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A Crush, la pasta te aplasta - El verano de tu vida - Salvador García "Pitu" pone música al emotivo encuentro entre Pilar y Mari ,.
El viernes-23- Julio a las 22:00 por La 1, foto,.
El verano de tu vida - Salvador García "Pitu" pone música al emotivo encuentro entre Pilar y Mari,.
Salvador García "Pitu" pone música al emotivo encuentro entre Pilar y Mari,.
El cantante gaditano ha interpretado en el escenario de "El verano de tu vida" las sevillanas "Es mi Huelva por la ría" y "Una madre es lo primero".
Conocemos la historia de Pilar, una mujer que vive en Guadix que de joven vivió en Gibraleón, Huelva. Allí conoció a Mari, una vecina que la trató como una hija durante su embarazo. Toñi Moreno ha propiciado el encuentro entre estas dos mujeres que, aunque vivieron caminos diferentes, siempre se han considerado familia.
La onubense inculcó a su vecina su devoción por la Virgen del Rocío, hasta el punto de que Pilar puso de nombre a su hija Pilar del Rocío. Tras seis años sin verse, las dos amigas se han podido abrazar durante el programa en un emotivo momento al que ha puesto banda sonora Salvador García "Pitu".
En este vídeo puedes disfrutar con las sevillanas "Es mi Huelva por la ría" y "Una madre es lo primero", interpretadas por el cantante gaditano.
TITULO: PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA - Piornal ,.
El carácter alegre de los piornalegos les hará reír y recordar al mismo tiempo. Mercedes "La Cañera" nos recordará cómo lavaban antiguamente las mujeres en el pueblo. Además, nos enseñará sus bordados. Emilia es sin duda la mujer con más abanicos de Piornal, y eso que aquí mucho calor no hace, nos bailará con sus trajes y nos enseñará las manualidades que hace. Desde chica Soraya siempre tuvo una ilusión volver al pueblo de sus padres, y es que esta catalana quiso seguir los pasos de su padre y montar su proyecto de vida aquí. Nueve años lleva Lucy Rees en la sierra. Se vino desde Gales con una manada de caballos salvajes conocidos como Pottokas. Aquí, esta zoóloga estudia su comportamiento en libertad. Beatriz nos cantará la ronda que le cantó a su marido cuando fue Jarramplas, y él, Luis, nos descubrirá los secretos mejor guardados de esta fiesta popular. También conocemos a Messi, que no el futbolista, sino un señor que, en vez de utilizar caldero para hacer migas, lo acaricia y hace música con él. Entraremos en un antiguo sanatorio de tuberculosos que hoy sirve como estudio de pintura y escultura para Enrique, un artista que ha expuesto en las mejores salas de Estados Unidos y por último conoceremos a Cristian un "máquina" de la madera.
TITULO: Trastos y tesoros - CANAL EXTREMADURA - El Badajoz completa su primera semana de faena,.
El Badajoz completa su primera semana de faena,.
Óscar Cano trabaja con 19 futbolistas, aunque no se descartan salidas,.
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Primera semana de trabajo completada. El Badajoz cumple sus primeros días de rodaje de la pretemporada con ilusiones renovadas y pocas caras nuevas.
De momento, el mediocentro Isi Gómez (Melilla) y el lateral izquierdo sub-23 Joserra (Don Benito), además del técnico Óscar Cano, son las únicas novedades de un proyecto que contaba, etc .
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Domingo -25- Julio - LA SEXTA TV -Ambulancias, en el corazón de la
ciudad - Los comerciantes pide reunirse con el gobierno local por las obras del centro' ,.
El domingo -25- Julio Mayo a las 21:30 por La Sexta, foto,.
Los comerciantes piden reunirse con el Gobierno local por las obras del centro de Mérida,.
Los negocios consideran que la plataforma única en Valverde Lillo y adyacentes repercutirá negativamente en su actividad,.
La Asociación de Comerciantes de Mérida pedirá una reunión urgente con el Gobierno local. El tema que se abordará será las consecuencias para sus negocios de la adecuación de la plataforma única en las calles Valverde Lillo, Camilo José Cela y Arzobispo Mausona.
