Alpine, el puro placer de conducir,.
Haber conducido el de 1974, ganador dos veces del Rally de Montecarlo, y el actual es un privilegio al alcance de muy pocos,.
En 1974 poseía uno de los 1.954 Alpine Renault que FASA-Renault fabricó en Valladolid entre 1967 y 1978. Con el realicé el viaje de novios, más bien un 'raid' de 2.475 kilómetros: Cáceres (mi nacencia), Badajoz, Toledo, Ciudad Real, Mota del Cuervo, Valencia, Barcelona, Zaragoza, Salamanca, Cáceres y Badajoz.
El original Alpine francés llegó a ser en 1966 el coche galo más rápido, 215 km/h. Era un todo detrás, motor y tracción trasera, mecánica del R-8 del que tomaba incluso los pilotos traseros, con potencias de 66 hasta 127 CV. El 1300 de FASA tenía el motor del R-12 TS.
Un biplaza muy bajo, tanto que si aparcaba cerca del bordillo el pasajero tenía el culo más bajo que la acera. Dado su poco peso, aluminio y fibra de vidrio, su relación peso/potencia le hacía tener buena aceleración. Ganó dos rallies de Montecarlo, en 1971 y 1973.
El Alpine actual
Con el nuevo hemos intentado hacer el mismo recorrido y es una gozada su conducción.El que está a la venta se fabrica en la legendaria factoría Alpine de Dieppe (Francia). Es más largo, ancho y alto que el primitivo, pesa más, pero tiene mucha más potencia, 252 CV que le otorgan una aceleración exclusiva de los deportivos, 4,5 segundos de 0 a 100 km/h y velocidad punta de 250 km/h, autolimitada desde fábrica.
Lo que más nos ha gustado es su velocidad de paso por curvas, y eso que no es un tracción integral. Pero su bajo centro de gravedad, unido al motor central le hace ser neutro, salvo cuando se roza el límite de la física al acelerar dentro de la curva (cosa que no es normal), notando que se va de delante, o mejor dicho, que las ruedas traseras, la de la tracción, sujetan tan bien que el eje delantero parece flotar.
Como en el original, el acceso no es cómodo y mucho menos la salida, pero ello se pasa por alto al ser un deportivo nato.
El cambio automático de siete marchas, tipo doble embrague, con levas tras al volante, es muy rápido, imprescindible en el modo de conducción Sport, sistema que varía el par motor, el cambio, el ruido del escape (hay petardeos tanto en aceleración como en reducción), el control de tracción y el de estabilidad, pasando el consumo de 8 litros de media a 150 km/h a los 11 litros. Otro modo del cambio, además del manual, es que estira las marchas hasta las 4.000 vueltas, y el límite de vueltas (7.000) varía la zona roja según la temperatura del motor.
También permite una salida racing no utilizable en ciudad, el 'Launch Control'. Solo puede usarse 10 veces al día y con un intervalo de 10 minutos, o 1.500 veces en la vida del automóvil. Pisando el freno con el pie izquierdo se acelera a tope con el derecho, y cuando en el cuadro salta un aviso se suelta el freno y la aceleración es casi de Fórmula 1. Solo se puede hacer en llano, en recta y con buen asfalto.
El puesto de conducción se asemeja a un monoplaza, piernas estiradas, volante vertical y asiento baquet que sujetan bien en curvas. En cartera la versión S, con 292 CV (69.200 euros), monta cinturones de seguridad arnés de cuatro puntos.
De su antepasado conserva parte de las formas, como la luneta trasera, la cual se abre para tener acceso al motor, si bien toda la información está el cuadro digital que cambia según los modos de conducción, complementado con la pantalla central táctil de 18 centímetros donde vemos las temperaturas del aceite motor, valvulina del cambio y del aceite del doble embrague, del aire que entra en los cilindros, la fuerza G, potencia de los frenos, del motor, el par y cronometro con GPS para saber el tiempo marcado.
Debería corregir algunos detalles de poco coste. El satélite del audio es el del Clio, y el Alpine se merece uno específico; no hay sitio para dejar ni un ticket del peaje (bastaría un clip en el parasol), en las puertas no existen bolsas, no hay guantera, pues ese espacio es para el airbag y la batería, que junto con el radiador, bomba de freno, lavaparabrisas y depósito de gasolina, están delante para repartir el peso (44% delante y 56% detrás). Entre los asientos, detrás, hay un receptáculo para el chaleco y la documentación.
TITULO: Para Todos La 2 - En Cerdanyola del Vallés.
Mundo científico. En Cerdanyola del Vallés, cerca de Barcelona, se encuentra una de las infraestructuras científicas más importantes de España. El Sincrotrón Alba. Lo dirige la doctora en ciencias físicas Caterina Biscari. Con ella hablamos de esa luz capaz de acelerar partículas atómicas y de las mujeres científicas.
Faltan estudiantes, y referentes científicas. Sobre todo mujeres.
Abusos. Entrevista a Aurora Martín. De pequeña sufrió agresiones sexuales. Necesitó 10 años de terapia para verbalizar los abusos sexuales a los que fue sometida. Denunciarlo le tomó otro tanto y cuando lo consiguió, el delito había prescrito. Ahora quiere conseguir que la red sanitaria acepte que éste es un "problema de salud pública".
Emprendedores sociales. La iniciativa thethingsnetwork.com crea redes locales del internet de las cosas con unas pasarelas especiales para que personas y empresas las utilicen. Estas pasarelas ya se han implantado en 147 países. Antonella Broglia nos lo cuenta.
