miércoles, 25 de septiembre de 2024

Metrópolis - Nostalgia del futuro ,. / DIAS DE TOROS - Rafael de Julia, la más brava izquierda de la corrida concurso en Las Ventas,. / Retratos con alma - Adriana Lecouvreur’ desde un palco del Teatro Real,.

 

 TITULO: Metrópolis -  Nostalgia del futuro   ,. 

  El lunes - 7 - Octubre , los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.

  Nostalgia del futuro,.

 Nostalgia de futuro - Ediciones Encuentro

Si bien es cierto que hay libros que se reciben con un gusto inmenso, algo en ellos precipita desde el inicio cierta melancolía que de alguna forma condiciona la manera como navegaremos por sus páginas. Esto sucede precisamente con Antes del último día (Isla Negra Editores), una selección de trece de los cuentos más emblemáticos del escritor puertorriqueño Edgardo Sanabria Santaliz —nacido en San Germán, en 1951—, reconocido miembro de la llamada “Generación del 70” cuya vida laica tuvo un punto de quiebre en 1996, cuando se ordenó como sacerdote dominico.

"... que quienes conocen mis cuentos, no los olviden, y que quienes no los conocen, los recuerden una vez leídos"

Las razones para abrazar con regocijo este libro con un destilado de lo mejor de la narrativa de Sanabria Santaliz—galardonado con el Premio Juan Rulfo de Poesía en el año 2005, por su obra El arte de dormir en una silla de hospital son más que obvias para quienes hemos seguido la trayectoria de este doctor en Estudios Hispánicos de Brown University que ha dejado huella no solo como cuentista y poeta, sino también como ensayista y profesor. Por una parte, en el vastísimo lado luminoso, está el incuestionable privilegio de tener la oportunidad del reencuentro con varios de estos cuentos, algunos de los cuales se remontan a la década de los 80 —como los memorables El día que el hombre pisó la luna y Cierta inevitable muerte— así como de leer por primera vez otros que pudieron haber pasado por debajo del radar a sus lectores habituales. El propio autor nos da la pauta en su nota introductoria al citar a Jorge Luis Borges para explicar que con esta antología personal busca lo contrario al célebre argentino, que alguna vez dijo que “uno publica un libro para dejarlo atrás, para olvidarlo”. Sanabria Santaliz busca —asevera— “lo contrario: que quienes conocen mis cuentos, no los olviden, y que quienes no los conocen, los recuerden una vez leídos”.

Por otra parte —desde la acera un tanto sombría— es el mismo autor quien a renglón seguido nos expone a una nostalgia que comienza a hacerse sustancia a medida que leemos las pocas palabras con las que comunica de manera oficial su renuncia irrevocable a la escritura —tal y como lo hizo a la vida mundana hace dos décadas— porque, a diferencia de Borges —reflexiona—, “no vislumbro más escritura en el futuro… ya he dicho todo lo que tenía que decir, o, más bien, ya lo ha dicho —en sus propios términos— lo escrito por mí”.

Este anunciado silencio de Sanabria Santaliz determina de algún modo -decía al inicio- nuestra aproximación a estos relatos que parecerían adquirir nuevas resonancias según son ahora otros los vecinos que en esta antología les preceden o les siguen, impregnando con sus ecos silenciosos la sonoridad propia de cada uno de ellos.

Lo mejor del talento evocativo de este escritor queda de manifiesto en pasajes como en el que Lucila, personaje de ‘Ni la blancura de las cosas’, intenta comenzar a procesar la inminente muerte de su esposo a manos de un rival por el amor de otra mujer. “Lucila —escribe Sanabria Santaliz— se acercó a los fardos y permaneció arrobada, recopilando los pesares que desde entonces habrían de arrimársele igual que mimes, a todas horas y en todas partes, pero en especial cuando colara café el resto de los amaneceres que aún quedaban enfilados, cancelados por un cantar de gallo irremediable, pregonero de tiempos consagrados al martirio de la recordación”.

La pasión apalabrada de Sanabria Santaliz, fraguada en el cauce de los días cuando el realismo mágico detonó torrentes de vocaciones literarias en el mundo hispanoamericano, queda elocuentemente de manifiesto en el mencionado El día que el hombre pisó la luna, relato que aterriza en algún lugar de la geografía urbana puertorriqueña la épica del histórico alunizaje del 20 de julio de 1969, con el recuento de las calamidades que ese día vive una familia, desde la inundación de su maltrecho hogar que daña severamente la vasta hemeroteca del hijo de la dueña de la casa, a la desaparición de la tatarabuela Lencha en el salón central de ese mismo inmueble poblado por el fruto de treinta años de la prensa del país, cuarto que, adentro, “adquiría proporciones comparables a las de la casa entera , algo que no podía explicarse cualquiera que pasara el trabajo de explorar los pasillos y demás dependencias a la redonda”.

En fin, el intento exitoso de vencer el olvido a través de esta antología, navega con banderas desplegadas a bordo de un estilo y una prosa que sus lectores no podemos menos que agradecer y admirar profundamente, una prosa y un estilo que sus lectores no podremos menos que añorar —a partir de ahora— de manera igualmente intensa.

TITULO:  DIAS DE TOROS  -  Rafael de Julia, la más brava izquierda de la corrida concurso en Las Ventas,.


Rafael de Julia, la más brava izquierda de la corrida concurso en Las Ventas,.

