España a ras de cielo es un programa de televisión emitido por TVE y se estrenó el 17 de septiembre de 2013. Desde el primer programa, está presentado por Francis Lorenzo. Martes a las 22h30,.
El programa permite conocer lugar de España desconocidos y ya conocidos desde otro punto de vista. , etc.
PLANETA CALLEJA - DOMINGO - 16- Febrero ,.
Planeta Calleja es un programa de televisión de España que se emite cada domingo a las 21:30, en Cuatro de Mediaset España,. Jesús Calleja enfrentará a rostros conocidos a vivir experiencias únicas e irrepetibles fuera de su contexto habitual y en los lugares más remotos y fascinantes ., etc.
Una entrega repleta de lágrimas y emociones encontradas de Lorenzo Caprile. Y es que tal como ha mostrado el presentador del formato vive encerrado en su taller y necesitaba liberarse. ¿Una de las grandes sorpresas? Conocer que Caprile vive en un hotel.
Lorenzo Caprile vive en un hotel
Sí, el capítulo de Planeta Calleja ha empezado en Madrid. Jesús Calleja ha visitado el taller de Lorenzo Caprile y
también ha podido conocer a sus trabajadores. Después de reírse con las
costureras del malhumor del modista, han abandonado el estudio para
llevarse la primera sorpresa de la entrega. Y es que Caprile vive en un hotel desde hace muchos años. Concretamente en un NH Hoteles de la capital española. Ante la sorpresa del presentador, Caprile ha querido justificarse. “Aquí solo vengo a dormir y a ducharme. Es muy cómodo, no soy nada casero y así estás solo pero a la vez estás acompañado. Tengo un poco de toc”, ha expresado el protagonista mostrando su hogar a Calleja. Además, ha afirmado que no se plantea dejar su habitación de hotel.
Planeta Calleja
Lo ideal es que llegue un día en que no haya ninguna diferencia”
Jesús Calleja tampoco ha tardado en preguntar a Lorenzo Caprile sobre su homosexualidad.
No ha querido darle mucha cuerda y ha sido bien escueto con su
respuesta. “No quiero que me traten de una manera distinta por quien me
acuesto por las noches. Lo ideal es que llegue un día en que no haya ninguna diferencia”, ha expresado. De la misma manera, ha añadido que tuvo mucha suerte con la reacción de su familia. “En ese sentido he sido muy privilegiado. No he tenido que dar explicaciones. Tengo compañeros con trabajos más masculinos que todavía no han salido del armario o que les ha costado más. Mi padre se lo tomó muy bien porque ya se lo esperaba y mi madre, como buena italiana, armó una buena al principio pero bien”, ha añadido.
La infancia de Lorenzo Caprile
“Fue una infancia muy feliz”, ha afirmado Lorenzo Caprile
cuando Jesús Calleja se ha interesado por sus primeros años de vida. “Mi
padre llegó a España muy jovencito. Tenía 14 o 15 años y era italiano
en muchas cosas pero muy español en muchas otras. Mi madre nunca se ha
sentido española. Ha sido una mujer muy bien vestida, se vestía de
los mejores talleres, mejores firmas… Todo eso lo ves de pequeño y te
llama la atención”, ha proseguido dando la culpa de pasión por el tejido a su progenitora y a sus dos abuelas. “¿Has vestido alguna vez a tu madre?”, ha preguntado el presentador a su invitado. Sin duda, Lorenzo ha respondido con una confesión que nadie esperaba. “Le he hecho dos vestidos. Una vez quedó contenta y la otra no… Me dijo que era horroroso. Tú no conoces a mi madre”, ha explicado entre risas.
Jueves -13- Febrero a las 22:35 por La 1, foto,.
Ochéntame otra vez - Raphael phorever,.
Ochéntame otra vez recorre la
carrera de Raphael en los años 80, una década en la que tuvo que
convivir con las nuevas músicas y el estallido de libertades que llegó
con el final de la dictadura. En 1982 recibió el disco de Uranio por las
ventas de 50 millones de discos durante su carrera, un premio que solo
habían conseguido hasta entones Michael Jackson o Queen. Y de estos años
son canciones ya míticas de su repertorio cómo 'Qué sabe nadie', 'Como
yo te amo' o 'Escándalo'.
