lunes, 2 de febrero de 2015

LUNES--CINE--Increíble pero falso / ANA Y DAVID A JUGAR AL AJEDREZ,.

Increíble pero falso TÍTULO: LUNES--CINE--Increíble pero falso,.
Reparto
Ricky Gervais, Jennifer Garner, Rob Lowe, Jonah Hill, Louis C.K., Jeffrey Tambor, Fionnula Flanagan, Tina Fey, Jason Bateman, Patrick Stewart, Martin Starr, Christopher Guest, Jimmi Simpson, Edward Norton, Philip Seymour Hoffman,.
 
 En un mundo donde no existe la mentira, ni siquiera como concepto, donde todos dicen siempre la verdad sin pensar en las consecuencias, Mark Bellison (Ricky Gervais), un perdedor nato, desarrolla inesperadamente la capacidad de mentir y pronto se da cuenta de que la falta de sinceridad tiene grandes ventajas. En ese tipo de sociedad, Mark no tiene problemas para prosperar y hacer fortuna inventándose historias que todo el mundo cree a pies juntillas.
 
TÍTULO: ANA Y DAVID A JUGAR AL AJEDREZ,.

ANA Y DAVID A JUGAR AL AJEDREZ,.foto,.
 
 Stein, una vieja gloria acabada del ajedrez, replicaba a diario las mismas jugadas que antaño le dieron una relativa gloria dentro del deporte ciencia, como se le suele identificar. Una frase que al propio Stein le era desagradable, ya que nunca pudo encajar en la razón de su mente cuadriculada; le parecía chocante, extraída de un saco de vanidades pútridas. No conciliaba cómo su inextricable amor por los trebejos podía tener una relación directa con semejantes profesiones. Para Stein, el ajedrez era un simple juego y nada más; como los sudokus, las sopas de letras, crucigramas, el parchís, el póquer y alguno que otro juego estratégico de guerra. La diferencia, según le comentaba al rival que tenía sentado al otro extremo de la mesa, era la actitud con la cual se asume el juego. El rival de Stein, un señor en edad de jubilación (como casi todos los jugadores que llegan a practicar en la pulpería Mi Esperanza) conocido por su apellido: Cálix, se reía de los comentarios despectivos y opiniones un tanto acaloradas que provocaron los títulos de ciencia y deporte en el volátil buen humor del antiguo maestro; ya que cuando se mezclaba con amargura, surgía una especie de cóctel sarcástico y soez que no todos los clientes habituales de la pulpería soportaban, porque luego pedía más cervezas de lo acostumbrado hasta emborracharse sin remedio. Además, cuando Stein mudaba el ánimo a tales extremos, no había ajedrecista en la colonia Miraflores que pudiera ganarle una tan sola partida. Peor si jugaba con negras, con las cuales era prácticamente imbatible. Por alguna razón desconocida para la camarilla de jugadores aficionados de Mi Esperanza, a Stein se le hacía notar un desprecio hacia las piezas blancas, a tal punto que era casi una costumbre para él practicar la cortesía (evidentemente falsa, por supuesto) de cedérselas a cualquier contendor. Cálix, que en ese instante jugaba precisamente con blancas, sabía a lo que se pudiera atener si no espantaba antes ese mal humor, despertado por algún cliente que llegó por allí, los saludó con mucho respeto, y se le ocurrió soltar la frasecilla «Deporte Ciencia» en la cara de palo que exhibe a diario Stein.

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