TITULO: El Telediario La 1 - La UE contiene la respiración con Francia,.
La UE contiene la respiración con Francia,.
Bruselas teme por una eventual victoria de Le Pen; debilitaría la cohesión interna y mermaría el peso internacional del bloque,.
«Lo que se celebra es un referéndum por o contra Europa». A nadie se le escapa que esta advertencia de Emmanuel Macron, repetida hasta la saciedad en campaña, no es banal. Tamizado el oportunismo implícito de todo mensaje lanzado en refriega electoral, la UEtiene claro que el que es uno de sus líderes más europeístas no habla por hablar. Macron cree en Europa, se viene postulando para coger el trono de Angela Merkel y, de manera explícita, la está liderando ya desde enero con Francia en la presidencia rotatoria del ConsejoEuropeo –algo que no sucedía en catorce años– y un ambicioso plan de trabajo que busca ahondar en la soberanía internacional del bloque. Así que no hay duda;una eventual llegada hoy al Eliseo de su rival, la ultraderechista Marine Le Pen, enfrentaría al proyecto común a una nueva crisis de identidad.
Una suerte de 'tsunami' en un momento crítico: con una guerra en su descansillo inducida por un líder autócrata imprevisible. Que no sólo ha frustrado la hoja de ruta de la recuperación económica postcovid; también ha colocado al bloque ante el bochorno de una absoluta dependencia energética que le está obligando a reinventarse contrarreloj. Y ante la incertidumbre reforzada de que las tradicionales divergencias internas (Veintisiete sensibilidades distintas)generen nuevas zozobras.
No es que preocupe un 'Frexit' (un nuevo escenario de escisión). Eso no está encima de la mesa. Lo que inquieta es otra estrategia, la del 'caballo de Troya':entrar para dinamitar la UE tal y como la conocemos. Es la táctica por la que vienen apostando desde hace años las distintas corrientes de extrema derecha ante, al menos, tres evidencias:el 'portazo' per sé resta votos; el proceso de salida es sumamente complejo; y hay riesgo de caos y congelación real fuera del mercado común. Lecciones aprendidas del 'Brexit'.
Así que Le Pen –a diferencia de lo que sí hizo en 2017– ha desterrado de su programa electoral la ruptura (y con ella la idea de sacar a Francia del euro). Se ha empachado de moderación y su discurso dulcificado, unido al agotamiento doméstico que genera la figura de Macron, la ha permitido recortar distancias como nunca –las encuestas dan la victoria al actual presidente sí, pero con un 56% de los votos frente al 44% de la ultraderechista–. El corto margen transmite inseguridad;hay miedo al terremoto.
Porque la dialéctica de Le Pen es para opositores y analistas solo un fino envoltorio que ni atenúa su euroescepticismo declarado ni el objetivo que persigue: cimentar una pertenencia a la carta. En esta campaña no ha utilizado el término 'destruir' (si lo hizo hace cinco años). Ha hablado eufemísticamente de 'cambiar', 'reformar' «la UE por dentro». Lo que se traduce en debilitar la cohesión y, en consecuencia, mermar su peso internacional. Un plan que, aunque le requeriría conseguir una mayoría parlamentaria en las elecciones que el país celebrará en junio, ya augura tinieblas.
El segundo contribuyente
Por partes. Francia no esReino Unido. Es un socio de histórica convicción europeísta. Impulsor del proyecto común desde 1958 y miembro fundador de lo que se acabó convirtiendo en la Unión Europea actual. Desde marzo de 1995 está en el Espacio Schengen y en el euro desde su entreno el 1 de enero de 1999. La segunda potencia económica de Europa y, con Alemania, el pilar del proyecto.
Contribuyente neto de vital importancia para la UE. El gasto que destina al presupuesto general –fijado por la regla de equidad en base a sus recursos– supera los 20.000 millones de euros, lo que supone el 0,85% de su economía. Recibe 14.778 millones , un 0,61% de su peso. Es, además, uno de los países con mayor representación en la Eurocámara y está lanzado a desarrollar una cooperación más estrecha con Berlín, al igual que con los socios «con capacidad y voluntad para avanzar en el reto europeo», se subraya desde París.
En el terreno de la eficacia, Macron (y por extensión Francia) desempeñó un papel fundamental en la consecución del Fondo de Recuperación; la movilización de los 750.000 millones de euros anticovid (con la mayor emisión de deuda conjunta de la historia) que, unidos al billón del Presupuesto plurianual (2021-2027), se ha convertido en un verdadero ejercicio de solidaridad hacia una mayor integración. ¿La UE ha salido de la conocida espiral de crisis existenciales?
