sábado, 5 de octubre de 2013

EN DIRECTO, CUANDO EL AMOR ACABA EN EL DIVÁN, ( DE TU PAREJA ).ESTILO, COLGADAS DEL TRAPECIO,./

TÍTULO; EN DIRECTO, CUANDO EL AMOR ACABA EN EL DIVÁN, ( DE TU PAREJA ).
Psicología de pareja

Jaime tenía un complejo de Edipo impresionante”, comienza su historia Marina, de 30 años. Aunque nunca ha pasado por el diván del psicólogo, Marina manipula el vocabulario psicológico con aplomo de especialista. De hecho, no dudó en utilizarla como un arma arrojadiza contra su novio en cuanto lo vio necesario. “Él se enfadaba mucho cuando le sacaba el tema, pero es que, en 10 años de relación, jamás tomó una decisión sin consultarme, ya fuera cambiar de trabajo o elegir una película. Creo que es lo que se llama, en Psicología, una transferencia. ¡Me había convertido en su madre!”.
Su obsesión, indagar en el pasado de Jaime buscando respuestas, fue la peor idea que pudo tener. “Quise averiguar más cosas sobre su infancia, sus traumas, la relación con su madre... Él no lo pudo soportar. Sentía que estaba violando su intimidad”, reconoce Marina. La pareja, claro, saltó por los aires. Tras esta mala experiencia, ella jura y perjura que no volverá a repetir el error: “En mi nueva relación me limito a vivir el instante, no trato de darle vueltas a las cosas ni de ir más allá. Y disfruto como nunca. He aprendido que analizar todo puede ahogar el amor”.

¡Abandona ese cuerpo! 
¿Quién no ha participado alguna vez en ese juego, aparentemente inocente, de la disección psicológica del amor? Desnudar el inconsciente del otro para comprender (al fin) las manías que tanto nos agobian es tentador. Descubrir también, y sobre todo, si él (o ella) nos aman por razones verdaderas y no por repetir un esquema arcaico infantil... Queremos saberlo todo, pero el mejor consejo es no hacerlo. ¡Stop! “Tenemos que parar de buscar las razones de nuestras dificultades amorosas en inconscientes presuntamente dolientes y en infancias supuestamente tortuosas”, se rebela la socióloga Eva Illouz, profesora de la Universidad de Jerusalén y autora del ensayo “Por qué duele el amor” (Ed. Clave Intelectual / Katz). “Con el pretexto de mejorar las relaciones, asistimos a una invasión del vocabulario psicoanálitico en el lenguaje amoroso –reflexiona–. Conceptos freudianos complejos se utilizan a tontas y a locas para racionalizar el amor. No digo que la introspección y el trabajo sobre uno mismo sean inútiles en la vida conyugal, al contrario; pero lamento que la psicología se convierta en el único medio para interpretar nuestros amores”.
Lo mismo opina Olga Córdoba, psiquiatra y psicoterapeuta y coautora, junto a Iñaki Vázquez, del blog de pareja ysinembargotequiero.com. “Cuando, en terapia de pareja, dejamos hablar por turnos a cada cónyuge, escuchamos demasiadas veces frases del tipo: “Entiendo que conmigo reacciona así porque tuvo una madre castradora”; “Ella ve en mí el padre autoritario de su infancia y ahora me hace pagar”. Lo que pretenden estos discursos es intelectualizar un problema con un punto de vista muy interesado. Pero nosotros tenemos que desmontar esas teorías e invitar a la pareja a explicar claramente qué les está sucediendo. Si hay que hacer alguna interpretación psicoanalítica, la haremos nosotros”.

“Strip-tease” del inconsciente
Ana, abogada de 40 años, no concibe que una relación pueda funcionar sin un constante análisis y contra-análisis. “La vida de pareja pone delante de nosotros un espejo implacable –asegura–, pero solo la introspección en común nos permite deshacernos de los automatismos, acceder a nuestros deseos más profundos”. ¿De verdad? ¿De dónde viene esta asunción? Podemos encontrar mil y una razones para justificar el deseo irrefrenable de recostar a la pareja en nuestro diván particular: la influencia de las revistas de divulgación psicológica, los “realities” en los que los amantes airean cada microproblema de su relación, los “best-seller” de autoayuda... Julia, diseñadora gráfica de 38 años, lo justifica de otro modo: “Ese análisis promete ofrecernos las claves del alma. En una sociedad que sufre de ansiedad, posibilita el riesgo cero en el amor”.
“Este fenómeno es chocante en las parejas de la generación post-sida, analiza el psiquiatra francés Philippe Brenot. Los treintañeros se agolpan alrededor de la fidelidad, erigida en valor absoluto. El corolario es que exigen saber todo del otro: leer sus mails y sus SMS, conocer su historia familiar, disecar su infancia...”.
Sorpresa: los psicólogos reconocen de buena fe el recrudecimiento de lo que llaman los “análisis salvajes”. “Recibo parejas que se auscultan el uno al otro a todas horas –cuenta Brenot–. Se juzgan, se evalúan, se culpabilizan, para intentar explicar el comportamiento forzosamente insoportable del otro. Entonces para desactivar los dramas, les digo que dejemos de psicologizar. Pues esta actitud elude lo esencial: la dificultad de aceptar al otro tal como es”. Que una terapia iniciada por uno de los integrantes de una pareja estremezca la relación de los dos no es nuevo. Lo que preocupa a los profesionales es la generalización de un vocabulario de experto, aun en personas que nunca han acudido a una consulta. “En lugar de nombrar los problemas, nos atrincheramos detrás de conceptos abstractos –explica el psicoanalista Didier Lauru–. 
En el fondo, es un medio de defensa”. Pero también de ataque: “Los reproches son más dolorosos si se tildan de psicológicos –señala el psiquiatra Stéphane Clerget–. Esta intrusión de un pensar “pseudoanalítico” en la esfera afectiva causa estragos”, reconoce. La psiquiatra y psicoterapeuta Olga Córdoba dictamina que “las personas que tienden a psicologizar las relaciones suelen tener problemas personales no resueltos. Proyectan en los demás sus inseguridades y, al colocarse en el rol de “experto”, se protegen. En vez de asumirlos y buscar soluciones, se dedican a “salvar” a los demás. Huyen de su propia realidad”. Lo sorprendente es que se trata de una situación habitual. “El que intenta psicoanalizar coloca al otro en una posición inferior. Deslizar los problemas de pareja hacia un contexto de “terapia”, protege al que va de terapeuta, porque da por supuesto que los problemas los causa el desequilibrio que sufre su pareja. Esto acarrea muchos conflictos”.

