lunes, 21 de agosto de 2023

MAS QUE COCHES - Los extremeños tardan hasta un año en recibir los vehículos que compran ,. / Para Todos La 2 - Hay que olvidarse del párkinson y hacer todo lo que puedas ,. / Gigantes de La 2 - Guillermo Fernández Vara ,. - Jueves -7- Septiembre ,. / ¡ Atención obras ! - Cine - Libro - La llave del destino,.

 

TITULO : MAS QUE COCHES - Los extremeños tardan hasta un año en recibir los vehículos que compran,

 

 

Los extremeños tardan hasta un año en recibir los vehículos que compran,.

Los plazos de entrega de los concesionarios, muy diversos en función de la marca, lastran las ventas en Extremadura,.

 Los concesionarios van reduciendo los plazos de entrega a sus clientes.

 foto / Los concesionarios van reduciendo los plazos de entrega a sus clientes,.

«En 2023 se están matriculando coches que se vendieron en el segundo semestre del año pasado», expone Maxi González, director de Comunicación del Grupo Maven e Hijos, para explicar el aumento de las matriculaciones que se está registrando en lo que va de año.

TITULO: Para Todos La 2 - Hay que olvidarse del párkinson y hacer todo lo que puedas,.

 

Hay que olvidarse del párkinson y hacer todo lo que puedas ,.

Creatividad. José María Rosa fue panadero y ahora, a pesar de su enfermedad, dedica el tiempo a inventar máquinas que regala a sus amigos,.

José María Rosa con algunas de sus creaciones.

fotos /  José María Rosa con algunas de sus creaciones.

Cuando sea mayor quiero tener una casa y una bicicleta», pensaba José María Rosa Silva (Badajoz, 1953) con tan solo nueve años. El pacense, lejos de sueños opulentos, ha tenido una vida marcada por la superación personal, el esfuerzo y la maña. Desde que se jubiló, dedica su tiempo libre a crear máquinas con las destrezas que ha adquirido al frente de 'la panadería del Cerro'.

 

De madre portuguesa, es el mayor de cinco hermanos y tiene tres hijas. Cuenta que desde que era niño él era el encargado de mantener a su familia.

Con tan solo nueve años comenzó a trabajar en el campo. «Cogía algodón, tomates y todo lo que diese la tierra alrededor de Badajoz». A los once, llevaba el agua a las casas del Cerro de Reyes. «Iba con un carro y un bidón con el que la repartíamos. Empecé con una cuba chica y un burro», explica. «Todo lo que sé, lo he aprendido en la calle. No fui al colegio, pero sé de historia y de cosas que no sabe mucha gente».

«Vendiendo agua aprendí a multiplicar. Un cántaro valía seis perras gordas; dos cántaros, uno veinte; tres, uno ochenta; cuatro, dos cuarenta... Después de eso, sabía hacer cuentas muy rápido y nunca he necesitado una calculadora», rememora.

Cuando cumplió los catorce, su madre insistió en que aprendiese un oficio y fue el momento en el que inició sus labores como panadero. «Vendiendo agua ganaba dinero y le daba de comer a mi familia, pero necesitaba aprender una labor para mi futuro».

La panadería en la que comenzó su andadura profesional, 'Charneca', estaba en la calle Los árboles. Allí estuvo hasta 1972 como aprendiz de panadero, cuando cambió a 'Ipanexa'. «Estuve un tiempo de dulcero pero a mí eso no me gustaba y volví a la parte de panadería. Luego me ofrecieron irme a la pastelería, y me terminó gustando mucho».

«Llegué a la categoría de 'maestro pala' porque sabía hacer de todo». Esta destreza de Rosa puede apreciarse todavía, ya que, continúa deleitando a sus allegados con sus pasteles.

26 años de panadero

Estuvo en esta panadería durante 26 años y en 1998 montó la suya propia. Construyó su propio negocio en el Cerro de Reyes, el barrio en el que había pasado prácticamente toda la vida. 'La telera' fue el proyecto de Rosa, que debe su nombre a un pan típico de Olivenza. «Me decían que tardaría en poder conseguir algo de dinero, pero en menos de tres meses ya tenía un balance positivo».

Pero en 2004 le expropiaron la panadería para la construcción de los puentes de la zona, así que tuvo que 'dar cerrojazo' a la tienda. Cuando cerró, cedió el nombre a un amigo oliventino para 'cerrar el ciclo' de donde había partido todo, en Olivenza. Actualmente, 'La telera' continúa horneando en esa localidad.

Mientras dirigía la panadería, Rosa trabajaba en la prisión de Badajoz, donde instruía a los presos en este oficio. Además, reparaba las máquinas de empaquetar pan. «Me interesé y me dieron el servicio técnico para toda Extremadura de la empresa que le vendía las máquinas a la panadería en la que yo trabajaba». Dejó sus oficios de manera profesional en 2014, cuando fue diagnosticado de párkinson, aunque a día de hoy, su lado pastelero y 'manitas' sigue muy presente.

