TITULO: Órbita Laika - Superpoderes ,.
Lunes -19- Octubre a las 22:00 en La 2 / foto,.
Órbita Laika - Superpoderes
‘Órbita Laika’ coge
su capa y se lanza a la aventura en La 2 para hablar de los
superpoderes que poseen los humanos y los animales. Las mutaciones y las
peculiaridades de algunos animales serán los temas principales del
programa.
En ‘Superpoderes’, Eduardo Sáenz de Cabezón y el equipo de colaboradores
explican la mutación en el metabolismo de los esquimales, ya que están
adaptados a las dietas altas en omega 3 por consumir alimentos como la
morsa, la foca anillada o la ballena beluga; la tolerancia a la lactosa,
que también es una mutación; o cómo se las apañarían los superhéroes si
tratasen de volar en la vida real, entre otros asuntos.
Junto al presentador están los colaboradores habituales: Javier
Santaolalla, Ricardo Moure, Xurso Mariño y Marián García. Y, como
invitada, Helena González Burón, doctora en biomedicina, que habla de
las mutaciones.
TITULO : Zona indie - Cine - Lobezno inmortal ,.
Este lunes -19- Octubre a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto.
- Reparto
-
Hugh Jackman, Tao Okamoto, Rila Fukushima, Hiroyuki Sanada, Svetlana Khodchenkova, Will Yun Lee, Famke Janssen, Hal Yamanouchi, Brian Tee, Ken Yamamura, Shinji Ikefuji, Conrad Coleby, Taris Tyler, Kimi, Louis Toshio Okada, Hiroshi Kasuga, Ian McKellen, Patrick Stewart,.
- Un Logan amnésico investiga su pasado en el mundo del crimen organizado japonés. Vulnerable por primera vez y desafiando sus límites físicos y emocionales, no sólo se enfrentará al letal acero samurái, sino que además mantendrá una lucha interna contra su inmortalidad, que lo hará más fuerte.
TITULO: + Cotas - 'Pincho', el lince ibérico de Monfragüe, .
El Sabado -17- Octubre a las 9:30 por La 1, foto,.
Pincho', el lince ibérico de Monfragüe,.
Prueba. El CSIC soltó el año pasado un ejemplar para ver cómo influye su presencia sobre otras especies, y todo apunta a que el animal, que no puede procrear, está feliz,.
Se llama 'Pincho', pesa ahora 18 kilos, nació el 27 de marzo de 2018 en el centro de cría en cautividad 'El Acebuche' (Doñana), es hermano de Pirata y Piperita e hijo de Júpiter y de Brisa, la primera hembra que nació en ese centro andaluz, en el año 2005. Y es el primer lince que se pasea por Monfragüe en décadas, aunque su presencia no puede considerarse una reintroducción de esta especie en peligro de extinción, ya que el animal no puede procrear. Nació con un solo testículo (criptorquidia) y le fue practicada una vasectomía para evitar que sus descendientes pudieran heredar esa deficiencia.
Su llegada al parque se explica por un proyecto del IREC (Instituto de Recursos Cinegéticos, adscrito al Centro Superior de Investigaciones Científicas), en el que colaboran el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la Junta de Extremadura. «Pretendemos evaluar cómo afecta la presencia del lince a las poblaciones de carnívoros, con datos tanto ecológicos como epidemiológicos», explica la Consejería para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que añade que «la información obtenida permitirá mejorar el conocimiento de la especie y su relación con carnívoros competidores». El estudio debía concluir este año, pero se ha decidido prorrogarlo por otros dos, lo que garantiza que 'Pincho' seguirá moviéndose a su antojo por la comunidad autónoma.
Se ha pateado el parque
Desde que llegó al parque nacional, el animal lo ha recorrido de norte a sur y de este a oeste. Tardó tres días en salir de su jaula, pero una vez que lo hizo se dedicó a explorar el entorno sin que parezca que las distancias sean para él un impedimento, como es típico en la especie (fue muy comentado el caso de un ejemplar soltado en Portugal y que llegó a Barcelona).
