¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR ! - CADENA 100 ,.
Lo mejor del programa ¡Buenos días, Javi y Mar! que se emite cada mañana en CADENA 100 de 06:00 a 11:00 y que presentan Javi Nieves y Mar Amate,etc.
Al rincón de pensar - Martes -14-MAYO ,.
Al rincón, anteriormente conocido como Al rincón de pensar, fue un programa de televisión español en el que cada semana dos personajes de plena actualidad (cantantes, políticos, actores, deportistas) se someterán a las preguntas Risto Mejide en su particular rincón. Se emitió los martes a las 00:00 horas en Antena 3., etc.
El Extremadura no se fía del Nástic,.
Los almendralejenses creen que la clasificación no refleja el potencial de los tarraconenses, que se asoman al abismo de la Segunda B, foto.
Los azulgranas tenían por delante partidos complicados como el del Almería en casa y los de Málaga y La Coruña fuera de Almendralejo, por lo que el partido ante el Nástic de Tarragona era uno donde el Extremadura podía sumar los tres puntos con mayor facilidad. Ahora, un mes después y con cuatro victorias consecutivas, el Extremadura no se fía ni del partido ni del rival. Tanto los futbolistas azulgranas como el técnico, Manuel Mosquera, advierten de la peligrosidad del choque en tierras tarraconenses.
El Extremadura llega al Nou Estadi en una nube. Los pupilos de Manuel han conseguido un póquer de victorias consecutivas que ha puesto tierra de por medio sobre el descenso. Ahora ve al Lugo a cinco puntos, lo que otorga una tranquilidad importante. Eso sí, Manuel no quiere que sus jugadores se relajen lo más mínimo. El técnico gallego cree que el partido ante el Nástic es igual de importante -y de difícil- que los anteriores, por lo que espera que su equipo siga con la mejoría que ha experimentado en las últimas jornadas. «Creo que hay que ser coherente y consecuente. No hay ninguna diferencia para mí entre los partidos que hemos jugado fuera de casa y este. Ninguna, en absoluto. Tenemos que mejorar todo lo que estamos haciendo, porque es la única fórmula para ganar el partido», explica el entrenador.
El equipo ya se ejercitó ayer en los campos anexos al Nou Estadi de Tarragona, ya que viajó por la mañana en avión desde Badajoz a Barcelona, lo que le ha permitido tener más tiempo de descanso para el partido. Manuel ha viajado hasta tierras catalanas con 18 futbolistas, por lo que no tendrá que hacer ningún descarte previo al partido.
Así, la novedad en la convocatoria es la de Javi Álamo, que vuelve a una lista dos meses después. El que se cae de la misma es José Antonio Reyes. Manuel no está convencido del rendimiento del utrerano, y ha decidido dejar en Almendralejo al futbolista andaluz. Además, Chuli tampoco está disponible por molestias en el talón, y Aitor, Perone, Capel y Schahin se han quedado en Extremadura por decisión técnica.
Mismos protagonistas
Por lo tanto, el 'once' inicial se mantendrá invariable con respecto a los últimos partidos. Si hay algún cambio, aunque Manuel prefiere no tocar lo que funciona, llegará en el centro del campo. Tanto Olabe como Zarfino están muy cargados de minutos esta temporada, por lo que no se descarta que Manuel le dé descanso a alguno de los dos para meter en el 'once' inicial a Fausto Tienza o a algún jugador de banda como Nando. Pese a ello, lo más normal es que Manuel presente el mismo equipo titular de las últimas cuatro semanas.Los azulgranas buscan otros tres puntos que le den media salvación. Tan sólo quedan 18 puntos en juego y el Extremadura está a un par de pasos de quedarse otra temporada más en Segunda División. Tiene a tres rivales por debajo antes de los puestos de descenso, por lo que una victoria sería clave para distanciarse de sus perseguidores y amarrar la permanencia en la categoría de plata del fútbol español.
Por su parte, el Nástic de Tarragona de Enrique Martín llega al partido ante el Extremadura con medio cuerpo en Segunda División B. A 12 puntos del Tenerife, los tarraconenses se aferran a las últimas posibilidades de lograr una heroica permanencia en Segunda, pero una derrota ante el Extremadura mandaría al traste todas las opciones.
Además, Enrique Martín no podrá contar con Javi Márquez, Ramiro Guerra, Fabián Noguera e Iván López, por molestias físicas, ni con Sebas Coris, que sigue recuperándose de su intervención. Además, Abraham será duda hasta el último momento. El que tampoco estará, este por decisión técnica, es el defensa Josema, que la pasada jornada realizó declaraciones en las que se «expresó erróneamente», según Enrique Martín, ya que dijo que los que criticaban al equipo era gente «frustrada».
Y en estas circunstancias se presenta el Nástic al partido ante el Extremadura. Un enfrentamiento definitivo para los locales, y un choque muy importante para las opciones de salvación de los visitantes.
TITULO: LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES -13 - DOMINGO - 19 - Mayo - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 14- MAYO -Ana Viladomiu,.
DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -14- MAYO .
El programa está conducido por la periodista catalana Susanna Griso.
Cada semana visitará la casa de un personaje famoso relevante y
mediante el hilo conductor de la entrevista, irá desgranando la vida de
los famosos. Como novedad la periodista se instalará en las casas de los
invitados durante dos días pasando una noche allí. El martes - 14- MAYO - a las 22:40 por antena 3, etc.
LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES -13 - DOMINGO - 19 - Mayo -Ana Viladomiu,.
Ana Viladomiu,.
La última vecina de La Pedrera
foto - Ana Viladomiu, leyendo en el salón de su casa en el edificio de La Pedrera, en Barcelona. Gregori Civera
La escritora Ana Viladomiu lleva 30 años viviendo en el edificio de
Gaudí, entre avalanchas de turistas. Ahora lo cuenta en un libro
UN GUARDA vestido de verde que pregunta adónde vas. Un arco
electrónico de seguridad en medio del portal. Un turista japonés
provisto de un armatoste descomunal que te hace fotos sin preguntar. 10 o
12 personas haciendo cola para entrar en la tienda de recuerdos —que es
a lo que infinidad de usuarios de los llamados “equipamientos
culturales” van a estos sitios: a la tienda, hasta tal punto que uno
diría que el recorrido del museo en cuestión, o del palacio, o de lo que
toque, es un mero prolegómeno más o menos fastidioso antes de la hora
de la verdad, el momento de acceder al maná de las chucherías del merchandising—.
Y un embotellamiento humano de órdago que impide deambular libremente
por el patio. Hasta ahí, todo normal. Al fin y al cabo, estamos en La Pedrera. Donde vivir es del todo anormal.
