lunes, 4 de abril de 2022

LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? - LOTERIA - EL DIA DE LA MADRE -1- MAYO- DOMINGO - Las trabajadoras del hogar desvelan en el museo la hipocresía social,. / POLICIAS EN LA CALLE - Las bodas falsas del cura don Fernando,. / EL DIVAN DE OLGA VIZA - El Seis Naciones 2022 recupera los decibelios,.

TITULO : LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? - LOTERIA - EL DIA DE LA MADRE -1- MAYO- DOMINGO - Las trabajadoras del hogar desvelan en el museo la hipocresía social,.

LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? - LOTERIA - EL DIA DE LA MADRE -1- MAYO- DOMINGO - Las trabajadoras del hogar desvelan en el museo la hipocresía social, fotos,.

Las trabajadoras del hogar desvelan en el museo la hipocresía social,.




La dibujante de cómic Ana Penyas y la investigadora Alba Herrero preparan un proyecto en el IVAM a partir de las vivencias de un grupo de mujeres sometidas a una desigualdad que se tiende a naturalizar,.



Las 13 mujeres de diferentes procedencias y edades se sientan en torno a




 una mesa del museo y empiezan a contar sus historias. Están unidas por la invisibilidad y la precarización de sus trabajos a pesar de su centralidad en la vida de tantos: limpian, lavan, cocinan, compran, cosen, cuidan de las casas y de las personas. La mayoría parece haber tomado consciencia de








 su situación y todas reclaman sus derechos con mayor o menor vehemencia, aunque se juegan el empleo por ello, como coinciden en relatar varias de las participantes en el taller organizado por el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), dentro del proyecto artístico En una casa. Genealogía del trabajo del hogar y los cuidados. La dibujante Ana Penyas, Premio Nacional de Cómic 2018, y la investigadora multidisciplinar Alba Herrero dirigen esta singular iniciativa de carácter híbrido, entre la narración gráfica y la investigación social.

Las mujeres reunidas son españolas, búlgaras, colombianas, marroquíes, ecuatorianas o paraguayas y advierten de la trampa del paternalismo del empleador. Es ese mantra ya antiguo de que son “como una más de la familia” o esa excusa de que tienes un techo y comida para vivir mientras haces prácticas para aprender, como recuerda la mujer a la que le pagaban cinco euros al día como interna en la Costa del Sol. Se interrumpen con complicidad. “A las españolas se las trata mejor que a las inmigrantes”, dice una. “Bueno, tengo una compañera, madre soltera, trabajando en casas 35 años y con solo ocho cotizados y es española, y no es la única”, puntualiza otra. “En este barco estamos todas. Llevo trabajando desde 2017 en una empresa de servicios a domicilio y hasta hoy solo he cotizado un año”, relata una tercera.

Los años trabajados sin cotizar constituyen una queja común entre las trabajadoras, la mayoría de mediana edad. Con alguna excepción: “Yo llevo 45 años en la misma casa. Desde el primer día que llegué con 15 años, tengo mi Seguridad Social. Muchas veces nosotras mismas no valoramos nuestro trabajo”, interviene una de las mujeres que hasta el momento se ha mostrado más silenciosa. También es muy habitual trabajar muchas más horas que las que marca el contrato, si es que lo hay. “En una empresa limpiaba 18 patios y escaleras a la semana. Tenías contrato por cuatro horas y en realidad trabajabas más de ocho”, testimonia una de las participantes en el taller por el que todas reciben una compensación.

Se nota que algunas ya están bregadas en la lucha por sus derechos, dentro o fuera de organizaciones sindicales, por su forma de hablar y por su capacidad de captar la atención. “Algunas tenemos más experiencia a nivel de la palabra y en compartir nuestras experiencias. Queremos contar aquí las dificultades de nuestros trabajos a veces en casas estupendas, pero con señores que nos tienen muy poco respeto, que no pagan lo que corresponde a las internas, la mayoría extranjeras o españolas solteras, por estar disponibles 24 horas al día”, resume una mujer que lleva la voz cantante al principio. Conforme la reunión avanza, no obstante, las individualidades dan paso a un coro de voces.

