Domingo -19- Mayo - LA SEXTA TV | Ambulancias, en el corazón de la ciudad - Toros - Tres toros bravos de Fuente Ymbro ,./ CAFE GIJON - MANZANAS VERDES - Al Extremadura se le acaba la racha,.

TITULO: Domingo -19- Mayo - LA SEXTA TV | Ambulancias, en el corazón de la ciudad -Toros - Tres toros bravos de Fuente Ymbro ,.

El domingo -19- Mayo, a las 21:30 por La Sexta, foto,.

 Toros - Tres toros bravos de Fuente Ymbro ,.

 

El diestro Antonio Ferrera en la faena al primero de su lote, durante la Feria de Abril de Sevilla.

El Fandi, brillante en banderillas y templado, premiado con la oreja de un quinto muy completo. Lote propicio para López Simón. Ferrera reinventa lances antiguos,.

sevilla. El viernes, el día de su consagración, puso imposible la feria Pablo Aguado. La del sábado de farolillos, con público muy distinto del de diario, pareció la corrida de la resaca. Sobre todo, para quien tuviera vivos el sentido y las imágenes de las dos faenas de Aguado, tenidas por las mejores de la semana. El espectáculo y los espectadores eran esta vez muy otros. Lo que no varió de signo fueron dos elementos: la música tan elocuente de la banda de Tejera -su versión del Amparito Roca, que subrayó la faena de El Fandi al quinto toro, es antológica- y la sangre Jandilla de la corrida de Fuente Ymbro.
La sangre está en año bueno. Cuatro toros del hierro raíz la tarde del viernes, y dos de ellos se arrastraron sin las orejas. Y tres, o tres y pico, en esta del hierro filial y derivado de Fuente Ymbro, que fue corrida más aparatosa y ofensiva, y de bastante más cuajo porque entraron en liza tres cinqueños.

FICHA DEL FESTEJO

uToros

Seis toros de Fuente Ymbro (Ricardo Gallardo).

uToreros

Antonio Ferrera, saludos y silencio. El Fandi, saludos y una oreja. López Simón, vuelta tras un aviso y aplausos tras un aviso. José Manuel González y Antonio Alventus se agarraron a modo con segundo y tercero, que romanearon por los pechos.

uPlaza

Sevilla. 11ª de feria. Muy caluroso y seco. 33 grados a la sombra. 6.500 almas. Dos horas y media de función.

Dos de los cinqueños, tercero y cuarto de sorteo, fueron de muy buena nota. El tercero, por su temple, una particular regularidad en embestidas y repeticiones; el quinto, por su bravura, que no se sintió en el caballo de pica -tampoco en los jandillas más completos de la víspera- pero si en banderillas, y en la muleta a borbotones. El público de habituales y el circunstancial también aplaudieron el arrastre del tercero, solo que, pendientes los turistas accidentales de reclamar sin éxito una oreja para López Simón, el reconocimiento no fue el debido. La ovación para el quinto, unánime, muy rotunda.
El lote boyante, tercero y sexto, cayó completo en manos de López Simón. Al temple tan refinado del tercero se vinieron a sumar la prontitud y el buen aire del sexto, el más caballo quiso de todos y el de más pastueño son. El pecado de la corrida fue el mucho escarbar. Escarbadura de comezón y no de mansedumbre, salvo en el caso del cuarto, que, después de perder la funda del pitón derecho, sangró por la herida y, lastimado, claudicó y hasta perdió las manos antes de entrar en suerte.
El toro que partió plaza abultaba más que ningún otro de toda la feria. Gigante imponente de 600 kilos que en pinta castaña parecían incluso más. El raro de la corrida. Después de largo merodeo inicial sin fijeza, se resolvió en tranco acompasado y bueno, y se distinguió por su nobleza. Sin contar el cuarto, bizco y arremangado, el toro complicado fue el segundo, de honda fachada, negro facado, pelliza astracanada, que, corto de cuello, se enteró enseguida y arreó estopa sin previo aviso. Tal vez fuera, por la mano derecha, vicio de manejo.
Ferrera ha venido de su largo invierno en México con el repertorio de capa refrescado y redibujado. No son novedad ni su talento de lidiador ni su gusto por lucir arabescos. Pero en la profusión de lances a una mano quedó de manifiesto el legado mexicano, una de las muchas muestras del llamado toreo de ida y vuelta. El quite de frente por detrás con que sacó el tercer toro del caballo fue hermoso logro; el recibo del cuarto, con el capote recogido por delante y a mano cambiada, no se había visto nunca antes. Luego, no acompañó la suerte: por la invalidez del cuarto y porque el volumen del primero no permitía ni enroscarse ni garabatear. Sí templarse como él lo hizo.
El Fandi, tan tremendo con los palos como suele, cuajó con el quinto un gran tercio -de poder a poder primero, de dentro afuera luego y por los adentros para cerrar- y, antes de cobra estocada certera sin puntilla, se enredó sin pausas ni recelo con el quinto. Faena abierta con una noria de rodillas de hasta cinco vueltas -y entonces se arrancó la banda con el Amparito Roca- y resuelta luego con tandas sobre las dos manos. Las distancias, algo cortas; mucho mejor el encaje con la derecha que con la izquierda. Algún malabarismo. Y la continuidad, porque, siempre al ataque, no dio tregua el toro, que fue, por estilo y fondo, el reverso del segundo.
López Simón no tuvo ni que pensárselo ni que tomarse cautelas. Claros los dos toros de lote. A los dos sometió a faenas largas, de largos muletazos que desplazaban al toro llamativamente. Con unos y otro abusó de los cambiados por la espalda intercalados antes de abrochar tandas de mucho toreo de brazos. Los alarde no faltaron ni sobraron, Un ovillo interminable con el tercero, que lucía un afiladísimo garfio por pitón izquierdo; un postre de toreo genuflexo de abajo arriba y forzado; algún tirón a destiempo; soltura, oficio y firmeza. Destreza con la espada, pero traseras las dos estocadas. Tardaron en doblar los dos toros de la suerte.