En el 4º 1ª vive Ana Viladomiu. Lleva 30 años aquí. Antes era una vecina más de la Casa Milà, joya del modernismo, esa fascinante tarta de piedra y barandillas de chatarra retorcida levantada por Antoni Gaudí entre 1906 y 1912 en la confluencia de la calle de Provenza y el paseo de Gracia. En aquella Barcelona por entonces más burguesa y hoy más gentrificada, aquel viejo spleen condal de cines, teatros, cafés y mucamas al servicio de familias bien… y actual Disneylandia de las marcas de lujo. Hoy, Viladomiu ya no es una vecina. Es la última vecina. Y vive aquí, en La Pedrera, entre chimeneas de piedra que parecen guerreros y arcos de seguridad que parecen arcos de seguridad. Como una última mohicana surfeando el tsunami del turismo global. Casi como un vestigio individual entre el horror colectivo del más de un millón de visitantes que cada año pasan por aquí.
Así que cuando esta licenciada en Filosofía y Letras literariamente formada en los cursos de escritura creativa del Ateneo barcelonés
estaba rebuscando temas para su tercera novela, un amigo la paró en
seco y le advirtió: tenía el tema delante y no se estaba dando cuenta.
Mejor dicho, vivía dentro del tema. Aquel encuentro, más 40 entrevistas a
personas relacionadas con La Pedrera, más una reveladora cita con su
amigo el periodista Carles Bosch —que le sugirió el hilo conductor del libro—, desembocaron en La última vecina, ahora ya sí, escrito con cursiva (Roca Editorial, en librerías desde marzo).
El piso de Ana Viladomiu es, cómo decirlo, cegador. El blanco más insultante en este día de sol en el Eixample
estalla en reflejos: sofás blancos, paredes blancas, techos blancos,
alfombras blancas y puertas y molduras nuclearmente blancas. No sobran
las gafas de sol. Del salón blanco se sale a un blanquísimo pasillo
circular marca de la casa (de la casa como tal y de la casa Gaudí)
con acceso a uno de los dos grandes patios con los que el arquitecto
catalán vertebró el edificio. Acerca de ese pasillo, en las páginas de La última vecina, Martina Meseguer —alter ego
de Ana Viladomiu— cuenta: “Por las noches me encanta pasear por él y
entretenerme en mirar por los ventanales bien la terraza, bien las
estrellas y la luna. Me produce una sensación de irrealidad, como de
estar en un castillo o formar parte de un hermoso cuento”.
Pero no todo aquí es cuento ni castillos de princesas atrapadas en el
4º 1ª. Durante la Guerra Civil se instaló en los bajos del edificio el
Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), y en el principal (donde
había vivido hasta entonces el matrimonio formado por Pere Milà y
Rosario Segimón, quienes habían encargado el edificio a Gaudí), el
Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC). Ana Viladomiu tiene la
sospecha de que su propio piso llegó a ser una de las temibles checas de
Barcelona donde la contienda cobraba condición de detención, tortura y
muerte. Fue uno de tantos usos en la historia de este edificio, uno de
los pocos en el mundo que mantiene cinco a la vez: sociocultural,
turístico, administrativo, comercial… y residencial. La Pedrera alojó, a
través del tiempo, sastrerías, bingos, notarías, inmobiliarias,
hoteles, consulados, la residencia de un príncipe egipcio que vivía con
su harén y la mismísima consulta del vidente Octavio Aceves.
“Mi idea desde el principio fue situar La Pedrera como paisaje de
fondo. Ahí es donde transcurre el día a día de los protagonistas, y el
edificio acaba siendo un protagonista más de la novela… Bueno, el más
importante”, explica Ana Viladomiu, sentada en el enorme salón de su
casa, mientras invita a un café delante de una enorme barceló de la primera etapa.
El libro fue escrito durante una época en la que el edificio se llenó
de nuevos habitantes: los operarios y albañiles y las grúas y las
poleas vinieron a sumarse a los turistas. La Pedrera estaba siendo
rehabilitada por tercera vez (los trabajos finalizaron en 2014). Así que
la autora tenía la metáfora perfecta al alcance de la mano: se apuntala
una casa como se apuntala —o no— una relación. Una de las ideas-fuerza
de esta novela es la de la erosión: erosión de la piedra y de la
convivencia, una ambivalencia tan física como literaria, tan de cemento
como de sentimientos. Y hay desgastes que aniquilan y desgastes que
embellecen, dando lugar a maravillosas flores de ruina. “Ese es el
meollo de la novela”. En la realidad terminaba la pesadilla de casi un
año de andamios y de incomodidades. En la ficción, la autora de La última vecina escribía: “Se ha acabado la pesadilla de las obras en esta casa y el dolor de nuestra relación”. Se cerraba el círculo.
Aunque más allá de la erosión vendría a ser la carcoma (“que viene de
dentro, no de fuera”) la amenaza que acecha a la pareja que vive en
esas páginas: Martina y Paul o, lo que es lo mismo aunque no es igual,
Ana y Fernando. Fernando es Fernando Amat, propietario de la célebre —y hoy ya desaparecida— tienda de decoración Vinçon
del paseo de Gracia. Aquí convivieron ambos casi 30 años, y aquí
vivieron con sus dos hijas, María y Nina, ambas arquitectas y que hace
un tiempo decidieron cambiar la sobreexposición de vivir en un sitio así
por el anonimato de un apartamento en el Raval.
Primero llegó él. Alquiló uno de aquellos famosos 13 dúplex de 30 metros cuadrados que había levantado en las golfas de La Pedrera el arquitecto Barba Corsini, y que la Fundación Caixa de Catalunya desmontó en 1986 cuando adquirió y rehabilitó el edificio. Ana Viladomiu recuerda entre divertida e indignada: “La Caixa dio indemnizaciones millonarias a algunos de los inquilinos para que se fueran, tanto dinero que se marchaban y con él se compraban pisos en propiedad. Pero a nosotros nunca nos ofrecieron dinero, nunca supe por qué… Yo creo que les hacía gracia tenernos aquí como una cosa curiosa, como los últimos de Filipinas, como Copito de Nieve cuando estaba en el zoo de Barcelona”.
