DESAYUNO - CENA - VIERNES - LA IZQUIERDA GAZPACHO, fotos,.
La izquierda gazpacho
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Acabada la política de gestos, llega el tiempo de las transformaciones
Eso era hablar de política y esa charla marcó un punto de inflexión y desencanto tan fundamental en mi despertar adolescente como mi desengaño con el deporte cuando, siendo mesa de baloncesto, escuché a los árbitros, en el vestuario durante el descanso, decidir cuál de ellos pitaría para que ganara el equipo de casa.
Hay mucha prosa contando la pérdida de la inocencia adolescente a partir de una experiencia sexual. A mi, la verdad, el primer beso me despertó poco, pero aquellos árbitros y aquel secretario general me marcaron para siempre. Vino luego un tiempo político en el que la izquierda, más que ser austera, sacrificada y ejemplar, se convirtió, primero, en 'gauche divine', y después, en izquierda caviar, que era un apelativo exagerado y simbólico, pero que en Extremadura llegó a ser literal: cuando la Diputación de Cáceres sacó a concurso la hospedería La Serrana de Piornal, en las despensas había partidas de caviar caducado. Y todo acabó como acabó.
Vivimos hoy un tiempo de gestos que, quizás, acabe siendo un tiempo de transformaciones. Por ahora, con los gestos me conformo. De nuevo, la política vuelve a los tiempos en que ser de izquierdas o querer cambiar la sociedad implicaba actuar de acuerdo con esas ambiciones. Es decir, vuelve a parecer que los políticos de izquierda quieren cambiar la vida, no cambiar sus vidas. Y han empezado por ellos mismos.
Ni comidas a la carta, ni sueldos estratosféricos, ni dietas sustanciosas, ni vinos de honor, ni entradas gratis, ni coches oficiales para todos, ni guardaespaldas a lo grande, ni asistentes... Yo lo llamo demagogia ni-ni o a la inversa: si me critican por hacer todo lo anterior, es fácil desmontar las críticas, solo tengo que conducir mi coche y pagarme la entrada de los toros para ganarme el aplauso y el reconocimiento general.
Sin embargo, ironías aparte, no están mal los gestos. Al fin y al cabo es lo que pretendía a los 18 años mi yo adolescente con ansias de santidad, igualdad, austeridad y socialismo. Si se generalizan los menús del día, los utilitarios privados, los sueldos bajos y la eliminación de prebendas, la política se convertirá en un acto de servicio, renuncia y sacrificio (Vara ya ha contado que algunas personas no han querido ser consejeros ni directores generales porque perdían el 30% del sueldo).
Reconforta este primer capítulo de la nueva política: gestos, gestos y más gestos. Es una moda, cierto, pero bienvenidas sean las modas que nos reconcilian con la política. El problema es que quedarse en los gestos no basta. Hablar de política no puede ser hablar de listas electorales. Hay que emprender medidas transformadoras y eso es más complicado.
Esta gesticulación de la renuncia y el sacrificio tiene cierto tufillo de adanismo y complejo de Peter Pan que inquieta. A la gente acaba cansándole el gesto si su vida no cambia y quien pasaba por santo en julio acaba siendo un tontón inocente en diciembre. Sigue siendo difícil ser de izquierdas. En los 80, hubo transformaciones (sanidad y educación para todos) sin gestos. Ahora tenemos gestos. Esperamos las transformaciones.
TÍTULO: EN PORTADA,.
Nueva oportunidad de ver en televisión el reportaje que rodamos en México.
Que la narcopolítica se había incrustado en el corazón de las instituciones mexicanas, es un secreto a voces. Que las cifras de violencia son insostenibles,
también. Que México se ha convertido en uno de los principales
productores de heroína y que su principal mercado son los Estados
Unidos, es un dato conocido. Que la revuelta ciudadana contra la
violencia no es nueva, también. Sin embargo, ha sido la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Rural de Magisterio de Ayotzinapa, el acelerador que ha situado a México en un tiempo nuevo.
Nada volverá a ser igual después de Ayotzinapa: los mexicanos se sienten inseguros y exigen respuestas propias de un Estado de derecho.
Cómo acabar con la impunidad se ha convertido en el principal tema de
conversación de México, un país con el orgullo herido y avergonzado de
su imagen exterior.
El 27 de enero, cuatro meses después de la desaparición de los estudiantes, la Procuraduría General de la República dio a conocer el resultado de su investigación: la “verdad histórica”, según sus palabras. De acuerdo con esta versión, los estudiantes fueron secuestrados por policías municipales a las órdenes de los Guerreros Unidos, -el principal grupo de narcotraficantes del Estado de Guerrero-, tras ser confundidos con integrantes de una banda rival. Después fueron eliminados y calcinados a alta temperatura, tan elevada que la investigación forense no ha podido determinar, -excepto en un caso-, que las cenizas recogidas en el basurero de Cocula, sean los restos de los desgraciados muchachos.