“Las modas psicológicas siguen un movimiento pendular –precisa Luis Muíño, psicólogo y psicoterapeuta–. De las parejas con vidas paralelas y sin comunicación, hemos pasado a “hablarlo todo”. Pero ninguna forma de resolver conflictos funciona con todas las personas ni con todos los problemas. Hablar mucho puede servir para demorar la acción. Es fácil ver a parejas que pueden hablar durante horas de cosas que tienen que cambiar, pero nunca dan el paso para hacerlo. Para muchos, conversar sobre un defecto es más fácil que empezar a resolverlo. Los terapeutas sabemos que muchos problemas no se resuelven: se disuelven. Hay temas que no merece la pena analizar... Si lo resolviéramos todo así, acabaríamos viendo a nuestra pareja como una especie de psicoanalista pesado, denso... y nada divertido. Dejar pasar una gran parte de los conflictos mejora a la larga el clima emocional”.

Terapia o nada

“O vas a terapia o te dejo”. Nicolás, fotógrafo de 48 años, no olvidará la violencia con la que su ya exmujer le soltó tal frase una noche, durante la cena. “Acepté, aunque las sesiones me ayudaron más a salir de una relación tóxica que a retomarla. Y encontré otra pareja”, recuerda. Hoy es feliz, pero aquello le dejó un regusto amargo: “El vocabulario del análisis psicológico sigue estando presente en mi vida conyugal actual... Hace que todo parezca más grave de lo que es. Siento necesidad de recuperar cierta ligereza, una especie de inocencia en lo que al amor se refiere”.

Más extremo es el caso de José Juan, un economista de 45 años: su mujer ha leído a Freud y Lacan en su idioma original y profiere sus diagnósticos siempre que puede. “Me siento permanentemente examinado y juzgado por ella”, suspira. Por eso, ha instaurado una nueva regla: nada de confidencias de almohada. “La cama conyugal debe ser lugar de descanso, sexo y juego amoroso. Nada de psicología. Detesto la actitud de los que consideran al inconsciente del otro un continente listo para ser explorado. El amor exige lo contrario: abandono total”. Sin embargo, su pareja, Nathalie, no cede: “Tengo una idea más clara que él de lo que está en juego en su inconsciente. Cuando le someto a mi análisis, se exaspera. Pero cuando supera ese primer enfado, termina por escuchar y eso es lo que hace que nuestra pareja avance”.

¿Antídoto de la pasión? 

¿A fuerza de diseccionar tanto al amor no corremos el riesgo de matarlo? “Se convierte en un objeto de calculo sin fin –reconoce Eva Illouz–. Necesidades, deseos ocultos, afirmación del yo: todo gira entorno al tema del Yo, de su satisfacción, de la capacidad para mantener los intercambios recíprocos y simétricos”. ¿El resultado? Nuestra sociedad deriva hacia un enfriamiento sentimental, en el que la pasión se vuelve sospechosa, asimilable a una droga o a una adicción. “El darse plenamente en una pareja es percibido como una forma infantil de vivir una relación –continúa la socióloga–. Sin embargo, la pasión rompe esta economía amorosa que nos imponemos y nos saca del infierno del ego. Nos compromete totalmente y confirma que estamos vivos”. 

  La guerra de los psicoataques
“Estúpido”, “necio”, “imbécil”... El clásico vocabulario de las peleas ha pasado a la historia. La psicología nos ofrece un arsenal de descalificaciones más refinadas. ¿Telefonea él (o ella) a su madre tres veces al día? Se evoca a Edipo, “superstar” entre los complejos que torpedean a la pareja. El egocéntrico Narciso le pisa los talones. ¿Él (o ella) frustra nuestras expectativas? Le acusamos de “perverso narcisista”. ¿Se niega a reconocer sus errores? Invoquemos las palabras mágicas “resistencia” o “negación”. ¿Quizá se obstina? Es el momento de sacar el arma secreta: “Reaccionas con prepotencia infantil”. El intercambio de acusaciones puede terminar lastimando mucho, sobre todo si el otro se ha mostrado vunerable. A “la víctima” siempre le queda un recurso: acusar al atacante de estar “proyectando”. Decirle: “¿No querrás decirte todo eso a ti mismo?”.

“Best-sellers”, Amor por la vía rápida
Eso es lo que prometen los libros de autoayuda que se meten en el terreno sentimental, un lucrativo filón para las editoriales, que saben lo que venden los problemas de las parejas. Libros como “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus”, de John Gray, han sido éxitos planetarios, con 50 millones de ejemplares vendidos. Los “coach” australianos Allan y Barbara Pease vendieron 14 millones de su serie “¿Por qué los hombres... y las mujeres...?”. También prometían la felicidad conyugal o “Las mujeres que aman demasiado”, de Robin Norwood.

