¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR ! - CADENA 100 ,.
Lo mejor del programa ¡Buenos días, Javi y Mar! que se emite cada mañana en CADENA 100 de 06:00 a 11:00 y que presentan Javi Nieves y Mar Amate,etc.
Al rincón de pensar - Martes -21-MAYO ,.
Al rincón, anteriormente conocido como Al rincón de pensar, fue un programa de televisión español en el que cada semana dos personajes de plena actualidad (cantantes, políticos, actores, deportistas) se someterán a las preguntas Risto Mejide en su particular rincón. Se emitió los martes a las 00:00 horas en Antena 3., etc.
Miguel A. Belinchón: "Gente como Ramos, Cristiano o Messi tienen algo de Picasso o Dalí",.
Miguel Ángel Belinchón es uno de los artistas urbanos más cotizados del momento. Es amigo de Ramos y de él recibió un encargo especial.
Pintor o artista urbano… ¿Qué prefiere?
Me gusta decir artista plástico. Pinto, hago esculturas, grabados, litografías… Pero sigo pintando en la calle, claro.
¿Qué diferencia a un artista urbano de uno convencional?
Muchas cosas, la más importante, que el artista urbano está acostumbrado a trabajar en la calle con ruido, con bullicio y con gente que le molesta, y ha de estar atento a las autoridades. El artista convencional trabaja relajado, porque cierra la puerta de su estudio y se acabó.
Obvio…
Como lo es también que el grafiti en la calle es un medio de expresión en el que casi siempre hay un mensaje de protesta. También se puede hacer pintura con mensaje social en un estudio, claro, pero a eso está más ligado el arte urbano.
¿Con qué disfruta más usted?
Me gustan las dos cosas por igual y necesito las dos cosas. Ahora estoy trabajando en mi estudio, aquí fresquito, y empiezo a sentir la imperiosa necesidad de pintarme algo en la calle para pasar calor. Cuando pintas en la calle suelen ser murales grandes y requieren mucha más energía, más esfuerzo, tiempo y materiales.
¿El arte callejero también tiene su reglas?
Sinceramente ya no existen, cada uno hace lo que le apetece. A mí me gusta utilizar un símil para explicarlo. Hay personas que conducen sin el carnet o que lo hacen como kamikazes. Y hay otros que respetan los límites de velocidad. Pues un coche y un spray tienen en común eso, para mí, que son herramientas que unos utilizan de una manera y otros, de otra.
¿Le costó mucho a usted vivir de su arte?
Pues sí. Y he de decir que yo soy autodidacta. Empecé con el grafiti. Y le eché muchas horas al spray. Al tiempo trabajaba con un tío mío para poder pintar y mejorar mi técnica. Hasta que conseguí vivir de esto pasó un tiempo, sí. Pero ahora la gente compra la obra que a mí me gusta…
Eso es importante para un artista, hacer lo que le gusta.
Yo sé que es difícil. A mí me está funcionando lo vanguardista.
¿Cómo definiría su estilo?
PostNeoCubismo…
¿Cómo llegó hasta él?
Fue de casualidad, en 2016, en un evento solidario en Málaga que organizaba El Pimpi, que es un espacio muy importante y emblemático en Málaga. Me invitaron para que pintara un mural en un evento solidario. Como está a la espalda del museo Picasso lo que hice fue interpretar un cuadro de Picasso pintando a mi hija. Y lo hice a mi estilo. Utilizando el cubismo con el realismo que yo hacía y con mis toques de grafiti. Y me di cuenta de que me lo estaba pasando muy bien y de que funcionaba. Realismo con cubismo era algo que nadie antes había hecho, y fue una galería de Barcelona la que le puso el nombre.
Usted ahora es referente… ¿Cuáles fueron los suyos?
Desde que soy pequeño Dalí y Velázquez. Luego Picasso. Y también sigo a muchos artistas del grafiti, que es con lo que yo empecé, a gente como Daim, que es alemán, Ces, de Nueva York, el Niño de las Pinturas de Granada… No acabaría nunca porque tengo a muchos grafiteros que son referencia, y muchos de ellos son actuales.
¿Le cambió a usted la vida que se supiera que Ramos le compraba arte?