A través de los recuerdos de Raphael y del testimonio de su mánager, Rosa Lagarrigue, del compositor Jacobo Calderón y de la periodista Isabel Gemio, el espacio revive algunos de los conciertos más míticos de sus 60 años de carrera, descubre sus conexiones con un nuevo público y recuerda a dos de sus compositores preferidos: Manuel Alejandro y José Luis Perales.
A través de los recuerdos de Raphael y del testimonio de su mánager, Rosa Lagarrigue, del compositor Jacobo Calderón y de la periodista Isabel Gemio, el espacio revive algunos de los conciertos más míticos de sus 60 años de carrera, descubre sus conexiones con un nuevo público y recuerda a dos de sus compositores preferidos: Manuel Alejandro y José Luis Perales.
TITULO: Cómo nos reímos - Carmelo Gómez,.
El domingo-9- Febrero a las 21:30 por La2, foto,.
Carmelo Gómez,.
Carmelo Gómez: "Hay tantos desaparecidos en el mundo del cine..."
Entrevista
Después
de triunfar durante dos años por España junto a Ana Torrent, el actor
cierra gira en Madrid, reivindica el teatro y reniega del séptimo arte
«Estamos jodidos», sentencia Carmelo Gómez
(Sahagún, León, 1962) nada más arrancar la entrevista. Estrella del
cine español en los 90 y los 2000, lleva más de un lustro apartado de la
gran pantalla, que no de la actuación. Ha encontrado refugio en las
tablas, donde inició su carrera, y ahora vuelve al Teatro de Bellas
Artes para cerrar la gira por toda España de Todas las noches del día, el «thriller poético» que durante dos años ha protagonizado junto a Ana Torrent.
- ¿Cómo afrontan la vuelta a la capital tras su éxito por todo el país?
- Es una gran noticia. Se han animado a hacer una nueva temporada en Madrid, de un mesesito. Es un broche de oro para la producción. Está muy bien, francamente. Ojalá fuese siempre así. Porque estar un mes y medio y luego todo el mundo a la calle... A mi me parece que eso va a ser el principio del fin de este oficio. Es desastroso. No se puede hacer de esa manera.
- Antes, cuando se conseguía un papel así, se hacían planes a o dos años vista, ¿no?
- Claro. De hecho, ese es el problema. Todo el mundo quiere ir a grandes montajes, con escenarios inmensos, una extraordinaria promoción... Tienen de todo excepto una cosa: el teatro. Porque si están dos meses de temporada y no tienen capacidad de hacer gira, ya me dirás tú cómo te va a interesar estar tres meses ensayando algo que no cobras y que de repente se acaba. Fíjate tú lo largo que puede ser el camino de una función tan pequeñita como esta. Han sido dos años, hemos recorrido España y ha sido una gozada: ir de un sitio a otro, ver lo distinta que es la gente y lo maravilloso que es eso.
- ¿Siente pena ahora que su interpretación del jardinero Samuel toca a su fin?
- No, después de tanto tiempo también hay algo de «hay que cerrar este capítulo». Pero, luego, hay veces que pienso «a ver si no voy a ser capaz de hacer nada más después de esto». Porque ha sido tanto tiempo... Cada personaje tiene sus claves y sus formas de acceder a él. De repente, pensar en otro te acerca un poco al abismo. Se produce un poco de pánico y de miedo. Pero por otro lado estoy deseando embarcarme en otra historia, que yo espero que sea una comedia.
- Y si no, ¿volver «al carromato» con Lorca, como ya ha dejado caer?
- Sí, ahí andamos. Que no se entere la productora Pentación, pero estoy con un proyecto muy personal, muy mío, con mi pareja, que es la directora, y con un músico que es súper amigo, montando una cosa más de carromato, más lorquiana: porque son versos suyos, que hemos medio dramatizado nosotros. Pero lo estoy haciendo de Pascuas a Ramos. Tampoco es algo que me mantenga. Tendría que compaginarlo con el paro porque de eso no podría vivir, pero me agrada mucho subirme a escenario a decir poemas de Lorca sin que esté detrás de mí una estructura grande de producción. Sí, estoy contento con eso.
