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foto / El grito perfecto es el título de la tercera parte de la nueva novela de Chuck Palahniuk, La invención del sonido. En ella el autor combina la historia de Gates Foster —un hombre obsesionado con la desaparición de su hija Lucinda, que vive entre páginas de pornografía infantil intentando identificar los rostros de los monstruos que secuestran a esos niños mientras el fantasma de su hija lo atormenta— con la historia de Mitzi, una ingeniera de sonido capaz de grabar los gritos más espeluznantes y realistas que una persona pudiera imaginar. Incluido su productor habitual, Schlo.
Foster es un personaje complejo, que el autor disecciona brevemente para trasladar la experiencia de quien sufre una pérdida que no queda totalmente cerrada y tiene la necesidad de encontrar un final. Para avanzar, las personas necesitamos saber que se ha cerrado totalmente un suceso y, en el caso de Foster, eso es lo que le sucede, con su hija atormentándolo de una forma en la que la línea entre la pena y el miedo se difumina hasta ser una neblina capaz de nublarlo todo. Y frente a él coloca a Mitzi y sus gritos. Planea sobre ella en un principio la duda sobre cómo consigue el realismo que le da la fama y el dinero, mientras Palahniuk logra que el lector se plantee qué tiene el cine de terror que hace que disfrutemos, por qué hay imágenes que se han convertido en icónicas, como la del horror que refleja el rostro de Janet Leigh en la famosa escena de la ducha en Psicosis. Ambos son clásicos en la literatura del autor: personas rotas por la vida que, si bien en esta ocasión vamos a ser capaces de entenderlos, no vamos a conseguir empatizar hasta el punto de que nos caigan bien, porque ambos nos arrastran inexorablemente a la oscuridad a través de una trama que se va retorciendo mientras deja pistas, a veces imposibles de seguir, que conducen a un final tan delirante como perfecto.
Palahniuk ha escrito una historia de historias que relata la violencia de Hollywood en una versión oscura y retorcida de un mundo que solo muestra su cara brillante. Una historia de terror sobre la mentira dentro de la ficción, y la realidad, por aterradora que sea, que se esconde detrás de esa mentira.
La invención del sonido es una novela con la que el autor demuestra no solo su capacidad para crear sino también su habilidad a la hora de manejar narrativas capaces de obligar al lector a seguir leyendo como si fuera un macabro voyeur.
TITULO : AQUI HAY TRABAJO - Las reclamaciones de contribuyentes contra Hacienda se disparan un 30% al calor del activismo fiscal de Sánchez,.
Las reclamaciones de contribuyentes contra Hacienda se disparan un 30% al calor del activismo fiscal de Sánchez,.
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TITULO: 80 cm - Roglic pone de moda el bicarbonato: de remedio contra la mala digestión a aporte decisivo para ciclistas y atletas ,.
Roglic pone de moda el bicarbonato: de remedio contra la mala digestión a aporte decisivo para ciclistas y atletas,.
La sustancia tan cotidiana en el ámbito casero es usada en el deporte para combatir la acidez muscular y reducir la fatiga. En España, está muy extendida su utilización en la élite del atletismo,.
Estamos en 1986. Italia. En el centro de preparación olímpica Acqua Acetosa un médico español que ha acudido a un intercambio científico con médicos del deporte de Roma, se interesa por un atleta italiano que está presentando síntomas gastrointestinales muy agudos. Con la idea de ayudarle, comienza a conversar con él. «Yo creo que son estos polvos blancos que nos dan», responde el deportista. Sorprendido, a su regreso a España, el médico comienza a experimentar con esta nueva sustancia en atletas de 400 metros. Era bicarbonato.
Primoz Roglic ha ganado la Vuelta 40 años más tarde. El ciclista esloveno lleva años colaborando con la compañía sueca Maurten y participando como voluntario en sus estudios con un nuevo preparado. Se trataba de experimentar con una tecnología exclusiva que permite encapsular las partículas de bicarbonato en un hidrogel (como si se tratara de algo similar a un puré) para no dañar el tubo digestivo.
«Ayuda especialmente en esfuerzos explosivos. Así que para contrarreloj y llegadas con un esprint cuesta arriba es ventajoso. Siempre elegimos los momentos muy conscientemente. Roglic y Van Aert lo toman aproximadamente unas 15 veces al año. Esa es la frecuencia recomendada». Así se expresaba el año pasado Mathieu Heijboer, supervisor del rendimiento físico de Roglic cuando militaba en el equipo Jumbo-Visma.
