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Castuera celebrará el sábado 4 de abril la IV Ruta de la Tapa
Un total de 16 bares y restaurantes participan en la cuarta ruta de la tapa que se celebra coincidiendo con la Semana Santa
Las preparaciones
más suculentas y características de la rica y variada gastronomía de la comarca
de La Serena y
local, podrán degustarse en Castuera el sábado, día 4 de abril, con
motivo de la celebración de la 'Ruta de la Tapa' que por cuarto año consecutivo organiza el
Ayuntamiento de la localidad.
El objetivo de esta cita gastronómica-festiva, en la que participan un total de 16 bares y restaurantes, es promocionar la calidad de la gastronomía del municipio y convertirla en un reclamo para animar a vecinos y visitantes a conocer y degustar el buen hacer de la hostelería local.
Las tapas ofrecidas por los establecimientos de hostelería y restauración participantes tendrán precio popular de 2,50 euros, importe que incluirá además una consumición de cerveza o refresco.
En esta edición podrán degustarse tapas y preparaciones con nombres tan sugerentes como: "Tósta de jamón fresco a dos salsas" (La Bellota de Oro), "Sabores" (El Palacete), "La prueba, muy riquita" (El Rinconcito), "Bocado extremeño" (La Piscina), "Tartaleta de hojaldres rellenas de gambas y frutos secos" (La Palma), "Chorizos hay muchos, lo nuestro es Codillo" (Los Naranjos), "Brocheta a la Cabra" (La Cabra), "Pastel de morcilla con bacalao" (El Paraíso), "Buen rollo" (El Coto), "Pecado extremeño" (Zurbarán), "Delicia Toscana" (La Toscana), "Timbal del Barón" (Barón del Pozo), "Tapa Patí" (El Plaza), "Tapa Guay" (Guay Club), "Brocheta Batikano" (Batikano), y "El bollo del Abuelo" (El Abuelo).
Como en las anteriores ediciones y para facilitar y premiar la participación, la organización ha elaborado un "rutero" en el que se incluye un plano de la localidad indicando la ubicación de cada uno de los bares y restaurantes que conforman esta cuarta edición de la ruta de la tapa que se desarrollará entre las 12:30 y las 19:00 horas.
Este "Rutero", que se podrá obtener en los establecimientos hosteleros participantes, servirá para que los consumidores voten en el espacio destinado a tal efecto después de que el camarero estampe el sello del establecimiento. Por cada tapa que consuman obtendrán un sello del establecimiento y cuando se haya votado al menos cinco tapas de cinco establecimientos distintos y recogido sus correspondientes sellos, se depositará el "rutero" en la urna de votación, que estará situada en lugar visible del establecimiento.
Otro aliciente añadido de esta IV Ruta de la Tapa de Castuera, es que los participantes entraran en un concurso de 4 comidas o cuatro cenas, para dos personas, con el que se premia la participación en esta "Ruta de la Tapa 2015".
TÍTULO: TAPAS Y BARRAS, EL NOVIO QUE NECESITABA AIRE,.
Sin embargo, en nuestras ciudades, viajar en el autobús urbano es una de las experiencias más entretenidas y pedagógicas que conozco porque aquí, al contrario que en el transporte público de Cataluña o de Madrid, la gente habla, y mucho, en el autobús.
Hay políticos que acusan a otros políticos de no pisar la calle, de no mirar a los ojos de la gente. Eso de mirar a los ojos sí parece una frase tradicional de la política extremeña impuesta no por Dalí, sino por Monago, que se ha extendido a toda España. Le dicen a don Mariano: «Señor Rajoy, viaje en metro y mire a los ojos de la gente».
Se trata de una frase retórica porque si a don Mariano o a cualquiera se le ocurriera viajar en metro e ir mirando fijamente a los ojos a la gente, se podrían provocar situaciones incómodas y denuncias por acoso visual.
En Cáceres es distinto. Aquí puedes viajar en el autobús urbano y no solo mirar a los ojos de la gente, sino también escuchar a la gente, hablar con la gente y hacerte amigo de la gente. Yo, particularmente, tengo amigos de autobús: nos contamos penas y alegrías y nos hacemos pequeños favores muy prácticos.
Aunque lo mejor del autobús son las conversaciones entre las viajeras, que te radiografían la realidad mejor que mil encuestas. En Cáceres, hay tres líneas del bus urbano (2, 5 y 1) que son pura literatura oral.