El primer lince ibérico de Monfragüe de este siglo ha cruzado el embalse de Torrejón-Tiétar varias veces, y también los ríos Tajo y Alagón. El geolocalizador que lleva al cuello ha permitido seguir sus pasos desde el primer momento, y se sabe que ha estado cerca del puente del Cardenal y de la portilla del Tiétar, de la autovía autonómica EX-A1 y también que se ha aproximado a Malpartida de Plasencia y en la época de celo a Mirabel. Se ha movido también por la zona de los Canchos de Ramiro y se ha paseado por el aparcamiento público de Villarreal de San Carlos. Llegó incluso hasta una finca situada cerca de Zarza la Mayor, junto a la frontera portuguesa. De hecho, estando allí fue geolocalizado desde la localidad lusa de Salvaterra do Extremo. Fue capturado y devuelto al parque, donde sigue viviendo.
En él parece haber encontrado un hábitat que le resulta cómodo. Se ha constatado que ha cazado algunas cervatillas, y en la zona hay quien asegura que su presencia ha motivado un aumento en la población de conejos. Esto casaría con lo expuesto en las conclusiones de la investigación que el Ministerio para la Transición Ecológica presentó en septiembre del año pasado. La realizaron expertos del IREC, la Estación Biológica de Doñana, la Fundación CBD-Hábitat y la Universidad de Oviedo, con apoyo de la Junta de Extremadura y el propio Ministerio. Publicado en la revista científica 'Biological Conservation', el trabajo desarrollado durante tres años permitió concluir que «la presencia del lince genera efectos positivos en cascada en los niveles tróficos inferiores, es decir, en sus presas, el conejo y la perdiz roja».
«A pesar de que el lince consume conejos como principal presa –resumen los investigadores–, su presencia evita que un mayor número de otros carnívoros (zorros y meloncillos, sobre todo) sigan alimentándose en esos territorios, reduciendo el número de conejos y perdices depredados». «La reintroducción del lince ibérico en el valle del Matachel, en Badajoz, generó una reducción de la abundancia de zorros y meloncillos de aproximadamente el 80%», añade el estudio, que tuvo como investigador principal a José Jiménez, del IREC. «Estos resultados –valoró entonces Jiménez– apoyarán la aceptabilidad social de las reintroducciones de lince ibérico, algo fundamental para el futuro de la especie».
Quizás una prueba de esa aceptación social se dio a finales del pasado diciembre, cuando 'Pincho' fue visto por varios cazadores que participaban en una acción cinegética celebrada en la finca Las Cansinas del Oeste. Entonces, varias asociaciones ecologistas denunciaron públicamente el peligro que esa montería supuso para el
53 ejemplares criados en cautividad se han liberado en la región,.
53 linces criados en cautividad se han liberado hasta ahora en Extremadura, según el dato proporcionado por la Consejería de Transición Ecológica y Sostenibilidad, que añade que «la cría de esta especie en Monfragüe es, desde luego, un objetivo muy importante para la biodiversidad del parque nacional y de la región».
Sobre la posibilidad de soltar en el espacio de mayor protección ambiental de la región alguna hembra preñada, para así facilitar la progresiva reintroducción de la especie, la Junta afirma que se decidirá más tarde. «La liberación de ejemplares –explica– se hace a propuesta de las comunidades autónomas y es aprobada por el grupo de trabajo del lince ibérico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico». La decisión de soltar o no o varios ejemplares y dónde hacerlo se toma siguiendo «rigurosos criterios de aptitud de la zona para el desarrollo de la especie en cuanto a adecuación del hábitat y disponibilidad de especies presas como el conejo».
Los datos que se obtengan de la experiencia de 'Pincho' viviendo en Monfragüe ayudarán a decidir qué propone Extremadura al Ministerio. Además, «será importante también la población establecida en Valdecañas-Ibores», añade la Consejería, que de forma paralela desarrollará «actuaciones dirigidas a mejorar la densidad de conejos en la zona».
