sábado, 21 de septiembre de 2024

Cartas Olvidadas - A QUEMARROPA O LIGAR - Ester Expósito habla de la sexualización que sufre: “Te encasillan y te cierran las puertas”,. / Cartas en el Cajon - El amigo indeseable ,. / REVISTA TENIS - Un Alcaraz aún con dudas y Bautista dan la victoria a España ante la República Checa,.

     TITULO:  Cartas Olvidadas - A QUEMARROPA O LIGAR -   Ester Expósito habla de la sexualización que sufre: “Te encasillan y te cierran las puertas”,.

 

Ester Expósito habla de la sexualización que sufre: “Te encasillan y te cierran las puertas”,.

La actriz habla en ‘Vogue’ sobre la sexualización, sobre las críticas por el físico de las mujeres y la ansiedad que sufre.

Ester Expósito habla de la sexualización que sufre: “Te encasillan y te  cierran las puertas” - Famosos

foto / Ester Expósito,.

Ester Expósito es una de las actrices más célebres en España en los últimos años. La joven intérprete alcanzó la fama de la mano de ‘Élite’, una serie de la que se desmarcó al salir poniendo tierra de por medio. Mucha tierra: “Por eso me fui a México cuando terminé”, comienza explicando en una entrevista concedida a ‘Vogue’ para promocionar ‘El llanto’.

“Mudarme supuso escapar de aquí porque todo me recordaba a mi etapa en la serie. Para mí era muy importante empezar a abarcar otros géneros y seguir haciendo cine, una industria que amo y de la que quería formar parte”, ha añadido a la revista citada.

Tras su paso por la serie de Netflix, la actriz experimentó un momento muy delicado de su vida, pues quería trabajar en proyectos que de verdad le “apeteciese hacer”, aunque eso le llevase a pasar por muchos períodos de ansiedad: “Ha sido un proceso que en ocasiones me ha hecho caer en pozos oscuros de sentirme muy triste y un poco vacía por no estar haciendo algo que me llenase”.

Y es que la ansiedad es, para la propia Ester Expósito, uno de sus problemas, incluso desde antes de que la fama llamase a su puerta: “Soy muy dura conmigo. Me castigo de una forma un poco tóxica y negativa y eso me ha jugado muy malas pasadas. Ya en el instituto lo pasé muy mal. Me costó mucho encontrarme y sentirme bien conmigo misma: las amistades no ayudaron, me sentía bastante sola y no me motivaba nada”.

De hecho, esa ansiedad llegó a derivar en una depresión, llevándole a tomar medidas: “Creo que la ansiedad me ha derivado a un estado de depresión en algunas ocasiones. Pero bueno, cuando me di cuenta de que estaba pasando ese umbral de estar ya cansada de todo, de no tener ganas de hacer casi de nada, de sentir mucho cansancio todo el rato y de tener muy poca confianza en mí misma, tomé medidas. Empecé terapia y llevo ya cerca de un año”.

La sexualización que sufre en la actualidad

Multitud de mujeres en la industria del cine, la música y la televisión han denunciado sentirse sexualizadas, y Ester Expósito es otra de ellas, señalando que “hay una misoginia y un sexismo implícito en cómo se mete la gente en nuestra vida y en lo que publicamos que no existe hacia los hombres”.

La actriz asegura que, leyendo comentarios publicados en sus fotos, se encuentra con críticas por “temas físicos”, o para “desprestigiarnos como profesionales”. Y es que precisamente muchos van contra el físico o el aspecto de cada mujer: “Parece que lo único que importa es que seas bella”.

Y, en su caso, asegura que ser ‘guapa’ para la industria tiene sus cosas buenas, pero también las malas, y ella lo ha vivido en sus carnes: “Te encasillan y te cierran las puertas de cosas que a lo mejor a ti te interesan más que hacer de guapa. A mí me interesa más un tipo de proyectos en los que no importe mi cara y mi aspecto. En ese sentido, me ha cerrado puertas”.