Hombre, da visibilidad. Y eso que todavía no ha salido a la luz el cuadro (risas).
¿Hasta dónde puede contar de ese encargo?
Hombre, ya se ha publicado que el cuadro es La última cena de Da Vinci. Pero he leído por ahí que está pintado Marcelo y no es verdad.
¿No aparece?
Y no puedo decir nada más por razones obvias. Pero vamos, que los que están con él no son los doce apóstoles.
¿No lo son?
No, no...
¿Cómo conoció a Ramos?
Por Luján Argüelles, una presentadora de Cuatro. Ella tiene una obra mía que compró en una exposición en la galería Fernando Latorre de Madrid en 2013. Se ve que años después se mudaron y vendieron los cuadros. Y uno de ellos era mío. El de una mujer a la que le tira una cuerda del pelo y otra de la lengua. A Ramos le gustó mucho. Y quiso saber quién era el artista y quién había vendido esa obra. Llegaron a la galería y vieron otra obra de esa colección y también la adquirieron. Y el siguiente paso fue que quiso conocerme para hacerme un encargo…
¿Cómo fue ese momento?
Pues fui allí a Madrid, a su casa, y…
¿Usted es futbolero?
No cien por cien, porque me gustan todos los deportes… Pero sí conocía a Sergio, claro (risas).
¿Y cómo es ese momento de tenerlo frente a frente por primera vez?
A mí me gustan las personas que son humanas, no los ídolos. La gente que tiene talento y lo desarrolla en su trabajo. Y Sergio es un gran ejemplo. Es una persona normal y corriente, y eso me gustó. Me dio mucha confianza para que yo hiciera el trabajo como quería. Y cuando recibió la obra…
Debe de ser un momentazo, ver la cara que pone el cliente ante algo tan especial.
Y el cuadro lo colgamos entre los dos. Ramos se moja, y es humilde, humano… Se portó muy bien conmigo. En hacer esa obra tardé un mes entero, nunca me llevó nada tanto tiempo. No es un cuadro normal. Está recortado en madera. Y cada cabeza está recortada en una pieza diferente de madera en relieve. Es una chulada. Y el cuadro es enorme…
¿Cuánto mide?
3,20 de ancho por 1,60 de alto. Y es pesado… Pero me encantó. Disfruté con él como hacía tiempo que no disfrutaba con un trabajo.
¿Por qué quiso Ramos La última cena de Da Vinci?
No tiene nada que ver con nada raro... Es algo icónico, de humor, más que de tener un mensaje detrás.
¿Lo ha puesto en su salón?
Sí...
Tenemos la imagen de un Ramos de raza… ¿Tiene también sentido artístico?
Pues le diré que sí. Y tiene criterio para decir lo que le gusta y lo que no. Un criterio propio. Y ahora mismo se está educando mucho en el arte, está yendo a exposiciones, a ferias, conociendo a coleccionistas y a artistas… Se está empapando porque le gusta de verdad. Y esto es verdad, y no se sabe de él.
También le compran a usted arte Helguera y Bruno Soriano, del Villarreal. ¿Se va a convertir en el artista de los futbolistas?
Yo creo que no (risas). Pinto para músicos, directores de cine... Tengo clientes de muchas índoles, como Santiago Segura del mundo del cine. O de la música como Deadmau5, DJ Nano o el rapero Residente de Calle 13. También del mundo del espectáculo como la tatuadora Kat Von D… Hay mucha gente interesada…
Lo del fútbol es algo anecdótico...
Y tampoco me gusta que me encasillen.
Pero en 2016 estuvo en la Eurocopa de París, pintando a Cristiano…
Si, sí… Era un evento de la UEFA con una asociación, la Place, en el centro de París. Me llamaron para preguntarme a quién quería pintar. Yo dije Ramos, mi colega. Pero no estaba entre la selección que habían hecho. Y dije Cristiano, que era su compañero. Lo pinté en un día y se expuso. Y muy bien. Fue con spray.
¿Cuando pinta a un personaje así, intenta mirar en su interior?
Bueno, lo de Cristiano fue un rollo de urgencia. Se hizo con foto. Pero si pinto a alguien busco algo más. Conociéndolo salen cosas que no saldrían de otro modo, la imagen adquiere fuerza. Es la suma de lo que él lleva dentro y lo que yo llevo dentro.