Los testimonios son múltiples e incluyen también a empleadoras, explican las comisarias del proyecto. En noviembre todo este trabajo desembocará en una exposición en el IVAM, donde se exhibirán dibujos de Penyas, autora de Todas estamos bien, un homenaje al trabajo de sus dos abuelas que le valió el primer Premio Nacional de Cómic a una mujer, y Todo bajo el sol, sobre el turismo de masas. La muestra también reunirá trabajos de las participantes y material de archivo. Además, se publicará un libro con diversas colaboraciones “que plantee el marco teórico y metodológico del trabajo de campo, del relato coral, con la idea de entrelazar los testimonios”, apunta la antropóloga Alba Herrero. También se realizarán fanzines y actividades públicas.

“La idea es trazar una genealogía del trabajo del hogar y los cuidados”, explica Ana Penyas, “intentar desnaturalizar la desigualdad con la que aceptamos como sociedad quién hace este trabajo y cómo se remunera; saber por qué es tan invisible y precario”. La directora del IVAM, Nuria Enguita, les encargó un proyecto para el museo y juntas eligieron esta singular revisión. Analizan desde el servicio doméstico vinculado al éxodo rural durante la dictadura franquista bajo el modelo del nacionalcatolicismo, hasta la deriva de las trabajadoras del hogar actuales y su relación con las cadenas globales de cuidados. “Se trata de un trabajo feminizado y precarizado, donde se reproduce la construcción social de su responsabilidad como una cuestión inherentemente femenina”, agregan las comisarias. “Arrastramos todavía la asignación de trabajos como el de los cuidados a las mujeres mucho más que los hombres. Hemos constatado que se reproducen esos roles incluso en las familias que intentan conciliar y son más sensibles teóricamente a esta problemática”, sostiene Herrero.

La interacción con las cuidadoras durante cuatro semanas les ha permitido abordar “la complejidad del tema, las formas y el conocimiento de un trabajo que procura una autonomía e independencia mucho mayor que el de una fábrica, aunque sea la única opción que hayan tenido para ganarse la vida”, añade. Los relatos de las trabajadoras son más profundos y poliédricos, menos lineales, que el acercamiento teórico a una realidad social que en los últimos tiempos está rompiendo con el estigma de su invisibilidad..

En una casa propone un recorrido entre lo íntimo y lo político y pone el acento en las desigualdades sociales que atraviesan estos procesos. Algo que se manifiesta en los imaginarios y en las formas de nombrar este trabajo, que han cambiado a lo largo de la historia en función de las transformaciones políticas y culturales.

Las 13 mujeres reunidas a finales de enero en el taller en el IVAM no tienen ninguna duda sobre la feminización de su trabajo. La dan por descontada. También el trato condescendiente que les dispensa la sociedad. “Podríamos escribir sendas bibliotecas sobre nuestra invisibilidad, sobre cómo se vulneran nuestros derechos, o sobre la doble moral institucional y de la gente en la misma Europa”, comenta una colombiana, cuya formación en derecho acabó arrinconada para cuidar a ancianos a 8.000 kilómetros de su país. “No somos tontas”, afirma otra, en alusión no solo a sus estudios musicales que tuvo que abandonar en Bulgaria cuando se murió su padre y no hubo más remedio que ayudar en casa, sino a la necesidad de recibir un trato digno como personas y trabajadoras.


TITULO: POLICIAS EN LA CALLE -  Las bodas falsas del cura don Fernando,.

 Las bodas falsas del cura don Fernando,.

Condenado a 20 meses de cárcel un cura de Murcia que celebró bodas falsas para regularizar a inmigrantes

Los enlaces costaban entre 300 y 7.000 euros y no cumplían con ninguno de los requisitos de las uniones católicas, foto.