TITULO: Cartas en el Cajon - El amigo indeseable,.

 La verdad indeseable

foto / Asisto en la Biblioteca Pública Ramón Pérez de Ayala, en Oviedo, a una lectura dramatizada de pasajes de La Regenta. Es un acto que organiza el Ministerio de Cultura para conmemorar el 140º aniversario de la novela de Clarín, y no deja de ser un acierto que se desarrolle en el mismo edificio que en tiempos acogió el teatro donde empezaron sus flirteos Ana Ozores y Álvaro Mesía. En su segunda planta, además, se conserva el legado del autor —entre cuyas posesiones se encuentra un manuscrito de la novela que por dos veces tuve el privilegio de sostener entre mis manos—, y mientras entro y tomo asiento quiero creer que hay en todo esto un desagravio hacia la memoria de quien fue uno de nuestros mayores escritores y durante demasiado tiempo estuvo eclipsado, o deliberadamente oscurecido, en la ciudad en la que pasó la mayor parte de su vida. Hay señales para avalar tal deducción: el mes pasado el Consistorio aprobó su nombramiento como Hijo Adoptivo y, transcurrido casi siglo y medio, no es una locura deducir que las antiguas reticencias de las autoridades civiles y eclesiásticas hayan quedado atrás, más teniendo en cuenta que vivimos en un país que se precia de parecerse poco a aquél que fue una vez. El acto es sencillo, discreto, elegante. No hay discursos oficiales, sólo un actor y una actriz que van alternando el recitado de pasajes siguiendo una selección que, a grandes rasgos, permite hacerse una idea del argumento de la narración. Las autoridades, con el ministro a la cabeza, se sientan en las primeras filas, y es al reparar en ellas cuando advierto ausencias que me resultan tan inexplicables como llamativas. No está el alcalde de la ciudad, ni su concejal de Cultura, y tampoco distingo entre los presentes a ningún miembro del gobierno local —sí a varios ediles de la oposición, algunos a mi espalda y otros justo delante, de lo que infiero que las invitaciones han debido de llegar hasta los despachos de los representantes municipales—, y aunque a estas alturas no me pueda sorprender gran cosa sí que me resulta bastante descorazonador que ni uno solo de los gobernantes de la heroica ciudad haya conseguido hacer un hueco en sus agendas para mostrar cierto respeto a la novela que incorporó su nombre a la historia de la literatura universal, transmutada en esa Vetusta a la que algunos parecen pretender que, más o menos, se siga pareciendo.

Adagio para un país

"Las dos horas de representación se revelan como una montaña rusa en la que los espectadores viajamos de la carcajada a la conmoción"

Pueden caber muchos exilios dentro de la palabra «exilio», como me dijo una vez Antonio Muñoz Molina. Pienso en ello mientras asisto en el Teatro Valle-Inclán de Lavapiés a una de las últimas funciones de Misericordia, la obra en la que Denise Despeyroux lleva a cabo un exorcismo íntimo cuyas raíces se hunden en su propia biografía pero crecen hasta abarcar la historia reciente de todo un país. Ella, que nació en Montevideo y tuvo que exiliarse con sus padres cuando era sólo una niña, después de que los militares tomaran al asalto el gobierno de la nación, participó en los primeros ochenta en el llamado «viaje de los niños», un avión fletado desde España cuando la dictadura uruguaya comenzó a dar leves signos de apertura y en el que más de cien infantes viajaron a pasar las fechas navideñas con sus familiares varados en la orilla opuesta del Atlántico. Sobre ese episodio real pivota el argumento ficticio de una obra que transcurre en interiores y se expande y se contrae alrededor de cuatro personajes —sin contar a la propia autora, que en el tramo final aparece interpretándose a sí misma y recupera en una proyección las imágenes de una entrevista que le hicieron cuando era una niña y tomó parte en aquel viaje— que emplean las frivolidades cotidianas como una pantalla tras la que enmascarar sus demonios interiores. No es una obra lacrimógena, ni mucho menos previsible. Las dos horas de representación se revelan como una montaña rusa en la que los espectadores viajamos de la carcajada a la conmoción y en la que de una manera libre y natural, rabiosamente espontánea en ocasiones, la trama y los personajes se vuelven y se revuelven contra sí mismos para desvelar a contraluz las caras y las cruces de una existencia marcada por la impronta de una frustración de la que no son responsables pero sí víctimas. Tan conmovedor como divertido, el texto huye de las solemnidades y se apoya en el saber hacer de un elenco soberbio que exprime todo el jugo a unos diálogos planteados desde el conocimiento de causa y la reflexión, salpicados de una ironía que es ácida unas veces y tierna otras, y donde sin solución de continuidad se entreveran la alegría y la penumbra, la comedia y el espanto, para conjugar en pretérito perfecto una memoria cuyos pliegues esconden más de lo que muestran: la condena invisible de quienes, al verse exiliados de un país, terminaron condenados a exiliarse de sí mismos; la constatación de que en esos versos en los que Zitarrosa dejó dicho que basta un solo traidor para vencer a mil valientes subyace una verdad indeseable a la que tarde o temprano todos tendremos que asomarnos.

