Cinco
años después de desahogar su frustración por las redes, Laura Baena
sigue declarándose madre imperfecta. No cose disfraces ni hornea
bizcochos caseros, pero hoy puede conciliar y estar presente. A sus 37
años, con un marido corresponsable y dos hijas de siete y cuatro años,
esta publicista malagueña surfea el gigantesco tsunami que representa su
'Club de Malasmadres', hoy convertido en un 'lobby'.
-Empezó sola y ya son medio millón. ¿Ha pensado en dedicarse a la política?
-Me lo reclaman, pero tendría que haber otro tipo de políticos. Ahora mismo están a ver quién lo hace peor. No me representan.
LAS CLAVES«Mi hija mayor cuando se enfada me dice: 'Eres una mala
madre, pero no de esas del club, mala de las de verdad'» «Tengo diez
personas a mi cargo y hacemos horario flexible»
-Habrá tenido problemas para decidir su voto.
-Llevo
cuatro años sentándome con todos los partidos, hemos estado en los
programas electorales de la mayoría. No estoy tan desengañada pero sí
ojo avizor. Las reuniones con ellos han sido a puerta cerrada y cuando
he vislumbrado cualquier atisbo de oportunismo las he rechazado.
-Incluso ha corrido unos kilómetros con Pedro Sánchez.
-Cinco.
Y no paré de contarle todos nuestros problemas. Fue una carrera por la
conciliación llena de obstáculos, como la vida misma.
-¿Una mujer corriendo detrás de un hombre para que escuche sus cuitas?
-Íbamos
al lado. Entrené seis meses para que él no me pasara. Al final, sentí
la necesidad de adelantarlo y me marqué un esprint pero los de
Comunicación de Presidencia me indicaron que le esperara, y así lo hice.
-¿Qué conclusión sacó de aquello?
-Me
parece brutal que una mujer como yo, que estudió Publicidad en Málaga y
tuvo que renunciar a su carrera cuando fue madre, pueda llegar a ser
escuchada. Me hace sentir orgullosa y me da esperanza. El problema es
cuando esas medidas llegan al Parlamento y allí cada uno pone su
puntilla y nunca se llega a un acuerdo.
-¿En el colegio era la delegada de clase?
-Sí.
De niña decían que era mandona, de adolescente, quejica, y ahora dicen
que soy líder. Tengo mucho genio, mucho amor propio y, sobre todo, mucho
querer ayudar a los demás.
-¿Ha necesitado terapia?
-Esto
me ha desbordado y me parecería irresponsable no pedir ayuda. Tengo una
amiga que es 'coach'. Y está el apoyo brutal de la familia. Mi padre,
que es mi mayor fan, mi madre, que es la que me baja a tierra... Y mi
pareja, que es mi mejor terapeuta.
-Así que 'malamadre' pero con buen marido.
-Tengo
un buen padre a mi lado. Se cogió una excedencia el año pasado para que
nuestra familia pudiera seguir adelante. Nos gusta estar presentes y no
delegar en los abuelos.
-¿Cuál es su mayor frustración?
-Que
no se haya logrado todavía un pacto de Estado por la conciliación.
Tendrían que trabajar conjuntamente Gobierno, empresas, familias y
colegios.
-¿Por dónde empezamos?
-Hay que
ampliar la baja maternal. Yo lo pasé tan mal... Dejar tantas horas a mi
hija con cuatro meses... Luego tuve que sacarla de la escuela infantil
porque tenía otitis crónica. Viví el drama de no conciliar. Necesitamos
permisos más amplios. Pero la sociedad no está preparada.
-¿Por qué?
-Hoy,
si te vas un tiempo, no vuelves a encontrar trabajo. Y en las
entrevistas todavía te preguntan si piensas quedarte embarazada. Seis de
cada diez mujeres renuncian a su vida laboral por la maternidad. Yo
tengo diez personas a mi cargo y hacemos horario flexible. Hay que
trabajar por objetivos.