Entre 2008 y 2011, la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de la pedanía murciana de Santo Ángel, de unos 6.000 habitantes, registró una inusitada cantidad de bodas en las que uno de los contrayentes era de nacionalidad nigeriana. En total, se han confirmado 16 de esos matrimonios, que se celebraban previo pago de entre 300 y 7.000 euros. El cura que firmó los enlaces, Fernando N., ha sido condenado a 20 meses de prisión y unos 1.000 euros de multa tras llegar a un acuerdo en el juicio con la Fiscalía, que pedía inicialmente 5 años de cárcel y 6.000 euros de sanción.

En el juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de Murcia, el sacerdote, que según publican medios locales sigue en activo en la iglesia de Nuestra Señora de Gracia de Cartagena, ha reconocido los hechos a cambio de esa rebaja de la condena. En la Diócesis de Cartagena han respondido con un “no vamos a hacer declaraciones” a las preguntas sobre si sigue en activo o si el religioso se enfrenta ahora a algún tipo de medida disciplinaria.

Según las conclusiones del fiscal, Fernando N. se encargaba personalmente de contactar con hombres y mujeres de nacionalidad nigeriana que residían de manera irregular en España para proponerles los matrimonios de conveniencia. A sus parejas ficticias, españoles residentes en Murcia y Alicante, las seleccionaban otros dos hombres también acusados en este proceso, y les pagaban a cambio de entregar toda la documentación necesaria para que el párroco confeccionase la notificación de matrimonio canónico. Con ese título, los extranjeros podían solicitar su residencia legal en España en el Registro Civil.

El cura, según el relato del fiscal, no cumplía con ninguno de los requisitos que tienen los matrimonios católicos: no exigía una dispensa para celebrar la unión entre un bautizado y un no bautizado, no publicaba las amonestaciones y en la notificación matrimonial “hacía constar domicilios inveraces o inexistentes” de los contrayentes. Por supuesto, no había una “celebración efectiva” de la ceremonia matrimonial.

La Fiscalía ha registrado hasta 16 de estos matrimonios falsos entre los años 2008 y 2011 y asegura que durante la investigación se constataron otras notificaciones matrimoniales firmadas por Fernando N., pero los contrayentes no fueron localizados por la policía.

En su calificación inicial, el fiscal pedía para el sacerdote 5 años de prisión y 6.000 euros de multa por un delito continuado de falsificación de documento oficial cometido por persona responsable en una confesión religiosa y por un delito continuado contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. En el juicio, el sacerdote ha reconocido los hechos y ha llegado a un acuerdo con el Ministerio Fiscal, que le ha rebajado la pena a 20 meses de prisión y apenas 1.000 euros de multa.


TITULO:  EL DIVAN DE OLGA VIZA  -  El Seis Naciones 2022 recupera los decibelios,.

El Seis Naciones 2022 recupera los decibelios,.

Francia parte como favorita y Escocia como gran aspirante en un torneo que devuelve la liturgia a los estadios, foto,.





La liturgia de los himnos ha brindado a muchos neófitos una invitación de entrada al rugby. Porque estremece escuchar a 40.000 escoceses entonar a capela la segunda estrofa del Flower of Scotland. Con esos acordes y estadios con público, pero con restricciones, regresa este sábado el Seis Naciones. Y los escoceses, hambrientos de gloria, evocarán con sus cánticos al ejército de Eduardo en la visita de los ingleses a Murrayfield (17.45, Movistar Deportes). El torneo lo estrenarán antes (15.15) Irlanda y Gales en Dublín. Francia, que debuta el domingo ante Italia, es la favorita tras quedarse a las puertas en las dos últimas ediciones.

Siempre a la sombra del hemisferio sur, ganador de ocho de los nueve Mundiales disputados, el norte vive un buen momento. Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda cayeron el mismo fin de semana –en noviembre– ante rivales del norte por primera vez desde 2002. Francia, que no gana el torneo desde 2010, quiere hacerse con el timón de cara al Mundial que organizará el próximo año. Es su momento para seguir la alternancia: no se repite ganador desde 2017, con Irlanda, Gales e Inglaterra pasándose el testigo.

