martes, 8 de octubre de 2013

TOROS Otoño de dulces reencuentros, firmes reivindicaciones y un sabor amargo ,./ SOCIEDAD San Sebastián se come a Londres

Otoño de dulces reencuentros, firmes reivindicaciones y un sabor amargoTÍTULO; TOROS

Otoño de dulces reencuentros, firmes reivindicaciones y un sabor amargo

Lo mejor del ciclo en Las Ventas lo protagonizaron 'El Cid', Antonio Ferrera y la ganadería de Victoriano del Río ,.

La Feria de Otoño en Las Ventas ha dejado para el recuerdo cosas tan notables como el dulce reencuentro de 'El Cid' con Madrid, las firmes reivindicaciones de Antonio Ferrera y la ganadería de Victoriano del Río, y, en lo negativo, el sabor amargo de Iván Fandiño, que pasó de gran protagonista a actor secundario. Lo más bonito, emocionante y hasta justo de todo el ciclo fue la gran actuación de 'El Cid' en la primera corrida del ciclo.
El de Salteras, que en un pasado llegó a ser torero predilecto de Madrid, reverdeció laureles con una faena sublime a un gran toro de Victoriano del Río con el que volvió a emocionar a la exigente afición madrileña y que, si no llega a ser por la espada, le hubiera posibilitado alcanzar una gloria que no lograba desde 2006, cuando abrió su segunda y última puerta grande de Las Ventas en su carrera.
Alta nota también ese día para la corrida de Victoriano del Río, mención especial al toro que cuajó 'El Cid', de nombre 'Verbenero', un dechado de bravura y clase, el mejor astado lidiado de toda la temporada en Madrid y que mereció de sobra los honores de la vuelta al ruedo en el arrastre, que, finalmente, no se le fue concedida.
El otro gran protagonista de este Otoño en Madrid fue el extremeño Antonio Ferrera, que puso la guinda a la mejor temporada de su carrera de la mejor forma posible: dando una lección magistral de conocimientos, temple, sentimiento y suficiencia para arrancar una oreja de ley a un toro de Adolfo Martín por el que nadie apostaba y que él mismo afianzó y acabó exprimiendo con suma torería.
Un Ferrera que gustó también, y mucho, manejando el capote con una suavidad y un aroma fuera de lo común, demostrando así que sabe torear, y muy bien, que no es torero de banderillas y estridencias, como muchos le tenían catalogado, sino que ha experimentado una metamorfosis que le ha convertido en artista para paladares exquisitos.
Por su parte, Iván Fandiño, que acudía a este Otoño con la gesta bajo el brazo de anunciarse dos tardes en un ciclo en el que nadie hacía doblete desde 'Antoñete' en 1985, fue el gran damnificado, no sólo por no resolver en triunfo ninguno de sus dos compromisos, sino porque en cada uno de ellos surgió de improviso un artista invitado que le acabó eclipsando.
Y eso que en lo estadístico paseó una de las dos orejas que se cortaron en el ciclo, aunque fue más bien una 'orejita' (diminutivo que se usa en la jerga para restar valor al trofeo cuando los méritos no han sido suficientes) a un toro de Victoriano del Río en una faena que nadie recuerda ya, pues el zambombazo de 'El Cid' aquella tarde lo inundó todo.
Y algo parecido, o peor, le ocurrió en la corrida de Adolfo Martín que cerró ciclo. Fandiño se estrelló de bruces contra una mansada infumable de este hierro torista, en una tarde en la que, nuevamente, la gran actuación de otro compañero, en este caso Antonio Ferrera, acabó por relegarle a un segundo plano.
El resto de la Feria de Otoño puede resumirse de una forma muy sucinta. La corrida del sábado, del Puerto de San Lorenzo, apenas aportó nada. Toros con cierta movilidad pero sin emplearse lo suficiente, con los que tanto Alberto Aguilar y Jiménez Fortes quedaron prácticamente inéditos, al igual que el mexicano Joselito Adame, aunque éste fue por el contratiempo de una inoportuna lesión después de haber estado firme y valiente con un toro áspero y peligroso.
El colombiano Sebastián Ritter protagonizó una digna tarde de alternativa aunque sin poder resolver con el lote más desagradecido de la buena corrida de Victoriano del Río, mientras que Javier Castaño fue una auténtica sombra desdibujada y sumamente desconfiada con los 'adolfos' de fin de ciclo.
En la novillada picada que abrió el jueves la feria solamente cabe destacar las buenas formas plasmadas por el palentino Diego Fernández, pues ni el encierro del Ventorrillo fue bueno, ni Javier Jiménez ni Juan Ortega pudieron lograr nada del otro mundo.
Así transcurrió el Otoño en Madrid, que prácticamente echa el telón a la temporada en Las Ventas -a falta de la corrida del día 12-, un ciclo en el que la gente ha respondido al final en la taquilla, con un lleno total y otras tres entradas rozando el aforo completo. Un éxito en lo artístico y en lo económico. 