No fue fácil adaptarse a un lugar así. “Yo ahora amo esta casa, estos techos, estos suelos…, pero no siempre fue así”, recuerda Ana Viladomiu. “Cuando llegué me costó, no era una casa fácil para vivir, me la fui haciendo mía poco a poco”. A la última vecina de la Casa Milà —“queda Carmeta, pero ya no está nunca porque tiene una casa en el Ampurdán y vive allí”— le entra la risa cuando va desgranando el anecdotario de tantos años de vida en un lugar que figura en la lista de los sitios patrimonio de la humanidad de la Unesco: “Yo recuerdo algunas salidas de fin de semana cuando las niñas eran pequeñas y salíamos con trajes de baño, flotadores, termos, recipientes de comida…, con unas pintas que…, y la gente que estaba de visita se giraba y nos miraba con una cara… O cuando vienes del súper cargada de bolsas… Es que estás entrando en La Pedrera, no en un apartamento normal de un bloque normal, y te miran. Y si yo me asomo a una de las ventanas que dan al patio, los turistas me hacen fotos desde el tejado. Es todo muy curioso. Y luego están los escáneres y las cámaras de seguridad, que lo graban todo, aunque a mí me importa un pito. Es como un Gran Hermano, pero, en lugar de un Gran Hermano vip, un Gran Hermano patrimonio de la humanidad”.
Ha habido diferentes épocas en la experiencia de vivir en la Casa Milà, y algunas cosas han ido cambiando… para bien. “Hubo un tiempo en el que los turistas llegaban hasta el rellano y te tocaban el timbre para ver si podían entrar a mirar, o se colaban en el ascensor privado… En fin, que es lo que nosotros intentaríamos hacer si nos fuéramos a Italia a ver un edificio histórico: escaquearnos de la visita guiada y chafardear, ¿no?, es muy humano”, explica la última de la Casa Milà, que vive de alquiler y disfruta de una renta antigua. “Ahora bien, aquí no hay nadie más, y los domingos por la tarde y por la noche esto está desierto… Ayer se fue una amiga mía que había venido a pasar unos días y me decía que se paseaba de noche por el pasillo del piso y le daba miedo”.
—La verdad es que es usted una especie de Robinson Crusoe instalado en 13, Rue del Percebe.
—[Risas] Sí, puede ser, pero ya lo tengo muy interiorizado. Eso lo notáis más los que venís de fuera.
Ana Viladomiu se pregunta: cuando ella, la última vecina, se marche o se muera (tiene contrato de alquiler vitalicio), ¿qué pasará con los pisos de La Pedrera? “Si hacen apartamentos, los tendrán que alquilar a precio de millonario ruso o chino, nadie en Barcelona será capaz de pagar eso. Y entonces los barceloneses se enfadarán porque una casa que es patrimonio artístico se alquile a turistas ricos. Políticamente no sería correcto”.
Hay quien llega a su casa y saluda a Manolo, el portero. Ella llega y
atraviesa arcos de seguridad; dice “Hola” a las azafatas, a los seguratas
y a los empleados de la Fundación Catalunya-La Pedrera, y sonríe a los
turistas coreanos y a los niños que ese día han ido de visita con el
colegio. Hay quien al entrar en su portal ve el cubo y la fregona
apoyados sobre el quicio de la puerta. Ella contempla los tapices y los
frescos de los pecados capitales, las series de la ira y la gula, los
héroes de la guerra de Troya y las aventuras de Telémaco, los ecos de la
Ilíada y la Odisea. Definitivamente, a Ana Viladomiu no le quedaba otro remedio que escribir una novela. Porque ella es la última vecina.
En el 4º 1ª vive Ana Viladomiu. Lleva 30 años aquí. Antes era una vecina más de la Casa Milà, joya del modernismo, esa fascinante tarta de piedra y barandillas de chatarra retorcida levantada por Antoni Gaudí entre 1906 y 1912 en la confluencia de la calle de Provenza y el paseo de Gracia. En aquella Barcelona por entonces más burguesa y hoy más gentrificada, aquel viejo spleen condal de cines, teatros, cafés y mucamas al servicio de familias bien… y actual Disneylandia de las marcas de lujo. Hoy, Viladomiu ya no es una vecina. Es la última vecina. Y vive aquí, en La Pedrera, entre chimeneas de piedra que parecen guerreros y arcos de seguridad que parecen arcos de seguridad. Como una última mohicana surfeando el tsunami del turismo global. Casi como un vestigio individual entre el horror colectivo del más de un millón de visitantes que cada año pasan por aquí.
Ana Viladomiu vive entre chimeneas de piedra que parecen guerreros, arcos de seguridad y legiones de turistas
En la Guerra Civil, La Pedrera fue sede del Partido Obrero de Unificación Marxista, y el piso de Viladomiu pudo ser una checa
La Pedrera alojó, a través del tiempo, sastrerías, bingos, notarías, inmobiliarias, hoteles, consulados...
Primero llegó él. Alquiló uno de aquellos famosos 13 dúplex de 30 metros cuadrados que había levantado en las golfas de La Pedrera el arquitecto Barba Corsini, y que la Fundación Caixa de Catalunya desmontó en 1986 cuando adquirió y rehabilitó el edificio. Ana Viladomiu recuerda entre divertida e indignada: “La Caixa dio indemnizaciones millonarias a algunos de los inquilinos para que se fueran, tanto dinero que se marchaban y con él se compraban pisos en propiedad. Pero a nosotros nunca nos ofrecieron dinero, nunca supe por qué… Yo creo que les hacía gracia tenernos aquí como una cosa curiosa, como los últimos de Filipinas, como Copito de Nieve cuando estaba en el zoo de Barcelona”.
No fue fácil adaptarse a un lugar así. “Yo ahora amo esta casa, estos techos, estos suelos…, pero no siempre fue así”, recuerda Ana Viladomiu. “Cuando llegué me costó, no era una casa fácil para vivir, me la fui haciendo mía poco a poco”. A la última vecina de la Casa Milà —“queda Carmeta, pero ya no está nunca porque tiene una casa en el Ampurdán y vive allí”— le entra la risa cuando va desgranando el anecdotario de tantos años de vida en un lugar que figura en la lista de los sitios patrimonio de la humanidad de la Unesco: “Yo recuerdo algunas salidas de fin de semana cuando las niñas eran pequeñas y salíamos con trajes de baño, flotadores, termos, recipientes de comida…, con unas pintas que…, y la gente que estaba de visita se giraba y nos miraba con una cara… O cuando vienes del súper cargada de bolsas… Es que estás entrando en La Pedrera, no en un apartamento normal de un bloque normal, y te miran. Y si yo me asomo a una de las ventanas que dan al patio, los turistas me hacen fotos desde el tejado. Es todo muy curioso. Y luego están los escáneres y las cámaras de seguridad, que lo graban todo, aunque a mí me importa un pito. Es como un Gran Hermano, pero, en lugar de un Gran Hermano vip, un Gran Hermano patrimonio de la humanidad”.
