TAPAS Y BARRAS - LA GASEOSA DE VARA, fotos,
La gaseosa de Vara,.
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El presidente cuenta en su diario que come con 'casera blanca',.
La gaseosa blanca con vino tinto era antes sinónimo de fiesta. Yo solo la tomaba en agosto, cuando mi padre cogía vacaciones y compraba cada mediodía una gaseosa blanca en el bar de la esquina. La gaseosa, si era naranja, además de fiesta, simbolizaba lujo. Pero los tiempos han cambiado tanto que tomar hoy gaseosa blanca es el paradigma de la austeridad y la sencillez. La de color, sea naranja, limón o cola, mantiene todavía resabios de pompa.
El presidente Fernández Vara escribe un diario llamado 'El Cuaderno de Guillermo'. Es una mezcla de desahogo sentimental y narración del día a día que contiene pinceladas de interés. Me divirtió leer el 13 de julio que, viniendo de Sevilla, había parado a comer en el área de servicio 'Leo' de Monesterio y había tomado por 10 euros el menú del día: ensalada de verano, magro con patatas, helado, pan, café, vino y casera blanca. De lo que se deduce, primero, que Vara es de los que llaman danone a los yogures, papel albal al papel de aluminio y casera a la gaseosa; segundo, que a fuerza de presumir de austeridad, eso que yo llamo la simbólica demagogia nini (ni vinos de honor, ni comer a la carta, ni dietas, ni palcos, ni coches oficiales), está promocionando la manera más racional de comer fuera de casa: los ricos y baratos menús del día de los restaurantes extremeños, difíciles de encontrar hace seis años y tan extendidos y apetitosos hoy.
Pero me quedo con la tercera deducción: Vara toma gaseosa blanca, que es algo así como el colmo populista de eso que el presidente llama ser gente normal. La gaseosa es la bebida más humilde, más de pueblo y más proustiana que existe, entendiendo como tal la recuperación del tiempo perdido, ya sea con un trago o con un bocado. En tiempos, cada pueblo tenía su gaseosa y hasta mi abuelo, en Ceclavín, tuvo su propia fábrica de esta bebida. Por haber, había hasta una gaseosa de Eljas, que tenía el recio nombre de La Vaquera, era famosa en los contornos y competía en la sierra con La Esperanza, otra gaseosa que fabricaban en Gata.
Cuentan que uno de Ciudad Real fue una vez a Madrid, pidió en un bar una gaseosa de su pueblo: «Póngame una Higiénica» y le respondieron que allí no despachaban compresas. En Facebook, hay una página llamada: 'Yo también pedí un Dux fuera de Torrejoncillo', que se refiere al habitual refresco gaseoso de Domingo González Dux, que los torrejoncillanos bebían en su pueblo y creían que se vendía en toda España. También tenían gaseosa La Torrejoncillana y unos licores locales llamados Dimon's.
La primera fábrica de gaseosa de Cáceres estuvo en un palacio de la parte antigua, la famosa Casa del Sol. La abrió el farmacéutico Joaquín Castel, llegado desde Chía (Huesca). De las gaseosas clásicas, en Extremadura se pueden beber o, al menos, se bebían hace nada, La Exquisita de Navalmoral, que se empezó a hacer en 1956, y La Molina de Béjar, muy popular en Plasencia y los valles cercanos.
Las gaseosas más famosas eran La Casera, La Pitusa y La Revoltosa. La Casera ha llegado a ser tan importante que, además de aparecer en 'El Cuaderno de Guillermo' englobandolas a todas: «Calidad y buen precio (...) vino y casera blanca», en el año 2001 fue comprada por la multinacional de bebidas Cadbury-Schweppes.
En el restaurante 'Us Cazadoris' de San Martín de Trevejo, tienen una interesante colección de gaseosas tras la barra. Además de algunas de las ya mencionadas, tienen botellas de Zar de Ourense, La Angélica de Ciudad Rodrigo, Cano de Jarandilla, De la Cal Martín de Cubillos de San Martín o La Blasonica de Saelices.
Las gaseosas blancas tienen nombres muy femeninos. En Ciudad Real, había una llamada Dulcinea y otra nombrada La Minerva. Y puestos a ser simbólicos, durante los últimos cuatro años, Vara debió de beber mucha gaseosa Deseada de Torralba de Calatrava. Ahora que ya ha conseguido lo anhelado, podría beber otra famosa casera blanca de nombre rotundo: La Invencible.
