TITULO: Objetivo igualdad - Mujeres con altas capacidades: las consecuencias de recibir poca ayuda o apoyo
Mujeres con altas capacidades: las consecuencias de recibir poca ayuda o apoyo,.
- Ellas pasan aún más desapercibidas a partir de la adolescencia
- Si no son acompañadas desde la infancia pueden tener TCA o autolesionarse
Según la OMS, la organización mundial de la salud, un 10% de la población tendría altas capacidades, pero en España solo se detecta el 0’71%, o sea en nuestro país solo se acompaña a menos de una persona que posee alta capacidad de cada cien. Si hablamos de las mujeres con alta capacidad, el tema se complica y mucho. Y esto porque, según nos explica Jana Martínez-Piqueras, presidenta de la Fundación Indifferent Minds: “Mientras evalúas en la infancia se detectan por igual”, pero cuando llegas a la adolescencia “ellas desaparecen” porque “no quieren ser significadas y suelen engañar a los test”. Lo hacen porque no quieren destacar sobre el resto por varios motivos. Uno, porque “el concepto de alta capacidad es erróneo” y eso “les lleva a no querer identificarse con él”, teniendo en cuenta que piensan que tienen que ser “un genio como Marie Curie”.
“Ellas no quieren que nadie les diga que tienen alta capacidad y engañan a los test”
Socialmente no está tan aceptado que una mujer destaque en el plano intelectual. “No se premia igual a ellos que a ellas”, explica Yolanda Bernárdez, psicóloga de la Asociación Psicología y Psicoterapia Feminista, que añade que “el patriarcado daña la salud de las mujeres” y, por supuesto, “esto atraviesa a niñas y mujeres que tengan altas capacidades”. Bernárdez remarca: “Enmascaran, tapan y se esconden de lo que son y saben, es algo terrible”. Y Martínez-Piqueras añade: “Son capaces de mimetizarse”, entre otras cosas, explica “para cumplir las expectativas que hay sobre ellas”. Por eso Jana cree que hasta que no cambiemos los estereotipos, “la mujer alta capacidad no tendrá el puesto que le corresponde”.
A veces son las mismas familias las que “solo evalúan a su hijo de alta capacidad y la hija no”, explica la presidenta de Indifferent Minds, porque “el hijo suele tener un comportamiento más inquieto y la hija no da problemas”. Pero eso es un error, advierte porque “los problemas de la mujer suelen ser a posteriori, suelen ser en la adolescencia”.
Marie Curie en su laboratorio ,.
“Renunciar a tus altas capacidades tiene un coste y puede derivar en patologías”
Explica la experta en altas capacidades que “nadie que renuncia a una parte de su esencia lo hace sereno”, porque “renunciar a cómo te sientes o a tus capacidades siempre, siempre, tiene un coste”. Y ese coste dice Martínez-Piqueras: "Puede derivar en una patología, si no es atendida la alta capacidad de las niñas o adolescentes”. Muchas que no son atendidas ni apoyadas pueden tener “trastornos de la alimentación, TCA, anorexia y bulimia”, cuenta la presidenta de Indifferent Minds. “La autoexigencia y el perfeccionismo está más incrementado en este colectivo”, explica la psicóloga experta en psicoterapia feminista, a lo que se añade que la autopercepción corporal que tienen las niñas “es mucho más insana por la presión que sufren en comparación con ellos”.
Pueden también autolesionarse, añade Martínez-Piqueras. Esta experta nos dice que las chicas le cuentan que “el malestar es tan fuerte que mientras se cortan [...] no sienten el dolor emocional tan potente que están sufriendo”. También es frecuente que acaben en depresión.
María Lobo y su perrito, que la ayudó a superar su depresión ,.
Le pasó a María Lobo cuando estudiaba 3º de la ESO. Ella intentó ocultar a su entorno sus altas capacidades. Intentaba que sus profesoras no se molestaran “cuando les daba un dato nuevo o le explicaba la lección a una compañera”. También cuenta María que se lo ocultaba a sus amigas de la infancia de toda la vida: “Siempre he sido súper presumida, súper femenina y claramente me gusta hablar de champús, de uñas y de todo eso”; pero, explica: “No durante todos los días todo el rato en el patio”. Sus amigas, cuenta, "comenzaron a rechazarme, diciéndome que no podía estar con ellas [...] a decirme que es que ahora en el patio vamos a estar nosotras solo” y eso, lógicamente, “no me hacía sentir bien”. “Los problemas que primero aparecen, son sociales”, explica la experta en altas capacidades, porque “no se sienten integradas en el grupo”. Y recalca: “No estoy diciendo que sean rechazadas”. Es, explica Jana, porque “lo que antes las desajusta son los centros de interés” buscando, dice, “contenidos quizás menos frívolos o con más profundidad”. María estuvo casi un año sin poder salir de la cama “ya ni siquiera pensando”, recuerda: “Me sentía triste por no poder estudiar, por no poder ir a clase, por no ser como el resto”.
“La depresión surge porque no puedes gestionar el entorno”, explica Martínez-Piqueras, que añade: “Al no poder gestionar la frustración te desborda y no ves salida”.
Hombre grita a su pareja ,.