-¿El mito de la 'superwoman' sigue haciendo daño?
-Seguimos
interiorizando el 'yo puedo con todo'. Hasta a mí se me olvida que no
soy 'superwoman'. Pero como me dijo una vez Tania Llasera: «Las buenas
'malasmadres' tienen el horno sucio y los niños felices». Yo no quiero
que mis hijas piensen que su madre es perfecta.
-¿Teme que ellas utilicen en su contra lo de 'malamadre'?
-La mayor cuando se enfada me dice: «Eres una mala madre, pero no de esas del club, mala de las de verdad», ja, ja, ja...
-¿En qué se sentía realmente mala madre?
-
Sobre todo, en el horario. Llegaba muy tarde a casa. Le ponía las
manitas a mi hija en la cara y le decía: «Mamá soy yo, no la cuidadora
con la que te quieres ir».
-Y ahora eso ha cambiado.
-Ahora
estoy presente, pero el disfraz para la fiesta del colegio lo sigo
comprando en el 'chino'. Yo soy mala madre todos los días porque también
lucho por mi carrera y por no perder mi identidad. Mis hijas van a
tener que vivir con una mujer que no quiere ser solo madre, sino muchas
cosas más.
TITULO: Ochéntame otra vez - El difunto desaparecido y el Sorolla cacereño,.
Jueves -13- junio a las 22:35 en La 1, foto.
El fotógrafo Salvador Guinea
rompió el silencio de la tarde, en la Redacción del Diario HOY, para
enseñar una fotografía de un libro sobre Cáceres y preguntar:
–¿Alguien sabe quién es este hombre bajito que está pintando en una calle de la Ciudad Monumental, que tiene unos pantalones sujetos con tirantes que casi le llegan a los sobacos?
Manuel Caridad
dejó de editar noticias para subirlas a la página web del periódico. Se
giró para mirar la foto, y luego volvió a la pantalla del ordenador.
Mientras seguía colocando informaciones como si estuviera jugando al
tetris, dijo, algo apático debido a su estado depresivo:
–Ese hombre, para ti de poca estatura, es el gran pintor Juan Caldera, al que llamaban el Sorolla cacereño. Un artista muy interesante. Puedes ver obras suyas en la Casa Museo Pedrilla.
No
conocía al personaje y, ayudado por el fotógrafo, estuve buscando
información sobre este pintor. Yo por curiosidad desinteresada y él
bastante interesada, ya que está empezando a salir con una pintora que
conoció en un concierto del Club de los Sonidos Sumergidos de Cáceres, a la que quiere impresionar. Guinea está felizmente divorciado... aunque con poco dinero (no existe la felicidad completa).
Supimos que Juan Caldera Rebolledo nació en Cáceres en 1897. Según escribió Miguel Hurtado Urrutia, su padre fue el procurador cacereño Adrián Caldera y su madre Jacoba Rebolledo,
nacida en Almendralejo. Estudió en Madrid, en la Escuela de Bellas
Artes de San Fernando. Con 23 años ganó una medalla en la Exposición
Regional de Arte.
Varios estudiosos de Juan Caldera señalan que le marcó negativamente su participación en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1926. Preparó para el certamen un gran cuadro de dos por casi tres metros, titulado 'Un mercado de Plasencia';
pero la obra no fue la ganadora aunque obtuvo una mención dotada con
500 pesetas. El cuadro lo presentó también en 1927 en la Exposición de
Bellas Artes de Sevilla. Tampoco tuvo el éxito que esperaba y durante
varios años Juan Caldera dejó de pintar.
Su biógrafo Francisco Guerrero
afirmó que, «un jurado caciquil de aquel entonces le escamoteó el
primer premio. Eso le sentó tan mal que dejó de pintar y se encerró en
Cáceres».
El enfado le duró varios años. Se centró en dar clases de dibujo y en formar una familia. En 1932 se casó con Felipa Blasco,
con la que tuvo seis hijos. Dio clases en el Instituto de Cáceres,
luego en el Colegio San Francisco de la Diputación, en la Escuela Normal
de Magisterio y en la Escuela Elemental de Trabajo.