TÍTULO; ESTILO, COLGADAS DEL TRAPECIO,.

 La amistad cuajó hace cuatro años con el nacimiento de ‘Capicúa’, la compañía catalano-aragonesa que ayer descolgó desde las alturas un catálogo multiartístico sobre el paseo del Espolón con su tercera obra, ‘Cabaret’.

El espectáculo es el arte casi total. En él se combinan danza, acrobacias aéreas, interpretación y magia, marinado todo con una buena dosis de humor y sazonado con una deliciosa música y unas pizcas de sorpresa hasta culminar en el truco final.
«Ofrecemos mucha diversión y sorpresas. La verdad es que la gente responde de maravilla, le gusta el espectáculo porque es muy poético y le hace reír mucho», prometía por la mañana Iris Mur en declaraciones a Diario LA RIOJA a bordo de la furgoneta que acercaba a la compañía a la capital riojana. «Además, el público agradece que juguemos mucho con él, interactuamos con los presentes, sobre todo en la segunda parte de la obra y eso gusta», añadía la artista, preocupada por el riesgo de lluvia anunciado.

‘Capicúa’ cumplió su promesa, pero el cielo no certificó su amenaza y eso ayudó a pergeñar una noche perfecta. Con unos veraniegos 24 grados, una multitud de pie (los centenares de sillas preparados en forma de U habían sido ocupados desde media hora antes) contuvo la respiración, se asombró y rió ante lo que veía en el sencillo escenario habilitado a los pies de la Concha del Espolón.

Sin pestañear
Los más pequeños ni pestañeaban. Como Álvaro, de cinco años, sentado en el suelo entre sus padres, Silvia y Juan Carlos, y con la espalda apoyada en el vallado, quien se limitaba a asentir con la cabeza, la boca entreabierta y los ojos como platos cuando mamá le preguntaba divertida: «¿Te gusta, cariño?».

La historia de madamme Consolata enganchó a Álvaro y como a él a cientos de personas.
La triste protagonista se adormece en una vieja taberna con el recuerdo de su desaparecido marido y de otros tiempos de teatro y circo, un pasado que recuperará, junto a su vieja amiga Camila, con ‘Cabaret’ como homenaje a su recordado esposo. Una vieja canción y un sorbo de pócima la transportan a un mundo de magia, de trapecios, telas, luces, música... y dos misteriosos y sorprendentes baúles.

Con la escenificación de una buena parte de la obra a varios metros de altura, sólo dos personajes (¿o no?), protagonizan el grueso del espectáculo, una historia simple, pero preñada de la magia del circo y del teatro que se desarrolla, sin palabras, sólo con gestos, música y sonidos, entre ropajes y atrezzos, entre armoniosas danzas aéreas, sorprendentes encuentros, situaciones absurdas y divertidos giros. El arte sobrevoló y tocó tierra anoche en el Espolón logroñés.

Un escenario en el vacío a 6,20 metros de altitud
La magia flota en el aire. ‘Capicúa’ construye un escenario suspendido a 6,20 metros del suelo, de él cuelgan el trapecio y las telas sobre las que se desarrolla el núcleo del espectáculo ‘Cabaret’.

Debajo, en el ‘tablado’, el sencillo decorado lo componen una mesita, una silla, dos copas, una botella ‘mágica’ de vino, un trapecio, telas colgantes y, eso sí, dos misteriosos baúles. Pese a la aparente sencillez, su montaje necesita de tres horas de trabajo para regalar luego al auditorio 50 minutos de arte casi total. ‘Cabaret’ es una pieza en la que prima lo visual, pero en la que dejarse llevar por los sentidos es casi una obligación.

El espectáculo se estrenó el pasado octubre y fue bendecido casi de inmediato con el premio Concurso Off de Calle del Pilar de Zaragoza. Ha recorrido ya una treintena de escenarios vascos, catalanes y aragoneses y su magia se derramó anoche en el Espolón.

REVISTA MUJER HOY DE CERCA, VALERIE TRIERWEILER,./ PROTAGONISTA, ¿ Y TU DE QUE RED ERES?

TÍTULO; REVISTA MUJER HOY DE CERCA, VALERIE TRIERWEILER,.
 
Primera Dama de Francia, No salía a la calle, creía que iban a licharme,.

-foto Valérie Trierweiler, primera dama de Francia: "No salía a la calle, creía que iban a lincharme"
Cuando François Hollande ganó las elecciones presidenciales francesas en mayo de 2012, Valérie Trierweiler no podía evitar que su euforia también estuviera teñida de miedo ante la idea de convertirse en primera dama. “Es muy aterrador al principio –cuenta–. No tienes ni idea de lo que te espera y, al mismo tiempo, todo el mundo tiene los ojos puestos en ti. Temía ser juzgada, observada”. Trierweiler habla en un tono bajo, mientras sorbe su café solo en el “ala de madame”, como se denomina a su despacho en el Palacio del Elíseo. 
Es la primera vez que accede a hablar con un medio no francés. Al principio, llama la atención la manera en que Valérie, de 48 años, parece sentirse a sus anchas en su despacho dorado. Una especie de mini Versalles, con espejos barrocos y una gran lámpara de araña de cristal que antes perteneció a Carla Bruni-Sarkozy y se reserva tradicionalmente para la pareja del presidente. Explica que no ha hecho ningún cambio, aparte del retrato oficial de Hollande que cuelga sobre un jarrón de hortensias azules, cerca de una fotografía de los dos juntos mientras una multitud les vitorea en la noche de las elecciones, y de unos dibujos infantilesHabla con seriedad y sin rodeos, a veces anticipando la siguiente pregunta. Se nota que ha sido periodista. Se refiere a su pareja como “François Hollande” o, con menos frecuencia, como “el presidente”, una formalidad con la que protege su intimidad. Desde las elecciones, ha vivido su “annus horribilis” con los medios, que la han apodado “la Rottweiler” por la manera feroz en que se ha propuesto proteger su vida privada. Algunos de los libros que se han publicado, la acusan de poner a Hollande en una situación comprometida por culpa de su mala relación con Segolène Royal, la madre de los cuatro hijos del actual presidente francés y anterior candidata presidencial socialista.
La tensión entre ambas mujeres se hizo pública un mes después del triunfo de Hollande, cuando Valérie publicó en su cuenta de Twitter unas palabras aparentemente inocuas (“Ánimo a Olivier Falorni”), dedicadas al rival de Royal por un escaño en la Asamblea Nacional, pero que dejaban clara su intención. Segolène se mostró especialmente irónica, cuando comentó que la pareja de Hollande sufría “el síndrome de Rebeca”, en referencia a la novela de Daphné du Maurier, llevada al cine por Alfred Hitchcock, donde la segunda esposa de un terrateniente acaba convenciéndose de que él sigue enamorado de su primera mujer.