“Pueden ser más vulnerables al impacto de la violencia de género”
La psicóloga feminista apunta además a otro de los problemas a los que debe enfrentarse una mujer o adolescente con altas capacidades. Cuenta que fue “desolador” encontrarse varias veces en su consulta que las que sufren violencia de género: “Son capaces de un nivel de aguante con un padecimiento psíquico extremo”. Martínez-Piqueras apunta a algunos de los factores que pueden causar este efecto perverso: "La resiliencia que tienen, que son capaces de rearmarse todo el rato”, además de un “autoconcepto deteriorado de una infancia y una adolescencia muy exigentes con ellas mismas” que les lleva, indica, a “absorber toda la culpa”. Además tienen, cuenta Jana: “Un exceso de empatía, a veces, incluso con el maltratador”. De hecho, apunta Bernárdez: “Ponen todas sus altas capacidades intelectuales al servicio de buscar nuevas estrategias [...] para ver si por fin la relación mejora”, porque tienen la esperanza de que “por fin él entienda y cambie”, cuenta la experta en psicología feminista. Lo que provoca, dice, que "su capacidad de sufrir sea casi ilimitada”.
Por eso la Fundación Indifferent Minds y la Asociación de Psicología y Psicoterapia Feminista se han aliado para realizar un estudio pionero en España y posiblemente a nivel mundial, que proporcione categoría científica a lo que ellas han contemplado en consulta. “El objetivo”, explica la experta en altas capacidades, “es documentar con datos cómo son más vulnerables a la violencia de género”, no solo, indica, en la edad adulta, “sino también las niñas que sufren bullying por razones de género”.
Escáner cerebral,.
“Una persona con alta capacidad piensa, siente y aprende de forma distinta”
Tanto en el caso de ellos como de ellas, “está demostrado por numerosos estudios científicos que el cerebro en el caso de altas capacidades funciona más rápido, porque relaciona la información a más velocidad”, nos explica la presidenta de la Fundación Indifferent Minds: “No tiene compartimentos estancos del conocimiento”, y esa interrelación de los conocimientos “les lleva a un aprendizaje más autodidacta e intuitivo”. "Tiene múltiples recursos y además los usa con muchísima eficiencia”, añade y asegura que por eso “piensa, siente y aprende de forma distinta” que un cerebro normotípico.
La forma de diagnosticar la alta capacidad ya no se basa solo en el cociente intelectual, que a ojos de Martínez-Piqueras, “se ha quedado obsoleto”, porque “no es algo cuantitativo, es cualitativo”. Hoy en día los estudios más modernos, no solo “hacen una evaluación de la inteligencia que ya no se rige por un número de corte”, sino que además hacen un perfil porque “se valoran los diferentes talentos y una serie de características más amplias”.
““Los altas capacidades tienen un sentido de la justicia muy elevado” “
En la parte emocional son personas “con muchísima intensidad porque cualquier pensamiento puede detonar una cascada emocional gigante”, explica la presidenta de Indifferent Minds. Son también muy perceptivos: “Por eso cualquier cosa del entorno les impacta”, explica Jana que añade que tienen “una empatía muy superior a la de sus iguales” y eso provoca que sean a veces “muy vulnerables”, como explicaban, puede pasar en un caso de violencia de género
La psicóloga feminista destaca que eso hace que desarrollen “un sentido de la justicia muy elevado” algo que también “se observa en consulta cuando los tratas”. Ese sentido de la justicia, explica Martínez- Piqueras “la desarrollan de manera muy precoz” y eso les lleva a “entrar en conflictos internos y sociales” dice, ”por defender cosas que no están al alcance de sus manos”.
Marta Molero y sus hijas María y Valeria. Las tres tienen altas capacidades ,.
“Falta formación para entender y tratar a los altas capacidades”
Por eso es necesaria la formación de profesores y otros agentes, como pueden ser los pediatras. La detección es básica: “Hay que quitar el mito, aunque le duela muchísimo a la gente”, insiste la presidenta de la Fundación Indifferent Minds de que "es el alumno brillante que esté encantado trabajando, que quiere hacer muchas cosas” porque dice, “ese no es el alta capacidad” es mucho más probable que sea al que “se le ha caído el boli tres veces” o “al que han echado de clase” o muy frecuentemente “el que habla sin levantar la mano” porque, cuenta Martínez-Piqueras, ese niño o niña “necesita contar esa información y el control de impulsos no lo tiene desarrollado”.
Marta Molero, la madre de María Lobo, dice que en el colegio solo reciben “repetición, tras repetición, tras repetición”. Que su hija revisaba los libros al comienzo de curso y le decía: “¿Voy a dar otra vez lo ismo que el año pasado?” y ese es uno de los motivos que la llevó a la depresión. Otro motivo radicó en que sus profesores no fueron capaces de motivarla de una manera adecuada: “Mi hija se estaba rompiendo completamente [...] pero creyeron que por tener alta capacidad mi hija podía volar sola”, relata.
“"creyeron que por tener alta capacidad mi hija podía volar sola"“
Y señala, “eso es un error", porque, “a mi hija al final se le rompieron las alas”.
Salir de ese pozo no fue fácil. No fue hasta que Marta contactó con Jana, y esta empezó a tratar a su hija, que María no salió adelante. Hoy María forma parte de los voluntarios de la Fundación Indifferent Minds, colaborando en campamentos y eventos con niños que son altas capacidades como ella. Es también protagonista del documental “Out the box”.
María ahora ve el futuro de otra forma, mientras estudia 2º de diseño de modas, estilismo y comunicación. Ha conseguido mejorar tanto su relación con su hermana pequeña Valeria, que también tiene altas capacidades, que dice: "Ahora somos las mejores amigas". De hecho las altas capacidades son una neuro divergencia de carácter genético. La mayoría de sus tíos y primos por parte materna también lo son.
De hecho su madre Marta, también lo es, y a raíz de lo que le pasó a ella ha creado el Proyecto ABjorro que ayuda en colegios a motivar a niños como sus hijas a través del juego.
María nos deja una reflexió: “Somos raros y lo sabemos todos”. Nos aclara: “No digo raros como un insulto”, pero remarca: “Que yo sea diferente no significa que me tengas que tratar de forma diferente”.