Quizá por la necesidad de llevar dinero a casa, empezó a hacer retratos y carteles. Ganó dos veces el concurso del cartel de la Feria de Mayo de Cáceres, el del año 1930 y 1945. También para subsistir creó una agencia de publicidad y decoración que llamó 'Fefa'.
En
1946, cuando estaba preparando su segundo intento de saltar a la fama
en Madrid, ultimando una exposición en una galería... murió. Tenía solo
49 años.
En su recuerdo el Ayuntamiento puso su nombre a una
calle, una muy empinada que se encuentra entre la Plaza de Antonio
Canales y la avenida de Hernán Cortés.
Una tarde, con su
consentimiento, acompañé a Guinea y a su nueva pareja a ver los cuadros
de Juan Caldera en el Museo Pedrilla. Hicieron unas fotos y se perdieron
en las salas del museo, y más se perdieron en su hermoso jardín. Yo me
quedé asombrado de ver las obras que hay del Sorolla cacereño. Aquí hay
un extraordinario cuadro de una vendedora de huevos de Malpartida de Cáceres,
que hizo con solo 26 años. La mayoría de los cuadros que hay aquí están
fechados en el año de su muerte, en 1946, y seguramente eran los que
iban a ir a la exposición de Madrid. Hay un paisaje de La Montaña y un
cuadro titulado 'Esperando al galán', en donde una
joven vestida de montehermoseña espera sentada en una silla, en una
calle que parece de Cáceres. No obstante, de todos sus cuadros el que me
pareció el mejor es 'El Tío Esquilones', un increíble
retrato de un pastor extremeño, con un cigarro en la comisura de los
labios y una mirada triste en sus ojos claros. Es una obra maestra que
según Miguel Hurtado realizó en una sola sesión de trabajo. Algo
increíble.
Impresionado por la obra de Caldera me fui a esperar el atardecer en la Plaza de San Mateo, a buscar al difunto Sanjosé,
al viejo periodista cuyo espíritu durante un tiempo no dejaba de
incordiarme, pero que desde hace varios meses no sé nada de él; y si
hubo un tiempo en que llegó a molestarme... ahora le echo de menos. ¿Qué
habrá sido del viejo compañero?
No sé porqué, últimamente
recuerdo una mañana con mi madre en el cementerio. Son curiosos los
cementerios y la gente en los cementerios del norte. Estábamos nosotros
dos y tres mujeres, cada una de ellas solas, ante uno de esos muros de
las lamentaciones. Empezó a llover y nadie se inmutó, no como aquí que
en cuanto caen tres gotas la gente corre como conejos, como si lloviera
ácido. Mi madre y las demás mujeres sacaron sus paraguas y siguieron
mirando embelesadas las tumbas. Puse claveles rojos en el nicho de mi
padre, los que le gustaban, quizá demasiado deprisa por la lluvia, y mi
madre me reprendió suavemente, «pero ¿qué haces? ¿no has visto que le
has puesto 13 claveles?». «Bueno, y ¿qué?», pregunté
extrañado. «¡Qué eso le va a traer mala suerte, hombre! ¡Parece
mentira!», dijo quitando enseguida una flor. Me quedé extrañado porque
entonces pensaba que no había peor suerte que estar muerto. Claro que
entonces aún no se me había aparecido muerto alguno. ¿Qué le habrá
pasado al difunto Sanjosé? ¿Habrá tenido mala suerte?,.
Narciso Ibáñez Serrador (Chicho) es
uno de los nombres más importantes de la historia de la televisión en
España. Sus programas forman parte de la memoria sentimental del país,
aunque no es menos reseñable su labor como autor teatral y como director
de cine. RTVE rinde tributo al genio que llegó a Televisión Española en
1963, donde creó formatos que revolucionaron el lenguaje audiovisual y
dieron a conocer a TVE en toda Europa.