- ¿Todavía no ha llegado ese proyecto que le devuelva al cine? Desde fuera, choca.
- .- ¿Choca? Me halaga que lo haga. Porque... ¿sabes qué ocurre? Hay tantos desaparecidos en el mundo del cine... También en teatro, pero en el cine sobre todo. De repente llegan las nuevas generaciones diciendo «ya está bien de los mismos». Y empiezan a ser los mismos otra vez, pero otros. Y de aquellos que se fueron nadie vuelve a hacer ni la más mínima alusión. Podríamos dar aquí cientos de nombres... Y no les echan de menos. Por eso, que me extrañen a mí, la verdad, me halaga mucho. Y también ver que mis películas se pasan en la 1, la 2... Está muy bien. Pero no creo que vuelva al cine. Ya no. Un poco por la edad, por el cansancio, y porque en el teatro he encontrado un hueco. Me da mucha vidilla el escenario. Me gusta. Le tenía miedo cuando estaba haciendo cine, pero ahora que he roto eso estoy muy a gusto. Y lo audiovisual está en un punto que no me persuade demasiado. Primero, porque ya no hay cine: hay series. Y yo en ellas no quiero entrar. Esa cosa sin tiempo, de historias que no acaban nunca, donde no hay prácticamente desarrollo porque de lo que se trata es de que sean largas y enganchen a la gente. De simplificar los conflictos al máximo para ir hacía la trama sin pausa, sin mirada. Yo hice un cine con ambas cosas. Y ahora no están por ningún sitio. No me llama nada la atención. Pero puede ser que, en un momento dado, aparezca no se qué milagro. Podría ser. Aunque siempre será circunstancial, nunca para quedarme.
- En Estados Unidos surgen directores nuevos que quieren recuperar a los intérpretes de su infancia. Aquí quizá falte ¿músculo financiero? ¿Está todo demasiado ligado al poder y al capital?
- Nuestro cine está lejos de poseer una entidad propia, con sus propios mecanismos de valoración. Por eso no tiene la gente necesaria. No es un mercado, es un mercadillo: todo está en manos de unos ejecutivos muy alejados de todo. Sólo hablan de audiencias y de beneficios inmediatos, pero nunca de un recorrido a largo plazo ni de una apuesta arriesgada. Una vez que estás fuera del mercado no tienes ninguna posibilidad de volver a engancharte, ni de estar cerca de donde estuviste. Yo eso lo doy por perdido. No se producen las circunstancias para que uno pueda ser un Paul Newman. Es imposible. No se puede dar. Aquí, de ser una estrella absoluta a ser un apestado no hay nada, ni una línea. Es inmediato, de un día para otro.
- También en el periodismo hay estrellas fugaces.
- Por eso lo has expresado también, porque en el periodismo pasa exactamente lo mismo. Y luego pasa algo, si nos ponemos a analizarlo todo, que es ese «cuidado, porque como te salgas de la foto no vuelves a currar más. Y mañana te hacemos una revisión de contrato. Y cobrarás menos». Y así están constantemente, presionando para que termines siendo un súbdito del artículo, y no un creador del mismo. Y algo de esto está pasando no sólo en el cine, sino en el arte en general, y en la construcción de este país que llamamos democrático y de libertad de expresión y lo que está es al servicio de lo que interesa decirse y oírse. Es el mismo fenómeno también en el periodismo. Que curiosamente hay tantas películas sobre el oficio, como una relación maldita. Hay un libro de Garci muy bonito e interesante que habla de esa especie de pelea constante, donde se producen los mismos fenómenos: estrellas, gente que tiene más o menos audiencia... Y los machacas, que son los que realmente están en la calle, viviendo el día a día, pero que cuando van a redactar le dicen cómo y de qué manera. Es muy parecido a nuestro oficio.
- Son dos profesiones de mucha vocación, en la que se entra con mucha inocencia, ¿no?
- Ahora no creo que haya tanta inocencia. Las nuevas generaciones saben muy bien que «el fin justifica los medios» aunque no conozcan a Maquiavelo. Lo saben perfectamente y no pierden el tiempo en ingenuidades. Ahora los jóvenes no se plantean las cosas así. Son de «esto puede ser, esto no puede ser» y se acabó. Punto.