Muy torero toda la tarde con el lote más destacado, de Concha y Sierra y Castillejo de Huebra, elegido mejor toro,.


foto / Rafael de Julia, con el toro de Concha y Sierra,.

 Se anunciaba una corrida concurso, una rivalidad ganadera en el prime time taurino del domingo. Sin Motos ni Broncanos. Otros encastes. Entre todos, una sangre que regaba una figura quijotesca y de brava zocata. No le den más vueltas: el verdadero triunfador del 15-S, de un concurso con un juego fake de las tres en raya, atendía al nombre de Rafael de Julia. Torerísimo de principio a fin, con el poso que da la vida, pese a la década sin anunciarse en la Monumental. Pisó el director de lidia el sitio de la categoría, el terreno donde los toros embisten, el lugar donde ruge Madrid. Todo envuelto en el clasicismo que no atiende a modas, ese que cala en pueblos,.

 

TITULO:  Retratos con alma - Adriana Lecouvreur’ desde un palco del Teatro Real ,.

 

La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.  

 

 Lunes - 7  - Octubre -  a las 22:40 horas en La 1 / foto,.

 Adriana Lecouvreur’ desde un palco del Teatro Real,.

La ópera ha servido de apertura de temporada, presidida por los Reyes por sexto año consecutivo,.

MADRID, 23/09/2024.- Ermonela Jaho (Adriana Lecouvreur) (c), durante un ensayo de la ópera "Adriana Lecouvreur", de Francesco Cilea, en el Teatro Real en Madrid. Los reyes presiden este martes la inauguración de la temporada 2024/2025 del Teatro Real, que da comienzo con la ópera 'Adriana Lecouvreur', un homenaje al teatro con tinte de época que recrea la trágica vida real de una actriz del siglo XVIII. EFE/ Javier del Real/Teatro Real / ***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA ...
 
La ópera "Adriana Lecouvreur" ha inaugurado la temporada en el Teatro Real,.

El público del Teatro Real se ha rendido al melodrama romántico italiano"Adriana Lecouvreur", un montaje de Francesco Cilea nunca antes representado en el escenario del Real, que ha servido de apertura de temporada, presidida por los Reyes este lunes 23 de septiembre por sexto año consecutivo. Con libreto de Arturo Colautti y bajo la dirección musical de Nicola Luisotti, ha sido respaldada con una ovación de nueve minutos por parte de los asistentes entre los que se encontraban, además de los Reyes, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, o el tenor Plácido Domingo.

La ópera, inspirada en la obra teatral homónima de Eugène Scribe y Gabriel Legouvé, relata la fama, amoríos, la relación de la legendaria actriz con el mariscal Mauricio de Sajonia (pareja de la celosa Madame de Bouillon), y la muerte en extrañas circunstancias, con apenas 38 años, de Lecouvreur.

Para este homenaje al teatro, han asumido el protagonismo las aclamadas Ermonela Jaho (la soprano albanesa da vida a la gran actriz de la Comédia Française) y la mezzosoprano letona Elina Garanca (quien encarna a su oponente, la princesa de Bouillon). Ellas son las verdaderas protagonistas de una historia basada en los celos entre dos mujeres que comparten un mismo amor.

El montaje, con dirección de escena de David McVicar, que acogió anoche el Teatro Real pasea por la verdadera leyenda que surgió en torno a la muerte de la artista del París de la primera mitad del siglo XVIII y ha recibido el respaldo de un público que ha reído en varias ocasiones.

"Adriana Lecouvreur" se reproduce en varios espacios intrigantes y cambiantes que ubican a los personajes en el París de la época en el que se movían los aristócratas. Precisamente, el escenario del Real se ha convertido, a través de una gran estructura de madera, en el esqueleto de un escenario del teatro francés al comienzo de la historia, dejando que el público presencie la actividad frenética entre bastidores y convirtiendo a los presentes en "voyeurs" de lo que ocurre.

El peso dramático de la ópera recae en gran parte sobre el vestuario dieciochesco, a cargo de Brigitte Reiffenstuel, que se vuelve a ubicar al público ante un drama parisino en el que la elegancia ha estado presente durante las tres horas de función.

El vestuario, principalmente los vestidos de tejidos sedosos y brillantes con colores, ha ido desde el amarillo más artificial que ha vestido Adriana (mostrando así su energía al comienzo) hasta el negro más sofisticado y centellante que ha envuelto a su rival, la princesa de Bouillon. Concretamente, las vestimentas femeninas, con siluetas pomposas y ornamentales a la vez que con líneas sueltas y vaporosas, además de amplios escotes con chaquetas entalladas y corsé, no han alejado el drama de la actualidad y han atrapando completamente al público a nivel visual.

Otro de los grandes pesos lo lleva la música, llena de minuets, madrigales e intermezzos con pastorales del siglo XVIII, que ha sido esencial para el viaje teatral por el que han paseado los asistentes, quienes lo han recibido con numerosos aplausos durante la puesta en escena, principalmente después de los números de Ermonela Jaho, Elina Garanca y Brian Jagde.

La ópera que ha abierto la temporada en el Teatro Real se basa en la verdadera leyenda que surgió en torno a la muerte de la artista Adrienne Lecouvreur, que fue una mujer que no se ciñó a las normas morales y sociales de la época, y que falleció tras una fatal enfermedad o, según algunas fuentes, asesinato.

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