Ha habido diferentes épocas en la experiencia de vivir en la Casa Milà, y algunas cosas han ido cambiando… para bien. “Hubo un tiempo en el que los turistas llegaban hasta el rellano y te tocaban el timbre para ver si podían entrar a mirar, o se colaban en el ascensor privado… En fin, que es lo que nosotros intentaríamos hacer si nos fuéramos a Italia a ver un edificio histórico: escaquearnos de la visita guiada y chafardear, ¿no?, es muy humano”, explica la última de la Casa Milà, que vive de alquiler y disfruta de una renta antigua. “Ahora bien, aquí no hay nadie más, y los domingos por la tarde y por la noche esto está desierto… Ayer se fue una amiga mía que había venido a pasar unos días y me decía que se paseaba de noche por el pasillo del piso y le daba miedo”.
—La verdad es que es usted una especie de Robinson Crusoe instalado en 13, Rue del Percebe.
—[Risas] Sí, puede ser, pero ya lo tengo muy interiorizado. Eso lo notáis más los que venís de fuera.
Ana Viladomiu se pregunta: cuando ella, la última vecina, se marche o se muera (tiene contrato de alquiler vitalicio), ¿qué pasará con los pisos de La Pedrera? “Si hacen apartamentos, los tendrán que alquilar a precio de millonario ruso o chino, nadie en Barcelona será capaz de pagar eso. Y entonces los barceloneses se enfadarán porque una casa que es patrimonio artístico se alquile a turistas ricos. Políticamente no sería correcto”.
Azafatas, guardas de seguridad, legiones de turistas y niños en visita del colegio coinciden en el portal de Ana Viladomiu
TITULO: Viajeros Cuatro - La venta de Salamandra acentúa la concentración editorial,.
El Miércoles-8- Mayo - a las 22:45 por La cuatro,foto,.
La venta de Salamandra acentúa la concentración editorial,.
La multinacional Penguin Random House adquiere el catálogo del sello que publica ‘Harry Potter’. El grupo ya se reparte con Planeta la mitad del mercado del libro en español,.
Estoy muy satisfecha de que haya surgido esta magnífica oportunidad para asegurar la continuidad de Salamandra
Sigrid Kraus
Cifras de un gigante de las letras en español
Pengun Random House Grupo Editorial (la división en
lengua española de Penguin Random House) tiene, según datos
proporcionados por la compañía, 40 sellos editoriales.
Publica más de 1.700 títulos nuevos al año en formato impreso, digital y audiolibro. Entre ellos, la obra de 38 premios Nobel.
Tiene oficinas en nueve países: España, Portugal, Colombia, Argentina, México, Chile, Uruguay, Perú y Estados Unidos (las sedes de Miami y Nueva York también publican en español)
Emplea a 480 personas y en 2018 registró 227 millones de euros netos.
Publica más de 1.700 títulos nuevos al año en formato impreso, digital y audiolibro. Entre ellos, la obra de 38 premios Nobel.
Tiene oficinas en nueve países: España, Portugal, Colombia, Argentina, México, Chile, Uruguay, Perú y Estados Unidos (las sedes de Miami y Nueva York también publican en español)
Emplea a 480 personas y en 2018 registró 227 millones de euros netos.
Su historia personal está de nuevo tras la decisión hecha pública este viernes mediante un comunicado corporativo de PRH. Kraus, a quien la noticia cogió en Alemania en el cumpleaños de una hermana, explicó a este diario que la proximidad de la jubilación de Del Carril, que tiene 68 años, le empujó a tomar la decisión. “Era la manera más elegante de que pudiera hacerlo. Su retiro implicaba que tenía que empezar a preocuparme más por su parte —los números, la distribución…— y menos de lo puramente editorial. Y, además, él se queda como consejero. En realidad, no cambia nada para nadie”, explicó. No hay planes, añadió, de despedir trabajadores. Tampoco está prevista una mudanza de las oficinas. Kraus, de 54 años, continuará, empleada por PRH, como directora editorial de Ediciones Salamandra, reportando directamente a Núria Cabutí, consejera delegada de PRH en España.
Según Kraus, fue Cabutí la que se acercó a Salamandra con una oferta y la resolución fue “bastante rápida”. Otra de las razones que convencieron a Kraus para vender es la distribución en Latinoamérica. “Habíamos dejado de trabajar por un problema de impagos con nuestra distribuidora allá, y nos estábamos embarcando en la creación de una propia. Ahora ya no nos tendremos que preocupar de eso”. Cabutí citó el precedente de la compra en 2014 de Alfaguara y otras divisiones de Santillana a PRISA (editora de EL PAÍS) como inspiradora de la confianza en el modelo propuesto: el sello madrileño ha mantenido a grandes rasgos su línea y a su equipo, incluida su directora, Pilar Reyes.
Kraus, que definió la cantidad pactada como “una muy buena oferta”, pone matices: “Hay una diferencia muy grande, y es que Salamandra va muy bien. Creo que es la primera vez que eso sucede. De hecho, estamos en mitad de un año maravilloso. Por eso, nuestra posición en la negociación ha sido buena”. El consejero delegado mundial de PRH, Markus Dohle, aseguró en una entrevista a EL PAÍS el pasado julio que estaban estudiando nuevos activos para incorporar a su empresa, aunque el sector tendía a pensar más en nombres de editoriales en apuros que en una compañía tan saneada como Salamandra. Participada por Bertelsmann (75%) y Pearson (25%), PHR, líder en la edición comercial y cuarto grupo del mundo, cuenta con más de 300 sellos en 100 países y factura más de 600 millones anuales.
Cambio de época
Varios actores del mundo editorial barcelonés coincidieron este viernes en comparar la noticia con el anuncio del “fin de una época” y como un paso más en un proceso de concentración que amenaza la bibliodiversidad y la competencia. Salamandra representa un tipo de sello veterano, de tamaño medio, de los que ya van quedando menos (Siruela, Acantilado, Galaxia Gutenberg, Pre-Textos o Edhasa). Y esto sucede precisamente el año en que se cumple medio siglo de la fundación de dos míticos ejemplos de un modo de entender el negocio que definitivamente parece cosa del pasado: Anagrama (hoy propiedad de Feltrinelli) y Tusquets (Planeta).
Tras este movimiento, en el mercado
editorial en español quedan pocas compañías de un tamaño mediano:
Siruela, Acantilado, Pretextos y Blackie Books
TITULO: Ven a cenar conmigo -Leonardo Padura: “Mi función es escribir, y en Cuba escribo”,.
Leonardo Padura: “Mi función es escribir, y en Cuba escribo”,.
El maestro cubano de la novela negra, que participa en una charla de EL PAÍS América en el Hay Festival de Cartagena, reflexiona sobre los cambios en la isla y la vejez de Mario Conde, su emblemático personaje,.
