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La acción se narra desde el punto de vista de Bruno el hijo de nueve años4 5 de un militar de alto rango nazi. Él y su familia se ven obligados a abandonar Berlín cuando a su padre lo destinan para trabajar en el campo de exterminio de Auschwitz. La familia acepta el cambio con resignación. Desde la ventana de su nueva habitación Bruno divisa una reja tras la cual hay personas que siempre llevan puesto un "pijama a rayas"; en realidad se trata de judíos prisioneros. Explorando los alrededores de su nuevo hogar, Bruno conoce a través de una reja a Shmuel. Shmuel le cuenta la historia de su deportación y las terribles condiciones de la vida en el campo.
Berlín, 1942. Bruno (Asa Butterfield) tiene ocho años y desconoce el significado de la Solución Final y del Holocausto. No es consciente de las pavorosas crueldades que su país, en plena guerra mundial, está infligiendo a los pueblos de Europa. Todo lo que sabe es que su padre -recién nombrado comandante de un campo de concentración- ha ascendido en el escalafón, y que ha pasado de vivir en una confortable casa de Berlín a una zona aislada. Todo cambia cuando conoce a Shmuel, un niño judío que vive una extraña existencia paralela al otro lado de la alambrada.
TÍTULO: Lusitania Express,.
Lusitania Express / foto
Lusitania Express quiere ser un punto de encuentro entre Extremadura y Portugal, un viaje sonoro que facilite nuestro conocimiento mutuo, elimine tópicos, fomente el intercambio y nos permita hablar de las personas e iniciativas que se ponen en marcha para alcanzar estos objetivos.Adiós al Lusitania Exprés, un tren inútil, pero tan lírico que inspiraba canciones
Entre 1887 y 1895, el Surexprés
pasaba por Cáceres camino de Londres o Lisboa. Luego circuló por
Salamanca. Con el Lusitania podría suceder lo mismo
A los portugueses del Alentejo, el Lusitania Exprés no
les entusiasma demasiado. Durante 1998, este tren-hotel circuló por
Salamanca a causa de las obras en la línea de Cáceres a Valencia de
Alcántara. Un buen día me acerqué a Marvão para pulsar la opinión de la
gente y lo que encontré fue descorazonador. En Beirá, la aldea de Marvão
donde está enclavada la estación, no es que les diera lo mismo el
Lusitania, es que no encontré a nadie que supiera que ya no circulaba
por allí.
Esta indiferencia tenía su lógica: en el Alentejo, los
viajeros van a Lisboa en autobús. Las estaciones ferroviarias de la
línea Torre das Vargens-Beirá-Valencia de Alcántara suelen estar en
medio del campo y el Lusitania pasa por ellas a horas más propias de una
película de terror que de un viaje. Beirá queda a unos 15 kilómetros de
Marvão. En Castelo de Vide, cuando preguntaba por la estación, los
vecinos se extrañaban: "¿Ah, pero aquí hay estación?". Y la hay, claro
que la hay, pero a diez kilómetros del pueblo y en medio de la nada.
En Extremadura sucede algo parecido. La estación de
Herreruela es magnífica para rodar un corto de fantasmas: derruida,
apartada, escondida. Pero hace muchos años que ningún viajero espera en
sus andenes. Con la estación de Valencia de Alcántara sucede algo
parecido. Es imponente, decadente y bellísima, uno de esos edificios
donde se suelen rodar anuncios de moda sofisticada, pero la última vez
que estuve por allí, tenía mucho más ambiente el inmediato club La
Frontera.
La línea Cáceres-Valencia de Alcántara-Torre das Vargens
es puro lirismo y el Lusitania Exprés, su poema más bello. Era el tren
que la familia real española utilizaba para sus viajes desde el exilio
en Estoril durante la dictadura de Franco. El Lusitania Exprés ha
inspirado al menos dos canciones (El Consorcio, Coup de Soupe). Es tema
muy socorrido de reportajes en las revistas de viajes. Los primeros
artículos que escribí en la prensa extremeña se publicaban bajo el
epígrafe Lusitania Exprés y, sobre todo, su chacachá era el sonido que
reafirmaba la armonía de lo doméstico: si lo escuchabas en las
madrugadas de insomnio, significaba que todo seguía en su sitio.
Pero malos tiempos para la lírica son estos que vivimos.
Portugal ha decidido cerrar la línea de Cáceres, que así la llaman
ellos, el año que viene. Es decir, justo cuando se cumplen 130 años del
viaje inaugural de Alfonso XII y Luis I, se clausura la vía que una
Torre das Vargens con Beirá-Marvão. Se sospecha que el Lusitania no
desaparecerá, sino que circulará de nuevo por Salamanca, como ya sucedió
tras el descarrilamiento en 1998. Se repetiría la historia del glorioso
Surexprés, que cruzaba la provincia de Cáceres de madrugada entre 1887 y
1895 en su viaje de Lisboa a Londres, hasta que cambió la frontera de
Valencia de Alcántara por la de Fuentes de Oñoro y Ciudad Rodrigo. Y
hasta ahora.
Desde un punto de vista práctico, el Lusitania es un tren
poco útil: no es barato y sus horarios son intempestivos para los
viajeros extremeños. Pero se había convertido en un símbolo y en el
último convoy de calidad que pasaba por Extremadura. Además, clausurar
la unión ferroviaria con Cáceres es un desplante al gobierno de España,
que acaba de gastarse más de 10 millones de euros (la mitad provenía de
fondos europeos) en renovar completamente las vías de Cáceres a Valencia
de Alcántara. Además, se están invirtiendo cinco millones de euros en
suprimir varios pasos a nivel en una vía por la que, paradójicamente,
dejarán de pasar los trenes.
Qué tiempos aquellos en que al atardecer salía un tren
mixto de Cáceres a Valencia de Alcántara, al mediodía pasaba por la
provincia el talgo Luis de Camoens camino de Lisboa o de Madrid y por la
noche, el Lusitania. Pronto, todo eso será memoria, literatura,
melancolía...
TÍTULO: Pekín Express con Cristina Pedroche,.
MUY PRONTO, ESTRENO de pekín express en antena 3
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