TITULO: Domingo -20- Junio - LIARLA PARDO - Pablo Alborán ,.
El domingo -20- Junio a las 18:00 por La Sexta, foto,.
Pablo Alborán confiesa por qué decidió separar "la familia de la música": "Me juré no volver a llevarlos a entregas de premios",.
El artista cuenta en este vídeo qué experiencia personal le llevo a "entender que la industria, la familia y la música son cosas diferentes", motivo por el que decidió separarlas.Pablo Alborán ha confesado en Liarla Pardo el motivo por el que decidió separar "la música dela familia", que vino tras las nominaciones a los Grammy que tuvo por su primer disco. "Me juré no volver a llevarlos y entendí que la industria, la familia y la música son cosas diferentes", ha expresado.
Además, el artista ha contado que perdió "todos los concursos" a los que se presentó durante su infancia y adolescencia. Sin embargo, eso no le hizo tirar la toalla, sino que buscaba "constantemente la oportunidad", algo que considera que "es importante poner en valor", el hecho de "no perder un solo tren e intentar aprovechar las oportunidades, disfrutar y aprender de ellas". "El 'no' de un concurso no quiere decir nada", ha defendido.
TITULO: ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Malta, Gozo y Comino ,.
Españoles en el mundo - Malta, Gozo y Comino,.
TITULO : Escala
humana - Radiografía del botiquín: ¿qué debe contener y qué no? ,. , Miercoles -16- Junio ,.
El Miercoles -16- Junio a las 21:00 por La 2, fotos,.
Radiografía del botiquín: ¿qué debe contener y qué no?,.
Jabón, gasas, vendas, tijeras... pero no medicamentos, advierten los expertos,.
Todos tenemos, o deberíamos tener, uno en casa. Hablamos del botiquín, ese maletín de primeros auxilios del que echamos mano cuando se produce un accidente doméstico. Heridas, contusiones, hemorragias o quemaduras leves pueden desinfectarse y aliviarse con el jabón, las gasas, el antiséptico, las tiritas... Si es que tenemos así de bien equipado el botiquín, claro. Aquí, una orientación.
¿Qué sirve de botiquín?
Puede servir cualquier caja de metal o de plástico resistente que se cierre herméticamente, preferiblemente con cierre de palanca que con llave, para que se abra fácilmente en caso de urgencia.
¿Dónde guardarlo?
«Idealmente, en un lugar ni demasiado húmedo ni demasiado seco, y lejos de una fuente directa de calor. Por eso, la cocina o el baño no son los sitios más recomendables», advierte Juan Jesús Hernández, portavoz del área de Salud de Cruz Roja. «También debe estar fuera del alcance de los niños muy pequeños, para evitar que se dañen con objetos de su interior, como las tijeras. A partir de los 7 u 8 años, tanto ellos como el resto de los ocupantes de la casa deben saber dónde encontrarlo y cómo utilizarlo».
El botiquín, además, debe ser transportable, para llevarlo allá donde se necesite, y hay que procurar reponer periódicamente los productos gastados y/o caducados.
¿Qué debe contener?
Desde Cruz Roja sugieren: jabón para lavarse las manos y para lavar la lesión antes de proceder a su cura; cepillo de uñas, guantes de un solo uso; gasas, en sobres unidosis de 4 o 5 unidades para limpiar heridas y contener hemorragias (nunca con algodón, porque pueden quedar fibras en el interior de la zona afectada e infectarla); esparadrapo; antiséptico incoloro (tipo clorhexidina) o coloreado (tipo povidona yodada); tiritas; triángulos de tela, para inmovilizaciones y vendajes improvisados; agua oxigenada, para detener hemorragias de la piel y de la boca, no como desinfectante; vendas; termómetro; crema hidratante para quemaduras; gasas con vaselina; bolsa de hielo sintético, para reducir la inflamación; tijeras con punta redondeada; pinzas de punta fina, para eliminar cuerpos extraños atrapados en la herida; manta termoaislante de color oro o plata; linterna; y libreta de papel y lápiz o bolígrafo, para anotar las indicaciones que nos dé el personal médico por teléfono o detalles importantes. Asimismo, es conveniente tener a mano un listado de teléfonos útiles, como el de emergencias (112), el de familiares cercanos, el del centro de salud o el del Servicio de Información Toxicológica, entre otros.
¿Qué no debe contener?
«Medicamentos. Si algún miembro de la familia tiene prescrita medicación, esta deberá guardarse en un botiquín aparte», advierte Hernández. «El motivo es que, aunque un analgésico (paracetamol, ibuprofeno…) puede aliviar un dolor leve, si el botiquín se utiliza para atender a una persona ajena al hogar que tenga alguna alergia que desconozcamos a algún fármaco, podemos provocar un problema mayor. Por ejemplo, tradicionalmente se incluía en el botiquín una pomada antihistamínica para las picaduras, pero a algunas personas les provocaba reacciones alérgicas».
¿Cuándo ir a Urgencias?
Dependerá de la gravedad y de la evolución de la lesión. Hernández destaca: «lo esencial es utilizar el sentido común. Si la hemorragia no frena, la herida es muy profunda, la quemadura tiene una superficie de afectación grande o tras una primera cura se aprecian signos de infección (inflamación, supuración...) habrá que ir. Y, siempre que se produzca una pérdida de consciencia, aunque sea leve, será esencial que haya una valoración médica, para descartar posibles problemas cardíacos, un hematoma subdural o una hemorragia intracraneal, entre otros».
Prevenir riesgos y educar a los menores en primeros auxilios
Dentro del domicilio, lo fundamental para evitar accidentes domésticos es la prevención. ¿Cómo? Por ejemplo, no dejar utensilios cortantes (cuchillos, tijeras…) al alcance de los niños, mantener el suelo libre de obstáculos o evitar las superficies resbaladizas, entre otras cuestiones básicas.
