TITULO: Cartas Olvidadas - Aerotrastornados,.
Aerotrastornados,.
La mujer grabó el vídeo después de que el hombre le riñera porque no podía comer tranquilamente en su bandeja. Lo reclinó otra vez cuando el hombre terminó de comer. Que si quieres arroz, Catalina. Otro pollo. Vale que el tío se convirtió en el Michael Douglas de 'Un día de furia' (aéreo) y que no tengo muy claro qué pasó ahí (la auxiliar de cabina se puso de lado de él), pero que sepan quienes echan para atrás el respaldo para vuelos de apenas dos horas que son odiados por la otra parte de la humanidad que no lo hace.
Observo estos días en un hospital que la gente se cansa de que los ascensores tarden y usan el de urgencias de la UCI. Sin urgencia alguna. Sin educación alguna. Claro que los de ahora no son esos «confortables aviones modernos» de los que hablaba Chaves Nogales. Pero los modales tampoco son para tirar cohetes. Hay más aerotrastornados que nunca.
TITULO: Cartas en el Cajon - Viajar en un tren con agujeros,.
Viajar en un tren con agujeros,.
Los últimos de la vía. Ferrobús y camello acabaron en Extremadura antes de ir a Venezuela y Portugal,.
En 1984, aún había trenes entre Cáceres y Astorga y eso me permitió coger un ferrobús que salía de Salamanca al atardecer camino de Palazuelo Empalme. Nunca olvidaré aquel tren. Llevó una docena de viajeros hasta Guijuelo y después quedamos en el convoy un señor que daba voces y parecía un poco raro y un servidor. El revisor miraba hacia atrás, veía a un tipo dando voces y a otro desesperado con cara de alucinación y agotamiento, que suspiraba a cada rato con mucho sentimiento, y debió de pensar que mejor se quedaba con el maquinista y no se aventuraba por el fondo por lo que pudiera pasar.
Nuestro vagón tenía un agujero en la carrocería, exactamente en el suelo. Se veían las traviesas pasar vertiginosamente. Bueno, tampoco muy vertiginosamente porque aquel cacharro no pasaba de 50. Como era junio y hacía ya calor, el agujero en el fuselaje funcionaba como aparato de aire acondicionado y el señor que gritaba y un servidor viajábamos tan ricamente, fresquitos y sin que nadie nos molestara ni tan siquiera para pedirnos el billete. Pero a mí me mosqueaba un poco lo del agujero, me parecía inaudito. El caso es que, picado por la curiosidad, decidí abandonar el vagón de los extravagantes y acercarme a la cabecera del tren. El revisor, al ver que me aproximaba, se puso en guardia, pero yo le sonreí para tranquilizarlo y le planteé mi duda.
«Oiga, mire, por favor, mi vagón tiene un agujero en el suelo, ¿no será peligroso, verdad?», pregunté. El revisor respiró aliviado, como si hubiera esperado antes un atraco que una pregunta, y respondió con amabilidad y mucha información: «No se preocupe, no pasa nada. Lleva así un par de meses, pero no lo arreglamos porque ya hace buen tiempo y porque el mes que viene, estos ferrobuses se los vamos a vender a Venezuela». Agradecí la información, volví junto al señor de los alaridos y, suspirando con ardos y a conciencia, continué viaje hasta que en Plasencia supe que era padre de un niño.
Me acuerdo ahora de aquel ferrobús y me pregunto si seguirá circulando por las vías venezolanas con su agujero refrescante. Y me acuerdo de aquel tren porque acabo de leer que los portugueses, para atender a la cantidad de viajeros que cogen los 'comboios' en verano en la ruta del Duero, alquilaron a España aquellos trenes camello que solo circulaban por Extremadura y por alguna que otra región secundaria y marginada. El otro día, le preguntaron al ministro portugués de transportes por 'as automotoras camelas' (así las llaman allí). El ministro, ironizando, pidió que por favor no le hicieran hablar de las 'camelas' porque no han dejado de tener averías desde que las alquilaron en 2010.
Ferrobuses con agujeros circularon por nuestras vías en los 80, cuando ya no los querían en ningún sitio. De aquí se fueron a Venezuela. Los renqueantes camellos también acabaron aquí sus días, antes de alquilárselos a Portugal. ¿Si algún día tengo un nieto, vendré a verlo en AVE o en un R-598 con agujeros?,.
TITULO: REVISTA TENIS - Nadal ya está en México para asaltar el número 1 en Acapulco,.
Nadal ya está en México para asaltar el número 1 en Acapulco,.
El tenista manacorí aterrizó en México para disputar la próxima semana el Abierto Mexicano de Acapulco. Podría salir como número 1 dependiendo de lo que Djokovic en Dubai.
foto / Rafa Nadal ya está en México para competir la próxima semana en el Abierto Mexicano de Acapulco (24-29 febrero), en un torneo habitual en el calendario del tenista manacorí en los últimos años. Poco después de su llegada, se entrenó bajo la supervisión de Carlos Moyá y de Tomeú Salvá.Nadal, ganador del torneo en 2005 y 2013, buscará su tercer título en el torneo mexicano, donde el año pasado cayó en octavos de final ante Nick Kyrgios y en 2017 perdió en la final ante Sam Querrey.
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