Las claves
Sin 'frexit' La estrategia del 'caballo de Troya': dinamitar desde dentro. La ultraderechista habla de «reformar»
Nuevas zozobras Las ya conocidas divergencias internas se verían recrudecidas con la líder 'ultra' en el Eliseo
Seguidismo A priori sólo Hungría y Polonia, en permanente conflicto con Bruselas, le darían la bienvenida
A medias. La guerra de Ucrania ha desplegado una misma corriente de unidad –salvo muy contadas excepciones, léase Hungría– sin precedentes. Hasta que la estrategia del aislamiento a Rusia y la andana de sanciones ha exigido avanzar hasta la casilla del veto al petróleo y al gas. Aquí Alemania (que cubre el 45% de sus necesidades con la provisión de Gazprom) está tirando del freno de mano. Y París presiona en la dirección contraria, pero con mucha diplomacia para no resquebrajar el eje franco-alemán. En todo caso, choque de sensibilidades. Que parece haberse resuelto, por cierto, con una solución salomónica anunciada el viernes:que cada Estado marque sus tiempos al veto.
Distinto de lo que se advierte si Le Pen llegase al Eliseo. Eso sí sería otra crisis existencial. La líder de Rassemblement National (Agrupación Nacional) «quiere reducir drásticamente el poder de decisión de la UE, controlar quién puede viajar libremente dentro del territorio comunitario y retirarse de algunos de los acuerdos comerciales y energéticos de la Unión. Podría vetar nuevas sanciones contra Rusia y oponerse a cualquier otro apoyo militar a Ucrania», explica Georgina Wright, directora del programa Europa del grupo de reflexión del Instituto Montaigne de París. «Es difícil ver cómo la UE podría adoptar estas reformas sin desintegrarse gradualmente. Un 'Frexit', pero a diferencia del Brexit, una retirada lenta y desordenada», añade.
Incógnitas que inquietan
A partir de ahí surgen infinidad de incógnitas: ¿Cuántas veces ejercería Francia su derecho a veto? ¿Rompería con la inercia europea de buscar consensos? ¿Mantendría el mismo esfuerzo contributivo? Un puñado de dudas de las muchas que planean en Bruselas, corazón comunitario, y que sistemáticamente es foco de los ataques de los políticos de extrema derecha (aquello de 'acabar' con los burócratas de Bruselas) a los que se culpa de los mil males.
E, incluso, de estrategias de 'cloaca'. Recientemente la propia Le Pen –que fue eurodiputada–, ha juzgado así las conclusiones de un informe de la unidad antifraude europea (OLAF), que la acusa de malversar fondos y la requiere devolver 137.000 euros. «Estoy acostumbrada a las trampas de la Unión Europea, a sus golpes bajos», reaccionó tras negar la inculpación.
En su contexto
1958 Desde ese año, Francia esá implicada en el proyecto de construcción de Europa. Se gestó la Comunidad Económica Europea, que establecía una cooperación estrecha con otros cinco países: Alemania, Bélgica, Italia, Luxemburgo y Países Bajos.
El hito del Fondo de Recuperación El papel de FRancia fue decisivo en la mayor emisión de deuda conjunta en su historia para financiar los 750.000 millones de euros anticovid. París y Berlín posibilitaron una formulación que incluye la entrega de subvenciones directas y no solo préstamos a bajo interés.
20.000 millones de euros anuales convierten al país galo en el segundo contribuyente neto, después de Alemania. Esto significa que aporta más a los presupuestos plurianuales (a siete años) de lo que recibe.
La onda expansiva de un Francia empujada por la derecha reaccionaria sería bienvenida en, al menos, dos gobiernos con los que Le Pen sintoniza: Hungría y Polonia; Viktor Orban y Mateusz Morawiecki. Conoce a ambos líderes y mantiene con ellos una buena relación. Y secunda su idea de imponer la primacía del derecho nacional sobre el comunitario, uno de los principios fundamentales del ordenamiento jurídico de la UE.
Socios incómodos, baluartes de esa alianza política centroeuropea (con República Checa y Eslovaquia) conocida como el Grupo de Visegrado, Hungría y Polonia tienen un sinfín de expedientes abiertos con Bruselas. Y se enfrentan a un bloqueo de facto de las transferencias del Fondo de Recuperación por sus derivas autoritarias (independencia judicial, derechos fundamentales...).