El otro día, subió en una de esas líneas una viajera y preguntó al conductor si se podían recargar ya las nuevas tarjetas por Internet. Antes de que le respondiera, la señora que se sentaba detrás de mí le soltó a su compañera de asiento: «Ahora, por el Internet, se puede sacar de todo. Hasta los novios». Su vecina, previsora, matizó lo de los amores virtuales: «Sí, pero cuidado, ya viste lo que le pasó a la hija de la Mari, que se ennovió con aquel callista de Granada y, en cuanto se vieron, la dejó».
Me conmovió saber de la hija de la Mari porque hace tres o cuatro años que conté su relación con el callista e incluso publiqué su emocionante historia en un libro. Pero ya ven... Lo dejaron. Bueno, en realidad no lo dejaron. Según la viajera del bus, la ruptura fue más vaga e inconcreta. «Él le dijo que se tenían que dar un tiempo. Ahora no te dicen que ya no te quieren, sino que se tienen que dar un tiempo», ironizó.
«¡Huy un tiempo! Un tiempo es lo que le estará dando a otra por ahí», manifestó con crueldad una nueva viajera, que se incorporó a la conversación sin ser invitada. Lo que más me desazonó de la frase fue la expresión «por ahí», tan ambigua y polivalente que provocó muchas risas.
En estas conversaciones, la risa suele dar paso a la nostalgia y a la melancolía. Y así fue. «Lo de ahora ya no tiene nada que ver con lo nuestro», comparó una señora. «Yo, con mi Antonio, estuve ocho años de novia y si llegamos a dejarlo, no vuelvo a encontrar un novio en condiciones». No pude contenerme y, fascinado por la expresión, me atreví a preguntar cómo eran los novios en condiciones. La aclaración fue explícita: «Pues un novio normal, no un viudo ni un solterón viejo».
Después, más comparaciones: «Antes, rompías con un novio y te dejaba de hablar hasta tu padre. Ahora, rompes dándole a la tecla del 'wasap' y no pasa nada».
«Al nieto de Ramona, el que trabaja en la carnicería, lo dejó la novia por el 'wasap' porque necesitaba espacio», apuntó una viajera. «Anda, y a mi nieta le dijo el novio que necesitaba aire», añadió otra. «¡Coño, tanto espacio y tanto aire! Pues que se vayan al campo», sentenció una tercera y, mirándome a los ojos, me preguntó: «¿No le parece a usted?».
El objetivo de esta cita gastronómica-festiva, en la que participan un total de 16 bares y restaurantes, es promocionar la calidad de la gastronomía del municipio y convertirla en un reclamo para animar a vecinos y visitantes a conocer y degustar el buen hacer de la hostelería local.
Las tapas ofrecidas por los establecimientos de hostelería y restauración participantes tendrán precio popular de 2,50 euros, importe que incluirá además una consumición de cerveza o refresco.
En esta edición podrán degustarse tapas y preparaciones con nombres tan sugerentes como: "Tósta de jamón fresco a dos salsas" (La Bellota de Oro), "Sabores" (El Palacete), "La prueba, muy riquita" (El Rinconcito), "Bocado extremeño" (La Piscina), "Tartaleta de hojaldres rellenas de gambas y frutos secos" (La Palma), "Chorizos hay muchos, lo nuestro es Codillo" (Los Naranjos), "Brocheta a la Cabra" (La Cabra), "Pastel de morcilla con bacalao" (El Paraíso), "Buen rollo" (El Coto), "Pecado extremeño" (Zurbarán), "Delicia Toscana" (La Toscana), "Timbal del Barón" (Barón del Pozo), "Tapa Patí" (El Plaza), "Tapa Guay" (Guay Club), "Brocheta Batikano" (Batikano), y "El bollo del Abuelo" (El Abuelo).
Como en las anteriores ediciones y para facilitar y premiar la participación, la organización ha elaborado un "rutero" en el que se incluye un plano de la localidad indicando la ubicación de cada uno de los bares y restaurantes que conforman esta cuarta edición de la ruta de la tapa que se desarrollará entre las 12:30 y las 19:00 horas.
Este "Rutero", que se podrá obtener en los establecimientos hosteleros participantes, servirá para que los consumidores voten en el espacio destinado a tal efecto después de que el camarero estampe el sello del establecimiento. Por cada tapa que consuman obtendrán un sello del establecimiento y cuando se haya votado al menos cinco tapas de cinco establecimientos distintos y recogido sus correspondientes sellos, se depositará el "rutero" en la urna de votación, que estará situada en lugar visible del establecimiento.
Otro aliciente añadido de esta IV Ruta de la Tapa de Castuera, es que los participantes entraran en un concurso de 4 comidas o cuatro cenas, para dos personas, con el que se premia la participación en esta "Ruta de la Tapa 2015".