Del Loira al Elíseo

Trierweiler confiesa que llegó a considerar la posibilidad de no volver a pisar el Elíseo. “Hubo un momento en el que ni siquiera aparecía por allí. Estuve a punto de no regresar. No salía a la calle, pensaba que me lincharían... Pero logré sobreponerme”, explica. Ahora acude todos los días. “Me estoy involucrando totalmente y estoy muy ocupada”. En los últimos meses, se ha dedicado a trabajar con organizaciones benéficas y en causas humanitarias. Largamente criticada como el “talón de Aquiles” de Hollande, en este momento está decidida a convertirse en un verdadero activo para él.
Sus raíces no pueden estar más alejadas de la opulencia del palacio presidencial. Cuando se le pregunta por su infancia, señala que, a diferencia de algunas de las primeras damas que le precedieron, no posee fortuna personal (aunque no menciona a Bruni-Sarkozy, nacida en una rica familia y convertida en modelo). Su nombre de soltera es Massonneau. Nació en Angers, en el Valle del Loira, y era la quinta de seis hermanos. Su padre, desempleado, perdió la pierna en la explosión de una mina con 12 años. “No teníamos dinero; vivíamos de la pensión de invalidez de mi padre en un piso de protección oficial”.
A los 18 años, se estableció en París para estudiar Historia, y más tarde Ciencias Políticas, en la Sorbona. Su primer trabajo fue como periodista política para Profession Politique, una revista que ya no existe. Llevaba solo unos pocos meses en aquel trabajo, cuando conoció a François Hollande, en 1988. Era 11 años mayor que ella y aún no era parlamentario. Desde finales de los 70 convivía con Segolène Royal.
En 1995, Valérie se casó con Denis Trierweiler, un periodista de París Match. Tuvieron tres hijos, pero se divorciaron en 2010. Ella pone fecha a lo que llama su “rencontre amoureuse” con Hollande en 2005. Militante del Partido Socialista desde su juventud, el actual presidente siempre había sido subestimado por sus compañeros de partido, que le consideraban gris y aburrido. De hecho, le llamaban “Flanby”, como la marca de un flan de caramelo. Sin embargo, su entorno afirma que, pese a su pasión por el consenso, es incisivo y un hábil estratega.
¿Qué fue lo primero que le atrajo de él, el hombre o el político? “Los dos, al mismo tiempo. Es imposible disociarlos, porque realmente Hollande es una criatura política. Me atrajo su enorme encanto y su gran sentido del humor. Sobre todo, tenía una gran rapidez mental, es la persona con más agudeza que he conocido”.
Los caracteres de ambos son “muy diferentes, y lo opuesto de lo que la gente piensa”, asegura Trierweiler. “Él no es el “buenazo” que la gente cree y yo tampoco soy la antipática que se dice. Él es más duro. No es ningún ñoño”.

Redefiniendo su papel
Para su “aprendizaje sobre la marcha”, como lo llama, buscó consejo, pero no en Hollande (“es algo que tienes que solucionar por ti misma, el presidente está demasiado ocupado”), sino en otras primeras damas. Ha conocido a “37 o 38” hasta ahora. “Michelle Obama me dijo que le costó un año hacerse con el papel. También tuvo algunas meteduras de pata al principio. Les ocurre a todas, y todas han sufrido duros ataques”, asegura.
Su independencia como mujer profesional, y como madre, estaba en juego. “Para mí, es inconcebible depender económicamente de otra persona. Es más, mis hijos dependen de mí, con lo que no sé cómo podría arreglármelas si no trabajara. Los niños no viven a expensas de la República –afirma–. Estamos en el siglo XXI, ¿en nombre de qué debería ser yo la única mujer de Francia que no tiene derecho a trabajar?”.
Algunos críticos dicen que no debería hacerlo... “Es retrógrado. Lo dijeron incluso algunas periodistas jóvenes y progresistas, algo que me sorprendió. Pero también recibí muchas cartas de mujeres que decían: “No te rindas, no abandones, al menos alguien en el Elíseo sabe lo que es un salario y lo que significa tener que vestir a los niños”. Así que pensé: “Quizá he hecho posible que Francia diera un paso adelante”. Hollande dijo que entendía que quisiera trabajar y añadió: “Estará a mi lado cuando el protocolo lo requiera, lo que no ocurre muy a menudo”. 
Tras la victoria electoral, la pareja decidió quedarse en su piso alquilado en el oeste de París y no ocupar el apartamento presidencial del Elíseo. Pero hoy Trierweiler admite: “Vivimos entre uno y otro, porque hay noches en que el presidente está reunido hasta muy tarde. El Elíseo está muy bien, mientras recuerdes que debes salir y moverte. Tienes que ver lo que sucede en otros sitios para no aislarte”. Entonces, ¿ya se ha hecho con su papel? “Creo que las cosas ahora van bien”.
Entre los asuntos que más preocupan a Trierweiler están las víctimas de violaciones en el Congo. Voló allí este verano para encontrarse con mujeres ingresadas en un hospital, habló ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra y, en unas semanas, pronunciará una conferencia en la sede de Naciones Unidas en Nueva York. También volará a Mali para llevar “cientos de kilos de libros y cuadernos” para equipar una escuela y regresará con cuatro niños que serán operados del corazón en Francia. Trierweiler se siente frustrada por la falta de una definición oficial de su papel. “No soy yo la que puede cambiarlo, pero creo que debería evolucionar”, añade. Carla Bruni-Sarkozy ha dicho que si se casa con Hollande, su labor sería más fácil. ¿Cambiaría la situación el matrimonio? “No”, responde cortante. Y al indagar si hay una boda entre sus planes, responde: “Solo diré que el matrimonio es un derecho, no un deber”.
Brillante y atractiva –y a veces a la defensiva–, se dice que fue de gran ayuda para el líder socialista entre 2008 y 2010, cuando se encontró solo tras perder el liderazgo del partido. En el Elíseo, sin embargo, ella se mantiene alejada. ¿Ni siquiera comen juntos alguna vez? “No, no, tiene muchos compromisos a la hora de la comida. Algunas veces, le envío un correo electrónico, para preguntarle: “¿Te gustaría dar un paseo por el jardín?”, y damos una vuelta, pero corta. Así que nos vemos por la noche”.