¿Qué le inspira Cristiano?
Es un luchador. Inspira sacrificio. Pero ya le digo, no le conozco.
¿Y Messi?
Le diría lo mismo. Son hombres con un talento que han desarrollado a base de esfuerzo.
¿Ramos?
Gente como Ramos, Cristiano o Messi son comparables a un Dalí o un Picaso, es gente que ha creído en ellos mismos y han llegado a lo más alto. En el caso de Ramos, al que sí conozco, inspira una humildad y una humanidad que no sabía que tenía antes de conocerlo. Esa cercanía y el cariño que le da a la gente que tiene alrededor, cómo trató a mis hijos…
¿Qué vida tiene el arte de la calle? ¿Siempre es finita?
Claro, y vale menos porque desparece. A no ser que sean murales hechos en un aeropuerto o en un teatro, que son lugares que se protegen y se cuidan. Pero los que pintamos en la calle sabemos que esa obra suele desaparecer.
Tiene su lógica…
Mire, hay un ensayo en el Reina Sofía titulado: “Cómo y por qué proteger murales de Benin”. Y sin embargo nadie lo pone en práctica (risas). Es el eterno problema que tenemos los artistas plásticos en la calle. En Nueva York, por ejemplo, hay murales de Keith Haring que se van restaurando cada equis años para que no se pierdan.
¿Cuál es la obra más cara que ha vendido usted?
De un cuadro… Sobre los 20.000 euros.
¿No piensa en lo que podrá valer cuando usted ya no esté?
Prefiero que valga más antes de morirme (risas). Pero bueno, tengo tres hijos… Es una evolución continua y progresiva. Mi obra no ha subido de un día para otro un montón. Veo arte que vale millones de euros, obras que no se merecen ese valor, y dices: “¡Yo soy barato!”. Y más con el estudio, el esfuerzo y el trabajo que tiene una obra mía.
¿Y de qué depende eso?
Del márketing, no hay otro misterio. De que tengas un padrino que apueste por ti y que haga que tu cotización suba. Es lo que pasó con gente como Andy Warhol. Incluso hay algunos que utilizan una estrategia, comprar sus propios cuadros en una exposición. Si lo haces dos veces la gente dice: ¡Se vende todo! Y la obra sube… Se sorprendería…
¿Y usted?
Yo me he hartado de trabajar, de viajar, de pelearme con la vida… Le doy a cada obra toda mi energía y no tengo a 15 asistentes trabajando para mí. El que compra un Belin, es un Belin 100%.
TITULO: LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES -20 - DOMINGO - 26 - Mayo - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 21- MAYO - Meseguer, motor del Atleti ,.
DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -21- MAYO .
Me gusta decir artista plástico. Pinto, hago esculturas, grabados, litografías… Pero sigo pintando en la calle, claro.
¿Qué diferencia a un artista urbano de uno convencional?
Muchas cosas, la más importante, que el artista urbano está acostumbrado a trabajar en la calle con ruido, con bullicio y con gente que le molesta, y ha de estar atento a las autoridades. El artista convencional trabaja relajado, porque cierra la puerta de su estudio y se acabó.
Obvio…
Como lo es también que el grafiti en la calle es un medio de expresión en el que casi siempre hay un mensaje de protesta. También se puede hacer pintura con mensaje social en un estudio, claro, pero a eso está más ligado el arte urbano.
¿Con qué disfruta más usted?
Me gustan las dos cosas por igual y necesito las dos cosas. Ahora estoy trabajando en mi estudio, aquí fresquito, y empiezo a sentir la imperiosa necesidad de pintarme algo en la calle para pasar calor. Cuando pintas en la calle suelen ser murales grandes y requieren mucha más energía, más esfuerzo, tiempo y materiales.
¿El arte callejero también tiene su reglas?
Sinceramente ya no existen, cada uno hace lo que le apetece. A mí me gusta utilizar un símil para explicarlo. Hay personas que conducen sin el carnet o que lo hacen como kamikazes. Y hay otros que respetan los límites de velocidad. Pues un coche y un spray tienen en común eso, para mí, que son herramientas que unos utilizan de una manera y otros, de otra.
