lunes, 3 de diciembre de 2018

La sonrisa del pelícano - Esta noche cruzamos el Mississippi -Sale a información pública el gran parque fotovoltaico en Talayuela ,./ Mira Quién Baila - Comer en las Escolapias,.

TITULO: La sonrisa del pelícano -  Esta noche cruzamos el Mississippi - Sale a información pública el gran parque fotovoltaico en Talayuela ,.
 

 La sonrisa del pelícano - 
 
 La sonrisa del pelícano fue un programa español de televisión emitido por Antena 3, Presentado y dirigido por Pepe Navarro,.

 Esta noche cruzamos el Mississippi,.
 
 Esta noche cruzamos el Mississippi fue un programa de televisión producido y presentado por el periodista Pepe Navarro y emitido por la cadena española Telecinco entre el 18 de septiembre de 1995 y el 10 de julio de 1997. Se emitía de lunes a jueves en la franja del late night., etc.
 Crónicas marcianas,. 


 Sale a información pública el gran parque fotovoltaico en Talayuela ,.

Sale a información pública el gran parque fotovoltaico en Talayuela

Genia Extremadura Solar tiene previsto invertir más de 186 millones de euros, foto.

El Ministerio de Política Territorial y Función Pública ha sometido a información pública la construcción de un gran parque fotovoltaico de 300 MW en el municipio cacereño de Talayuela, en el que Genia Extremadura Solar tiene previsto invertir más de 186 millones de euros.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado el anuncio de la Delegación del Gobierno en Extremadura por el que se somete a información pública la solicitud de autorización administrativa de construcción y declaración de utilidad pública de la planta y su infraestructura de evacuación.
La planta se ubicará en el paraje conocido como Cerro Verde, en el término municipal de Talayuela, con una superficie total de 797,10 hectáreas.
El proyecto, denominado Talayuela Solar, incluye una subestación eléctrica de transformación y una línea de evacuación de la energía de 21,4 kilómetros, que conectará la planta con la subestación eléctrica de Arañuelo y que afectará a los términos municipales de Talayuela, Rosalejo, Peraleda de la Mata y Navalmoral de la Mata.
Hace un año, la Junta de Extremadura y la empresa Genia Extremadura Solar firmaron un protocolo de intenciones, por el que la mercantil mostraba su voluntad de construir y explotar la planta solar fotovoltaica que generaría más de mil empleos en su construcción.
La planta producirá hasta 600 GWh /año de energía, suficiente para cubrir las necesidades de electricidad de 150.000 hogares.
Su construcción podría iniciarse a finales de 2018, con un plazo de ejecución de 12 meses.
La planta está diseñada para que su disponibilidad sea superior al 98,5 %, lo que permite a sus promotores acudir al mercado PPA (contratos bilaterales) y actuar como una central energética más.

TITULO:   Mira Quién Baila - Comer en las Escolapias,.

Comer en las Escolapias,.

Un niño observa a su plato de macarrones con tomate , foto.

Un niño observa a su plato de macarrones con tomate :: HOY/En los antiguos internados nadie protestaba en el comedor,.

Una monja vigilaba con autoridad y eficacia el comedor de las alumnas internas de las Escolapias de Mérida. Era una sor fría que no gritaba, pero controlaba con precisión y firmeza aquel gran salón repleto de muchachas desayunando, comiendo, cenando... Bastaba que la monja vigilante dijera tu nombre para que bajaras la cabeza y te aplicaras con la comida. Una vez sirvieron torreznos churruscados y las internas pretendieron escapar al ojo de halcón de la sor arrojándolos hacia donde estaban los carros con los platos usados de la sopa. La monja vigía no se inmutó, pero al llegar el postre, recorrió las mesas obligando a las lanzadoras de torreznos a recogerlos de los platos usados y a comérselos.
Sucedió también que las internas mayores empezaron a decir que la miga del pan no debía comerse porque engordaba mucho y las chicas, adolescentes al fin y al cabo, querían tener buen tipo, así que arrancaban la miga, hacían una bola con ella, se la guardaban en el bolsillo del guardapolvo y comían solo la corteza. Pero no consiguieron engañar a la monja alférez: al salir, las estaba esperando en la puerta del comedor, registraba a las que llevaban bolas de miga de contrabando y las obligaba a comérselas allí mismo.
El otro día estuve en el colegio Paideuterion de Cáceres. Ha cambiado mucho, tanto como las Escolapias de Mérida. En mi antiguo colegio, el Paidu, ya no hay internos ni tiemblan los alumnos aterrorizados al escuchar la voz tronante del director de mi época, don Aurelio Luna Soto (jamás olvidaré su nombre ni sus dos apellidos). En el Paideuterion, los alumnos internos comían todos los días cocido. No había otra cosa y se lo comían sí o sí. En los patios y las aulas, a partir de la una, olía siempre a garbanzos con todo.
En la Universidad Laboral de Zamora, el vigilante del comedor era don Paco, un hombre bajito y fuertote que te hacía comer de manera expeditiva: al primer mohín de desagrado, capón y tentetieso. Los daba con maestría, eran golpes suaves, pero te producían un dolor tan intenso y desgarrador que los internos sospechábamos que había hecho algún curso de tortura para poder manejar con solvencia un comedor con 300 muchachos.
Cuando llegué a estudiar a Salamanca, pasé dos años en el colegio mayor Hernán Cortés hasta que me expulsaron, no por comer mal, sino por hacer campaña política contra el director, candidato a senador por Alianza Popular en las elecciones del 77. Nos echó a 50, pero allí la cosa ya empezó a degenerar. Se comía muy bien, podías pedir una botellita de vino Campo Viejo previo pago y lo único que desentonaba era que la ensaladilla y los filetes de carne picada no se llamaban rusos, sino ensaladilla nacional y filetes españoles. Por rebelarnos frente a la gastronomía patriótica, nos echaron a la calle.
Como ven, antes, nos educaban en una cocina de combate en la que comías o comías, sí o sí, sin rechistar, protestar ni escaquearte. De esa educación estricta de comedor con torreznos, migas de pan y ensaladillas nacionales, hemos salido unos hombres y unas mujeres que comemos lo que nos echen, nos gusta de todo, no sabemos de pamplinas, melindres ni pamemas. Quien ha comido un torrezno churruscado y frío empapado en sopa de otro come después lo que le echen.
Vayan ahora ustedes a casa de algún conocido, reparen en sus nietos, fíjense en alguna comida familiar en un restaurante... Gritos, llantos, negativas... Ahí sí que hay pamplinas, melindres y pamemas. Niños que comen todos los días lo mismo, como en el Paideuterion de los 60, pero no cocido, sino espaguetis, filetes de pollo y poco más.
En los comedores escolares, no esperen monjas estrictas vigilando ni un don Paco sacudiendo capones. No se trata de eso, claro que no, pero la estrategia materna de lentejas, si quieres las comes y si no, las dejas... para la cena, funciona. O nos ponemos serios o en el futuro solo comeremos croquetas y san jacobos.

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