Decía Lorca que «la imaginación es el gran patrimonio de la humanidad». De ser así, la de Rosa tendría que encabezar la lista. Y es que este pacense saca su lado más habilidoso en una mágica combinación con el ingenio. De toda su trayectoria profesional, ha conseguido extraer una destacable capacidad para crear.

La pasión por los carros y su capacidad para solventar problemas no se entenderían sin su pasado. Los años en los que estuvo repartiendo agua por el Cerro le llevaron a ser un apasionado de este medio de transporte y tantos años reparando maquinarias le hicieron ser un 'manitas' con gran trayectoria.

Rosa dedica ahora su tiempo a inventar aparatos y elementos para facilitar el día a día de los demás. Entre sus creaciones guarda máquinas para deshuesar y machar aceitunas, sujeciones para evitar cargar el peso de maquinaria del campo, compresores, camas para mascotas, tumbonas, baños portátiles y decenas de carros de madera.

Reparaciones

Además, es capaz de darle solución a cualquier problema técnico que surja. «Incluso hice la primera casa donde viví con ayuda de mi mujer. Hicimos desde los cimientos hasta la instalación eléctrica. Al final todas las máquinas funcionan igual, así que muchas veces lo saco por lógica y otras, por suerte».

Rosa elabora todos sus proyectos con materiales reciclados y cuando los termina, regala la mayoría a sus seres queridos y vecinos. «He podido hacer más de treinta carros y los he regalado. Los hago con la madera de palets que me encuentro».

«La máquina para las aceitunas, por ejemplo, lleva los motores de una lavadora y de una máquina de vibración, y el cuadro de mandos de una máquina de correr», explica.

Satisfacción y orgullo

«La satisfacción de hacer algo y saber que funciona es increíble. Arreglo cosas sin que nadie me haya enseñado y eso me hace sentir muy orgulloso. No hago cosas por dinero, lo hago por mí. Hacer estos inventos manualmente me ayuda con el párkinson. Si no hiciese estas cosas, ahora no estaría así, porque me mantiene activo», añade feliz.

«Cada enfermo de párkinson lo sufre de una forma diferente, pero sea como sea, hay que mantenerse activo, moverse, hablar... Hay que olvidarse de lo que tienes e intentar hacer todo lo que puedas. A mis setenta años, si me tengo que subir a un tejado, me subo, y cada día aprendo algo».

Rosa demuestra que tras años de esfuerzo y dedicación, ningún obstáculo es frontera para hacer lo que uno desea. «No hay que conformarse, hay intentar hacer lo que quieras. Y si lo intentas, lo haces».

 

TITULO:  Gigantes de La 2 - Guillermo Fernández Vara ,.- Jueves -7- Septiembre ,.

Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2  Jueves - 7- Septiembre, 23:50 de Televisión Española.

 

 Guillermo Fernández Vara,.

 

 Guillermo Fernández Vara este viernes, día de la entrevista, en el campus universitario de Badajoz,.

 

 Guillermo Fernández Vara este viernes, día de la entrevista, en el campus universitario de Badajoz

foto / Vara: «He vivido una campaña en la que me han insultado por primera vez en la calle»,.

El expresidente de la Junta y ahora vicepresidente del Senado analiza las últimas elecciones en una nueva etapa que lo devuelve a la política nacional antes de que llegue su sucesor en el PSOE extremeño,.

No contaba con volver a dar entrevistas y en esta realizada el viernes usa a menudo la expresión comodín «El tiempo lo dirá». De vuelta a la política, ahora desde el Senado en Madrid pese a haber anunciado su retirada el 29 de mayo, Guillermo,.

Hace unos meses, en un conocido restaurante madrileño, Guillermo Fernández Vara almorzaba con uno de sus hijos que estudia y trabaja en Madrid. Poco antes de la campaña del 28-M, y tal vez porque no veía muy claro el futuro, les confesó en ese ambiente privado y familiar: «Esto es como una tesis doctoral, si no consigo sacarla me vuelvo al principio de mi vida». Palabras proféticas que se cumplen ahora cuando el líder extremeño, presidente de la Comunidad Autónoma y uno de los «barones» regionales más destacados del PSOE anuncia que deja la política y vuelve a su puesto de médico forense en el Instituto de Medicina Legal de Badajoz.

El resultado de tan solo 28 escaños, frente a los 33 que garantizan la mayoría absoluta, le han hecho adoptar esta decisión. Lejos de escudarse en la marca del «sanchismo», el hasta ahora máximo dirigente de los socialistas extremeños asume en primera persona los malos datos de su campaña electoral y se marcha. Dice hacerlo con la cabeza alta, el bolsillo limpio y la conciencia tranquila. Pero cree que este resultado es culpa suya y opina, no sin un cierto dolor interno, que se inicia un nuevo tiempo político en Extremadura.