Si ya se han caracterizado por poner palos en la rueda en muchas cumbres –amagaron con bloquear la luz verde a los pagos del Plan de Recuperación porque quedaban condicionados al respeto al Estado de Derecho). Con una Francia 'ultra' tendrían un aliado. O quizás no. La guerra en Ucrania ha abierto una brecha entre esos dos socios tradicionales –Budapest sintoniza con Putin, Varsovia no–. Yluego está la derivada puramente económica. Ambos son receptores netos de fondos europeos. ¿Ysi Le Pen cumpliera con su amenaza de aportar menos? Eso ya no sería tan conveniente. En todo caso, toca contener la respiración.
París impulsa el objetivo de que Europa desarrolle su plena autonomía en defensa,.
«El presidente de la República Francesa y el Gobierno francés llevan cuatro años edificando una soberanía europea real, es decir, una capacidad de existir en el mundo actual defendiendo los valores y los intereses de Europa». Esta es una de las frases con mayor carga de profundidad que se recogen en el programa de la presidencia francesa de la UniónEuropea; que arrancó poniendo el foco en la defensa conjunta, la transición medioambiental y una Rusia que, por entonces (en enero) aún no había sorprendido al mundo con su embestida sobre Ucrania.
La invasión ha reforzado la persecución del principal logro que Macron se marcó para los seis meses de liderazgo francés del Consejo Europeo. Desde su llegada al Eliseo en 2017, el francés ha insistido continuamente en la necesidad de que la UElevante una arquitectura de seguridad renovada que, sin colisionar con la OTAN, sea propia de Europa.
Sin mirar a Washington
Es lo que se ha definido como «autonomía estratégica», lo que en una lectura clara significa ser un ente con personalidad propia que no tenga porqué atender a los caprichos de Washington. Que ya obligó a hacer un papelón a la UEcon la caótica retirada de Afganistán en agosto del pasado año.
Con esa premisa, la UE trabaja desde hace tiempo en la 'brújula estratégica' para desarrollar esa defensa común que, por el momento, se ha concretado en un incremento de la capacidad militar con la posibilidad de crear una fuerza que permita desplegar hasta cinco mil efectivos europeos de forma rápida en los próximos tres años. De momento no se habla de ejército europeo per sé. Aunque puede ser su semilla.
Junto con Francia y Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Estonia, Finlandia, Países Bajos, Portugal e incluso Reino Unido se han sumado a la iniciativa abanderada por el Eliseo de mejorar la capacidad de los europeos «para llevar a cabo operaciones y misiones militares de manera conjunta en un contexto multilateral».
TITULO: EL MAGO DEL TIEMPO - La lluvia vuelve este martes a Extremadura,.
Una nueva borrasca dejará agua a partir de la tarde de este martes y, según la Agencia Estatal de Meteorología, podrían estar acompañadas de tormenta y granizo,.
foto / Una nueva borrasca llega a Extremadura este martes. La llegada de un nuevo frente atlántico por un embolsamiento de aire frío dejará lluvias desde el martes a mediodía hasta el miércoles.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) espera para mañana martes cielos con intervalos nubosos con nubosidad de evolución por la tarde que dejará chubascos vespertinos ocasionales, que podrán ir acompañados de tormenta y granizo menudo.
Además las temperaturas mínimas irán en ligero ascenso y las máximas sin cambios o en ligero descenso, por lo que se esperan entre 7 y 24 grados en Badajoz y 8 y 21 en Cáceres.
Ya el miércoles, según la Aemet, se prevén cielos nubosos a primeras horas en el entorno de la Sierra de Villuercas, Siberia Extremeña y valle del Guadiana, donde podrán caer algunos chubascos ocasionales. Como fenómeno llamativo, a lo largo de la mañana se formarán bancos matutinos de nubes bajas, nieblas y brumas.
Por la tarde, habrá probables lluvias y chubascos vespertinos que se extenderán de forma más generalizada en la provincia de Cáceres. Al igual que el martes, los chubascos irán acompañados de tormenta y granizo menudo.
No se esperan grandes cantidades de agua ni el martes ni el miércoles como dejó la pasada borrasca donde se recogieron más de 100 litros en puntos como Garganta la Olla.
Las temperaturas mínimas seguirán sin cambios y las máximas en descenso. La Aemet pronostica entre 8 y 21 grados en Badajoz y 8 y 18 en Cáceres.
A partir del jueves los cielos se estabilizan y de cara al fin de semana, se espera la entrada de un segundo embolsamiento por los Pirineos, menos activo, y que también puede que afecte a la región aunque aún hay incertidumbre sobre esta borrasca.