Los recientes Juegos Olímpicos también han subrayado la relevancia del bicarbonato. En la final de los 800 metros, el canadiense Arop protagonizó una segunda vuelta impresionante y estuvo a punto de ganar la medalla de oro. Al acabar la prueba reconoció que el bicarbonato le estaba ayudando: «Gracias a él he podido rebajar mis cronos este año». En España el uso del bicarbonato está muy extendido en la élite del atletismo. El especialista en 3.000 metros obstáculos Dani Arce lo utiliza, así como los corredores de 1.500 Mario García Romo y Adel Mechaal.
Han pasado cuatro décadas desde su primer uso en el deporte y la clave sigue estando en luchar contra la temible acidez muscular. Es la obsesión en los deportes de alta exigencia, cuando el músculo se pone a prueba hasta alcanzar sus límites. Los entrenadores y fisiólogos del esfuerzo siguen centrados en el efecto tampón, en combatir la acción nociva de la acidez en los deportistas, esos dolores de piernas que impiden a los atletas y ciclistas mantener ritmos elevados en las fases finales de una competición. Y la paradoja es que el bicarbonato, una sustancia tan cotidiana, tan utilizada para mejorar las digestiones en el ámbito casero, se ha convertido en un aporte decisivo para ciclistas y atletas.
El doctor Pedro Celaya, médico en su día de equipos ciclistas (Fagor, Motorola, US Postal, ONCE, Discovery, Astana, Radioshack) y experto en fisiología del esfuerzo, señala a ABC que «la acidez que se genera en el músculo como consecuencia del esfuerzo hay que neutralizarla. Siempre. El bicarbonato, que nunca ha estado prohibido, llegó al ciclismo en 1985 y con él se consigue una acidez regulada, que genera menos molestia y menos dolor muscular. También hay un efecto mental aquí, al deportista muy entrenado es muy importante quitarle la sensación de molestia, de sufrimiento. Antes se usaba por vía parenteral ((intravenosa, intramucular, subcutánea) y era más eficaz, pero esa vía se prohibió en 2010 y después pasó a usarse por vía oral exclusivamente».
«Diluido se tolera bien»
«Fueron los fisiólogos italianos los que pusieron de moda el bicarbonato en los años ochenta. Los corredores de fondo de Italia lo comenzaron a usar con muy buenos resultados, como el campeón olímpico de maratón Gelindo Bordin», afirma Dionisio Alonso, entrenador de prestigio de atletas como el mediofondista Jesús España o el maratoniano Alberto Juzdado. «Lo usábamos mucho también en carrera, disuelto en las bebidas del avituallamiento del maratón, junto a los aminoácidos ramificados y al BOI-K. Lo hemos utilizado también en entrenamientos en los que se iba a generar mucho ácido láctico, para tamponar. Bien diluido, una cucharadita por 200 mililitros, se suele tolerar bien».
El uso del bicarbonato en los deportistas debe hacerse con método y ha de ser llevado a cabo por personas con experiencia en su utilización. Hay médicos del deporte que recuerdan que en algunos ciclistas han aparecido episodios importantes de diarrea y que un uso muy repetido y exagerado en las dosis podría generar problemas de riñón.
El doctor Xabier Leibar es una eminencia en el mundo del rendimiento máximo. Ha supervisado la preparación de corredores de maratón, remeros, piragüistas… «El bicarbonato es eficaz, especialmente en esfuerzos de gran intensidad, con una duración de entre un minuto y medio y 6 minutos. En atletismo hay pruebas como los 800 o los 1.500 metros en las que presenta muchas ventajas. También ayuda en los ciclistas de velocidad, nadadores, remeros y piragüistas… pero hay que saber usarlo», indica el doctor Leibar. «Yo soy partidario de utilizarlo en los tres días previos a la competición, junto con la alimentación. Y la dosis hay que saber ajustarla en cada caso; si te pasas, el deportista tendrá disturbios digestivos, gases, molestias».
El fútbol se resiste
El mundo del fútbol no parece muy proclive a la utilización del bicarbonato como sustancia ergogénica. «En el Real Madrid no lo usábamos», señala el doctor Luis Serratosa, que trabajó en el club blanco durante una década, en contacto estrecho con los Zidane (en su época de futbolista), Sergio Ramos y los dos Ronaldos. «Yo considero que es una sustancia más apropiada y útil para los esprinters del ciclismo y para los mediofondistas en el atletismo, esfuerzos en los que se acumulan grandes cantidades de lactatos en poco tiempo. Lo fundamental es saber combatir combatir la acidosis, que es lo que limita la contracción muscular».
Antonio Serrano, el mejor entrenador español de mediofondo confirma que «el bicarbonato está de moda en el atletismo desde hace tres años. Frena la aparición del láctico y eso es muy interesante en los mediofondistas. Hay varios atletas de mi grupo que lo han utilizado y están contentos. Primero lo prueban en entrenamiento y después en competición: les ha ido bien».
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