También es importante que los menores sepan cómo actuar en caso de emergencia. «Nosotros utilizamos la conducta PAS para instruir en los primeros auxilios. La sigla responde a los términos Proteger, Alertar y Socorrer. Proteger consiste en eliminar los elementos que puedan ser peligrosos. Por ejemplo, si se rompe un vaso, lo primero será limpiar los cristales para no cortarse. Alertar es llamar para pedir ayuda. Un menor de entre 6 o 7 años debe estar capacitado e instruido para llamar al 112, de manera que la ayuda llegue cuanto antes y que el personal de emergencias le pueda asesorar sobre cómo proceder con el accidentado. Socorrer es practicar los primeros auxilios, lo cual dependerá de la edad del menor para poder realizarlo o no», detalla Juan Jesús Hernández.
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LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - El testamento más puñetero de la historia ,.
LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - El testamento más puñetero de la historia ,. , fotos,.
El Miercoles -16-Junio a las 22:00 por antena 3,.
El testamento más puñetero de la historia
En la historia de las últimas voluntades hay casos poco convencionales, desde un heredero que se comunicaba a través de la güija hasta una competición de natalidad,.
La condición de no dejarse bigote
Para hacer un testamento realmente curioso hay que currárselo un poco, porque la historia ya empieza a estar llena de gente que ha dejado todos sus bienes a su mascota y cosas así. La originalidad suele radicar en dos puntos. Uno consiste en establecer condiciones más o menos caprichosas y más o menos irritantes para que los herederos accedan al 'botín'. En este punto, resulta obligado recordar al insigne poeta alemán Heinrich Heine, de quien cuentan que se lo dejó todo a su esposa con la condición de que se casase de nuevo: de esa manera, escribió, habría al menos un hombre que lamentase su muerte. Pero también podemos encontrar ejemplos tan delirantes como el de Henry Budd, el inglés del siglo XIX que repartió su interesante fortuna entre sus dos hijos, con la condición de que ninguno de los dos se dejase jamás bigote. La otra vía hacia la originalidad está en buscarse herederos inesperados. Ahí pocos pueden rivalizar con Helen Dow Peck, la estadounidense que en 1958 dejó más de 150.000 dólares a John Gale Forbes, una presencia con la que había contactado a través de la güija. La señora Peck estaba convencida de que el misterioso Forbes era un paciente de una institución psiquiátrica, capaz de proyectarse telepáticamente, pero nadie logró dar con él y el testamento acabó anulado.
Un paréntesis de casi un siglo
El rey de los testamentos puñeteros es seguramente el del multimillonario estadounidense Wellington Burt, un magnate de la madera y la minería que abandonó este mundo en 1919, cuando poseía el equivalente a mil millones de euros actuales. Burt, un tipo duro que de joven había navegado en cargueros, estableció pequeñas asignaciones anuales para sus descendientes (con la excepción de una hija, a la que dejó sin nada) y ordenó que el grueso de su fortuna no se repartiese hasta 21 años después de que el último de los nietos que tenía entonces hubiese fallecido. La nieta en cuestión murió en 1989, de modo que la herencia se hizo efectiva por fin en 2010, tras un paréntesis de casi un siglo. Hubo doce beneficiarios: la más joven, Christina Cameron, de 19 años, recibió tres millones pero no se mostró muy ilusionada, ya que su abuelo y su madre habían fallecido (dos años antes él, tan solo unos meses atrás ella) sin llegar a ver satisfecha la obsesión que había marcado sus vidas. «Esto ha sido más bien una maldición», declaró la joven.
Elegidos al azar en la guía telefónica
El caso del portugués Luís Carlos de Noronha Cabral da Câmara apareció en la prensa de todo el mundo hace catorce años. Luís Carlos era un aristócrata solitario y amante del exceso que, a los 29 años, acudió a un notario con un propósito singular: quería nombrar setenta herederos elegidos al azar del listín telefónico de Lisboa. Antes, eso sí, tuvo que someterse a un severo interrogatorio para demostrar que no se había vuelto majareta. Murió en circunstancias poco claras trece años después y los setenta desconocidos se hicieron cargo del pisazo de doce habitaciones en la capital, la casa de campo, las dos motos y los ahorros. Según la revista '¡Hola!', pudo inspirarse en la película 'Si yo tuviera un millón', de Ernst Lubitsch, que parte de una ocurrencia idéntica.
El demencial 'Derbi de la Cigüeña'
Hay testamentos que rezuman resentimiento, pero otros vienen a ser la travesura definitiva. El abogado y financiero canadiense Charles Vance Millar, fallecido sin descendencia en 1926, ya se había ganado cierta fama de bromista en vida, pero lo redondeó con sus últimas voluntades. Dejó sus participaciones en una cervecera a unos clérigos enemigos del alcohol y su casa de vacaciones en Jamaica a tres tipos que se detestaban entre ellos, con la condición de que la compartiesen. Pero la cláusula más famosa de su testamento es la que reservaba una fortuna para la mujer de Toronto que más hijos tuviese en un plazo de diez años. Empezó así el llamado 'Derbi de la Cigüeña', una loca carrera de procreación en la que acabaron empatando cuatro mujeres, con nueve vástagos cada una. Se llevaron a sus atestados hogares 110.000 dólares, un par de millones de hoy. ¿Divertido? Sí, pero no tanto para quienes se quedaron con ocho hijos y sin premio en plena Gran Depresión, o para la mujer que tuvo diez y le descontaron la mitad por ser «ilegítimos», o para la que parió once pero vio cómo le rechazaban los tres que nacieron muertos.
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