Rumores malévolos
Después de que los “paparazzi” pillaran a Trierweiler en biquini, el año pasado, en una playa de la Riviera francesa, demandó a tres revistas francesas que publicaron las fotografías por violación de su intimidad. Ganó y fue indemnizada con 4.000 €. “Lo único que hice fue intentar que se aplicara la ley. La privacidad está protegida en Francia. He demandado a la prensa y a la editorial de un libro, y siempre he ganado”.
El libro se llamaba “La Frondeuse” (“La rebelde”) y alegaba que era la amante de un exministro al tiempo que salía con Hollande. Ganó la demanda por violación de intimidad contra los autores y contra la editorial, aunque retiró otra demanda por libelo. Su abogado denunció que se trataba de “rumores malévolos y sin pruebas dirigidos a dañarla a ella y a sus seres queridos”. Por todo ello, se sintió especialmente indignada con las fotografías que el año pasado le hicieron a Kate Middleton tomando el sol en top-less junto al príncipe Guillermo, en una propiedad privada del sur de Francia. “Aquellas fotos me escandalizaron, publicarlas fue vil. Para mí, es inconcebible. Esos fotógrafos toman imágenes dentro de una propiedad privada. ¿Se da cuenta de lo que significa si, incluso dentro de su casa, uno no puede sentirse libre?”. 
Valérie está luchando para mantener a sus hijos fuera del ojo público. Pide que no se publiquen sus nombres, pero no le importa contar que tienen 16, 19 y 20 años. “Nadie sabe nada de ellos, nunca les llevo a actos públicos. Es una pena, porque nos impide disfrutar de algunas cosas, pero así están protegidos”.
Sobre los ataques contra el presidente, cuya popularidad se ha desplomado últimamente hasta el 28%, dice que son “injustos y violentos”. ¿Tiene él la culpa de que los franceses se sientan deprimidos, como alegan sus detractores? “No veo por qué los franceses podrían estar tristes por culpa de François Hollande, porque él es cualquier cosa menos una persona depresiva”, afirma. Al contrario, cree que los franceses son responsables de su tristeza: “Estamos demasiado centrados en nosotros mismos y olvidamos lo que está pasando en el resto del mundo. Por supuesto que hay niños pobres en Francia, que no tienen suficiente para comer, y tenemos que solucionarlo. Pero en Siria los niños están siendo gaseados, y en Kinshasa los hay que viven en la calle”. Es imposible conocer su opinión sobre lo que debería hacerse en Siria. “No me corresponde decir qué debería hacer el presidente –asegura–. Simplemente puedo decir que esas fotografías de niños gaseados son insoportables de ver, y que la situación es igualmente insoportable”.
La entrevista llega a su fin. Le pregunto cuál es el mayor cambio que ha experimentado desde que llegó al Eliseo. “La pérdida total de libertad”, responde. ¿Ha cambiado su personalidad para encajar en el papel de primera dama? “Sí, cuando salgo tengo mucho cuidado. Quizá demasiado. Tal vez por eso mi aspecto parece severo y tenso”. Minutos después, me conduce fuera de su despacho a través de varias puertas dobles. “¡Hay tantas puertas aquí!”, exclama, y añade: “François Hollande deja abiertas incluso las de los armarios de la cocina. Ese es un rasgo de su carácter: nunca le cierra la puerta a nadie. Pero yo no puedo soportar las puertas abiertas. Necesito sentirme segura. Tan pronto como llego aquí por la mañana, voy de un lado a otro cerrando puertas”. A modo de despedida, señala hacia el centro del palacio: “Allí está la zona del poder. La del presidente”. 

TÍTULO;  PROTAGONISTA,  ¿  Y TU DE QUE RED ERES? ,.
Redes sociales
Hace siete años pertenecer a una red social era algo propio de “gafapastas” de la informática. Hoy, es un fenómeno masivo y múltiple: cientos de millones de usuarios en todo el mundo crean perfiles personales en varias redes y las usan para distintas cosas, o quizá para una sola: comunicarse, pero siguiendo diferentes patrones y modelos. Un juego, sí, pero también un flujo de información pública y privada (y personalista) que está alterando definitivamente nuestra forma de relacionarnos y mostrarnos al mundo. En este lío de hipervínculos, la cuestión es ¿cuándo, por y para qué se debe utilizar cada red social? 

