcetín y la estabilidad se abrió paso con fuerza por la penalización de los contratos eventuales y el tirón de los fijos discontinuos. La evolución de estos últimos, por cierto, sigue siendo un misterio casi cuatro años después, pese haber contribuido de una forma extraordinaria a engordar la estadística de contratos estables, y del compromiso de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de poner negro sobre blanco en la estadística y acabar así con la falta de transparencia que ensombrece cada mes los datos de empleo y paro.
Lo que sí se conoce es la alta dosis de volatilidad en sus puestos que están sufriendo muchos trabajadores. La duración media de las contrataciones temporales ha caído a su mínimo histórico, con 37,82 días de media, casi 16 menos que 2021, según la estadística del SEPE. Sus datos reflejan que el 38% de todos los eventuales que se realizan duran menos de una semana, y el 72% menos de un mes. Y ello pese a la penalización en las cotizaciones que desde 2023 tienen estos contratos de corta duración para las empresas.
Las modificaciones legislativas que entraron en vigor hace tres años y medio fueron directos a la línea de flotación de la contratación temporal por varias vías. Se eliminó el contrato por obra y servicio, que hasta entonces concentraban la mayoría de los temporales de «duración indeterminada», es decir sin fecha de caducidad cerrada, también se reforzó la causalidad para justificar hacer un contrato eventual, además de endurecer las condiciones para prorrogarlo (ahora duran máximo de un año).
Objetivos cumplidos en parte
Las medidas tuvieron como resultado que los contratos estables pasaron de suponer apenas el 10% antes de la reforma a más del 40% después. Pero los objetivos se ha conseguido solo en parte, teniendo en cuenta el gran peso que tienen en la composición del mercado los servicios, un sector intensivo en mano de obra, en el que se han instalado los contratos de corta duración.
Desde 2019, último año comparable por estar libre del impacto del Covid, los trabajos temporales han caído casi un 60%, de 9,9 millones se ha pasado a 4,3 millones y un incremento del 196% de los fijos, que han pasado de 1,1 a 3,15 millones. El lado negativo es que esta cifra es la más baja desde la entrada en vigor de la reforma.
Pero el incremento sin precedentes del empleo indefinido ha ido también asociado a una elevada inestabilidad; los fijos se han convertido en los nuevos temporales. Y no solo por efecto de los discontinuos, también por la interrupción del contrato en el periodo de prueba. Un práctica que se ha acelerado desde 2022 y que llegó a provocar que Yolanda Díaz pusiera en marcha una campaña específica de la Inspección de Trabajo para detectar posibles prácticas fraudulentas en estas rescisiones de contratos.
Desde 2019 las bajas de los contratos fijos en periodo de prueba -técnicamente no es un despido- se han disparado un 352%, desde las 77.454 registradas en el primer semestre de 2019 hasta las 350.459 acumuladas en los primeros seis meses de 2025.
Efecto inicio y fin de mes y efecto viernes y lunes
Dice la Airef en un último análisis sobre el impacto de las reformas en el mercado de trabajo que los cambios en la composición de los contratos en España ha tenido un impacto en su duración media, pero también avisa de que «persiste una cierta volatilidad en el empleo». Recuerda que según los datos del SEPE, desde 2022 se ha registrado un alza del número de contratos fijos por persona, mientras que la afiliación a la Seguridad Social, explica, «no muestra una reducción sustancial de la rotación laboral: los efectos del inicio y fin de mes y los efectos viernes y lunes no han cambiado de manera notable respecto a los registrados antes de las reformas».
Pymes, autónomos y costes
Los trabajadores sufren, pero también las empresas, en especial las más pequeñas y los autónomos, los que generan el grueso del empleo en España. Las micropymes pierden peso en la tarta del empleo, tres puntos menos que en 2019, al situarse en el 18,5%, un recorte que ganan las grandes. Esto unido a que en agosto, el dato más reciente, España perdió una media de 279 autónomos cada día, 8.662 trabajadores.
Detrás de la evolución está un alud de costes, explican las fuentes empresariales consultadas, que citan el goteo de subidas de cotizaciones, de impuestos, la subida de la electricidad del precio de los alquileres y del SMI, que acumula incrementos superiores al 60% desde que gobierna Sánchez. Una tormenta perfecta que está asfixiando a los negocios más pequeños.