foto / La mujer de 57 años que sufrió una caída en Don Benito este sábado y fue trasladada hasta el Hospital Universitario de Badajoz continúa ingresada en la UCI en estado crítico.

La víctima sufrió una caída de altura sobre las 9.00 horas en la calle Piedad, que le provocó un trauma craneal.

Thank you for watching

Tras una llamada al 112, la paciente fue trasladada en un helicóptero sanitario hasta el hospital pacense. 

 

TITULO:  LUNES -26- Julio -  Madridistas por el mundo -  Partido Amistoso - GLASGOW RANGERS-2-REAL MADRID-1-,.

Realmadrid TV emite  - LUNES  -26- Julio , noche, a partir de las 22:30 horas, una nueva entrega de Madridistas por el mundo -Partido Amistoso - GLASGOW RANGERS-2-REAL MADRID-1-,.

 Partido Amistoso - GLASGOW RANGERS-2-REAL MADRID-1-,.

 

Todo está por hacer,.

Un Rangers ambicioso prueba que Ancelotti tiene trabajo por delante. Gran gol de Rodrygo y remontada escocesa. Sólo lucieron Lunin y los canteranos. Nacho fue expulsado.

Resultado Final - GLASGOW RANGERS-2-REAL MADRID-1-, foto,.

Glasgow Rangers 2-1 Real Madrid: resumen, resultado y goles | amistoso -  AS.com

En Glasgow, al inicio de su segundo capítulo en el Madrid, descubrió Ancelotti que los últimos apuntes que le dejó Zidane eran bastante precisos: que quienes pasaron el curso pasado en el banquillo (Isco, Marcelo...) no sufrieron un trato injusto; que los que salieron cedidos (Odegaard, Jovic...) lo merecieron; que Nacho es más que un tercer central y que volver la vista a la cantera tuvo justificación. Ibrox dejó muestras suficientes de que está todo por hacer, de que Lunin puede cuajar, de que Rodrygo tiene un encanto intermitente y de que jóvenes como Arribas o Miguel Gutiérrez pueden completar la plantilla en tiempos de carestía. Los canteranos, que entraron masivamente en la segunda mitad, equilibraron con su vigor la abrumadora superioridad inicial del Rangers que, sin embargo, remontó muy al final, cuando sus semanas de rodaje se abalanzaron estrepitosamente sobre el Madrid.

A Roy Evans, que entrenó al Liverpool a mediados de los noventa sin demasiado de qué presumir (una Copa de la Liga en cuatro años), le encantaban los veranos, “esa época del año en la que no se pierden partidos”. Ahora también se pierden y no son derrotas tan indoloras como creyó Evans. Pregunten el Madrid por aquel 7-3 ante el Atlético en Nueva Jersey. Pero es cierto que las derrotas estivales apenas dejan cicatrices. Eso queda para otoño, invierno y primavera, las estaciones del drama. Ahora es tiempo de ilusión, de creer que el que llega será mejor que el que se fue. Y si no hay caras nuevas, como en este Madrid, se inventan. Y se mira a Odegaard o Jovic como si nunca hubieran estado aquí. De hecho, hubo momentos en que parecieron no estar.

Ancelotti empezó con los dos, sospecho que con fines distintos. El club espera que el noruego acabe siendo jugador de provecho y el serbio, fuente de ingresos. Y no tocó el dibujo de más éxito de Zidane, el 4-3-3, con sólo dos canteranos, Chust y Blanco, los que más opciones tienen de hacer plantilla tras otro verano en que el club se ha perdonado acudir al mercado (con la excepción de Alaba) salvo que Mbappé lo remedie. Pero Odegaard y Jovic parecen estar donde lo dejaron y al resto aún se le notan las marcas de las chanclas. Así que el ensayo sirvió para crecer, a partes iguales, en ritmo e inquietud.

Veteranos y noveles

Ancelotti tiene mucho trabajo por delante: encontrar un nuevo jefe de tribu, estirar los restos venidos a menos de la época imperial (Marcelo, Isco, Bale, Modric…) y conseguir que una docena de futbolistas, inversiones a futuro, salga al fin del cascarón. Pero antes de llegar es obligado poner al equipo a velocidad de despegue. A tres semanas de la Liga y con los principales recién llegados de vacaciones, está preocupantemente lejos de ello. En Ibrox se vio a merced del oleaje inicial del Rangers, un equipo al que la bancarrota no limpió el orgullo.

