TITULO: Tarde de café - Golf - Jon Rahm prolonga su racha de cortes pasados en majors sin disfrutar en el British ,.
Tarde de café - Golf - Jon Rahm prolonga su racha de cortes pasados en majors sin disfrutar en el British - , fotos,.
Jon Rahm prolonga su racha de cortes pasados en majors sin disfrutar en el British,.
El vasco (+2) afronta el fin de semana a 12 golpes del líder, el estadounidense Brian Harman (-10), tras dos primeros días en los que ha sufrido más que otra cosa,.
No hay día cómodo para Jon Rahm en este Abierto Británico, al menos no ha podido disfrutar en las dos primeras jornadas, que le han servido para pasar el corte pero le dejan muy lejos de los líderes con el fin de semana por delante. El vasco cerró el viernes con un bogey de esos que duelen, porque uno era un putt dado pero había metido muchos más difíciles durante la mañana. Ese fallo le dejó con un recorrido de 70 golpes, uno por debajo del par, que no le permite remontar todo lo que tenía previsto. Afronta el fin de semana con +2, una tarjeta que al menos le permitió pasar el corte, cosa que no estuvo del todo clara en algunos momentos, y elevar su racha a 17 grandes consecutivos jugando el fin de semana.
«Estoy orgulloso de haber luchado en los momentos que hacía falta. He hecho bajo par, que es complicado en un campo como este. Voy a recordar los cuatro putts que he fallado desde cuatro pies, que es algo que no te puedes permitir en un grande, pero creo que he maximizado mi ronda. Obviamente mi juego me deja un sabor amargo por cómo fue el último», aseguraba Rahm acordándose todavía de ese hoyo 18 que era un par claro y la bola no quiso entrar. «De lo que estoy orgulloso es de mi lucha después de los bogeys del 9 y el 10. Justo en los hoyos que seguían, el día se podía haber liado mucho y no ha pasado. El tercer golpe del 12 me ha dado ánimo para seguir bien y creo que, en general, ha sido un buen día», continuaba. «Me da pena el putt del 10 y el del 18 pero por lo demás fue un buen día, aunque no estuve particularmente bien con los hierros. Sí que salvé muy buenos pares y mantuve la vuelta en su sitio», comentaba en sala de prensa.
«El final no lo afronté con la idea de ir haciendo birdies en los dos últimos porque luego el fin de semana no sabes qué va a pasar y quizá siempre haya alguna oportunidad», terminaba Rahm, que arrancará hoy a 12 golpes del líder, Brian Harman (-10), que hizo magia ayer con una ronda de -6 con cuatro birdies y un eagle en el 18.
Adrián Otaegui es el español mejor colocado con dos bajo par en el global y un +2 ayer, del que decía que no había jugado mucho peor que el jueves, aunque dejó la bola tan cerca para tener putts claros de birdie. El resto de españoles: Pablo Larrazabal, Josele Ballester, Nacho Elvira, Alejandro Cañizares y Jorge Campillo dijeron adiós, igual que Adri Arnaus, penúltimo y muy sincero. «El campo me ha dado un buen repaso, he caído en todos los bunkers que podía coger. Ha sido duro, pero me va a servir para sumar experiencia».
TITULO: Documaster - «El gran Gatsby», sobre los excesos y las agitaciones sociales,.
«El gran Gatsby», sobre los excesos y las agitaciones sociales,.
La icónica obra de F. Scott Fitzgerald lo tiene todo: amor apasionado e imposible, un contexto histórico polémico y alusiones al racismo de los años 20,.
Debe ser un instinto del ser humano el de dejarse llevar por las románticas palabras de Francis Scott Fitzgerald, pues cuando una lee «El gran Gatsby» lo hace sin esfuerzo. La forma en que trata el amor, el encuentro apasionado entre dos personas que se necesitan y entrelazan, es una de las más hipnotizantes de la literatura americana. En este clásico, el autor narra la historia de amor entre el millonario Jay Gatsby y la joven rica Daisy Buchanan, a quien conoció en su juventud y a la que ama con todas sus fuerzas. En el libro, las descripciones de sus primeros encuentros, de sus primeras relaciones íntimas, de sus miradas y sus besos, son capaces de erizar la piel del lector menos romántico. Pero si algo deja claro Fitzgerald en esta historia es que el dinero no lo puede todo... y el amor, tampoco.
La novela se publicó el 10 de abril de 1925 por la editorial Charles Scribner’s Sons. Si bien al principio no obtuvo una gran acogida, fue con el tiempo que «El gran Gatsby» se convirtió en un clásico de la literatura americana. Pues bien, todo conocedor de su trama sabrá que Gatsby hace todo lo posible para volver a llamar la atención de Buchanan. Llega a la cumbre de la alta sociedad, se convierte en el millonario más codiciado de América, se hace amigo de toda persona influyente del país y, ante todo, organiza las fiestas más exageradas del mundo. Todo ello, con la única y firme pretensión de que Daisy acuda a una de ellas, de volver a encontrarse con su amada y vivir junto a ella lo que le quede de vida. No obstante, ella está casada, y sus planes no salen como lleva toda su vida intentando... Así lo ve Fitzgerald, y así lo lamentamos sus lectores: no, el dinero no puede comprar el amor ni la fidelidad de una persona.