"Cartagena está más cerca de La Habana que de Bogotá", apunta
Leonardo Padura para referirse a las conexiones históricas entre las dos
ciudades caribeñas que siente tan próximas. El maestro cubano de la
novela negra publicó hace un año La transparencia del tiempo,
el libro más reciente de la saga de Mario Conde, su emblemático
personaje. El policía retirado que de vez en cuando acepta algún trabajo
como investigador privado incluso ha llegado a Netflix, y su creador es uno de los invitados estelares del Hay Festival en la ciudad amurallada de Colombia.
Padura (La Habana, 1955) conversará este viernes en Cartagena de Indias con el director de EL PAÍS América, Javier Moreno. Hasta el 3 de febrero formará parte de un cartel que incluye a la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, el rumano Mircea Cartarescu o la británica Zadie Smith. En esta charla telefónica, el autor de El hombre que amaba a los perros —sobre el asesinato de Trotsky—, se muestra inquieto por los cambios que está viendo en la isla.
Pregunta. En La transparencia del tiempo, Mario Conde se asoma ya a los 60 años y lo asalta el desencanto. ¿Cómo siente que envejeció su personaje?
Respuesta. Con Mario Conde yo he hecho un experimento de ver cómo transcurre el tiempo en dos sentidos: en el sentido físico, intelectual, humano, de una persona, y en el tiempo histórico que va viviendo el personaje. En ese tiempo físico el Mario Conde de las primeras novelas era un hombre de 35 años, un policía, en el año 1989. Tenía sus características de ser un hombre que miraba con cierta frecuencia hacia el pasado, con nostalgia, y en el transcurso de las novelas esas características suyas se han potenciado. Y el personaje a la vez ha ido envejeciendo físicamente al llegar a los 60 años y tiene una visión evidentemente más pesimista de la vida porque ha visto que su propia realización personal nunca se ha producido.
P. La sociedad cubana se ha transformado en estos años.
R. Y mucho. Uno de esos síntomas se ve muy claramente en La transparencia del tiempo, y es hasta qué punto el tejido social se ha dilatado. Era muy homogéneo en los años 70 y 80, y se ha dilatado para que vayan apareciendo ciertos destellos de una riqueza que se hacen mucho más evidentes cuando uno mira zonas de pobreza que han ido creciendo, y que han ido marginando a una parte de la población.
P. Las diferencias sociales no parecen tan erradicadas en Cuba como se llegó a mostrar en algún momento.
R. Una crisis económica que fue muy devastadora en
los años 90 definitivamente no se ha recuperado hasta hoy, con un país
que crece un 1 % por año. La economía no acaba de superar las carencias
que tiene, eso por supuesto produce una acumulación de deudas, de
necesidades, que se refleja en una parte importante de la ciudadanía
cubana. A la mayoría de los trabajadores en Cuba los salarios no les
alcanzan para vivir. No es que lo diga yo, lo dijo hace ya diez años el
propio Raúl Castro. Es una situación que no se ha resuelto.
P. La transparencia del tiempo comienza cuando Bobby Roque, un amigo de infancia, le pide a Conde encontrar una virgen negra robada, de origen africano. Roque es gay. ¿El homosexualismo ya no es estigmatizado en Cuba? ¿Es una situación superada?
R. Creo que sí, totalmente superada. Históricamente la homosexualidad en Cuba tuvo una mirada muy prejuiciada por parte de una moral católica y de un entendimiento del mundo judeocristiano, a lo que se sumó prejuicios de una moral que de alguna manera pudieron preservar muchos de los esclavos africanos que llegaron a Cuba. Después del triunfo de la revolución esto tiene momentos mucho más álgidos en los años 60 y 70, cuando se le da también un carácter de debilidad ideológica a la homosexualidad. De todas maneras, este fenómeno de marginación del homosexual en esos tiempos no es para nada exclusivo de Cuba. A partir de los 80 empieza a cambiar, y creo que hoy definitivamente ha sido superada. Hasta el punto de que se discutió si en la constitución que va a referendo en unos días se consideraba el matrimonio igualitario como una de las modificaciones. Hubo una ligera modificación, no fue tan profunda como se esperaba, pero de hecho se reconoce el matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo.
P. La novela está ambientada en un momento muy concreto, 2014, cuando ocurre el deshielo entre Washington y La Habana. ¿La nueva era que se anunciaba entonces nunca llegó con Trump?
R. La novela cierra su recorrido por el presente justamente el día 17 de diciembre de 2014, cuando Raúl Castro y el presidente Obama anuncian que Cuba y Estados Unidos van a comenzar conversaciones para un restablecimiento de relaciones diplomáticas. Eso fue primeramente una conmoción, y no solo en Cuba. Vimos casi con asombro, y con grandes esperanzas, como se izaba una bandera americana en la embajada que tienen en el malecón de La Habana, la visita posterior de Obama en el año 2016 y toda una serie de gestos que indicaban la posibilidad de una convivencia mucho más civilizada. Pero ocurrió lo que lamentablemente no estaba previsto que ocurriera, que Donald Trump llegara a la presidencia. Eso ha sido una conmoción no solo para las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, ha sido un fenómeno que ha puesto en tensión al mundo entero, pero sobre todo a la propia sociedad norteamericana. Lo estamos viendo en estos días con un Gobierno norteamericano que lleva dos meses prácticamente cerrado por las diferencias entre el presidente y el congreso.
P. ¿Qué hace falta para poder recuperar ese momento esperanzador?
R. Voluntad política. Y en este caso, voluntad política por parte del Gobierno de Estados Unidos.
P. ¿En qué ha cambiado la isla bajo Miguel Díaz-Canel?
R. Ha cambiado muy poco. Va a cumplir un año en el poder, está tratando de sistematizar un poco una organización de las estructuras de Gobierno, se va a llevar a referendo el día 24 del mes próximo una constitución que avanza en algunos elementos respecto a la constitución anterior, en otros nos deja con expectativa de que pudo haber sido más progresiva. Y sobre todo creo que una de sus banderas ha sido intentar una lucha contra una corrupción que a veces es de bajo nivel, pero muy extendida.
P. Ya hablamos del personaje. ¿Cómo le sienta la vejez al escritor?
R. A los 60 años un novelista está todavía en plenitud de condiciones. Si no tiene grandes problemas físicos, es un momento en que ha acumulado una experiencia y un oficio que lo ayudan mucho a la hora de realizar su trabajo. De todas maneras, la experiencia y el oficio son una ayuda, pero no son una solución. Cada vez que me enfrento a la escritura tengo que aprender a escribir esa novela que estoy escribiendo. Ahora mismo estoy escribiendo una novela que ocurre en distintos escenarios, con muchos personajes, porque tiene que ver con la diáspora cubana de mi generación y me obliga a una estructura completamente distinta de las novelas anteriores. Con los años uno puede sufrir una afectación de ese aparato tan importante en los escritores que Hemingway calificó como “el detector innato de mierda”. Hay escritores que les empieza a fallar con los años, y uno debe tener mucha consciencia.