Nacido en Olivenza en familia de juristas, nieto de un fiscal e hijo de un magistrado del Tribunal Supremo, Guillermo se educó en el colegio de los Jesuitas de Villafranca de los Barros. En este centro religioso estudió el Bachillerato y el COU hasta cursar la carrera de Medicina en la Universidad de Córdoba. Tras licenciarse ingresó por oposición en el Cuerpo Nacional de Médicos Forenses y fue el número uno de su promoción en el Centro de Estudios Judiciales. Con un palmarés brillante fue profesor de Medicina Legal en la Universidad de Valencia, obtuvo la plaza de médico forense con destino en Extremadura y fue director del Centro Médico-Forense de Badajoz. Presidente de la Sociedad Estatal de Médicos Forenses de España su entrada en política se produce de la mano de su buen amigo Antonio Hernández-Mancha, a la sazón líder de Alianza Popular, partido en el que militó durante un año. «Eres un nieto de Manuel Fraga», le bromeaba entonces Hernández-Mancha. Pero después, bajo lo que él llama su «conversión» política, ingresa en el PSOE por otro buen amigo, el histórico líder extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, con quien compartía muchas horas de senderismo y naturaleza en el hermoso Parque Nacional de Monfragüe.

Ambos compartían casa y vecindad en la pedanía de Santo Domingo de Guzmán, dependiente de la localidad natal de Vara, Olivenza. De la mano de Rodríguez Ibarra ocupó numerosos cargos en el gobierno autonómico, autonómico, entre ellos el de Consejero de Sanidad y Consumo, hasta ser el candidato a Presidente de la Junta de Extremadura tras la salida de Ibarra. Su primer mandato se produce con mayoría absoluta en el año 2007 hasta que en las elecciones de 2011 fue desbancado por el candidato del PP, José Antonio Monago.

Tras una etapa en la oposición logró de nuevo, a través de una moción de censura, la presidencia de la Junta extremeña, que revalidó por tercera vez en las elecciones de 2019. Ahora aspiraba a su cuarto mandato pero la candidata del PP, Maite Guardiola, le ha cerrado el paso. Cansado de una larga etapa política y reacio a intentar todo tipo de pactos posibles, Fernández-Vara prefiere dar un paso atrás y volver a su puesto como médico forense. Una plaza en la que comenzó una tesina brillante que ahora desea culminar.

Considerado uno de los «barones» regionales más emblemáticos del PSOE, heredero del llamado grupo de «Los tres tenores», integrado en su día por Manuel Chaves, José Bono y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha sido un dirigente a medias entre las críticas al «sanchismo» y su buena sintonía personal con Pedro Sánchez, lo que le ha valido fuertes críticas del socialismo extremeño. Frente a la oposición a veces frontal del castellano-manchego Emiliano García-Page, él siempre se ha movido en la ambigüedad y daba finalmente un paso atrás en su rechazo a las políticas y alianzas del presidente del Gobierno. Ello le ha pasado factura y por tanto renuncia a seguir en política. Es la suya la historia de un líder incuestionable que todo tuvo y ahora lo deja sin dudar. «Tengo profesión, familia y casa dónde volver», confiesa Guillermo Fernández-Vara en la hora del adiós.

Casado con María Luisa Martínez y padre de dos hijos, una de sus mayores alegrías es haber casado a su hija en la catedral de Cáceres y ser abuelo hace unos meses. «Mi familia es mi tesoro», asegura el todavía presidente de Extremadura en su pista de salida. Hombre culto, conversador y cercano, fue amigo personal de José Luis Rodríguez Zapatero y, pese a algunas críticas por sus alianzas con separatistas y bilduetarras, ha mantenido una relación muy cordial con Pedro Sánchez. Durante sus tres mandatos tuvo una gran vocación internacional y albergó en la capital de la Junta, Mérida, numerosas cumbres europeas y americanas. Creyente y practicante, es asiduo del Monasterio de Guadalupe y se ha sentido representante de ese socialismo con rostro amable, que hoy también ha fracasado. Con una dilatada experiencia y líder del PSOE extremeño, Guillermo Fernández-Vara vuelve a su plaza de médico forense con un lema: hay vida después de la política. Y asegura hacerlo sin cambiar de casa, costumbres y compañera.


TITULO:  ¡ Atención obras ! - Cine -   Libro - La llave del destino,.

 Libro - La llave del destino,.

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foto / Vuelve el autor deLa biblioteca de los muertos con unthriller vertiginoso que combina con maestría hallazgos arqueológicos, secretos milenarios y un enigma del que depende el destino de la humanidad.

«Francia, 1307. Yo, Bartolomé, fraile de la abadía de Ruac, tengo doscientos veinte años y esta es mi historia.»

Así comienza un antiguo manuscrito hallado en una de las paredes de la devastada abadía de Ruac. Hugo Pineau, experto en restauración de textos, emprende la tarea de descifrar el misterioso escrito y el mapa que lo acompaña. Con la ayuda del reputado arqueólogo Luc Simard, llegará a un impresionante laberinto de cuevas. Se trata de un hallazgo de un valor incalculable. Sin embargo, comprenden que el secreto que contienen esas paredes es demasiado valioso, demasiado anhelado. Y que hay gente dispuesta a cualquier cosa para evitar que salga a la luz,.

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