El núcleo de Valdecañas-Ibores es uno de los más importantes de la especie en Extremadura, donde ya hay 58 ejemplares –hay 483 en el conjunto del país– sin contar los cachorros que tienen menos de un año. Las acciones de reintroducción de linces ibéricos en la región comenzaron en el año 2014 como parte del proyecto 'Life+lberlince', para la recuperación de la especie en España y Portugal.
animal, que tuvo que huir de los perros (tomaron parte en la actividad 16 rehalas, o sea, unos trescientos canes, según los colectivos conservacionistas). Se sabía que el lince rondaba esos terrenos porque días antes había cazado una cierva en las proximidades. Y en efecto, algunos lo vieron. Ningún cazador le disparó. Alguno soltó la escopeta y cogió el móvil para grabarlo.
TITULO: Generaciones -La irrestible emoción de las catástrofes,.
La irrestible emoción de las catástrofes,.
foto / Hace unos días leí en el diario 'El País' una entrevista con Niall Ferguson, un profesor de las universidades de Princeton y Harvard que ha ganado prestigio internacional por sus análisis sobre el mundo actual. Concibió como posibles, con años de antelación, que acontecimientos como el fin de la Unión Soviética se iniciarían en la República Democrática Alemana con la caída del Muro, o que la Unión Europea sufriría una crisis que desembocaría en algo parecido al 'brexit'.
La entrevista giraba en torno a las elecciones de noviembre en Estados Unidos. Ferguson asegura que Biden ganará a Trump y que además lo hará tan nítidamente que su triunfo no generará dudas. Como seguramente saben, Trump ha amenazado con poner el país patas arriba si pierde las elecciones porque afirma que solo podría perder si se produce un gigantesco fraude a través del voto por correo. Ferguson, refiriéndose precisamente a esa posibilidad, dijo que la distancia entre uno y otro será tan grande que hará imposible la reclamación. Textualmente dijo: «Biden va a ganar con un margen suficientemente amplio como para que no haya esa gran crisis constitucional que empieza a parecer muy emocionante a muchos periodista».
Para mí, y es por lo que estoy escribiendo esta columna, lo más interesante de su respuesta es esa referencia a que los periodistas nos emocionamos con las crisis. Después de 40 años en este oficio debo admitir que el señor Ferguson lleva bastante razón: los periodistas tenemos querencia a las crisis, nos gustan, resultan ser para nosotros una paradójica zona de confort profesional, quizás porque en ellas nos movemos con el paso confiado de quien toca tierra informativamente firme.
Empiezo a creer que la atención informativa sobre la covid deja en el limbo otras noticias que merecen atención
Es sabido que demasiados días nuestro trabajo consiste en dar malas noticias y que hay por ahí algún lugar común acerca de que las buenas noticias no son noticia. Pero no me refiero a eso, sino a que, aunque la realidad sea la que es –casi siempre complicada y dura y no es posible orillarla–, los periodistas, como por una especie de enfermedad congénita al oficio, sucumbimos rendidos a la inercia de la catástrofe.
A veces pienso que tenemos la misma irresistible inclinación que esos malos novelistas que ponen un muerto en la historia, y mejor si su muerte es truculenta, porque le hace ganar a la trama un interés que disimula su falta de talento. Creo que algo de esto nos está pasando con la información de lo que rodea a la covid, y que cómodamente instalados en la irrefutable idea de que la pandemia es un acontecimiento informativo sin parangón, hemos convertido en información cualquier cosa relacionada con ella, sin necesidad de hacernos más preguntas. Y no. O, por lo menos, no necesariamente deben ser las cosas así. Empiezo a barruntar que la información sobre la covid está dejando en el limbo mucha información que nada tiene que ver con ella y que merecería ser objeto de atención periodística. Pero para eso tendría que haber periodistas que se decidieran a dejar la zona de confort que siempre nos proporciona una buena catástrofe.
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