‘Historias para recordar’, de ‘Imprescindibles’
La 1 y TVE Internacional emitirán esta noche (22:30 horas, después del partido Islas Feroe-España) el documental que le dedicó ‘Imprescindibles’
hace dos años, cuando se cumplía el 45º aniversario de su mítico ‘Un,
dos, tres… responda otra vez’. Una producción propia de RTVE, dirigida
por Marisa Paniagua y Carlos Muriana y apoyada en los testimonios de
expertos, pero sobre todo en los de sus amigos y de la gente que trabajó
estrechamente con él. Directores de cine, como Álex de la Iglesia o
Juan Antonio Bayona hablan de la enorme influencia que, con sólo dos
películas, ejerció Narciso Ibáñez Serrador en toda una generación de
cineastas españoles.
Su familia
descubre su lado más personal y desconocido, y es el propio Chicho
quien, según su costumbre, hace la presentación y despedida del
documental. El Archivo de RTVE pone en contexto el trabajo de un autor y
realizador adelantado a su tiempo.
Homenajes con una sonrisa
Después del documental de ‘Imprescindibles’ La 1 y TVE Internacional emitirán esta noche dos especiales de ‘Viaje al centro de la tele’ con
los “momentazos” del ‘Un, dos, tres…’. Un recorrido trepidante y
nostálgico por uno de los programas más emblemáticos y queridos de la
televisión: sus presentadores, azafatas, humoristas, míticas mascotas…
Un espacio creado y dirigido por Chicho Ibáñez Serrador, con 10
temporadas y 34 años de recorrido.
Un entrañable recuerdo que tendrá continuidad el domingo en La 2: a las 20:30 horas emitirá un capítulo de ‘Cómo nos reímos’
con los grandes cómicos que hicieron algunas de sus primeras
apariciones en el ‘Un, dos, tres…’: el Dúo Sacapuntas, Martes y Trece,
los Morancos, Bigote Arrocet, Ángel Garó, Arévalo…
Programas e informativos
Programas e informativos de TVE y RNE centrarán sus contenidos en su vida, trayectoria y trascendencia. El espacio ‘Informe Semanal’ incluirá un reportaje de homenaje y recuerdo en su edición de mañana, y ‘Corazón’ se
realizará en directo el sábado y el domingo centrado en su figura. Toda
la programación especial podrá seguirse también en RTVE Digital.
Además, crónicas y reportajes en RTVE.es y en sus redes sociales, especialmente las del Archivo RTVE
Un pionero de la televisión
Nacido
en Montevideo en 1935 e hijo de actores, Chicho creció entre
bambalinas. Tras un brillante inicio en el teatro, por el camino se topó
con un medio recién nacido: la televisión en los años 50.
En
1963 llegó a Televisión Española, con solo siete años de emisiones. Él
tenía 28 y contaba con experiencia y éxito en la televisión argentina.
Renovó el lenguaje audiovisual en España y logró para TVE algunos de los
premios más importantes del momento (Ninfa de Oro en Montecarlo, Rosa
de Oro en Praga…). La serie ‘Historias para no dormir’ se convirtió
pronto en un gran éxito que aterrorizaba cada viernes a millones de
españoles.
‘Un, dos, tres… responda otra vez’ fue
el programa que más ha marcado a generaciones de españoles. Un concurso
arriesgado e innovador, que gozó del favor del público durante décadas y
que creció en espectáculo y en humor hasta convertirse en un gran show.
En el ámbito del entretenimiento también destacaron ‘El Semáforo’ o ‘Waku-waku’, y en divulgación, ‘Hablemos de sexo’, el primero en hablar abiertamente del tema en España.
Pero, además, Chicho fue un genio polifacético.
En sus comienzos fue un hombre de teatro, y con solo dos películas (‘La
Residencia’ de 1969 y ‘¿Quién puede matar a un niño?’ de 1976) se
convirtió en un referente del género fantástico y de terror.
El cine español le rindió este año su máximo homenaje al concederle el Goya de Honor 2019.