TÍTULO: UN PAIS PARA COMERSELO - ESPAÑA TAMBIEN SUSPENDE EN MOTIVACIÓN,.
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Los malos resultados en PISA no son solo en conocimientos. Varios estudios apuntan a que el sistema educativo hace poco hincapié en la perseverancia y otras habilidades no cognitivas,.
Los alumnos españoles no solo saben menos, sino que están peor motivados que los de Finlandia. O son menos perseverantes, o pierden antes la concentración. Un par de estudios elaborados a partir de los resultados del informe PISA apuntan a que los conocimientos no son lo único que determina los resultados de estos exámenes, ya que España también va con retraso en la actitud de sus estudiantes.
«Estudios recientes relacionan ciertos rasgos de la personalidad con unos mejores resultados académicos, laborales o de salud», aseguran Pau Balart, economista de la Universidad Carlos III de Madrid, y Antonio Cabrales, de University College London, en un trabajo que trata de identificar los déficits del sistema educativo español más allá de la adquisición de conocimientos. Lo que llaman «las habilidades no cognitivas». Aspectos como su perseverancia, su motivación o su capacidad para mantener la concentración. También en estas facetas los alumnos españoles están entre los peores de todos los países de la OCDE. Aun así, no está claro exactamente qué falla, ni qué puede hacerse para remediarlo.
«Sabemos que son habilidades no cognitivas, pero no podemos identificar cuáles en concreto», afirma Balart. «Puede ser falta de motivación, o de perseverancia, o simplemente cansancio». Esta incertidumbre surge por la manera de medir estas habilidades, que no es capaz de hilar tan fino. «Es una técnica bastante reciente, diseñada por dos autores holandeses», explica el investigador. Estos se dieron cuenta de que el rendimiento de los alumnos baja conforme avanzan en los exámenes; de que es más probable responder correctamente a las primeras preguntas que a las últimas. Esto ocurre en general, y también en los test de PISA. «Y las preguntas se ordenan de distinta forma en cada examen, así que sabemos que no es que sean más difíciles las últimas que las primeras», recalca Balart. Como los conocimientos del estudiante no varían durante el examen, la conclusión de los economistas es que ahí aflora su personalidad y su capacidad de mantener el tipo hasta el final.
Esta caída del rendimiento en los exámenes no es igual en todos los países. En algunos es muy pronunciada mientras que en otros apenas se nota. Según un estudio elaborado con los resultados del informe PISA de 2006, España es el octavo país de la OCDE donde más afecta este problema. Finlandia, el país con mejores resultados en general, también fue en el que menos diferencias hubo entre las primeras y las últimas preguntas. De media, los estudiantes españoles pierden el doble de rendimiento que los finlandeses cuando hacen un examen. En otros países como Grecia o Israel, la diferencia se va al triple. ¿Por qué? «No lo sabemos», dice Balart, que sí sugiere algunas pistas que han identificado con lo que les permiten los datos disponibles, y algunas hipótesis que han descartado como las interrupciones en clase, el mes de nacimiento, el número de libros en casa o cursar más de un año de educación infantil. En cualquier caso, si se ajustan los resultados descontando la caída del rendimiento en el examen, España no sale tan mal parada y sube varios puestos en la clasificación de países. Incidir en el desarrollo de habilidades no cognitivas, por tanto, puede ser otro camino para mejorar el rendimiento de los estudiantes españoles. También les faltan.
Según los datos de Balart y Cabrales, existe la posibilidad de que sí exista una relación entre el gusto por la lectura y un menor decaimiento del rendimiento en los exámenes. «Hemos encontrado una correlación que podría indicar que fomentar la lectura puede ofrecer buenos resultados en este sentido, pero no tenemos conclusiones suficientemente robustas como para asegurarlo», indica el economista. No están seguros de cuál es la causa y cuál el efecto. Donde sí tienen más certezas, sin embargo, es en los efectos positivos de que haya chicas en clase. Del éxito de los grupos mixtos. «Las chicas acostumbran a hacerlo mejor en los exámenes que los chicos, y parece que esto se canaliza hacia ellos», asegura Balart.
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