¿Le costó mucho a usted vivir de su arte?
Pues sí. Y he de decir que yo soy autodidacta. Empecé con el grafiti. Y le eché muchas horas al spray. Al tiempo trabajaba con un tío mío para poder pintar y mejorar mi técnica. Hasta que conseguí vivir de esto pasó un tiempo, sí. Pero ahora la gente compra la obra que a mí me gusta…
Eso es importante para un artista, hacer lo que le gusta.
Yo sé que es difícil. A mí me está funcionando lo vanguardista.
¿Cómo definiría su estilo?
PostNeoCubismo…
¿Cómo llegó hasta él?
Fue de casualidad, en 2016, en un evento solidario en Málaga que organizaba El Pimpi, que es un espacio muy importante y emblemático en Málaga. Me invitaron para que pintara un mural en un evento solidario. Como está a la espalda del museo Picasso lo que hice fue interpretar un cuadro de Picasso pintando a mi hija. Y lo hice a mi estilo. Utilizando el cubismo con el realismo que yo hacía y con mis toques de grafiti. Y me di cuenta de que me lo estaba pasando muy bien y de que funcionaba. Realismo con cubismo era algo que nadie antes había hecho, y fue una galería de Barcelona la que le puso el nombre.
Usted ahora es referente… ¿Cuáles fueron los suyos?
Desde que soy pequeño Dalí y Velázquez. Luego Picasso. Y también sigo a muchos artistas del grafiti, que es con lo que yo empecé, a gente como Daim, que es alemán, Ces, de Nueva York, el Niño de las Pinturas de Granada… No acabaría nunca porque tengo a muchos grafiteros que son referencia, y muchos de ellos son actuales.
¿Le cambió a usted la vida que se supiera que Ramos le compraba arte?
Hombre, da visibilidad. Y eso que todavía no ha salido a la luz el cuadro (risas).
¿Hasta dónde puede contar de ese encargo?
Hombre, ya se ha publicado que el cuadro es La última cena de Da Vinci. Pero he leído por ahí que está pintado Marcelo y no es verdad.
¿No aparece?
Y no puedo decir nada más por razones obvias. Pero vamos, que los que están con él no son los doce apóstoles.
¿No lo son?
No, no...
¿Cómo conoció a Ramos?
Por Luján Argüelles, una presentadora de Cuatro. Ella tiene una obra mía que compró en una exposición en la galería Fernando Latorre de Madrid en 2013. Se ve que años después se mudaron y vendieron los cuadros. Y uno de ellos era mío. El de una mujer a la que le tira una cuerda del pelo y otra de la lengua. A Ramos le gustó mucho. Y quiso saber quién era el artista y quién había vendido esa obra. Llegaron a la galería y vieron otra obra de esa colección y también la adquirieron. Y el siguiente paso fue que quiso conocerme para hacerme un encargo…
¿Cómo fue ese momento?
Pues fui allí a Madrid, a su casa, y…
¿Usted es futbolero?
No cien por cien, porque me gustan todos los deportes… Pero sí conocía a Sergio, claro (risas).
¿Y cómo es ese momento de tenerlo frente a frente por primera vez?
A mí me gustan las personas que son humanas, no los ídolos. La gente que tiene talento y lo desarrolla en su trabajo. Y Sergio es un gran ejemplo. Es una persona normal y corriente, y eso me gustó. Me dio mucha confianza para que yo hiciera el trabajo como quería. Y cuando recibió la obra…
Debe de ser un momentazo, ver la cara que pone el cliente ante algo tan especial.
Y el cuadro lo colgamos entre los dos. Ramos se moja, y es humilde, humano… Se portó muy bien conmigo. En hacer esa obra tardé un mes entero, nunca me llevó nada tanto tiempo. No es un cuadro normal. Está recortado en madera. Y cada cabeza está recortada en una pieza diferente de madera en relieve. Es una chulada. Y el cuadro es enorme…
¿Cuánto mide?
3,20 de ancho por 1,60 de alto. Y es pesado… Pero me encantó. Disfruté con él como hacía tiempo que no disfrutaba con un trabajo.
¿Por qué quiso Ramos La última cena de Da Vinci?
