domingo, 18 de julio de 2021

A vivir que son dos días - A vivir - Cadena SER - La mota en el ojo,. / LA BRUJULA ONDA CERO - La Linterna La Cope - La natalidad es política social ,.

 

 TITULO:  A vivir que son dos días - A vivir -  Cadena SER -  La mota en el ojo  ,.

 A vivir que son dos días - A vivir -  Cadena SER,.
 

Escucha 'A vivir', con Javier del Pino, el programa líder de las mañanas del fin de semana en la Cadena SER.

 La mota en el ojo,.

 

La popular fiesta de Hospital de Órbigo recrea la gesta legendaria de don Suero de Quiñones, que derrotó a 68 caballeros para ganarse el amor de Leonor de Tovar ,.


Recreación de las Justas Medievales del Passo Honroso en 2013. /EL NORTE

Los ecos de la hazaña legendaria de don Suero de Quiñones resuenan con fuerza en la localidad leonesa de Hospital de Órbigo, donde alimentan una de las fiestas populares más destacadas de Castilla y León. Se trata de las famosas Justas Medievales del Passo Honroso, una tradición que retoma lo ocurrido en el año 1434, durante el reinado de Juan II y su esposa Isabel de Portugal.

Cuentan que para ganarse el favor de Leonor de Tovar, bella dama que lo había rechazado, un valeroso caballero leonés llamado Suero de Quiñones hizo una arriesgada promesa: además de ayunar todos los jueves y llevar una argolla al cuello en señal de esclavitud amorosa, trataría de romper 300 lanzas en franco torneo. Para conseguirlo se dirigió al Castillo de la Mota, en Medina del Campo, con objeto de pedir permiso al rey, Juan II. Una vez ante él, se arrodilló y le dirigió las siguientes palabras:

«Señor: Deseo justo e razonable es que en los que en prisiones o fuera de su libre poder son, desear la libertad e como yo, Suero de Quiñones, sea en prisión por una señora, por la que traigo todos los jueves este fierro, según es notorio en vuestra magnífica Corte. Yo, poderoso Señor, he concertado mi rescate de esa prisión en trescientas lanzas rompidas por el asta con fierros de Milán de mí e de estos nueve caballeros que aquí son.......»

Juan II le concedió permiso para realizar un torneo especial, del 10 de julio al 9 de agosto, quince días antes y quince después de la festividad de Santiago Apóstol, en el Puente de Hospital de Órbigo, situado en la ruta del Camino de Santiago, retando para ello a todos los caballeros de Europa. Se completó así una reglamentación estricta, con jueces y árbitros, estructurada en 22 capítulos.

Don Suero encargó que lo notificasen a todos los reyes, duques y príncipes cristianos. Quien no aceptase el reto de batirse con Quiñones, estipulaba el pacto con el rey, habría de depositar en prenda una de sus armas y la espuela derecha, y jurar no vestirlas hasta que se encontrase en un hecho de armas más peligroso o al menos tanto como este Passo Honroso. En la reglamentación también se disponía que la lucha con cada caballero habría de limitarse a tres lanzas rotas, y que toda dama noble que asistiese habría de dejar el guante derecho hasta que algún caballero luchase para rescatarlo. Claro está, si se trataba de su propia dama, solo él podía batirse en duelo. Por último, suplicaba que una vez rotas todas las lanzas, se le declarase libre de su «prisión de amor».

Puente de Órbigo, donde se habría desarrollado el torneo.

El desafío, como decimos, comenzó el 10 de julio de 1434 y terminó el 9 de agosto, día en que Suero de Quiñones fue herido, y solo hubo una jornada de descanso, la del 25 de julio, festividad de Santiago; en total, nuestro protagonista hizo frente a 68 caballeros y a todos derrotó. No se rompieron las 300 lanzas, pero sí más de 200. Solo hubo que lamentar una muerte, la del caballero aragonés Esbert de Claramunt, que recibió un lanzazo en un ojo que le atravesó el cerebro.

Según parece, el condestable Álvaro de Luna, a cuya casa pertenecía el protagonista, le conminó a terminar con su particular aventura y, acto seguido, los jueces del palenque le eximieron de la palabra dada. Una vez finalizado el torneo, los jueces despojaron a don Suero de la argolla de hierro y notificaron a Juan II que las justas habían terminado.

En señal de gratitud, don Suero se dirigió en peregrinación a Santiago de Compostela junto con algunos compañeros, donde depositó un aro de oro con una amatista rodeada de perlas como recuerdo de la argolla, y una cinta azul, todo ello en señal de amor por su dama. Actualmente, dicha cinta se encuentra alrededor del cuello de una imagen de Santiago el Menor ubicada en el interior de la catedral, concretamente en la capilla de las reliquias; la argolla, por su parte, se halla en el relicario del Apóstol. Un monolito colocado en 1951 en el mismo Puente de Hospital de Órbigo recuerda la hazaña y enumera la lista de los derrotados por Suero de Quiñones.

Al año siguiente -1435-, una vez cumplido con suerte el desafío del Passo Honroso, don Suero contrajo matrimonio con su amada Leonor de Tovar, que era hija de Juan de Tovar, guarda mayor del rey y progenitor de los marqueses de Berlanga y de Valverde. 

 

TITULO: LA BRUJULA ONDA CERO - La Linterna La Cope - La natalidad es política social   ,.
 
LA BRUJULA ONDA CERO,.