Jazz y alcohol ilegal
Con esto, si otro hay elemento en la trama de «El gran Gatsby» lo hace un volumen tan exitoso también es su trasfondo histórico. Fitzgerald elabora un magistral escenario –la calidad y precisión de sus descripciones hacen que el lector llegue a trasladarse a esa época– en el que se vive el auge económico de la América de la posguerra, del jazz y el alcohol ilegal. Se trata de la Ley Seca, un tiempo en el que, tal y como el autor escribiría más tarde en un ensayo, «toda una raza se volvió hedonista, decidiendo sobre el placer».
Y es que Fitzgerald refleja de forma tan realista y vívida los años 20 americanos que incluso los pensamientos racistas de entonces están presentes, ante todo, a través del personaje de Tom Buchanan, el marido de Daisy. Es el caso, por ejemplo, de cuando menciona un libro publicado en 1920 por Lothrop Stoddard, titulado «El surgimiento de los imperios de color», y en el que se defiende que hay personas de calidad superior y otras inferiores. Unos asuntos que podrían ser hoy comidilla de la cultura de la cancelación, que incluso podría llegar a reescribir este inmejorable título. ¿Será Fitzgerald el próximo autor censurado? ¿Es que acaso no son de valorar sus cualidades narrativas, tan penetrantes y ejemplares?,.
TITULO: Al Médico - ¿Es cierto que meterse el dedo en la nariz puede causar Alzheimer o demencia?,.
¿Es cierto que meterse el dedo en la nariz puede causar Alzheimer o demencia?,.
Un equipo de investigadores, demostraron que una bacteria puede viajar a través del nervio olfativo de la nariz y llegar al cerebro desencadenando patologías que se parecen a las del Alzheimer y la demencia,.
Aunque es un acto que intentamos no realizar en público, todos nos hemos hurgado la nariz, con o sin pañuelo, en algún momento. Y las razones son varias: molestia, aburrimiento, nerviosismo... Sin embargo, según un nuevo estudio científico, este hábito podría ponernos en riesgo de desarrollar Alzheimer y demencia. Un equipo de investigadores de la Universidad de Griffith, Australia, demostraron, en un ensayo con ratones, que una bacteria conocida como Chlamydia pneumoniae, puede viajar a través del nervio olfativo de la nariz y llegar al cerebro, desencadenando patologías que se parecen a las del Alzheimer y la demencia.
Asimismo, la bacteria “Chlamydia pneumoniae” no solo está relacionada con el Alzheimer, es la responsable del 5 al 20% de la neumonía y también se la ha relacionado con el asma y un mayor riesgo de cáncer de pulmón.
En el estudio se explica que hurgarse la nariz podría tener graves impactos a largo plazo para nuestra salud, ya que la bacteria puede infectar de manera mucho más sencilla el sistema nervioso central a través del nervio olfativo. El profesor James St John, de la Universidad de Griffith, Australia, dijo en un comunicado: “Observamos esto en ratones y la evidencia también es potencialmente aterradora para los humanos”. Para el estudio, St John y varios investigadores infectaron ratones con la bacteria “C. pneumoniae” y descubrieron que la nariz era una de las formas más claras de provocar una infección en el cerebro. Una vez en el sistema nervioso, los ratones desarrollaron placas hechas de la proteína “beta amiloide”, que es la misma que se observa en las personas con Alzheimer.
“Somos los primeros en demostrar que la Chlamydia pneumoniae puede subir directamente por la nariz y llegar al cerebro, donde puede desencadenar patologías que se parecen a las de la enfermedad del Alzheimer”, confesó St John en un comunicado. Los seres humanos necesitan el revestimiento interno de la nariz para evitar que las bacterias suban por el nervio olfativo hacia el cerebro, por lo que debemos protegerlo. “Hurgarse la nariz y arrancarse los pelos de la nariz no es una buena idea. No queremos dañar el interior de nuestra nariz y pellizcarnos y depilarnos puede hacerlo”, relató St John.
¿Hurgarse la nariz puede desencadenar realmente Alzheimer?
Aunque podría ocurrir, es extremadamente improbable, lo cierto es que el estudio nunca se propuso averiguar si la bacteria “Chlamydia pneumoniae” provocaba Alzheimer o demencia. Su objetivo era determinar la probabilidad de que la intrusión repetida en la mucosa nasal les diera a los agentes infecciosos los medios para llegar al cerebro a través del nervio olfativo. Lo que sugieren es que las personas que realizan repetidas intrusiones en la mucosa nasal tienen una gran probabilidad de que las bacterias y los virus migren al cerebro y activen un estado que tiene el potencial de inducir la neurodegeneración. En otras palabras, el estudio presenta escenarios teóricos que explican cómo las bacterias podrían desencadenar el Alzheimer, aunque no responde si hurgarse la nariz puede ser una causa real.
Otros estudios sobre el Alzheimer,.
Este hallazgo se suma a los últimos estudios significativos entorno a la enfermedad, donde también destaca un estudio reciente que reveló que las personas mayores de 65 años que han padecido Covid-19 tienen un 80% más de probabilidades de desarrollar Alzheimer dentro del año posterior a la infección. Se descubrió que aquellos que se encuentran dentro de este grupo de edad tienen entre un 50 y un 80% más de riesgo de desarrollar esta forma de demencia que aquellos que no han tenido el virus.
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