La presidenta de la Asociación de Comerciantes, Patricia Llanos, explica , etc,.
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CAFE
GIJON - MANZANAS VERDES - Pulpo asado con parmentier (Tapeoteca, Murcia) ,.
CAFE GIJON,.
CAFE GIJON,.
Café Gijón - foto,.
MANZANAS VERDES - Pulpo asado con parmentier (Tapeoteca, Murcia) , .
MANZANAS VERDES - Pulpo asado con parmentier (Tapeoteca, Murcia) , . fotos,.
Pulpo asado con parmentier (Tapeoteca, Murcia),.
El aperitivo,.
La santísima trinidad del rito del aperitivo murciano está formado por la marinera -esa ensaladilla colocada sobre una rosquilla de pan y con una buena anchoa coronando el conjunto-, la hueva y la mojama acompañadas de unas almendras marconas fritas, y el pulpo al horno. No hay establecimiento hostelero en la región, desde el más humilde bar de barrio al más encumbrado mantel, que no tenga un par de trozos de la pata de un pulpo grande, de un kilo o más, asado con cerveza y vino blanco y servido (estamos en Murcia) con un chorrito de limón.
Con los tiempos, la cosa ha ido adquiriendo algunas variantes, y así se ha puesto de moda la doble cocción: es decir, terminarlo con un golpe de plancha o de brasa para cubrir al bicho de una deliciosa capa crujiente y, de paso, incorporarle unas suculentas notas ahumadas. Pero en La Tapeoteca (Plaza de San Pedro y Plaza de los Apóstoles), uno de los mejores lugares para un tapeo creativo sobre la base de la despensa tradicional, el chef Manuel Álvarez le ha dado otra pequeña vuelta de tuerca. Sirve la pata entera, con esa doble cocción (4 horas al horno) sobre una suave parmentier. La potencia sápida del pulpo se ve así atemperada por la delicadeza de la crema de patata, cuya untuosidad contrasta perfectamente con la superficie crujiente del bicho. Con un Tío Pepe en Rama o una cerveza artesanal Cátedra se acerca uno al éxtasis.
TITULO: LA AVENTURA DEL SABER TVE - Una noche cualquiera ,.
Una noche cualquiera,.
«¿Soy un excombatiente en Agfanistan o una gallina?», se dijo Álex...
foto / Las vibraciones que brotaban desde su estómago nunca le habían fallado. Y su estómago ahora era pulpa esponjosa bailando zapateado de furia flamenca. Alex Navarro, talla media, musculoso sin dar el cante, pelo espeso recortado a lo militroncho, experto en artes marciales y camello de los que recorren la gran ciudad cuando cae la noche para surtir de farlopa a su engolfada clientela habitual, dudaba frente a un edifico de ringorrango situado en un pulcro barrio del centro.
El propietario de la morada le había llamado suplicando. No era un habitual, pero era amigo de uno de sus clientes más fieles. «Por favor, ven, nos hemos quedado sin mandanga y la fiesta está en lo mejor… Por favor, te pago más si hace falta, pero necesito veinte gramos ya mismo…», imploró el menda.
Sonaban las cuatro de la mañana y estaba a punto de regresar a su hogar, pero veinte gramos de golpe le solucionaban la semana, el mes, la vida. Con esa venta podría descansar unos cuantos días. Sin embargo el palpitar de su panza rechazaba esa última trapisonda y él era un tipo prudente, esa era una de las razones de su longevidad en el trapicheo al por menor. «¿Soy un hombre, un excombatiente español en Afganistán, o una puta gallina?», se dijo Alex. Y decidió que era un hombre.