No tiene nada que ver con nada raro... Es algo icónico, de humor, más que de tener un mensaje detrás.
¿Lo ha puesto en su salón?
Sí...
Tenemos la imagen de un Ramos de raza… ¿Tiene también sentido artístico?
Pues le diré que sí. Y tiene criterio para decir lo que le gusta y lo que no. Un criterio propio. Y ahora mismo se está educando mucho en el arte, está yendo a exposiciones, a ferias, conociendo a coleccionistas y a artistas… Se está empapando porque le gusta de verdad. Y esto es verdad, y no se sabe de él.
También le compran a usted arte Helguera y Bruno Soriano, del Villarreal. ¿Se va a convertir en el artista de los futbolistas?
Yo creo que no (risas). Pinto para músicos, directores de cine... Tengo clientes de muchas índoles, como Santiago Segura del mundo del cine. O de la música como Deadmau5, DJ Nano o el rapero Residente de Calle 13. También del mundo del espectáculo como la tatuadora Kat Von D… Hay mucha gente interesada…
Lo del fútbol es algo anecdótico...
Y tampoco me gusta que me encasillen.
Pero en 2016 estuvo en la Eurocopa de París, pintando a Cristiano…
Si, sí… Era un evento de la UEFA con una asociación, la Place, en el centro de París. Me llamaron para preguntarme a quién quería pintar. Yo dije Ramos, mi colega. Pero no estaba entre la selección que habían hecho. Y dije Cristiano, que era su compañero. Lo pinté en un día y se expuso. Y muy bien. Fue con spray.
¿Cuando pinta a un personaje así, intenta mirar en su interior?
Bueno, lo de Cristiano fue un rollo de urgencia. Se hizo con foto. Pero si pinto a alguien busco algo más. Conociéndolo salen cosas que no saldrían de otro modo, la imagen adquiere fuerza. Es la suma de lo que él lleva dentro y lo que yo llevo dentro.
¿Qué le inspira Cristiano?
Es un luchador. Inspira sacrificio. Pero ya le digo, no le conozco.
¿Y Messi?
Le diría lo mismo. Son hombres con un talento que han desarrollado a base de esfuerzo.
¿Ramos?
Gente como Ramos, Cristiano o Messi son comparables a un Dalí o un Picaso, es gente que ha creído en ellos mismos y han llegado a lo más alto. En el caso de Ramos, al que sí conozco, inspira una humildad y una humanidad que no sabía que tenía antes de conocerlo. Esa cercanía y el cariño que le da a la gente que tiene alrededor, cómo trató a mis hijos…
¿Qué vida tiene el arte de la calle? ¿Siempre es finita?
Claro, y vale menos porque desparece. A no ser que sean murales hechos en un aeropuerto o en un teatro, que son lugares que se protegen y se cuidan. Pero los que pintamos en la calle sabemos que esa obra suele desaparecer.
Tiene su lógica…
Mire, hay un ensayo en el Reina Sofía titulado: “Cómo y por qué proteger murales de Benin”. Y sin embargo nadie lo pone en práctica (risas). Es el eterno problema que tenemos los artistas plásticos en la calle. En Nueva York, por ejemplo, hay murales de Keith Haring que se van restaurando cada equis años para que no se pierdan.
¿Cuál es la obra más cara que ha vendido usted?
De un cuadro… Sobre los 20.000 euros.
¿No piensa en lo que podrá valer cuando usted ya no esté?
Prefiero que valga más antes de morirme (risas). Pero bueno, tengo tres hijos… Es una evolución continua y progresiva. Mi obra no ha subido de un día para otro un montón. Veo arte que vale millones de euros, obras que no se merecen ese valor, y dices: “¡Yo soy barato!”. Y más con el estudio, el esfuerzo y el trabajo que tiene una obra mía.
¿Y de qué depende eso?
Del márketing, no hay otro misterio. De que tengas un padrino que apueste por ti y que haga que tu cotización suba. Es lo que pasó con gente como Andy Warhol. Incluso hay algunos que utilizan una estrategia, comprar sus propios cuadros en una exposición. Si lo haces dos veces la gente dice: ¡Se vende todo! Y la obra sube… Se sorprendería…
¿Y usted?