 La Brújula es un programa de radio de la emisora española Onda Cero, presentado y dirigido por David del Cura. Es el tercer espacio en audiencia en la franja nocturna, retransmitiéndose entre las 20 y las 24 horas, tiempo que dedica a un análisis de la actualidad, el deporte, la economía (con el espacio denominado La Brújula de la Economía) y el debate político., etc,.
 

 
La Linterna La Cope ,.
 
  'La Linterna' es el programa de radio informativo, político y económico, cultural y de debate nocturno de la Cadena COPE. Dirigido y presentado desde 2009 por Ángel Expósito, se emite de lunes a viernes de 19:00 a 23:30 horas, correspondiendo la última hora de los viernes a 'La Linterna de la Iglesia', dirigida y presentada por Faustino Catalina,.

La natalidad es política social  ,. 

La tasa de fecundidad queda truncada por las condiciones laborales, y la situación no mejora a largo plazo con las reformas del Gobierno,.

foto / En el plan 'España 2050', los expertos consultados por el Gobierno recomiendan fijar como prioridad que las mujeres «puedan tener el número de hijos e hijas que realmente desean». «Tenemos menos de los que nos gustaría tener», dicen con base en una encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2018. «El 21% de las mujeres de entre 18 y 55 años ha tenido menos hijos de los deseados», especifica el documento. «Desearían tener 1,9 hijos de media por mujer», aseguran, pero tienen 1,2. La tasa de fecundidad cae en picado desde los setenta, cuando era de 2,8 hijos por mujer. El salto al vacío fue en 2008, con la crisis financiera.

En un país que lidera, junto a Italia, la menor tasa de fertilidad dentro de la Unión Europea, las condiciones laborales, como la precariedad y la menor retribución para las mujeres, son las principales responsables de la baja natalidad. La economía manda en la planificación familiar. «Todo depende del mercado de trabajo y cada vez habrá menos empleo», sostiene Pau Miret, investigador de Demografía en la Universidad Abierta de Cataluña (UOC). «Si se cumplieran los artículos de trabajo y vivienda de la Constitución, aumentaría la natalidad».

Para evitar que las mujeres sufran la «penalización que supone tener un hijo» e impide la «participación laboral», los asesores de la estrategia de Moncloa proponen fortalecer las políticas de conciliación, un motivo que impide tener descendencia a una de cada cinco mujeres encuestadas por el INE en 2018, y que también explica el retraso de la maternidad en un tercio de los casos. «La brecha salarial por condiciones de género está lejos de cerrarse» y la maternidad se asocia con un desnivel del 28% del sueldo anual, diez años después del parto, según datos del Banco de España.

«El hecho objetivo es que un 20% de las mujeres nacidas en los 70, ya no tendrán hijos», afirma Miret. «Esa es la infecundidad real». ¿Se incumple un «deseo», como sostiene la premisa del Gobierno? «No se puede saber con esta encuesta del INE cuántas de ellas no querían tener hijos. Pero ese porcentaje es semejante al de las jóvenes que actualmente aseguran no querer ser madres. La franja que hay que estimular es la de los que no tienen hijos».

El Gobierno tiene la intención de tomar medidas para «una mejora de la prestación por cada menor de 18 años a cargo y una reforma de las prestaciones familiares en el IRPF». Las ayudas puede servir de aliciente, dicen los redactores de la estrategia. Cuando se aprobó la ayuda de 2.500 euros por hijo aumentó la fecundidad en un 3% entre 2007 y 2010, pero su eliminación la disminuyó en un 6%, según datos publicados este año en 'Journal of Human Resources'.

Derecho a la felicidad

El bloqueo a la natalidad no es sólo económico. Hay cuestiones culturales y sociales que constituyen barreras para la maternidad, con raíces dentro de los hogares, como un reparto desigual del cuidado y la responsabilidad sobre los hijos. Las mujeres suelen reducir sus jornadas o abandonan sus carreras, lo que significa una bajada laboral del 9% para ellas, sostienen los autores. Ahora bien «¿hay una necesidad social y económica de aumentar la fecundidad en los próximos años?», se pregunta Miret. «Si la gente fuera más feliz, tendría más hijos. No al revés».

Aunque se propone incentivar la maternidad, los asesores del Gobierno reconocen que «el deseo de no ser madre» también es una causa para la baja fecundidad, además de las restricciones económicas o las dificultades de conciliación de la vida familiar y profesional. «El 24% de las mujeres que al final de su edad fértil no han tenido hijos señalan que no deseaban ser madres», la mayoría por no «encontrar la pareja adecuada», indican. En lo social, la hoja de ruta plantea la oferta pública de educación infantil, para alcanzar la escolarización de la mitad de niños de 0 a 3 años, y más «prestaciones asistenciales» como becas de comedor y cobertura de gastos escolares en esta etapa.

A pesar de todas estas reformas para 2050, «las proyecciones demográficas» hablan sólo de una ligera mejoría, de hasta 1,4 hijos por mujer. «No parece probable que esta tasa vaya a aumentar mucho más y, en cualquier caso, no lo suficiente como para llegar al índice de reemplazo poblacional». También se espera una reducción importante de mujeres en edad fértil. Sin embargo, «con una disminución del trabajo no se precisa más población», sentencia Miret. «Ya no existe una relación entre progreso y mayor natalidad». Cumplir los deseos quizás no sea una cuestión de Estado.



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