En Collioure

"Me escribe Milo para contarme que su hijo Marc ha aprendido de memoria su primera poesía y que es, como no podía ser de otra manera, una de Antonio Machado"

Me escribe Milo para contarme que su hijo Marc ha aprendido de memoria su primera poesía y que es, como no podía ser de otra manera, una de Antonio Machado. Leo su mensaje mientras desayuno en Collioure, en una mañana invernal en la que el sol no consigue despejar del todo la amenaza de la lluvia, pocos minutos antes de que empiece la jornada de homenajes que cada año por estas fechas organiza la fundación que se ocupa de mantener viva en estas latitudes del sur de Francia la memoria del poeta. Llegué ayer a media tarde, cuando el cielo ya andaba oscurecido, y tras dejar mis cosas en la habitación del hotel salí a dar un paseo por el pueblo, que estaba sumido en una noche prematura y silenciosa. Apenas me crucé con gente en mi camino junto al mar, y sólo a mi regreso la música estridente que provenía de un bar quebrantaba la tranquilidad acostumbrada en este lugar que es una tabla de salvación contra las inclemencias. Una luna llena resplandecía en lo alto y su reflejo trazaba un pasillo que se extendía por las olas y venía a morir ante mis pies, e hice unas fotos que enseñé algo más tarde, en la cena, a las amistades que he ido haciendo en el tiempo que llevo frecuentando estos parajes y con las que me reúno año tras año cuando agoniza febrero. Me ha incomodado atestiguar los destrozos que han hecho en la fachada del Bougnol-Quintana. Tras languidecer durante décadas, ha sido adquirido por una cadena de apartamentos para turistas: han colocado una especie de apósito arquitectónico para articular una terraza en cada piso, lo que permite que ahora los inquilinos puedan broncearse ante la ventana desde la que Machado contempló el mar por última vez. Pudo ser peor —Verónica me contó anoche que llegó a estar sobre la mesa una oferta de Burger King para montar allí una hamburguesería— y al menos han dispuesto en la planta baja un pequeño espacio de memoria en el que se exhiben las camas de la habitación donde velaron el cadáver, las mismas que yo vi cuando hace diez años conseguí que la familia me abriera el edificio y pude pasear por sus habitaciones antes de que todo dejara de ser como había sido. No puedo comentar nada de esto con Sergio Barba y Marie Rose Corredor, que emprendieron en estos últimos meses ese viaje aciago del que ya no se regresa, y apenas tengo tiempo de cruzar unas pocas frases con Jacques Issorel, discreto y educadísimo, que pronuncia unas calurosas palabras de recuerdo para sus queridos cómplices y abandona la escena luego, sin que nadie se percate de su ausencia hasta que es tarde para remediarla. Tras los fastos se abre una nostalgia rara y áspera en la tarde, un manto de nubarrones cubre el puerto y el frío se acentúa a medida que va volviendo la oscuridad. Leticia Ruifernández, que es la responsable de las acuarelas que ilustran una hermosa antología machadiana publicada por Nórdica, pinta la tumba en el cementerio unos minutos antes de la partida. Cuando salimos, mira por última vez hacia la enorme lápida gris y dice: «Venir aquí es como visitar a un amigo».