P. ¿Sus libros reciben menor promoción en Cuba que en otros países de América Latina?
R. Desde hace 23 años tengo una editorial en España que es realmente un lujo (Tusquets), que cuida mucho la promoción de sus autores. Eso me ha permitido tener no solamente ediciones en lengua española, que se distribuyen en España y en toda América Latina, sino también acceder a otros mercados. En estos momentos publico en 25 idiomas. He tenido la posibilidad de escribir para el cine, he tenido recompensas de diferente tipo en diferentes partes del mundo, incluido un premio tan importante como el Princesa de Asturias. En Cuba he ganado todos los premios, pero las ediciones de mis libros siempre han sido limitadas. Por cuestiones de carácter económico o por cuestiones de carácter promocional. Que a veces se pueden confundir, a veces se pueden mezclar o a veces se pueden enmascarar una con la otra. Lo que está muy claro para mí es que Cuba es mi país, mi lugar de residencia. Mi función es escribir, y en Cuba escribo.
TITULO:
¿Te lo vas a comer ? - Cocina -Cinco libros para mejorar la alimentación de tu familia,. ,. Alberto Chicote ,.
Vivimos en un mundo ultraprocesado. Basta con pasear por el
supermercado y observar los estantes para comprobarlo. O con fijarse en
los carros de la compra que llegan a los lineales. O con parar en
cualquier gasolinera, curiosear una máquina de vending o
asistir a un cumpleaños infantil. La disponibilidad y la accesibilidad
de los ultraprocesados se ha convertido en un problema titánico de
compleja solución. Lo es por la falta de percepción del riesgo que
suponen muchos de estos productos, pero también por lo irreal de su
consumo ocasional.
A
todo lo anterior se une el convencimiento de que nuestra alimentación
es saludable. Una convicción sustentada muchas veces por los mitos que
aún circulan, o por la información –ahora obsoleta– que un día nos
dieron. Otras porque nos agarramos a las falsas promesas de salud de
productos insanos, o a recuerdos de una infancia exuberante de dulces
hábilmente disfrazados. Aún así hay quienes buscan cómo cambiar sus
hábitos alimentarios. Muchas veces es la propia maternidad o paternidad
la que te empuja a hacerlo. O la que te abre los ojos. Para aprender a
comer mejor, nada como hacerlo en familia. Aquí algunas lecturas que
pueden acompañarnos.
“Si una persona dentro de la familia empieza a comer bien, se lo puede transmitir al resto. Igual que el consumo de los ultraprocesados se contagia, alguien que decida mejorar su alimentación puede llegar a cambiar la alimentación del resto; sobre todo porque no se trata de una alimentación con un objetivo concreto (enfermedad, pérdida de peso, etc.) sino de una alimentación saludable, de comer comida real para el disfrute de la familia”, cuenta Carlos Ríos.
Modificar nuestros hábitos familiares respecto a la alimentación puede parecer imposible. ¿Qué puede ayudarnos a realizar los cambios necesarios? “Debemos plantear cambios pequeños e irlos realizando poco a poco. Por ejemplo, si nunca comemos verdura, no podemos pretender comer verduras dos veces al día desde el principio. Deberemos empezar por incorporar alguna verdura de sabor más suave con alguno de los platos, y poco a poco ir aumentando la cantidad y la variedad. Y no tener prisa. Es una tarea que requiere esfuerzo de todos y paciencia: para realizar cambios de hábitos se necesitan al menos seis meses. Acudir a un profesional puede ser de gran ayuda para conseguir pautas y estrategias adaptadas a la familia”, responde Griselda.
Otro punto destacable del libro es que la comunicación y el tiempo con los hijos son fundamentales para sus autores. A menudo, nos animan a preguntarles sobre sus preferencias, a cocinar con ellos, a organizar los menús semanales en familia y a convertirnos junto a nuestros hijos en detectives del supermercado a la caza de etiquetas que investigar. “No hace que falta que corras, ni que pretendas llegar rápidamente, recuerda que comer saludablemente es un rumbo y no un destino”, nos recuerdan Yolanda y Jaime. Premisa que nos puede valer para la crianza y la educación de nuestros hijos.
Además de abordar “los entresijos y las técnicas depuradas de marketing” cuando habla del papel que ha jugado la industria alimentaria en el aumento exponencial de la obesidad infantil en nuestro país, plantea cuestiones como la relación entre gasto energético y alimentos, la urgente necesidad de realizar comidas en familia, el importante valor del ejemplo o por qué no son nada recomendables los chantajes emocionales a través de la comida. Lo hace con un tono sencillo y directo, aportando ejemplos reales, anécdotas y recomendaciones fáciles de llevar a la práctica que hacen más agradable el tránsito por ese camino –desconocido para muchos– que es el de la educación alimentaria.
En ‘Mamá come sano’ el dietista-nutricionista analiza la alimentación de la mujer antes del embarazo, durante y después. Una alimentación la de estas etapas que no es tan compleja como pensamos –ya lo advierte el pediatra Carlos González en el prólogo: “La dieta de la mujer embarazada y de la madre que lacta debe ser básicamente normal”–, pero que sí influye tanto en la salud de la madre como del futuro bebé.
De nuevo se incide aquí en lo que puede y no puede considerarse una dieta saludable, recordando algunos de los innumerables mitos que giran en torno a la alimentación. Argumentos, todos los recogidos en el libro, que no solo pueden mejorar la salud materna infantil sino también la del resto de la familia.
Padura (La Habana, 1955) conversará este viernes en Cartagena de Indias con el director de EL PAÍS América, Javier Moreno. Hasta el 3 de febrero formará parte de un cartel que incluye a la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, el rumano Mircea Cartarescu o la británica Zadie Smith. En esta charla telefónica, el autor de El hombre que amaba a los perros —sobre el asesinato de Trotsky—, se muestra inquieto por los cambios que está viendo en la isla.