De salida se llevó por delante al Madrid con un juego tan poco escocés como el día, insólitamente soleado. Con una presión a revientacalderas, doblando a sus laterales, jugando al espacio con precisión, metió a este primer Madrid en su campo y casi en su área. Un envío cruzado al que no llegó Sakala, otro centrochut del zambiano, un cabezazo de Goldson, un zurdazo de Kent (los dos últimos salvados por Lunin) y un remate al larguero de este último casi a puerta vacía resumieron esa riada imparable con un paréntesis: el gran gol de Rodrygo, nacido de una contra de Odegaard. El noruego abrió, al final de su aventura, el pase al brasileño, que despejó el área con doble recorte, hacia dentro primero, hacia fuera después, y remató con sutileza a la red. De cuantas promesas ha comprado el club en los últimos tiempos, es el de más gol. Ahí está su gran virtud. Y en la falta de continuidad, su pecado.

En manos del portero

En la primera mitad sólo se supo de Lunin, providencial en cuatro ocasiones, y de los dos centrales, Chust y Nacho, que apagaron todos los focos del incendio. Fue un bombardeo en toda regla a un Madrid a la deriva, al que ni Isco ni Odegaard ofrecieron salida y con tres puntas náufragos, testigos silenciosos del extremo sufrimiento del equipo. El Rangers, inflado por su público, fue extraordinariamente superior en piernas, ambición y elaboración. Luego, en el remate, lo echó todo a perder.

En el descanso decidió Ancelotti que era mejor jugar sin nueve que con Jovic y puso ahí a Arribas, un jugador de difícil catalogación: es casi extremo, casi mediapunta, casi armador. Con él mejoró el Madrid. O al menos el partido empezó a tener dos direcciones. Un cabezazo del habilidoso canterano pudo aumentar la ventaja blanca, pero un exceso de confianza en la salida de Lucas Vázquez acabó en el empate. Robó Kamara y fusiló Sakala, que había merecido colgarse esa medalla mucho antes.

Con diez

En cierto modo el Rangers acompasó mal sus méritos y el marcador. Porque los jóvenes del Madrid equilibraron mucho el partido en el tramo final. La entrada de Miguel Gutiérrez liberó a Marcelo y ambos fueron cómplices de las mejores travesuras del Madrid. En una de ellas el canterano estrelló un balón en el palo.

Con el Madrid rozando ya el combate nulo, Nacho vio la segunda amarilla por una plancha aparatosa y quedarse con diez en el primer partido de pretemporada acabó por liquidar las energías del equipo de Ancelotti. Sin los dos centrales del comienzo, Itten cazó una media vuelta en el corazón del área y culminó la remontada escocesa. Sobraron motivos en esa recta final, como al principio, para que el técnico italiano alzase la ceja, ese gesto tan suyo que indica alerta máxima. Así estará hasta el inicio de Liga.

 

TITULO:  JUEVES - 29- Julio  -  ¿Qué fue de Gica Hagi, el Maradona de los Cárpatos?,. -  protagonista de 'Campo de estrellas' Realmadrid TV,.

 

Realmadrid TV  el jueves  -29- Julio - , a partir de las 22:30 h, una nueva entrega de Campo de estrellas en esta ocasión - ¿Qué fue de Gica Hagi, el Maradona de los Cárpatos?,.

 

¿Qué fue de Gica Hagi, el Maradona de los Cárpatos?,.

El considerado mejor jugador de fútbol rumano de la historia pasó por Real Madrid y Barcelona en dos etapas complicadas para ambos. Ahora, tiene su propio club en Rumanía.


Hagi jugando con el Real Madrid y el Barcelona. 

fotos / El fútbol rumano, a día de hoy lejos de su mejor momento, vivió en los 90 una fase de esplendor notable comandado por el conocido como ‘el Maradona de los Cárpatos’, Gheorghe ‘Gica’ Hagi. El arrumano (pueblo latino que vive en los Balcanes y una pequeña parte de Grecia, Albania, Macedonia, Bulgaria y Rumanía) está considerado como el mejor futbolista rumano de la historia sobre todo por sus actuaciones con la selección.

Gheroghe Hagi nació el 5 de febrero de 1965 Săcele, Constanţa, Rumanía y destacó desde joven como futbolista. En 1982 debutó en Primera División en su país natal con el Farul Constanţa en el que aguantó una temporada hasta fichar por el Sportul Studenţesc de Bucarest donde empezó a despuntar todo su talento, al menos, a nivel nacional. 

Su gran proyección hacia Europa no llegaría hasta que se pusiese la camiseta del Steaua de Bucarest, gran dominador de la competición rumana durante la estancia de Hagi allí. El arrumano es clave para que el equipo alcanzase semifinales europeas y hasta a su segunda final de la Copa de Europa donde salieron goleados por el Milan de Sacchi (4-0 con dos dobletes de Gullit y de Van Basten).