TITULO : REVISTA TENIS - Un Alcaraz aún con dudas y Bautista dan la victoria a España ante la República Checa,.

 

 

Un Alcaraz aún con dudas y Bautista dan la victoria a España ante la República Checa,.

Copa Davis

El murciano se dejó el primer set en su duelo ante Machac, que se retiró al inicio de la tercera manga con molestias en los gemelos. El castellonense sacó su mejor versión para acabar con Lehecka.

El dobles, también con Alcaraz, certificó el pleno de triunfos en la primera jornada,.

foto / Carlos Alcaraz, en su partido ante Machac,.

España inició a lo grande la fase de grupos de la Copa Davis, con dos victorias redentoras ante la República Checa que dejan a la vista las Finales del próximo mes de noviembre en Málaga. Venció Roberto Bautista, en su mejor versión de esta temporada, y lo hizo Carlos Alcaraz, beneficiado por la lesión de su rival, que le ganó el primer set antes de desplomarse físicamente. El murciano, que apenas dejó unos destellos en el regreso, al menos ha cambiado el gesto torcido que le acompañó en la gira americana. Ese nubarrón que descargó sobre él ira y frustración nunca vistas en su joven carrera.

Pero para recuperar la mejor versión de Alcaraz aún falta. Se impuso al número uno checo, Thomas Machac, en el segundo duelo de la eliminatoria, ya con España mandando en el marcador, pero dejó dudas sobre su capacidad para solventar situaciones de crisis. En el duelo coincidían dos medallistas olímpicos en París. Alcaraz, plata en individuales. Machac, oro en dobles mixtos junto a su compatriota Katerina Siniakova. Más allá de eso, las carreras de ambos transitan de momento por derroteros distintos. El español suma cuatro títulos de Grand Slam y llegó al número uno mundial antes de alcanzar la veintena. El checo, 23 años, aún persigue su primer éxito en el circuito. Este año lo tuvo cerca. Eliminó a Novak Djokovic en las semifinales de Ginebra, pero cayó en el partido decisivo ante Casper Ruud. En ello está.

El arranque de Alcaraz fue errático, a tono con su rival. Inconsistentes ambos al servicio y con demasiados errores y prudencias en sus golpes. Al murciano se le notaban demasiado las ganas por brillar en casa y cometía excesos. Tras penar en Cincinnati y Nueva York, desde que llegó a Valencia no le ha abandonado la sonrisa, esa es la verdad. Se le ha visto disfrutar de los entrenamientos y bromear con sus compañeros tanto como celebrar esta competición tan cerca de casa. «Estos días han sido muy positivos. Hay un gran equipo, nos llevamos muy bien y eso ayuda», dijo después de su triunfo, ya sueltos los nervios y la tensión.

Ante Machac tardó en carburar. No fue hasta el sexto juego cuando se le vio levantar el puño a gusto, justo después de un globo y una dejada de las suyas. Pero esos detalles de calidad no bastaban ante un rival que encontró en su saque el modo de hacer daño al número tres del mundo. Su martillazo, esquinado y con efecto, resultaba indescifrable para el de El Palmar, y permitió llevar esa primera manga al alargue del tie-break. Allí se corroboraron las dudas que aún pululan por la mente del español, incapaz de resolver a su favor tras verse con tres bolas de set en contra.