Se ajustó la pequeña automática del 22 en la trasera de los vaqueros y pulsó el timbre. Subió hasta el ático duplex. Abrió la puerta un tipo menudo luciendo camisa fucsia y bigotillo de hilera de hormigas sobre el labio superior. «Soy Esteban, el que te ha llamado, gracias por venir… Tío, nos has salvado la juerga… Pasa pasa…», masculló. Las entrañas de Alex bufaron, resoplaron, se encresparon. No le gustó aquel mozo. Ni su ropa ni el crucifijo de oro que se balanceaba sobre su depilado pecho. Alex, mirada experta de profesional curtido, observó la parroquia: una panda de pijos viciosos en fase terminal de atroz chunda-chunda y reguetón. Minifalderas de contoneo laxo, perezoso. Buitres de medio pelo con aspiraciones de gloria. Amasijo de peña presuntamente guapa amamantada por los papás y las mamás. Andaban de capa caída, necesitaban gasolina y él era el siervo que sujetaba el surtidor del divino polvo blanco.
La concurrencia le taladró desde sus ojos saturados de codicia, todos sabían que él portaba la vitamina que les hidrataría para continuar con su perreo de nenes bien hasta el amanecer o más allá. Odiaba que le mirasen así. Él era un esforzado trabajador de la noche que nutría de golosinas a los espíritus débiles. Él se ganaba el jornal y a nadie obligaba a incrustar su napia contra un gusano de polvo blanco. Le miraban con repelente fascinación y le juzgaban con la condescendencia del nuevo rico. «Ven por aquí, vamos arriba y así concretamos lo nuestro sin estas fieras danzando…», dijo Esteban.
Atravesaron el amplio salón preñado de muebles blancos de diseño como de hospital para millonarios desahuciados. Treparon sobre los peldaños ingrávidos de una escalera anclada contra la pared. Desembocaron en una estancia que parecía el despacho de un mafioso de tercera o de un timador de cuarta. El estómago de Alex gruñó, tembló. Mal rollo. Vibración realmente chunga. No estaban solos. Tres tíos, además de Esteban, yacían desparramados allí sujetando sus copas. Esteban se sentó tras una mesa maciza de médico antañón. «Bueno, saca el material y lo probamos…».
La sesera de Alex emitió chispazos desconfiados. Sus fosas nasales aletearon una, dos, tres veces. Tomó aire antes de soltar un rotundo «NO». Esteban compuso una sonrisa que se transformó en mueca de peluche desmochado. «¿Cómo? ¿Te voy a comprar veinte gramos y ni siquiera puedo probarlo?», cacareó. Alex se rascó la nuca. Aquellos payasos le estaban tocando los huevos. «NO», repitió sin inmutarse. Esteban miró a sus amigos y estos dejaron las copas en ademán de agresividad enlatada. «Pues yo te digo que sí, que sí vamos a catar lo que compramos…».
Alex chequeó la situación. Radiografió el entorno. «Dame la pasta y te doy lo tuyo», deslizó muy tranquilo. Esteban se levantó de golpe y sus compañeros rodearon a Alex. Grave error. Alex pateó los cojones del que se situaba junto a él. Al segundo le hundió la nariz de un derechazo. Al tercero le conectó un codazo contra la sien. El trío, gimiendo, besaba el suelo. Luego sacó su cacharra y la encajó entre las cejas de Esteban. Rápido, limpio, eficaz. «Ahora, por listo, me vas a dar la pasta que estos llevan y también la tuya». Esteban obedeció. Alex recogió el fajo. Cuando se largaba Esteban aulló histérico. Gritó: «¡¡Socorro, nos roban!!». Alex deploró su traición. Le abofeteó con la mano abierta y luego le disparó contra el pie. Esteban selló los labios, no tanto por el dolor sino por el asombro. Alex desapareció con paso firme.
A las siete de la mañana entró en su casa. Le recibió su esposa: «¿Qué tal el turno de noche en la fábrica?». Alex suspiró: «Bah, ya sabes, el muermo habitual... Por lo menos me han pagado las horas extra que me debían… ¿Llevo a los niños al cole? Todavía no tengo sueño…». Su mujer le rodeó con los brazos: «Vale, me encanta que seas tan bonachón, pero abusan de ti, te comes el turno de noche desde hace siglos y eso no puede ser...». El estómago de Alex ronroneó de placer.
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