- ¿Le da miedo lo que puede provocar y lo que perderemos con esa unión entre el pragmatismo y las nuevas tecnologías?
- Yo me planteo qué pasará con el mundo de la seducción, por ejemplo. Porque claro, si todo es pincha y accede, qué pasa con todo ese universo de la preparación, del acercamiento, de la imaginación que se proyecta en toda la espera. Del aguardar aquello que se sueña y luego es superado por la realidad. Eso cuando le das a clicar y está todo en la bandeja de salida, se pierde. Perdemos el auténtico erotismo de todo.
- Se pierde la duda.
- Sí. Y el poder de la incertidumbre.
- Precisamente la obra habla de la memoria, de su poder evocador... El mismo que tiene el teatro.
- Todavía en el teatro hay un productor que te dice «¿Qué quieres hacer, Carmelo?¿Qué buscamos».
- En este caso fue Jesús Cimarro.
- Sí, estábamos los dos buscando una obra y no dábamos. Ahora estamos en el mismo proceso, buscando algo. Y llegó Luis Luque diciendo que tenía una cosa que no nos gustó, y ya en privado me dijo «tengo otra pero esto no se lo puedo decir a Cimarro porque es una producción poco comercial». Y era Todas las noches de un día. Cuando la leí me pareció que era un magnífico texto lleno de poesía. Le comenté: «no sé si tiene la dramaturgia suficiente para poder captar la atención del público medio español, pero que me da igual, yo quiero hacer esto, a ver hasta dónde llegamos». Y tuvimos suerte. Muchas veces menospreciamos demasiado la capacidad que tiene el público de percepción. Acertamos. Porque al público le ha encantado. Bien porque estemos Ana y yo o por lo que sea. Pero esta función ha ido muy bien. Ha llenado teatros y en casi todos los sitios ha tenido una recepción muy buena. Con lo cual, éxito seguro. Hasta el extremo que el propio Jesús me ha mandado un texto que era Las sillas [de Eugène Ionesco]. «Pero bueno, tío, ¡no te crezcas», le dije. «¡Que ahora mismo Las sillas es más complicado, no te crezcas chaval que tú no has hecho esas cosas en la vida!» [risas] Pero está bien, porque es valiente, se ve que se atreve. Y lo hace porque yo creo que este montaje ha demostrado que se pueden hacer otro tipo de cosas no tan comerciales a priori y que sin embargo el público está ahí. Y el cine ha perdido ese pie. Hablo de lo audiovisual en general. ¿Quiénes son ahora los que pergeñan las historias? No son los creadores. Son máquinas, son estadísticas. Es muy difícil que alguien diga: «Tengo este texto aquí, lo vamos a hacer». Ya no funcionan así las cosas. No hay contacto con lo que realmente quiere el público. Todo el mundo habla de que lo sabe pero no. El secreto de los arcanos de ese público silencioso que de repente paga por ir a ver algo determinado no se conoce. Por eso surge la sorpresa. Y esta obra lo ha sido. Una sorpresa total.
- ¿Un mundo donde mandarán los algoritmos?
- Los algoritmos son un error. Es una palabra muy bonita que todo el mundo ha aprendido pero son un error craso. ¿Cuánto tiempo llevamos hablando de las estadísticas? Son un invento para intentar manipular la opinión y la duda. La duda de quien no sabe qué votar. Pero en este país ni estadísticas ni nada, si todo el mundo vota lo mismo que ha hecho durante toda la vida desde que tenía 18 años porque es lo que votó su padre. Aquí es muy difícil. Ni algoritmos, ni estadísticas, ni nada. Yo creo que esto es ponerse a ello y ver que luego la gente reacciona como le da la gana y con bastante más libertad de lo que creemos.
- TITULO: Aquí la tierra - Viajamos hasta Sicilia,.
- foto / Hoy nuestro gastrónomo Antonio Resines nos lleva a probar un cocido supremo en Madrid. Conocemos curiosidades de la huerta cítrica de Alicante y vemos cómo se hace el embutido de vaca. Viajamos hasta Sicilia para conocer una cerámica artesana muy peculiar y visitamos también Amayuelas de Abajo, un pueblo de Palencia con menos de 20 vecinos.
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