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CAFE GIJON,.

Café Gijón - foto,.

Fachada de madera del Café Gijón con su entrada.

El Café Gijón (denominado también Gran Café de Gijón) es un café de importancia cultural situado en el bulevar principal del madrileño Paseo de Recoletos n.º 21. El café está frente a una estación de ferrocarril del mismo nombre (Recoletos) y a la Biblioteca Nacional de España (BNE). La terraza de enfrente se encuentra en el pasillo central del Paseo.





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Al Extremadura se le acaba la racha,.

El Extremadura cayó con justicia en el Francisco de la Hera convirtiéndose en la primera derrota en casa con Manuel como técnico y en el fin de la fantástica racha de resultados de los azulgranas en las últimas semanas. El Zaragoza fue mejor de principio a fin, supo aprovechar sus oportunidades y superó al Extremadura en la clasificación. Los maños consiguieron un resultado abultado y dejaron sin reacción a un Extremadura que lo intentó con varios cambios de sistema, pero que no tuvo el día y se vio superado en todas las facetas del juego.

0 Extremadura

3 Zaragoza

Extremadura

Casto; Ale Díez, Pardo, Borja Granero (Willy, min. 68), Bastos; Lolo González, Zarfino, Kike Márquez (Nando, min. 54); Olabe (Reyes, min. 77), Perea y Ortuño.

Zaragoza

Cristian Álvarez; Delmás, Verdasca, Álex Muñoz, Nieto; Javi Ros, Igbekeme (Jannick, min. 85), Guti (Zapater, min. 78), Pepe Biel; Álvaro Vázquez y Marc Gual (Pombo, min. 73).

Goles:

0-1: Casto, en propia puerta, min.18. 0-2: Pepe Biel, min. 63. 0-3: Pombo, min. 79.

Árbitro

Figueroa Vázquez. Amonestó con amarilla al visitante Javi Ros (min. 15).

Incidencias

Partido correspondiente a la 38 jornada de Segunda División. Estadio Francisco de la Hera, con 11.330 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Hidalgo López Linares, padre y suegro de dos empleados del Extremadura.

La primera parte en el Francisco de la Hera confirmó una evidencia que se ha consolidado en los últimos partidos: Casto es el jugador más determinante del Extremadura. El portero de Pueblonuevo del Guadiana tiene acostumbrados a los seguidores azulgranas a grandes intervenciones en cada partido, pero ante el Zaragoza fue un poco más allá y salvó varios goles. Si de un delantero se tratase, Casto sería el máximo goleador azulgrana, pero su trabajo es desbaratar la felicidad del rival, y vaya cómo lo hace. Eso sí, en un partido en el que hizo varias intervenciones de mérito, se llevó tres goles que dejaron los puntos en el casillero del Zaragoza.
El partido del Extremadura no fue bueno. El Zaragoza salió más enchufado al partido, con más confianza y con más convicción. Por eso, los maños fueron mejores que los azulgranas en el primer tiempo, y por eso se fue con ventaja -con algo de fortuna en el gol- al término de los primeros 45 minutos.
De inicio, Manuel confió en los mismos futbolistas que habían sumado los 15 puntos en los últimos cinco partidos. El entrenador gallego no quería tocar nada de lo que estaba funcionando a la perfección, pero el Zaragoza, con Javi Ros, Igbekeme y Guti se llevó el mando del centro del campo y ahí el Extremadura comenzó a perder minuto a minuto el choque. Kike Márquez se descolgaba para ayudar a Ortuño, como ya había hecho en los anteriores partidos, y eso fue aprovechado por los visitantes, que ya en el minuto uno tuvieron la primera ocasión en un pase de la muerte de Álvaro Vázquez.
Desde el comienzo se vio que la balanza se estaba inclinando a favor del equipo aragonés, y eso se certificó al cuarto de hora de choque. Un centro desde la derecha golpeó en Borja Granero, el esférico se envenenó y Ale Díez no logró despejar la bola. El cuero tocó en el palo, se estrelló en Casto y se introdujo en la portería azulgrana para plasmar en el marcador la superioridad. La mala suerte castigó al Extremadura, que no consiguió levantar cabeza en el resto del partido.
Eso sí, en la primera mitad pudo haber más goles. El Extremadura tuvo dos en las botas de Ortuño, primero en un ataque con superioridad azulgrana que paró bien abajo Cristian Álvarez y otro a la media vuelta que el portero visitante despejó. En el contragolpe de ese rechace la tuvo el Zaragoza, ya que Álvaro Vázquez se plantó solo ante Casto, pero el cancerbero extremeño le sacó muy bien el balón con los pies.
En la segunda parte se esperaba una reacción de los de Manuel, pero no fue así. Es más, aumentó la superioridad del Zaragoza respecto a la primera mitad. Ni los cambios tácticos de Manuel, que jugó los últimos minutos con tres en defensa, ni el refresco de los hombres desde el banquillo, frenaron la sangría azulgrana y la superioridad maña.
El segundo tanto, un auténtico golazo desde la frontal de Pepe Biel ante el que Casto no pudo hacer nada, puso en bandeja de plata la victoria para el Zaragoza. Ese gol puso fin al partido, ya que el Extremadura no le pudo hacer demasiado daño al equipo de Víctor Fernández. Al final, el tanto de Pombo dejó una victoria contundente reflejada en el marcador que deja al Extremadura cuatro puntos por encima del descenso, y que le permite al Zaragoza superar a los azulgranas en la clasificación.