TÍTULO: TAPAS Y BARRAS, EL NOVIO QUE NECESITABA AIRE,.
En el bus se habla mucho de los noviazgos por Internet y WhatsApp, foto,.
En Cataluña, rige una creencia tradicional, impuesta por Salvador Dalí y comentada por Gregorio Morán el otro día en La Vanguardia, según la cual, quien a los 40 años viaja en metro es que ha fracasado en la vida. En Extremadura, no hay metro ni rigen las tradiciones y ocurrencias dalinianas, pero recurrir al transporte público no abrillanta la imagen ni procura prestigio. En eso somos iguales que los catalanes, ya ven.Sin embargo, en nuestras ciudades, viajar en el autobús urbano es una de las experiencias más entretenidas y pedagógicas que conozco porque aquí, al contrario que en el transporte público de Cataluña o de Madrid, la gente habla, y mucho, en el autobús.
Hay políticos que acusan a otros políticos de no pisar la calle, de no mirar a los ojos de la gente. Eso de mirar a los ojos sí parece una frase tradicional de la política extremeña impuesta no por Dalí, sino por Monago, que se ha extendido a toda España. Le dicen a don Mariano: «Señor Rajoy, viaje en metro y mire a los ojos de la gente».
Se trata de una frase retórica porque si a don Mariano o a cualquiera se le ocurriera viajar en metro e ir mirando fijamente a los ojos a la gente, se podrían provocar situaciones incómodas y denuncias por acoso visual.
En Cáceres es distinto. Aquí puedes viajar en el autobús urbano y no solo mirar a los ojos de la gente, sino también escuchar a la gente, hablar con la gente y hacerte amigo de la gente. Yo, particularmente, tengo amigos de autobús: nos contamos penas y alegrías y nos hacemos pequeños favores muy prácticos.
Aunque lo mejor del autobús son las conversaciones entre las viajeras, que te radiografían la realidad mejor que mil encuestas. En Cáceres, hay tres líneas del bus urbano (2, 5 y 1) que son pura literatura oral.
El otro día, subió en una de esas líneas una viajera y preguntó al conductor si se podían recargar ya las nuevas tarjetas por Internet. Antes de que le respondiera, la señora que se sentaba detrás de mí le soltó a su compañera de asiento: «Ahora, por el Internet, se puede sacar de todo. Hasta los novios». Su vecina, previsora, matizó lo de los amores virtuales: «Sí, pero cuidado, ya viste lo que le pasó a la hija de la Mari, que se ennovió con aquel callista de Granada y, en cuanto se vieron, la dejó».
Me conmovió saber de la hija de la Mari porque hace tres o cuatro años que conté su relación con el callista e incluso publiqué su emocionante historia en un libro. Pero ya ven... Lo dejaron. Bueno, en realidad no lo dejaron. Según la viajera del bus, la ruptura fue más vaga e inconcreta. «Él le dijo que se tenían que dar un tiempo. Ahora no te dicen que ya no te quieren, sino que se tienen que dar un tiempo», ironizó.
«¡Huy un tiempo! Un tiempo es lo que le estará dando a otra por ahí», manifestó con crueldad una nueva viajera, que se incorporó a la conversación sin ser invitada. Lo que más me desazonó de la frase fue la expresión «por ahí», tan ambigua y polivalente que provocó muchas risas.
En estas conversaciones, la risa suele dar paso a la nostalgia y a la melancolía. Y así fue. «Lo de ahora ya no tiene nada que ver con lo nuestro», comparó una señora. «Yo, con mi Antonio, estuve ocho años de novia y si llegamos a dejarlo, no vuelvo a encontrar un novio en condiciones». No pude contenerme y, fascinado por la expresión, me atreví a preguntar cómo eran los novios en condiciones. La aclaración fue explícita: «Pues un novio normal, no un viudo ni un solterón viejo».
Después, más comparaciones: «Antes, rompías con un novio y te dejaba de hablar hasta tu padre. Ahora, rompes dándole a la tecla del 'wasap' y no pasa nada».
«Al nieto de Ramona, el que trabaja en la carnicería, lo dejó la novia por el 'wasap' porque necesitaba espacio», apuntó una viajera. «Anda, y a mi nieta le dijo el novio que necesitaba aire», añadió otra. «¡Coño, tanto espacio y tanto aire! Pues que se vayan al campo», sentenció una tercera y, mirándome a los ojos, me preguntó: «¿No le parece a usted?».
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