Pero ni las familias ni las organizaciones de derechos
humanos, se dan por satisfechas. El Informe de la Fiscalía se ha hecho a
partir de las declaraciones de los detenidos, pero no hay certeza
científica del homicidio, dada la imposibilidad de extraer el ADN de las cenizas.
Los padres se agarran a este hecho, como la última posibilidad de que
los muchachos puedan seguir retenidos y con vida. Han decidido continuar
con su lucha: son campesinos, pero no tienen nada que perder y su
determinación es más fuerte que su pobreza.
La noche más oscura de México
En Portada viaja al Estado de Guerrero, el corazón de la violencia en México
Da voz a supervivientes y familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa
Un equipo recorre los cerros de Iguala donde yacen cientos de desaparecidos
Flecos de la Revolución
En México hay 17 escuelas rurales de magisterio. Fueron uno de los logros de la Revolución y sus principios de justicia e igualdad. Por las aulas de las escuelas rurales, pasan los hijos de los campesinos que quieren ser maestros. Estudian en régimen de internado y reciben una educación crítica que irrita profundamente a las autoridades federales. Esa es la extracción social de los 43 estudiantes secuestrados: 43 semillas de maestros desaparecidos en la noche más triste de Iguala.El 27 de enero, cuatro meses después de la desaparición de los estudiantes, la Procuraduría General de la República dio a conocer el resultado de su investigación: la “verdad histórica”, según sus palabras. De acuerdo con esta versión, los estudiantes fueron secuestrados por policías municipales a las órdenes de los Guerreros Unidos, -el principal grupo de narcotraficantes del Estado de Guerrero-, tras ser confundidos con integrantes de una banda rival. Después fueron eliminados y calcinados a alta temperatura, tan elevada que la investigación forense no ha podido determinar, -excepto en un caso-, que las cenizas recogidas en el basurero de Cocula, sean los restos de los desgraciados muchachos.
23.000 despariciones forzadas
El número de desaparecidos en México crece de año en año: 23.000 desde el 2007. En la mayoría de los casos, se trata de desapariciones involuntarias o forzadas: de secuestros promovidos por criminales vinculados al narcotráfico, que se deshacen de sus víctimas y que han convertido al país en un inmenso cementerio. Tal y como recuerda Human Rights Watch en uno de sus informes -y con la excepción de las detenciones que ha habido tras la desaparición de los estudiantes-, en México no hay un solo criminal consignado por el delito de desaparición forzada.“La guerra contra las drogas ha provocado en México un número de muertos superior a los soldados norteamericanos que fallecieron a lo largo de 10 años de guerra en Vietnam“La guerra contra las drogas en México, de la que Felipe Calderón hizo el eje de su presidencia, ha sido un gran fracaso y lejos de combatir el crimen, ha disparado las cifras. En apenas una década se han producido más de 100.000 asesinatos. Según la OMS cuando la tasa es mayor de 10 asesinatos por cada 100.000 personas, se considera epidémica. En México es de 16,7 aunque en algunos estados como Guerrero ha llegado a superar el 60%. La guerra contra las drogas ha provocado en México un número de muertos superior a los soldados norteamericanos que fallecieron a lo largo de 10 años de guerra en Vietnam.
Un emocionante retrato del México más dolorido
El equipo de En Portada ha visto de cerca el dolor, la extorsión y la muerte. Subir a los cerros de Iguala acompañando a los familiares de otros desaparecidos es una experiencia tan dramática como inolvidable. Entre la vegetación hay restos de ropa y enseres personales. Pertenecen a los desaparecidos, cuyos restos no están lejos.“El drama de los 43 estudiantes ha espoleado el deseo de centenares de familias, que reivindican la detención de los culpables y enterrar con dignidad a sus seres queridos “Los familiares y las llamadas policías comunitarias, formadas por vecinos voluntarios, han aprendido a localizar las fosas y las marcan, esperando que las autoridades desentierren a las víctimas. El drama de los 43 estudiantes ha espoleado el deseo de centenares de familias, que reivindican la detención de los culpables y enterrar con dignidad a sus seres queridos. De todo esto trata el próximo En Portada. Víctimas de la extorsión, familiares de desaparecidos y testimonios, como los de Elena Poniatowska, Javier Sicilia, Luis Hernández Navarro (Jefe de Opinión de “La Jornada”) ; Javier Hernández Valencia, (Alto Comisionado de la ONU) y otros muchos, nos ayudan a hacer el retrato preciso y doloroso del México más violento
TÍTULO: VIERNES SABADO CINE - MI VIDA AHORA,.
- Reparto
- Saoirse Ronan, Tom Holland, Anna Chancellor, George MacKay, Corey Johnson, Sabrina Dickens, Sophie Ellis, Harley Bird, Natasha Jonas, Boyd Rogers,.
- Una joven americana que está de vacaciones con su familia en la campiña inglesa, de repente, tiene que ocultarse y luchar por su supervivencia ante el estallido de la III Guerra Mundial.
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