Las más populares, una a una
FACEBOOK
En activo desde 2005, tiene más de 1.100 millones de usuarios en el mundo, 18 millones de ellos en España.
-Cómo es: admite imágenes, vídeo y texto ilimitado.
-Filosofía: hacer del mundo un lugar más abierto y conectado.
TWITTER
Inaugurada en 2006, tiene 500 millones de “tuiteros”, cinco en nuestro país.
-Cómo es: permite imágenes y texto limitado a 140 caracteres.
-Filosofía: la difusión global.

LINKEDIN
Nació en 2003, la usan 238 millones de personas; cinco millones son españoles.
-Cómo es: permite buscar empleo.
-Filosofía: unir a profesionales.

INSTAGRAM
Surgió en 2010 como una aplicación de tratamiento fotográfico y se convirtió en una red social. Hay 150 millones de usuarios en todo el mundo.
-Cómo es: puedes compartir imágenes y textos.
-Filosofía: permite difundir fotos y mostrar tu creatividad.
PINTEREST
En activo como red privada desde 2009, en abierto desde 2011. 53 millones de usuarios en marzo de este año.
-Cómo es: funciona como una herramienta de archivo visual.
-Filosofía: muchos la usan porque facilita su trabajo. Por ejemplo, diseñadores que acumulan en ella referencias para colecciones futuras o fotógrafos que vuelcan en el “panel” imágenes referenciales.


FACEBOOK
Diana Aller, 38 años. Periodista y bloguera: "Tienes muchas formas de comunicar"
  • De entre todas las redes, Facebook le parece la más completa “por la facilidad y lo variable que puede ser tu forma de comunicar: admite imagen, vídeo, texto sin límite...”. Para la autora del blog “Lo dice Diana Aller”, es también una herramienta que le sirve incluso como agenda: para anotar citas, establecer grupos de contacto organizados, contactar a gente... Esa vertiente cotilla que todo el mundo le achaca a la red, a ella no parece importarle nada: “Facebook es transparente y uno se muestra tal cual es. Si te preocupa cómo te van a ver, es mejor no participar. Yo no tengo miedo de mostrarme; no creo que ninguno seamos tan importantes como para obsesionarnos con la pérdida de la intimidad”.
LINKEDIN
Imma Turbau, 39 años. Gestora cultural
  • Fue directora de la Casa de América, pero hoy es propietaria de Container, una empresa de márketing y gestión cultural, y lleva en Linkedin desde 2006. Conoció la red cuando no estaba muy desarrollada en España y la ha convertido en una herramienta más. “Es un trabajo algo arduo: agrupas a tus contactos por categorías, les añades etiquetas, y así realizas búsquedas y envíos más efectivos”. No es una red para tomarse a la ligera: “Hay que ser serios y dar una imagen seria. Facilita el contacto y la búsqueda de profesionales allá donde los necesites, pero también es un escaparate”. Su principal virtud es poner en contacto a profesionales de todo el mundo, pero “hay que saber usarla para sacarle partido”.
INSTAGRAM
Elisa González, 34 años. Fotógrafa
  • Entró en Instagram cuando descubrió que la fotografía a través del móvil “era más inmediata y espontánea en su acercamiento a la realidad”, dice esta fotógrafa, comisaria y profesora en la escuela MADPhoto de Madrid. En esta red social ha encontrado a creadores interesantes, hasta el punto de haber comisariado un ciclo de exposiciones en una pequeña sala madrileña, Espacio Raw, con fotógrafos no necesariamente profesionales extraídos de la red. Reconoce que gracias a Instagram le han salido proyectos, pero lo que más alaba es la sinergia: “Consigues que tu trabajo llegue a mucha más gente y es bueno para enfrentarte a ti misma y saber cómo reaccionan a lo que haces”. 
TWITTER
Eva Calleja, 37 años. Directora de comunicación

  • Reconoce que llegó tarde a Twitter, en 2009, y lo hizo por curiosidad profesional: “Pero ahora me veo enganchada”. Alaba de esta red su “inmediatez y la posibilidad, antes inexistente, de llegar a miles de personas en muy poco tiempo”, algo imprescindible para su empresa de comunicación, Prisma Ideas. También cree que “gestionadas de forma puramente profesional, no funcionan: tiene que haber un ser humano detrás, y ha de notarse”; además de que es la plataforma profesional ideal para “proyectos pequeños que necesiten volverse grandes”. Aunque recomienda ser siempre consciente de que lo publicado lo van a ver conocidos y desconocidos y saber atenerse a las consecuencias. 
PINTEREST
Annita Rodríguez, 35 años. Productora de eventos

  • “Pinterest no solo me permite fijarme en lo que me gusta en mis búsquedas por internet, archivarlo y poder encontrarlo con absoluta facilidad: es que además puedo elaborar con él tablas de inspiración o ver lo que motiva a otros profesionales. Y esa información la puedo ordenar y enviar a mis colaboradores para que vean por dónde ha de ir una foto o una página que tengamos que crear. Mesas decoradas para eventos, formas originales de presentar productos...”. Para Annita, que es directora de una nueva publicación, brunchmag.com, esta red es una herramienta donde encuentra ideas. “No tiene precio tener la posibilidad ver lo que le inspira a un diseñador”. 