Por el momento, hay previsión de que durante el fin de semana los termómetros se acerquen a los 27 grados en la provincia de Badajoz y los 25 en la cacereña.
TITULO: Volando voy - Jesús Calleja - Escritor - MARCOS-RICARDO BARNATÁN ,.
Este domingo -1- Mayo a las 21.30, Cuatro emite una nueva entrega de 'Volando voy',foto,.
Escritor - MARCOS-RICARDO BARNATÁN ,.
Marcos-Ricardo Barnatán: “A los de la Generación Beat no los meterían hoy ni en la cárcel ni en los manicomios por ser homosexuales”,.
El novelista y poeta argentino vuelve a publicar, medio siglo después, su antología sobre aquel grupo de escritores estadounidenses que explotó en los años cincuenta,.
Marcos-Ricardo Barnatán (Buenos Aires, 75 años) llegó a España cuando tenía 18 años y los trayectos que rehízo desde entonces (a Londres, a Buenos Aires, donde nació) siempre lo atrajeron a este país donde, además, ha sido anfitrión destacado de dos de sus grandes poetas preferidos: Jorge Luis Borges, cuya voz es capaz de imitar como si fuera su paisano argentino, y Allen Ginsberg, cabeza de fila de la Generación Beat. De ese episodio de ruptura de la lírica estadounidense (y mundial) hizo Barnatán Antología de la Generación Beat, que ahora cumple medio siglo y que ha vuelto a publicar Chamán Ediciones. De eso y otras muchas cosas hablamos por teléfono a finales de diciembre con el poeta y novelista argentino, autor además de El laberinto de Sión, Consulado general y Borges. Biografía Total.
Pregunta. Muchos poemas beat que cita parecen escritos sobre los problemas de ahora. El laberinto sin salida de la época, el abismo de bruma impenetrable con que se afrontaba el futuro.
Respuesta. ¡Y han pasado 70 años! Se mantienen situaciones de entonces a pesar de todos los cambios que ha habido en estas décadas. De todas maneras, hemos mejorado un poco. En la poesía de Ginsberg hay una cierta paranoia, aquellos poetas se sienten perseguidos y oprimidos, pero actitudes suyas están hoy reconocidas: ahora no los meterían ni en la cárcel ni en los manicomios por ser homosexuales. Algo ha cambiado.
P. ¿Ante qué tendrían que indignarse ahora los poetas, como lo estuvieron los Ferlinghetti y los Ginsberg en los años cincuenta?
R. Las preocupaciones han cambiado. Más que por los derechos humanos, hoy la preocupación de los jóvenes va más por la ecología, sobre si hay un futuro para la Tierra, si mantenemos o no el tipo de explotación industrial de las fuentes de la riqueza, etcétera. Esto no se ha transferido todavía a la literatura, a menos que haya obras poéticas o novelísticas que yo desconozca y que traten esos temas que, por otra parte, sí están en el pensamiento de las nuevas generaciones.
P. Decía usted en aquella edición de la antología: “Una nueva mentalidad surgía de la juventud divorciada de sus mayores, rebelde y vagabunda que, perseguida muchas veces, se refugiaba en los suburbios del paraíso norteamericano”. Y ahí explicaba el origen de la Generación Beat, quizá el último movimiento poético que tuvo nombre propio.
R. Sí, y además inmediatamente después del surrealismo europeo, del que llegó a ser contemporáneo. En esta antología incluyo a un poeta poco conocido en España, Philip Lamantia, que André Breton consideraba de los suyos. En España se conocen más a Jack Kerouac, sobre todo por su novela On the Road (En el camino), y a Allen Ginsberg. Ferlinghetti era, además, editor y librero, y fue el núcleo del movimiento en San Francisco. En 1993, cuando vino a Madrid, Ginsberg me aconsejó que aquí se tradujera más a Gregory Corso, el último que falleció. Ya entonces la Generación Beat estaba muy lejos. Yo hice el libro cuando tenía 21 años, durante mi estancia en Londres. Los beats eran como mi pecado de juventud.
P. ¿Y ahora qué son para usted esos poetas?
R. Mantengo mi simpatía por ese movimiento y mi admiración por alguno de ellos, sobre todo por Allen Ginsberg, la figura más importante de ese momento, que mantuvo en tensión la poesía norteamericana durante varias décadas, prácticamente hasta su fallecimiento en 1997. Son esos amores de juventud que uno mantiene en el fondo de sus influencias.
P. Aquí, dice usted, había un poeta, Carlos Oroza, cuya acción pública, entre escandalosa y genial, podría asimilarse a los beat. Mientras, ¿qué pasaba aquí en ese tiempo?