Gales, una mermada defensora del título

Un sinfín de lesiones –George North, Leigh Halfpenny, Ken Owens, Justin Tipuric y Josh Navidi– lastra la candidatura de Gales para revalidar entorchado, pero los antecedentes aconsejan no infravalorar su orgullo. Wayne Pivac deberá hacer encaje de bolillos; por ejemplo, alinear a Josh Adams, pichichi del Mundial en el puesto de ala, como centro. La esperanza está en la delantera, con la emergencia de Adam Beard y el esperado regreso del gladiador Alun Wyn Jones. Puede que Gales no revalide título, pero Cardiff, que recibirá a Escocia y Francia, puede decidir el campeón.

Francia quiere reinar

El XV del Gallo parece haber resuelto su gran dilema: la relación entre la federación y los clubes. El nuevo acuerdo permite a Fabien Galthié elegir entre 42 jugadores cada semana. Como todas las selecciones, ha tenido un buen número de positivos, pero el grueso ha sanado a tiempo. El bloque subcampeón en las dos últimas ediciones –doblegó a Nueva Zelanda en noviembre– se mantiene con el mejor medio-melé del mundo, Antoine Dupont, y un sinfín de jóvenes descarados como el zaguero Melvyn Jaminet. El calendario sonríe, con Inglaterra e Irlanda en casa. Los viajes a Cardiff y a Edimburgo, donde sucumbió en 2020, son su gran amenaza.

Irlanda vuelve a los orígenes

Tras decepcionar en el último Mundial, Irlanda apuesta por el poderío de su delantera, que a tantos rivales ha arrasado. La imponente victoria en otoño ante los All Blacks fue un chute de autoestima para un equipo necesitado de ella. Su éxito en el torneo y en el próximo Mundial dependerá del cambio generacional: del servicio que aún presta la generación saliente, representada en el apertura Jonny Sexton, y hasta qué punto los jóvenes como el ala Hugo Keenan, que vive una explosión tardía, pueden hacerse con los galones.

Escocia, de sorpresa a candidata

Solo Escocia puede no llevarse un Seis Naciones después de haber ganado en Londres y París. Capaz de lo mejor y de lo peor, el XV del Cardo demostró hechuras para llevarse el título, una alegría esquiva desde 1999. Bajo esos cimientos, este debe ser su año. Gregor Townsend ha hecho grupo pese a las fricciones con Finn Russell, su 10 diferencial. Y Stuart Hogg, el gran playmaker, ha abrazado la madurez desde la capitanía. Este debe ser su momento, con franceses e ingleses obligados a pasar visita a Murrayfield. Escocia se siente cómoda sorprendiendo; ahora le toca rendir como candidata sólida.

Una Inglaterra desconocida

El XV de la Rosa, la continuidad por excelencia en los últimos años, afronta su torneo más incierto. Eddie Jones, cuestionado tras terminar en quinto lugar en 2021, tiene en su plantilla a 16 jugadores sin experiencia en un Seis Naciones. Owen Farrell, su capitán y apertura titular en cada duelo que ha dirigido en el torneo desde 2016, está descartado tras operarse de un tobillo. Y la trasera es un interrogante, con las esperanzas puestas en Marcus Smith –un apertura valiente de origen filipino de 22 años– y Freddie Steward, zaguero de 21. La delantera también tiene bajas, pero el torneo de los ingleses dependerá de su fortaleza en las trincheras, con Alex Dombrandt como figura emergente en la tercera junto a Tom Curry, nuevo capitán.

El agujero de Italia

Italia puede esgrimir mejoras, tanto en su juego –menos previsible– como en su cantera, pero sus rivales mejoran más deprisa. La diferencia física en el tramo final de los partidos desarbola a una selección que suma 32 derrotas seguidas en el torneo, desde que ganara en 2015 en Edimburgo. No falta talento, como demuestra el rendimiento de Paolo Garbisi en Montpellier, uno de sus muchos jóvenes descarados, pero faltan cimientos. Sigue el dilema irresoluble: Italia no puede competir con el resto, pero tampoco hay nadie detrás en el continente (Georgia) que pueda discutir su asiento como sexto comensal de la mesa.


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