Secretos de la vida virtual
¿Para qué sirve tanto “Me gusta”?
  • Los “Me gusta” no son una muestra ingenua de buena educación, aunque en principio para eso surgieron. Ahora sirven también como termómetro de tu efectividad como comunicador: cuantos más “me gusta” tengan tus contenidos, más arriba te colocas en los estándares de la red social. Muchos psiquiatras han comentado que esa búsqueda de una validación inmediata por parte de tus amigos, conocidos o colegas puede tornarse muy amarga para tus emociones: dependencia, egolatría o, por el contrario, baja autoestima, neurosis, depresión... 

¿Están mis datos realmente protegidos?

  • Las políticas de privacidad de las redes sociales suelen ser fluctuantes y opacas. Los controladores pueden tener acceso (lo demuestran las censuras). Y los creadores de las redes no parecen apreciar en mucho la privacidad como un valor en alza. En todas puedes tratar de bloquear el alcance de lo que dices, pero recuerda que en algunas son los demás los que te siguen. 

¿Se pueden usar todas las redes para ligar?
  • Diana Aller dice que con Facebook, sí: “Te entran amigos de amigos, muy sutilmente. Además esto provoca, más o menos a la tercera cita, lo que viene a ser la declaración de amor posmoderna: cuando nos confesamos el uno al otro que sí, que hemos cotilleado en su Facebook”. Imma Turbau cree que en Linkedin “mejor no tocar ese tema nunca porque daría muy mala imagen”; y Eva Calleja dice que en Twitter “hay mensajes de ligones: generalmente chicos muy jóvenes, con serios problemas de ortografía que te dicen una barbaridad a ver si cuela”. Elisa González nos recuerda que en Instagram hay perfiles privados en los que se cuelgan desnudos: “Solicitas verlos, y si te aceptan, puede haber una descarga de alto voltaje erótico”. De todas maneras, plantéate si no es mejor que busques una red especializada en contactos, tipo Meetic. 

¿Cómo llegan los anuncios a mi perfil?
  • Quienes gestionan cada red, saben si eres mujer u hombre, tu edad aunque sea de manera aproximada, dónde vives, qué buscas en Google, qué estudiaste y dónde. Con esto, ya pueden dirigir publicidad hacia tu perfil. Tranquila, hasta tu amiga más delgada o la más ligona reciben publicidad sobre productos adelgazantes o búsqueda de pareja, por el hecho de ser simplemente mujeres y solteras. 

¿De qué se habla en las redes sociales?
  • En opinión de la experta en internet Delia Rodríguez, “hay algo de lo que no somos aún del todo conscientes: los planteamientos comunicativos de las redes recuerdan más a una cultura oral que a la cultura de la imprenta que estamos dejando atrás. ¿Realmente queremos que lo que ahí decimos permanezca o creemos estar comunicándonos oralmente, pero por escrito? De ahí provienen muchos de los malentendido”. Esta periodista acaba de publicar “Memecracia. Los virales que nos gobiernan” (Ed. Gestión 2000), donde advierte sobre el fenómeno de expansión vírica de los “memes”: “El meme es cualquier idea contagiosa: desde una receta de cocina a la frase mil veces repetida de un político”. Y, la verdad, de eso (de lo que nos atrae, nos conmueve o nos da miedo) es de lo que se habla.

¿Cómo puedo arreglar una metedura de pata?
  • Todos somos humanos, todos cometemos errores. Pero es verdad que lo que antes se quedaba en un círculo reducido, ahora puede ser visto por miles. Y queda ahí, en el limbo virtual. Prácticamente, todas las redes sociales te permiten (en teoría)enmendar errores, borrar lo que ya no quieras compartir y pedir excusas públicas. A tu favor, que estamos tan saturados de información que solemos olvidar muy pronto. En contra, que nada de lo que ha pasado por internet se destruye realmente. Así que lo mejor es ser muy prudente con lo que se publica, porque hacer un David Bisbal (que es como se llama en Twitter a meter la pata con un twitt, borrarlo después, escribir otro metiéndote con la gente y borrarlo también) suele ser bastante contraproducente.


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TÍTULO; QUE HAY DE NUEVO, BOCADOS DE REALIDAD, DE AMY ADAMS,.

Amy Adams


Amy Adams
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Amy Adams en 2009
Nombre real Amy Lou Adams
Nacimiento Bandera de Italia Vicenza, Veneto, Italia
20 de agosto de 1974 (39 años)
Nacionalidad Bandera de Italia Italiana /
Bandera de los Estados Unidos Estadounidense
Ocupación Actriz, cantante
Años activo/a 1999-presente
Características físicas
Estatura 1,63 m
Familia
Cónyuge Darren Le Gallo (2002-presente)
Hijo/s Aviana Olea Le Gallo (2010)
Ficha en IMDb
Amy Lou Adams (nacida en Vicenza, Italia, el 20 de agosto de 1974) es una actriz de cine y televisión y cantante italiana de padres estadounidenses. Su ascendencia incluye ingleses, daneses, suizos y noruegos. Adams comenzó su carrera artística en teatros de cena antes de hacer su debut en pantalla en 1999, en la comedia negra, Muérete, bonita. Después de una serie de apariciones especiales en televisión y papeles en películas de serie B, consiguió el papel de Brenda Strong en Atrápame si puedes (2002), pero su primer papel importante fue en la película independiente Junebug (2005), donde interpretó a Ashley Johnsten y por la que recibió elogios de la crítica y una nominación al Óscar a la mejor actriz de reparto.
Posteriormente en 2007, protagonizó la película de Disney Encantada, un éxito crítico y comercial, por la cual recibió una nominación al premio Globo de Oro por su interpretación de Giselle.
Al año siguiente recibió una nominación al Oscar y al Globo de Oro por su papel de una joven monja, la hermana James, en la película La duda (2008). Aunque interpretó varios papeles dramáticos y cómicos, Adams ha ganado reputación por la caracterización de papeles con disposiciones alegres y risueñas. Adams protagonizó la película Sunshine Cleaning (2008), con Emily Blunt y Alan Arkin. Desde entonces ha actuado en las películas Noche en el museo: Batalla del Smithsonian (2009) en el papel de Amelia Earhart y Julie & Julia (2009), donde caracteriza a la escritora Julie Powell.

