TITULO: Cartas Olvidadas - Tirarse el pisto,.
Tirarse el pisto
Ayer escuché a un señor de cincuenta y ocho años decir 'crush'. Me chirrió tanto la palabra en su boca como una blasfemia en la de un cura: qué hace un tío de esa edad empleando una expresión propia de la chavalería. Claro, que se me pararon los pulsos cuando me di cuenta de que yo también la decía. Y 'stalkear'. Y 'trolear'. Y 'salseo'. Así voy, tirándome el pisto de que aún soy joven, de que controlo el lenguaje de mi tiempo y tontunas por el estilo. Me creo Umbral jugando con el cheli. Tendrían que lavarme la boca con lejía.
Pongo tanto en interés en fingir que tengo quince años como el que ponía en mi adolescencia en parecer adulta. Igual que el pequeño Nicolás, que dice en el juicio al que está siendo sometido por hacerse pasar por emisario del rey que solo pretendía aparentar ser como los mayores. «Quería tirarme el pisto», declara. Yo, cuando quería parecer mayor, no me presentaba como enlace de la Casa Real, que a una la imaginación y la poca vergüenza no le han dado para tanto; tan solo me fumaba un Fortuna que compraba en el kiosco que había enfrente del colegio. Fumaba sin tragarme el humo, tosía, pegaba otra calada, volvía a toser. También citaba a la Beauvoir, me pintaba los ojos de un negro intenso y bebía vodka a palo seco para hacerme la interesante, la que estaba de vuelta de todo, como si fuera una soldado del Batallón de la Muerte a su regreso a Petrogrado. Tenía tan poca vida por detrás que quería precipitar la que tenía por delante. El mal de la impaciencia. Ahora me tiro el pisto diciendo que soy columnista. Y raro es que, con este dominio de la jerga juvenil del que hago gala, no me hayan contratado en la Súper Pop. Espera, ¿que ya no existe? Buah, menudo 'fail'.
TITULO: Cartas en el Cajon - Prisas,.
Prisas,.
foto / No sé ustedes, pero yo suelo entrar en la Ronda Norte por el puente sobre el camino del Olivar de los Frailes y salgo a la autovía de Madrid a la altura de la cárcel y alguna vez he mirado el reloj para ver si merece la pena usar esa vía o ir por la calle Hernán Cortés y he sacado dos conclusiones teniendo en cuenta estos datos,.
Cae la tarde sin prisa pero sin pausa y, mientras me acomodo frente al teclado de la máquina habitual, suenan por rumbas 'Los Chunguitos':
Si me das a elegir
entre tú y la gloria,
¡ay, amor!,
me quedo contigo.
Es una de las canciones de la banda sonora de «Deprisa, deprisa», la película de Carlos Saura, rodada en el año 1981, que ponía el foco sobre una banda de delincuentes juveniles, de esos que lo quieren todo enseguida, ¡ya!
Algo así parecen los tiempos actuales. Las manifestaciones feministas del Día de la Mujer Trabajadora (el 8 M, de infausto recuerdo el año pasado), la apertura de la hostelería, soltarse la melena... no deprisa, deprisa sino ¡ya!
Y no solo de parte de los empresarios, quienes, como es natural, claman por sus intereses. ¡Qué va! Es el público en general el que lo pide a gritos. Ya no se puede vivir sin alterne. Los más pequeños se crían y juegan alrededor de las mesas y las sillas donde sus padres comen y beben. No importa que su diminuta y tierna integridad física quede al albur de un canto saliente o de un resbalón fortuito. Quitarse los dientes, abrirse una brecha en la carne y que corra la sangre...
¡Se acabaron los chiquillos
que iban por el parque solos!
Están los viejos columpios
tiritando bajo el polvo.
Total, que ya no se lleva ponerse a cuidar de la prole, esa que en origen dio nombre a toda una clase social (los proletarios) porque era lo único que poseían. Y eso que nuestro Código Civil, al contrario que el francés por ejemplo, mantiene la expresión «buen padre de familia» (nacida del derecho romano) respecto a la diligencia para prevenir el daño. Claro que, con ello, algunos opinan que se está dando combustible, gasolina (como decía Marlaska en 2019 el Día del Orgullo), en este caso, no a la extrema derecha sino a las feministas radicales que no comulgan con el lenguaje oficial establecido por la RAE. Aunque, bien mirado, otra que tal baila: mira que aceptar finde por fin de semana...
Con el virus galopante como un rayo que no cesa, salvo aplicando las restricciones que lo han acorralado un poco –solo un poco– en las tres pasadas olas, aún pedimos más. No hay paciencia siquiera unos meses, a la espera de la extensión de las vacunaciones. Y la consejera rogando encarecidamente responsabilidad, cuando ya se sabe que esta, a las segundas de cambio, brilla por su ausencia si es que alguna vez existió.
«¡Venga alegría y jarana, que mañana dios Dará!» La copla de siempre. Y eso que nos jugamos mucho más que el veranito. Pero no importa: 'Spain is different', como rezaba el eslogan turístico promovido por Fraga Iribarne en sus años de Ministro de Información y Turismo, entre 1962 y 1969, con el fin de favorecer la llegada a nuestro suelo de foráneos cargados de divisas. Un político de armas tomar, que lo mismo bañó su humanidad en la playa de Palomares un 8 M de hace sesenta y cinco años desafiando la radiación de las bombas termonucleares caídas en el mar –algunos han querido trasladar el episodio al día anterior y a otra playa limpia de contaminación–, que se declaró en rebeldía el 23 F de hace cuarenta en el interior del Congreso secuestrado cuando, sin embargo, ya todo se había consumado: «¡Disparen contra mí!». Dicen que Franco exclamó la primera vez que lo oyó hablar: «¡A ese, que le nombren algo!».