Respuesta. Con Mario Conde yo he hecho un experimento de ver cómo transcurre el tiempo en dos sentidos: en el sentido físico, intelectual, humano, de una persona, y en el tiempo histórico que va viviendo el personaje. En ese tiempo físico el Mario Conde de las primeras novelas era un hombre de 35 años, un policía, en el año 1989. Tenía sus características de ser un hombre que miraba con cierta frecuencia hacia el pasado, con nostalgia, y en el transcurso de las novelas esas características suyas se han potenciado. Y el personaje a la vez ha ido envejeciendo físicamente al llegar a los 60 años y tiene una visión evidentemente más pesimista de la vida porque ha visto que su propia realización personal nunca se ha producido.
P. La sociedad cubana se ha transformado en estos años.
R. Y mucho. Uno de esos síntomas se ve muy claramente en La transparencia del tiempo, y es hasta qué punto el tejido social se ha dilatado. Era muy homogéneo en los años 70 y 80, y se ha dilatado para que vayan apareciendo ciertos destellos de una riqueza que se hacen mucho más evidentes cuando uno mira zonas de pobreza que han ido creciendo, y que han ido marginando a una parte de la población.
P. Las diferencias sociales no parecen tan erradicadas en Cuba como se llegó a mostrar en algún momento.
P. La transparencia del tiempo comienza cuando Bobby Roque, un amigo de infancia, le pide a Conde encontrar una virgen negra robada, de origen africano. Roque es gay. ¿El homosexualismo ya no es estigmatizado en Cuba? ¿Es una situación superada?
R. Creo que sí, totalmente superada. Históricamente la homosexualidad en Cuba tuvo una mirada muy prejuiciada por parte de una moral católica y de un entendimiento del mundo judeocristiano, a lo que se sumó prejuicios de una moral que de alguna manera pudieron preservar muchos de los esclavos africanos que llegaron a Cuba. Después del triunfo de la revolución esto tiene momentos mucho más álgidos en los años 60 y 70, cuando se le da también un carácter de debilidad ideológica a la homosexualidad. De todas maneras, este fenómeno de marginación del homosexual en esos tiempos no es para nada exclusivo de Cuba. A partir de los 80 empieza a cambiar, y creo que hoy definitivamente ha sido superada. Hasta el punto de que se discutió si en la constitución que va a referendo en unos días se consideraba el matrimonio igualitario como una de las modificaciones. Hubo una ligera modificación, no fue tan profunda como se esperaba, pero de hecho se reconoce el matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo.
P. La novela está ambientada en un momento muy concreto, 2014, cuando ocurre el deshielo entre Washington y La Habana. ¿La nueva era que se anunciaba entonces nunca llegó con Trump?
R. La novela cierra su recorrido por el presente justamente el día 17 de diciembre de 2014, cuando Raúl Castro y el presidente Obama anuncian que Cuba y Estados Unidos van a comenzar conversaciones para un restablecimiento de relaciones diplomáticas. Eso fue primeramente una conmoción, y no solo en Cuba. Vimos casi con asombro, y con grandes esperanzas, como se izaba una bandera americana en la embajada que tienen en el malecón de La Habana, la visita posterior de Obama en el año 2016 y toda una serie de gestos que indicaban la posibilidad de una convivencia mucho más civilizada. Pero ocurrió lo que lamentablemente no estaba previsto que ocurriera, que Donald Trump llegara a la presidencia. Eso ha sido una conmoción no solo para las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, ha sido un fenómeno que ha puesto en tensión al mundo entero, pero sobre todo a la propia sociedad norteamericana. Lo estamos viendo en estos días con un Gobierno norteamericano que lleva dos meses prácticamente cerrado por las diferencias entre el presidente y el congreso.
P. ¿Qué hace falta para poder recuperar ese momento esperanzador?
R. Voluntad política. Y en este caso, voluntad política por parte del Gobierno de Estados Unidos.
P. ¿En qué ha cambiado la isla bajo Miguel Díaz-Canel?
R. Ha cambiado muy poco. Va a cumplir un año en el poder, está tratando de sistematizar un poco una organización de las estructuras de Gobierno, se va a llevar a referendo el día 24 del mes próximo una constitución que avanza en algunos elementos respecto a la constitución anterior, en otros nos deja con expectativa de que pudo haber sido más progresiva. Y sobre todo creo que una de sus banderas ha sido intentar una lucha contra una corrupción que a veces es de bajo nivel, pero muy extendida.
P. Ya hablamos del personaje. ¿Cómo le sienta la vejez al escritor?
R. A los 60 años un novelista está todavía en plenitud de condiciones. Si no tiene grandes problemas físicos, es un momento en que ha acumulado una experiencia y un oficio que lo ayudan mucho a la hora de realizar su trabajo. De todas maneras, la experiencia y el oficio son una ayuda, pero no son una solución. Cada vez que me enfrento a la escritura tengo que aprender a escribir esa novela que estoy escribiendo. Ahora mismo estoy escribiendo una novela que ocurre en distintos escenarios, con muchos personajes, porque tiene que ver con la diáspora cubana de mi generación y me obliga a una estructura completamente distinta de las novelas anteriores. Con los años uno puede sufrir una afectación de ese aparato tan importante en los escritores que Hemingway calificó como “el detector innato de mierda”. Hay escritores que les empieza a fallar con los años, y uno debe tener mucha consciencia.
P. ¿Sus libros reciben menor promoción en Cuba que en otros países de América Latina?
R. Desde hace 23 años tengo una editorial en España que es realmente un lujo (Tusquets), que cuida mucho la promoción de sus autores. Eso me ha permitido tener no solamente ediciones en lengua española, que se distribuyen en España y en toda América Latina, sino también acceder a otros mercados. En estos momentos publico en 25 idiomas. He tenido la posibilidad de escribir para el cine, he tenido recompensas de diferente tipo en diferentes partes del mundo, incluido un premio tan importante como el Princesa de Asturias. En Cuba he ganado todos los premios, pero las ediciones de mis libros siempre han sido limitadas. Por cuestiones de carácter económico o por cuestiones de carácter promocional. Que a veces se pueden confundir, a veces se pueden mezclar o a veces se pueden enmascarar una con la otra. Lo que está muy claro para mí es que Cuba es mi país, mi lugar de residencia. Mi función es escribir, y en Cuba escribo.
TITULO:
¿Te lo vas a comer ? - Cocina -Cinco libros para mejorar la alimentación de tu familia,. ,. Alberto Chicote ,.
El miercoles -8- Mayo a las 22:30 por La Sexta,fotos.
Cinco libros para mejorar la alimentación de tu familia,.
Una forma de analizar nuestra alimentación más allá de los intereses de la industria alimentaria o de los conflictos de interés.