Fue como una boda. Las cocinas londinense y vasca se hermanaron ayer en el Kursaal en el inicio oficial de San Sebastian Gastronomika, que tiene este año a Londres como invitado principal. El símbolo de esa relación fue una gran tarta con motivos británicos, diseñada por el pastelero catalán Christian Escribá y su esposa Patricia Schmidt, que salió al escenario del auditorio a los sones del 'Jumpin' Jack Flash' de The Rolling Stones.
El chef británico Heston Blumenthal no se cortó un segundo e hincó rápidamente el diente en uno de los soldados de azúcar, al tiempo que invitaba a sus colegas de aquí, de Juan Mari Arzak a Martin Berasategui o Andoni Luis Aduriz, a hacer lo propio. Donostia se comió a Londres... o viceversa.
Esta edición de San Sebastian Gastronomika comenzó ayer potente en su escenario central del Kursaal. Las ponencias de los grandes cocineros de Londres se alternaron con las presentaciones de los principales cocineros vascos. Y hubo momentos para la emoción: Karlos Arguiñano, acompañado de dos de sus hijos, protagonizó por primera vez una ponencia en el congreso. Preparó una zurrukutuna que casó con el txakoli K5 bajo la supervisión de Josep Roca, el sumiller que compone una de las tres puntas del 'tridente Roca' de Gerona y que también ayer recibió entre aplausos el premio Gueridón de Oro del congreso.
Era el primer día, pero resultó largo e intenso. Francisco López Canís, fundador del Club del Gourmet, recibió el homenaje como impulsor principal en la renovación de la cocina española. «Es un placer y un honor recibir este reconocimiento en una ciudad clave en la revolución gastronómica de este país», dijo el homenajeado antes de recibir el obsequio de una escultura creada por el cocinero/artista Ramón Roteta. «Sin tu trabajo la nueva cocina vasca no habría sido lo que es hoy», coincidieron Pedro Subijana y Juan Mari Arzak al presentar el homenaje.
El congreso quiere ser diferente y por eso la inauguración oficial buscó fórmulas distintas. En vez de discursos oficiales los representantes institucionales y cocineros organizadores eligieron una palabra para definir la personalidad de la cita donostiarra. ¿Cuáles? Hilario Arbelaitz apostó por «generosidad»; Juan Mari Arzak eligió «mágico»; Martin Berasategui, «único»; Andoni Luis Aduriz, «futuro», y Pedro Subijana, «solidaridad».
Roke Akizu, de la Diputación guipuzcoana, dijo «esperientzia»; Bittor Oroz, viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria, «producto vasco»; Juan Karlos Izagirre, alcalde de Donostia, «gozamena»; David Martínez, director general de El Diario Vasco, «innovación», y Roser Torras, directora del congreso, «amistad».
La 'jefa' de Gordon Ramsay
El protagonismo en el primer tramo del congreso correspondió a los chefs londinenses o cocineros españoles que trabajan en Londres. Blumenthal dará hoy su ponencia, pero en la presentación de ayer ironizó sobre la revolución que ha vivido la cocina británica. «Antes, para comprar aceite de oliva había que ir a la farmacia; ahora todas las cocinas del mundo están en Londres», dijo.
Fue una gran dama de la cocina inglesa la primera en cocinar en el Kursaal. La norirlandesa Clare Smyth es jefa de cocina del restaurante londinense de Gordon Ramsay, el chef de 'Pesadilla en la cocina', y primera mujer que en Inglaterra está al frente de un restaurante con tres estrellas Michelin. La cocinera, que preparó un urugallo, subrayó que como chef forma parte «del círculo de la vida» y debe «proteger la naturaleza», en referencia a su apuesta por el producto. La nómina de chefs londinenses la completaron ayer Atul Kochair (su restaurante indio Benares fue el primero con estrella Michelin) y los 'españoles en Londres' César García, Iván Ortiz, Neftalí Cumplido, Alberto Criado y José Pizarro. Mario Sandoval y Pablo González mostraron también sus habilidades en el escenario del auditorio, al igual que el embajador coreano Corey Lee, cuyo restaurante de San Francisco es una referencia. Lee preparó una «sopa de aleta de tiburón falsa».
La juventud y naturaleza de Eneko Atxa (acompañado de Amaya Ortiz) y Josean Alija o la siempre renovada veteranía de los Arzak y de Martín Berasategui también marcaron ayer la jornada. Elena Arzak cocinó una ventresca de bonito con ajo negro y una sorprendente 'bola pitonisa' que rompió ante el público. Berasategui expuso un ajo negro salteado con cebiche de remolacha y un pichón asado. Karlos Arguiñano elaboró una zurrukutuna «para homenajear la cocina sencilla». Y es que también de la cocina de base se nutre San Sebastian Gastronomika.

No hay comentarios:

Publicar un comentario