Psicología. Patricia Ramírez nos ofrece algunas pautas para superar esa vergüenza que a veces nos imposibilita o nos bloquea.
TITULO: Gigantes de La 2 - Héctor de Miguel Martín , ,. Jueves -30- Enero ,.
Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2 Jueves -30- Enero ,. - 23:50 de Televisión Española. Presentado por Mari Cruz Soriano,.
Héctor de Miguel Martín,.
Quequé: «Me acusan de ser de izquierdas y tener dinero»
«Después de presentar los premios Odeón no creo que vuelva a hacer algo así»
-¿Fue el típico payaso de clase?
-Que va. Yo era un niño muy serio que quería ser adulto. A los niños nos castigaban y nos lo prohibían todo. De pequeño ya quería tener los 43 años que tengo.
-No los aparenta. La barba le hace mayor.
-Lo sé. Pero me gusta. Siempre he aparentado más edad y nunca corrijo cuando me echan más años.
-¿Será que está deseando llegar a la jubilación?
-Esa es la vida que envidio totalmente, la del jubilado que se levanta a las 11 de la mañana y no tiene nada que hacer más que ver crecer los almendros. Yo soy un vago que no para de trabajar porque tiene mala suerte.
-Por eso vuelve a Movistar #o con 'Loco Mundo'.
-El 4 de febrero, y hay cambios. Del plató de Tres Cantos nos movemos al teatro Arlequín. Y los colaboradores ya no van a ser fijos.
-¿Qué es lo más loco del mundo?
-Quizá la locura más urgente sea la del cambio climático. Nos detenemos a discutir sobre fronteras y nacionalidades y resulta que en 20 años igual tenemos que discutir qué hacemos para respirar.
-Veo que no le pone el independentismo.
-A mí nada. Yo soy absolutamente apátrida, pero estoy muy contento de haber nacido en España. Es un país donde un jeta como yo puede medrar, donde un producto fallido de la EGB puede llevar una vida ordenada. En serio, sin ironía, este me parece un buen país. No tengo ningún conflicto con ser español.
-¿Le ha dicho Buenafuente con voz de Darth Vader: «Yo soy tu padre televisivo»?
-No, pero podría.
-¿Y mataría al padre por presentar los Goya?
-Por presentar los Goya desde luego que no. Es un trabajo que no envidio para nada. Acabo de presentar los Odeón y no creo que vuelva a hacer algo así.
-¿Tiene hijos?
-No. No quiero competencia en casa.
-Vaya, le iba a preguntar por el veto parental.
-El único que les pondría a mis hijos es que no votaran a Vox.
-¿Su padre, catedrático de Literatura, le impuso alguno?
-No. Yo tuve una suerte tremenda con mi familia porque no fui fácil. En la adolescencia no estaba muy claro por dónde podía tirar y cuando se abrió la vía de la comedia me apoyaron a muerte.
-Su padre es experto en temas celestinescos. ¿Le ha buscado muchas novias?
-Ja, ja, ja... No. No quiero ir de sobrado, pero afortunadamente no me ha hecho falta.
-Imagino que ligó mucho como maestro de ceremonias de 'The Hole'.
-Sí, porque además a mi personaje le gustaba todo: hombres, mujeres, bicicletas... Lo que cayera. Se lo había tirado todo.
-Nada autobiográfico, supongo.
-No. Yo soy mucho más tranquilo.
-¿Cuál es su contradicción más descarada?
-Me echan mucho en cara la típica 'cuñadez' esa de: «Sí, tú muy de izquierdas, pero luego bien que tienes dinero». Como si por tener dinero tuvieras que renunciar a tu ideología.
-¿El mundo está loco o es tonto? Se lo digo por retos virales como el de masticar una pastilla de detergente.
-Cuando llegó internet decían que iba a cambiar a la Humanidad, que podíamos quedar todos a las seis para ir a derribar un gobierno. Y tenemos la herramienta. Pero preferimos hacer un viral de comernos la pastilla de jabón.
-¿Se lo explica?
-Sí. En esta parte del mundo vivimos muy bien. Y la gran pregunta es: ¿cuánto durará la verbena en la que hemos tenido la suerte de nacer?,.
TITULO: ¡ Atención obras ! - Señales,.
Señales.
Hasta hace poco, para algunos el ecologismo era cosa de perroflautas que abrazaban árboles desnudos y daban gracias a la Pachamama por el brócoli al son de Macaco. Ahora, estamos todos en el ajo. Hasta Tamara Falcó, la mujer que se metió con su coche dentro de un Starbucks, es partidaria de las restricciones al tráfico: «A todos nos molesta no poder llegar en coche a la almendra central, pero es más molesto un enfisema», declaró. Que la ínclita esté concienciada del calentamiento global es significativo. Desafortunadamente, aún lo es más que la lluvia, algo que en mi tierra siempre ha sido una bendición, se haya vuelto un castigo: lo de Los Alcázares no sólo clama al cielo, a ese mismo cielo que mortifica a la población de forma inmisericorde, sino también a los políticos. Y lo del Mar Menor ya es de traca. Ineptitud, ineficacia, dejación. A este paso la España llena, la de las costas, va a ser la nueva España vacía.
El problema es que, cuando acabemos con nuestro planeta, no tendremos otro sitio adónde ir. Parece que la autodestrucción ha pisado el acelerador, que vivimos en una película de catástrofes, en una rebelión constante de los elementos de la naturaleza. Que conste que nos están avisando, pero no hacemos caso. Ninguno. Acabaremos como Charlton Heston en 'El Planeta de los simios', gritando en una playa desierta. O como el novio de Estefanía.
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