Unos años antes de su llegada al ministerio, corriendo 1959, el entonces titular de Hacienda y con el tiempo Gobernador del Banco de España, Mariano Navarro Rubio, que hubo de salir del organismo en 1970 por tratarse de uno de los implicados en el caso Matesa –una corruptela tardofranquista por importe de 1632 millones de euros al cambio de hoy, niñerías en comparación con lo que hemos vivido constante democracia–, se había presentado ante el invicto Caudillo con el único puñado de dólares que quedaba en caja. La sombra de la vuelta al gasógeno si no se acometía el Plan de Estabilización para solicitar créditos a los organismos internacionales decidió al dictador: «Pues hágalo». Y España entró en la senda del desarrollismo.
Luego, pasado el tiempo, a algunos apocalípticos que pusieron el foco en el principio del milenio les faltaron escasamente dos década+s para dar en el clavo con la fecha de inicio del terror. Era 1974 y, prediciendo más o menos lo que hoy tenemos entre manos, si bien achacándolo todo a la polución 'in crescendo', cantaba el asturiano Víctor Manuel en su época de progre:
Érase una vez el año dos mil,
un hombre con su hijo paseaba por Madrid
con trajes de hojalata reforzada y plexiglás,
cubríanse del aire con caretas antigás.
Otros, años más tarde, advertían de la que se avecinaba a pesar del encanto de las TIC, las Tecnologías de la Información y la Comunicación. El granadino Miguel Ríos al micro diciendo una cosa y la contraria en 1986:
Llega el año dos mil y el milenio traerá
un mundo feliz, un lugar de terror,
simplemente no habrá
vida en el planeta.
En fin, cierra ya la noche y, como todo lo queremos deprisa, deprisa, si me das a elegir (parafraseando un tanto a 'Los Chungos') entre la juerga y la pandemia, me quedo con ninguna.
TITULO: REVISTA TENIS - Nadal aplaca la rebeldía de Sinner ,.
Nadal aplaca la rebeldía de Sinner,.
El español evita la revolución del joven italiano, que llegó a poner en apuros su debut en el Masters 1.000 de Roma,.
foto / Jannik Sinner seguramente sea el diamante en bruto que mejor está llevando su progresión. Después de años escuchando hablar de la 'Next Gen' y de ver cómo uno a uno han errado a la hora de derrocar a los mejores, el italiano, el tenista más joven entre los 80 primeros del ranking, demostró poder poner contra las cuerdas a Rafa Nadal y forzar sus tuercas hasta que el español dio un paso adelante y le arrebató su presentación en Roma.
En el debut de Nadal en el Masters 1.000 de la capital italiana, no hubo sorpresa y tras dos sets complicados, el balear se impuso a Sinner (7-5 y 6-4), lo que le permite seguir en la búsqueda del décimo torneo romano. Fue una remontada doble lo que tuvo que hacer para no ceder a las primeras de cambio. Un volteo del marcador ante un rival impulsado por su propio tenis, ya que en la pista central de Roma no había compatriotas que animaran su juego. A sus 19 años, Sinner ya sabe lo que es ganar un título este año y alcanzar una final de Masters 1.000 en Miami, igual que también sabe lo que es medirse a Nadal. Lo hizo en Roland Garros y ahí ya le tuvo contra las cuerdas en el primer set. Llegó a servir para ganarlo.
En Roma, otro lugar que conoce a la perfección Nadal, con nueve títulos en sus vitrinas, también fue Sinner el que enseñó los dientes primero. Rompió el saque en el primer juego y en el quinto, pero Nadal siempre respondió con otra rotura. El rápido levantamiento del español a cada gancho del italiano, que se veía muy cómodo atacando con el revés dentro de la pista y la derecha invertida, fue clave.
Nadal no permitió que Sinner en ningún momento se viera ganador. Ni siquiera cuando salvó los seis primeros puntos de set de los que dispuso el balear, siempre a contracorriente, siempre en la pelea. Necesitó siete para fundir la resistencia del transalpino, otrora esquiador y ahora uno de los tenistas con más futuro del mundo. Forjó un 7-5 que prometía no regalar más opciones, pero Sinner tuvo aún una última palabra. Se adelantó en el segundo parcial y llegó a dominar por 2-4. Permitió en un suspiro, el octavo juego, que Nadal se reincorporara y otra vez fue mortal. Del 4-4 se pasó al 6-4 para Nadal, que necesitó cuatro pelotas de partido para cerrar la segunda victoria de su vida ante el italiano con una derecha paralela que abrochó la puerta de la sorpresa.
Ahora el español se medirá a Denis Shapovalov en tercera ronda, quien venció por 7-6 (2) y 6-3 a Stefano Travaglia. Será el cuarto enfrentamiento contra el canadiense, al que aventaja por 2-1 en el cara a cara y al que ya venció en este mismo torneo, dejándose solo cinco juegos, en 2018.
En el resto de la jornada en el Foro Itálico, Alejandro Davidovich derrotó a Cameron Norrie (6-2 y 6-3) para enfrentarse en tercera ronda a Novak Djokovic. Será la primera vez que el malagueño se vea las caras con el serbio. Además, Roberto Bautista venció a Christian Garín por 7-6 (5) y 6-3 y chocará contra Andrey Rublev en la siguiente ronda. En el cuadro femenino, una de cal y una de arena. Garbiñe Muguruza salvó un partido muy complicado contra Bernarda Pera, a la que se impuso por 2-6, 6-0 y 7-5, mientras que Sara Sorribes no pudo con Aryna Sabalenka, campeona en Madrid, y cedió por 7-5 y 6-1.
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