R. Mi generación estaba descubriendo la literatura. Estaba naciendo el movimiento novísimo. Al primer poeta que conocí, al volver a España, en 1965, fue a Pere Gimferrer, con quien hice amistad. En torno a él se monta aquel movimiento que bautiza Josep Maria Castellet. Había también poetas a los que nos llamaban venecianos porque algunos hicimos poemas dedicados a Venecia, icono culturalista con el que nos identificaban frente a la poesía imperante en los mayores. Esta poesía la veíamos prosaísta, de alguna manera simple. Los inicios son siempre muy radicales, así que la sofisticación que buscamos fue también radical y se hicieron poemas muy herméticos como reacción a lo que imperaba.
P. ¿Quiénes mandaban en aquella poesía que usted llamaba prosaísta?
R. La generación del 50. José Hierro, Ángel González… No era uniforme. Algunos de mi generación se sentían próximos a Jaime Gil de Biedma o a Francisco Brines. Frontalmente, parecían una unidad, pero luego no lo eran. Había poetas con voces muy diferenciadas. Eso lo vemos a posteriori, te lo puedo decir desde mi provecta edad. A mí me interesó mucho Brines, igual que Carlos Barral, a quien todo el mundo recuerda como editor y pocos como poeta, aunque la suya fue una poesía muy importante. Un coetáneo olvidado de esa generación fue Manuel Álvarez Ortega, muy ligado a la poesía francesa del siglo XX. Un maestro español sería Vicente Aleixandre. Maestros vivos en nuestra época eran también Octavio Paz y Jorge Luis Borges. Para mí este fue particularmente importante.
P. Los novísimos nacieron cuando aún sonaba la ola beat. ¿Qué querían decir? ¿Qué pasó con ellos?
R. Fueron unos renovadores de la poesía en castellano en España. Guillermo Carnero es para mí, con Gimferrer, cabeza de ese movimiento, asociados a Leopoldo Panero o a José María Álvarez, que es el sénior de los novísimos, de los más interesantes de la época. Lo que pasa con las generaciones es que duran poco en el imaginario colectivo; en seguida viene otra que se enfrenta con la siguiente por necesidades casi biológicas. Lo que se llamó la poesía de la experiencia la encabezó Luis García Montero; era un revival, a mi juicio, de la poesía de Gil de Biedma, que era asimismo un poeta de la experiencia. Hoy vivimos un momento de gran confusión: se confunde la poesía con el rap, con la música…
P. ¿De dónde viene esa confusión?
R. De cierta idea de que había intimidad entre la poesía seria y la canción. Hubo un momento en que mucha gente decía que el futuro de la poesía estaba en la canción, en los cantautores, que estuvieron tan de moda en una época. La confusión es general en la juventud, para la que se han diluido valores que afectan a la literatura y a todas las actividades humanas. Es verdad que las redes sociales han difundido a algunos poetas que tienen muchos seguidores y que son influencers de la poesía que aún no se han ido a Andorra. Pero ese enriquecimiento es cosa del futuro, porque hasta ahora la poesía no ha enriquecido a nadie. Pero es cierto que las redes sociales y las nuevas tecnologías han ayudado a diluir la idea del libro y a que prolifere otro tipo de distribución de la poesía.
P. En los años en que usted era el más joven de los poetas que se sentaban en el Café Gijón, hizo aquí más popular a Borges. ¿Qué fue para usted?
R. Soy un converso a Borges. A los 17 años, en Buenos Aires, mi corazón estaba en La Habana, con Cabrera Infante, y mi escritor favorito no era Borges, era Cortázar. Mis compañeros consideraban a Borges un escritor de derechas, extranjerizante por su anglofilia. En España me libré de esas presiones. Cuando volví a Argentina, en 1968, para hacer el servicio militar, me dediqué a perseguir a Borges. Me inspiraba mucho respeto, no me atrevía a acercarme a él, pero iba adonde supiera que estaría el maestro. Hasta que un día me armé de valentía y lo llamé por teléfono. Lo fui a ver a su casa, a desayunar. Luego lo sacaba a caminar por la calle Florida, lo acompañaba a librerías… Y al volver a España me impuse la tarea de popularizar aquí su obra, que era muy poco conocida. Los poetas no lo leían y casi no se le consideraba como tal, sino más como narrador. ¡Una editorial importante publicó una novela suya con una foto de autor de Eduardo Mallea! Y Borges es hoy el pan de cada día en todas partes.
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