Come comida real, de Carlos Ríos (PAIDÓS, 2019)
Para Carlos Ríos, dietista-nutricionista y fundador del movimiento Realfooding, la mayoría de nosotros vivimos engañados con nuestra alimentación en una especie de Matrix en el que no comemos comida real sino comida que ponen frente a nosotros. Un universo del que no podemos escapar pese a que creamos que nuestras elecciones son totalmente libres. Sobre esto lleva años divulgando en redes sociales –donde le siguen cientos de miles de personas– y ahora también lo cuenta en ‘Come comida real’ (PAIDÓS, 2019), un libro en el que resume conceptos básicos como qué es realmente un alimento insano, cuál es el problema de la ultradisponibilidad de esos productos y qué es comer “comida real”. Todo contado al resguardo del paraguas de sus abuelas y de su madre, “las verdaderas creadoras del realfooding”, dice. Porque para este sevillano de 27 años que un día empezó la rebelión contra Matrix, a menudo basta con tener información, aprender a hacer la compra y a cocinar cosas sencillas para salir de Matrix. Y se puede salir en familia porque los cambios que hagamos a título individual, por pequeños que sean, también tienen influencia sobre el resto de los miembros.“Si una persona dentro de la familia empieza a comer bien, se lo puede transmitir al resto. Igual que el consumo de los ultraprocesados se contagia, alguien que decida mejorar su alimentación puede llegar a cambiar la alimentación del resto; sobre todo porque no se trata de una alimentación con un objetivo concreto (enfermedad, pérdida de peso, etc.) sino de una alimentación saludable, de comer comida real para el disfrute de la familia”, cuenta Carlos Ríos.
Alimentación saludable para niños geniales, de Griselda Herrero (Amat Editorial, 2018)
Dirigido a familias que quieren adoptar hábitos saludables, aprender a comer y a relacionarse de forma adecuada con la comida, siempre conscientes de que la perfección no existe. Tampoco en nuestra alimentación. Aunque es cierto que el hilo conductor de ‘Alimentación saludable para niños geniales’ es el papel de la alimentación en el rendimiento escolar y el desarrollo de la inteligencia, y eso puede despistar, lo cierto es que la dietista-nutricionista Griselda Herrero no se aleja ni un centímetro de lo que se considera una alimentación adecuada para todos los miembros de la familia. En sus páginas ofrece recursos, ejemplos y mucha información; información con la que derriba cuestiones como el desayuno ideal, la existencia de los niños “malcomedores” o la necesidad del consumo de alimentos “enriquecidos”.Modificar nuestros hábitos familiares respecto a la alimentación puede parecer imposible. ¿Qué puede ayudarnos a realizar los cambios necesarios? “Debemos plantear cambios pequeños e irlos realizando poco a poco. Por ejemplo, si nunca comemos verdura, no podemos pretender comer verduras dos veces al día desde el principio. Deberemos empezar por incorporar alguna verdura de sabor más suave con alguno de los platos, y poco a poco ir aumentando la cantidad y la variedad. Y no tener prisa. Es una tarea que requiere esfuerzo de todos y paciencia: para realizar cambios de hábitos se necesitan al menos seis meses. Acudir a un profesional puede ser de gran ayuda para conseguir pautas y estrategias adaptadas a la familia”, responde Griselda.
Coaching nutricional para niños y padres, de Yolanda Fleta y Jaime Giménez (Grijalbo, 2017)
Escrito a cuatro manos, las de Yolanda Fleta, socióloga e investigadora del coaching en el ámbito de la nutrición y la salud, y las de Jaime Giménez, dietista-nutricionista, ‘Coaching nutricional para niños y padres’ ofrece a padres y madres estrategias y actividades para conseguir que todos en casa coman mejor. Su propuesta es interesante porque no solo analiza lo que la familia come o cuáles son los alimentos que denominan malsanos, sino porque parte de la importancia del contexto en el que se sitúa cada familia –y sus hábitos–, y desde ahí conducen al lector a través de sus páginas a la creación de un plan de acción.Otro punto destacable del libro es que la comunicación y el tiempo con los hijos son fundamentales para sus autores. A menudo, nos animan a preguntarles sobre sus preferencias, a cocinar con ellos, a organizar los menús semanales en familia y a convertirnos junto a nuestros hijos en detectives del supermercado a la caza de etiquetas que investigar. “No hace que falta que corras, ni que pretendas llegar rápidamente, recuerda que comer saludablemente es un rumbo y no un destino”, nos recuerdan Yolanda y Jaime. Premisa que nos puede valer para la crianza y la educación de nuestros hijos.
Tú eliges lo que comes, de Carlos Casabona (PAIDÓS, 2016)
Que se puede disfrutar comiendo sano con nuestros hijos es algo que Carlos Casabona, pediatra especializado en alimentación infantil y divulgador incansable, no ha dejado de repetir. En 2016 publicaba ‘Tú eliges lo que comes’ un libro en el que da argumentos de peso para defender su predicación.Además de abordar “los entresijos y las técnicas depuradas de marketing” cuando habla del papel que ha jugado la industria alimentaria en el aumento exponencial de la obesidad infantil en nuestro país, plantea cuestiones como la relación entre gasto energético y alimentos, la urgente necesidad de realizar comidas en familia, el importante valor del ejemplo o por qué no son nada recomendables los chantajes emocionales a través de la comida. Lo hace con un tono sencillo y directo, aportando ejemplos reales, anécdotas y recomendaciones fáciles de llevar a la práctica que hacen más agradable el tránsito por ese camino –desconocido para muchos– que es el de la educación alimentaria.
Mamá come sano, de Julio Basulto (DEBOLSILLO, 2015)
Creo que es obligatorio cerrar con ‘Mamá come sano’ una recopilación de libros para mejorar hábitos en familia. En muchas ocasiones es la maternidad la que nos empuja inconscientemente a cambiar esos hábitos que sospechamos mejorables pero que hasta ese momento no hemos sido capaces de cambiar. “El embarazo es una etapa idónea para reflexionar sobre lo que nos llevamos al estómago”, apunta Julio Basulto en el libro. Y es el embarazo, o la búsqueda de éste, el que a menudo se convierte en esa excusa para la reflexión.En ‘Mamá come sano’ el dietista-nutricionista analiza la alimentación de la mujer antes del embarazo, durante y después. Una alimentación la de estas etapas que no es tan compleja como pensamos –ya lo advierte el pediatra Carlos González en el prólogo: “La dieta de la mujer embarazada y de la madre que lacta debe ser básicamente normal”–, pero que sí influye tanto en la salud de la madre como del futuro bebé.
De nuevo se incide aquí en lo que puede y no puede considerarse una dieta saludable, recordando algunos de los innumerables mitos que giran en torno a la alimentación. Argumentos, todos los recogidos en el libro, que no solo pueden mejorar la salud materna infantil sino también la del resto de la familia.
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