Su etapa en Rumanía acaba después de su primer Mundial, Italia 90. Hagi tiene un papel destacado y el Real Madrid fija sus ojos en él. En una etapa de dominio del Barça, los blancos van a por el rumano, que se convierte en uno de los primeros futbolistas en irse traspasados fuera del país gracias a la caída del régimen de Ceaucescu.

En el Real Madrid vivió una etapa complicada en la que fue acusado de ser demasiado individualista y en la que no encontró la continuidad deseada para mostrar todo el talento que demostraba con su selección. Con los blancos permaneció dos temporadas donde sólo Antic le dio cierta continuidad. "La situación por la que atravieso es rara. Nunca me había quedado en el banquillo hasta que llegué al Real Madrid. Pero la vida tiene estas cosas", reconocía resignado ya en 1990.

Dos años después dejaría el club por el Brescia después de que Leo Beenhakker no depositase nada de confianza en él. Así era su tono en marzo del 92. “Me sentía bien, jugaba bien. Todo el mundo podía ver que me encontraba en un buen momento, con una forma espléndida. Ahora, sin embargo, estoy en el banquillo. Esto no es normal. No es justo lo que me sucede. Todo es injusto conmigo" decía. El entrenador Beenhakker se justificaba en el estilo de juego: "La situación de Hagi es consecuencia de nuestra forma de jugar" sentenciaba.

Hagi con el Real Madrid.

Después de una etapa poco fructífera en el Madrid, intentó resurgir su juego en el Brescia donde aguantó dos temporadas totalmente distintas. En la primera, ascendieron a Serie A y en la segunda, volvieron a la B. Hagi no vio su hueco de nuevo en la Segunda y el FC Barcelona aprovechó la ocasión para incluirle en sus filas entrando así al grupo de jugadores que han jugando un Clásico en ambos lados.

En Barcelona vivió una etapa parecida a la del Real Madrid. Hagi contó con minutos pero no con toda la confianza que debería y sólo un año después, el Barça le declaraba como transferible. Cruyff le llegó a sacar de las convocatorias y el rumano acabó saliendo al Galatasaray turco, equipo en el que vivió la mejor etapa de su carrera.

Hagi jugando con el Barcelona. 

En el Galatasaray, el equipo giraba en torno a él y fue de los pocos en los que se sintió verdadera estrella. Fue el club en el que disputó más partidos en toda su carrera y con el que consiguió cinco Ligas turcas, dos Copas de Turquía, una Copa de la UEFA y una Supercopa de Europa en la que precisamente derrotó a sus ex-compañeros del Real Madrid. También tuvo algún episodio polémico, como su enfrentamiento con un árbitro turco después de anularle un gol en el Galatasaray-Genclerbirligi de Liga. Sus protestas le valieron la segunda amonestación pero, no contento con la expulsión, insultó, escupió y pisó al árbitro del encuentro.

Hagi jugando con el Galatasaray. 

En Turquía colgó las botas en 2001 e inmediatamente se pasó a los banquillos. Según se retiró cogió la selección rumana, la que acababa de dejar tras una Eurocopa que acabó con Hagi lesionando de gravedad a Conte en un partido que Rumanía ya tenía perdido. Dos años después, cogió el Bursaspor que dejaría por el Galatasaray en 2004. Un año más tarde, lo dejaría para en 2006 fichar por la Politehnica Timișoara y después, por el Steaua de Bucarest. Tres años después, volvería al Galatasaray y tendría un parón de tres años hasta fundar su propio proyecto, el Viitorul Constanța, actual campeón de la Liga rumana.

Gica Hagi en una rueda de prensa del Viitorul.

Hagi, después una carrera movida como entrenador y sin demasiada estabilidad, fundó este club cerca de su casa del que también es presidente y desde 2014, entrenador. En su club, todo gira alrededor de la formación de jóvenes talentos: jugadores que lleguen desde la categorías inferiores al primer equipo y puedan desarrollar su talento. De hecho, solo tres jugadores superan la treintena en la primera plantilla del Viitorul.

Líder de la 'Generación de Oro' de Rumanía 

Si por algo se recuerda a Gica Hagi es por sus apariciones con la camiseta de Rumanía en una época dorada del fútbol del país de los Cárpatos. El jugador rumano coincidió con Popescu (su cuñado) con el que también compartiría vestuario en el Barcelona , Ilie, Constantin Galca, Munteanu y Craioveanu. Todos, por cierto, pasaron antes o después por la Primera División española. 

Fue esta generación la que dejó las dos participaciones récord para Rumanía en competiciones internacionales: cuartos de final en el Mundial del 94 y cuartos de final en la Eurocopa del 2000.