Así, esta metodología se desarrolla en las Escuelas Profesionales Duales, el programa CRISOL Formación y el Colaborativo Rural, alcanzando a 2.500 personas, que son las que participan en total en los tres programas y usan en su formación la metodología de Aprendizaje y Servicio.


Para llevar a cabo proyectos de ApS en estos programas, el Servicio Extremeño Público de Empleo (SEXPE) ha contado con la colaboración del Grupo ApS Extremadura.


“Esta metodología se ha introducido en estos programas para incidir en el fortalecimiento social a través de un servicio comunitario de unión entre el programa, la población y las entidades e instituciones del entorno. Así, el Aprendizaje y Servicio parte de la necesidad social en un entorno conocido y con la que se identifica el alumnado-trabajador del proyecto”, ha asegurado la directora general de Calidad en el Empleo, Ana Jiménez.

En este sentido, las 63 Escuelas Profesionales Duales, los 75 proyectos del Colaborativo Rural, y los 16 del programa CRISOL Formación están desarrollando acciones que tienen que ver con la sensibilización de la sociedad, la colaboración en tareas de logística, o la ayuda a las personas vulnerables, entre otras.

Los programas de formación en alternancia, es decir, las Escuelas Profesionales Duales, el CRISOL Formación y el Colaborativo Rural, son programas que alternan formación con empleo y que persiguen mejorar las posibilidades de inserción laboral y la cualificación profesional de quienes participan, potenciando las capacidades del talento, a través del trabajo competencial, del aprendizaje con metodologías activas y realizando actividades de utilidad pública e interés social que fomenten la capacidad creativa y emprendedora del alumnado-trabajador.

Están destinados prioritariamente a colectivos vulnerables, que se encuentran en situación de desempleo y que, por su perfil, formativo, profesional, así como por sus circunstancias personales, tienen mayores dificultades para acceder o reincorporarse al mercado laboral.

En Extremadura, se cuenta con una población con necesidades en distintos ámbitos de inclusión social, principalmente en materia de inserción sociolaboral. Esta necesidad es la que impone el reto de mejorar su situación a través de acciones integradas, que mejoren las condiciones de inserción en los ámbitos social y laboral a los que estos programas dan respuesta.

Estos programas se caracterizan por potenciar la motivación y el fortalecimiento personal, como base de la mejora de la empleabilidad, partiendo de una atención personalizada, teniendo en cuenta su perfil, sus intereses, su situación y su trayectoria.

Los años de experiencia en los que estos programas se están desarrollando desvelan unos datos de inserción que avalan el trabajo realizado, a la vez que permiten ir dando respuesta a la demanda actual y futura del mercado de trabajo, contemplando actuaciones complementarias que sitúan a la persona en el centro de todas las acciones.

Estas mejoras se materializan en el acompañamiento y la tutorización durante el desarrollo de los proyectos, con la incorporación de este perfil profesional en cada uno de los programas.

La función del personal de acompañamiento y tutorización es la de guiar a la persona participante en estos programas, sirviendo de apoyo en base a sus necesidades, expectativas, intereses, preferencias, motivaciones y competencias, un complemento fundamental al aprendizaje de las competencias profesionales que cada persona adquiere en función del proyecto y que potencia sus posibilidades de inserción una vez finalizados los proyectos.

Este trabajo competencial se realiza bajo el marco europeo común del EntreComp (Marco Europeo Competencias de Emprendimiento) como herramienta para mejorar la capacidad emprendedora de las organizaciones y de la ciudadanía europea. Para ello se ha podido contar con la colaboración del equipo de Cultura Emprendedora, que -mediante píldoras formativas- han proporcionado a estos profesionales la metodología y las herramientas para poder trabajar.