Carrera

Amy Adams junto a Josh Wood en el auditorio de los Screen Actors Guild Awards 2009.
Su primer papel importante fue en la película de 1999, Muérete, bonita. En 2000 grabó la precuela de la famosa película de 1999, Cruel Intentions, que habían protagonizado Sarah Michelle Gellar, Reese Witherspoon y Ryan Phillippe.
De 2000 a 2002, Adams aparece como actriz invitada en series de televisión como Charmed, Buffy the Vampire Slayer (Buffy la cazavampiros), Smallville, The West Wing (El ala oeste de la Casa Blanca, primer capítulo de la 4ª temporada 20 horas en América (parte 1) ), y luego apareció en la película de 2002, Atrápame si puedes, protagonizada por Leonardo DiCaprio, encarnando el personaje de Brenda Strong.
En 2005 protagoniza la película de comedia Junebug, por la cual fue nominada a Premio Óscar, y en 2007 Adams protagonizó la película de Disney Encantada: La Historia de Giselle, donde desempeña a Giselle. En este mismo año actuó en la película de comedia The Ex, y en 2008 forma parte del elenco de la película La Duda como la hermana James; por esta película fue candidata al Oscar por segunda vez. También en este periodo aparece en la exitosa serie The Office como Katy la prometedora pareja de Jim Halpert, interpretado por John Krasinski.
En 2009, Adams protagonizó junto con Ben Stiller, Owen Wilson y Robin Williams la secuela de Una noche en el museo, Night at the Museum: Battle of the Smithsonian, donde desempeña a Amelia Earhart, este personaje interpretado por Adams fue una aviadora estadounidense, célebre por sus marcas de vuelo y por intentar el primer viaje aéreo alrededor del mundo sobre la línea ecuatorial. Para este mismo año tuvo un papel protagónico en la película Julie & Julia como Julie Powell, y su co-protagonista fue Meryl Streep.
Amy Adams en 2013
En 2010, actúa en el papel protagónico de la película Leap Year, desarrollada en los hermosos paisajes de Irlanda, junto al inglés Matthew Goode, donde fue icono de glamour y belleza incomparable, confirmando ser una de las pelirrojas más hermosas de Norteamérica. Este mismo año co-protagonizó en la pelicula The Fighter, junto a Mark Wahlberg, Christian Bale y Melissa Leo. Por su actuacion consigió su tercera nominacion a los Oscares como mejor actriz de reparto.
En 2012 actúa junto a Philip Seymour Hoffman y Joaquin Phoenix en el drama The Master, dirigida por Paul Thomas Anderson y por la que recibió su cuarta nominación al Premio Óscar como mejor actriz secundaria.
En 2013 actúa en Man of Steel junto a Henry Cavill interpretando al personaje protagónico Lois Lane.

Vida personal

En el año 2002 comenzó una relación con el aspirante a actor Darren Le Gallo, al que conoció en 2001 mientras realizaba una clase de actuación. La actriz dio a luz a su primera hija el 15 de mayo de 2010 y la llamó Aviana Olea Le Gallo.1

TÍTULO; QUE HAY DE NUEVO,  COSAS DE CHICAS,.

 

TÍTULO; PEQUEÑAS COSAS',.

 

 Me levanto de la cama tarde
que alegria otro dia nace
es excelente el sol
se mete en cada rincon
hoy no sono el reloj
gracias por ese favor

Peino mi cabello aunque no lo crean
veo en el espejo que no estoy tan fea
Voy a la cocina y abro la heladera
se acabo la leche tomo lo que sea
y abro la ventana y dejo que me toque el sol

Que alegria otro dia viva
en la radio una voz me canta
y lo despierto a el
muy buenos dias amor
despierta dormilon
te soy infiel con el sol

Prendo un cigarrillo aunque yo no deba
el me grita deja yo lo invito prueba
es como un chiquillo se cual es tu idea
ya no me desisto que haga lo que quiera
si despues de todo todo lo que quiero es el

Que lindo esas pequeas cosas son las que nos hacen vivir que rico

Las pequeñas cosas de todos los dias
Son aquellas cosas que tiene la vida
una con suspiros una noche fria
una luna llena que rica comida
Un beso en el cine y otro donde no esta el sol

Las cosas las cosas las cosas que nos hacen vivir (bis)

Es excelente el sol
se mete en cada rincon
despierta dormilon
te soy infiel con el sol

Las pequeñas cosas de todos los dias
son las grandes cosas que tengo en la vida
unos brazos tibios una noche fria
una luna llena que rica comida
un beso en el cine y otro donde no esta el sol


 TÍTULO; QUE HAY DE NUEVO  ESCALOFRIO ASEGURADO,.CINE

Reparto
EscalofríoBill Paxton, Matthew McConaughey, Powers Boothe, Matt O'Leary, Jeremy Sumpter, Derk Cheetwood,.
 
 Un hombre (McConaughey) se presenta en la oficina de Wesley Doyle (Powers Boothe), el agente del FBI encargado de la búsqueda del famoso asesino de Texas conocido como "La Mano de Dios", y asegura que conoce la identidad del escurridizo asesino en serie: se trata de su hermano Adam, quien, después de cometer aquellos crímenes, se suicidó. Al mismo tiempo, intenta explicarle a Doyle las razones que impulsaron a su hermano a matar,.