Pero Alcaraz aún no había dicho la última palabra, ni mucho menos. En el segundo set elevó el nivel y trabajó cada punto para mantenerse en la pelea. En el cuarto juego se ganó el primer break con una dejada inverosímil que Machac recibió como un puñetazo al mentón. Fue el momento en el que la balanza se decantó a su favor. El checo, además, tuvo que ser atendido de unas molestias en el gemelo en el juego siguiente, y se dejó ir hasta el 6-1 final.

No hubo oportunidad de más, porque los calambres en las piernas de Machac fue a más, y el checo tiró la toalla antes de acabar el primer juego de la manga definitiva. Alcaraz fue el primero en aplaudir a su rival por el esfuerzo. «No es la manera que quiero ganar -reconoció después ante las cámaras de televisión-. El partido de hoy era especial, quería hacerlo bien. Sentí la presión de ser el número uno del equipo en el primer set, pero sabía que tenía que estar ahí, darlo todo. En el segundo set he estado fuerte mentalmente, y ponérselo difícil al inicio creo que a él le ha pasado factura».

Un Bautista imponente

La eliminatoria le tocó abrirla a Roberto Bautista. El castellonense, el más veterano del equipo español, fue el héroe de la última Davis conquistada por España, en 2019. Compañero entonces en individuales de Rafa Nadal, se impuso en el primer partido de la final ante Canadá a Felix Auger-Aliassime y allanó el camino para que la selección levantará la sexta Ensaladera.

Hoy, el número dos español (62 del ranking mundial) no pasa su mejor momento. Como mejores resultados de la temporada solo puede presumir de unos cuartos de final en Mallorca y Hong Kong, dos ATP 250, al margen de la sorprendente cuarta ronda que alcanzó en Wimbledon. Con 36 años está en el tramo final de su carrera, y sin embargo ante Jiri Lehecka pareció el mismo que llegó al 'top ten' hace ahora cinco años.

Tuvo un inicio dubitativo, sí. Con un primer break en contra del checo a las primeras de cambio que hizo temer lo peor. Pero fue un espejismo. Bautista metió la directa para sumar doce de los siguientes trece puntos y dar la vuelta al marcador (3-2). Ya nunca más jugaría con el marcador en contra. En el siguiente juego, eso sí, desperdició dos bolas de break que hubiesen acelerado el desenlace, pero siguió dominando con otro juego en blanco con su servicio.

Lehecka, 22 años y semifinalista en abril en el Mutua Madrid Open, resistía a base de aces (sumó seis en ese primer asalto) hasta conseguir llevar el set al tie-break. Allí volvió a emerger el Bautista arrollador, encadenando un punto tras otro hasta disponer de seis bolas de set. Solo necesitó dos.

Hizo falta ese primer tie-break a favor para que el público se volcase completamente con su selección, para que en La Fonteta se empezase a respirar el ambiente de la auténtica Copa Davis. En ese ambiente, tan pleno ya después con Alcaraz, se disputó un segundo set en el que se evidenció que en este tipo de partidos importan más las emociones que el ranking. Lehecka adoleció de dureza mental cometiendo a cada poco errores groseros que le costaban puntos y le minaban la moral. Del otro lado, Bautista demostraba una fortaleza propia de quien ya ha vivido decenas de batallas como esa. Sólido desde el fondo de la pista y efectivo en sus golpes ganadores. Dos dobles faltas del checo en el tercer juego dieron la primera ventaja en el set al español y sacaron del partido a Lehecka, que ya no supo recuperarse y se acabó rindiendo en una hora y 48 minutos.

Cerró la jornada el enfrentamiento de dobles, en el que volvió a saltar a la pista Carlos Alcaraz, acompañando a Marcel Granollers. La pareja española derrotó en tres sets (6-7, 6-3 y 7-6) a la checa, formada por Jakub Mensik y Adam Pavlasek, y España termina la jornada en la primera posición del Grupo B, empatada a una victoria con Australia, que ganó el martes a Francia (2-1), pero en cabeza gracias a su pleno de triunfos ante los checos.

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