Yo me he hartado de trabajar, de viajar, de pelearme con la vida… Le doy a cada obra toda mi energía y no tengo a 15 asistentes trabajando para mí. El que compra un Belin, es un Belin 100%.
TITULO: LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES -20 - DOMINGO - 26 - Mayo - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 21- MAYO - Meseguer, motor del Atleti ,.
DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -21- MAYO .
El programa está conducido por la periodista catalana Susanna Griso.
Cada semana visitará la casa de un personaje famoso relevante y
mediante el hilo conductor de la entrevista, irá desgranando la vida de
los famosos. Como novedad la periodista se instalará en las casas de los
invitados durante dos días pasando una noche allí. El martes - 21- MAYO - a las 22:40 por antena 3, etc.
LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES -20- DOMINGO - 26 - Mayo - Meseguer, motor del Atleti,.
Meseguer, motor del Atleti,.
La centrocampista busca su quinta Copa de la Reina, tras haber ganado este trofeo en tres ocasiones con el Espanyol y una como rojiblanca.
foto - Silvia Meseguer (Alcañiz, 30 años) es veteranía y calidad para el centro del campo del Atlético. Hoy tendrá en su mano ganar su quinta Copa de la Reina, tras haber conquistado una como rojiblanca y tres con el Espanyol. Sin duda, una jugadora con mucha experiencia en este torneo. Pero, su trayectoria no se queda ahí.
Meseguer es una de las jugadoras más emblemáticas de este Atlético y ha sido premiada por su trayectoria en el club con una placa en el Paseo de Leyendas del Wanda Metropolitano. Además, la futbolista de Alcañiz ha renovado recientemente y defenderá la rojiblanca hasta 2022.
La centrocampista riojana llegó al Atlético en 2013 y, desde entonces, ha sumado tres ligas consecutivas y la citada Copa de la Reina. Antes, militó en el Espanyol y en el Zaragoza CFF, al que llegó en 2005 y en el que comenzó su carrera profesional. Conocida por sus allegados como 'Mesi' (diminutivo de su apellido), debutó con España en 2008 y ha participado en dos Eurocopas (2013 y 2017) y un Mundial (2015).
Trabajadora e incansable, tuvo que renunciar a La Roja durante un año por incompatibilidad laboral, puesto que comenzó sus prácticas de Medicina en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, un hecho que le impidió acudir a las concentraciones. Tras acabar de formarse como médico, la centrocampista volvió a estar disponible para la Selección y apunta a ser una de las convocadas para el Mundial de Francia de este verano.
Kuoni,
la agencia de viajes organizados elegida durante los últimos 14 años
como la mejor del mundo, tiene una sección de mucho éxito de turismo
para familias con niños. Y como Kuoni, cualquier agencia atiende a ese
segmento de población, papás con hijos, pero no descuidan los viajes
para solteros, los viajes para mayores o los viajes para quienes no
quieren encontrarse con niños ni por una apuesta.
El turismo debe atender a todo el mundo y atraer a las familias con pequeños es imprescindible si se quiere tener éxito y preparar turistas para el futuro. Leo en el suplemento Fugas, del diario portugués Público, la experiencia de una redactora, que acude a Salamanca de excursión con sus hijos y se asombra al comprobar cómo tratan en la capital charra a las 'crianças'.
Les dan unos folletos donde les indican cómo buscar en las fachadas de diferentes monumentos salmantinos la popular rana o los no menos populares mono, astronauta, león o cigüeña. Los niños disfrutan tanto con la búsqueda que preguntan a la madre si no hay más ranas, ya saben, el popular anfibio de la fachada de la universidad que deben descubrir los estudiantes para aprobar la carrera.
En Salamanca, tras la búsqueda de la rana y el mono, entregan al entrar en las catedrales una audioguía para niños que los anima a recorrer el conjunto catedralicio como quien participa en la búsqueda de un tesoro. Los pequeños, en fin, se lo pasan tan bien que cuando vuelven a casa ruegan a sus padres volver pronto a Salamanca.
Buscando en Extremadura paquetes turísticos para familias con niños, encuentro poca cosa: algo en Monfragüe, recorridos guiados por Cáceres... Lo dicho, poca cosa. Sin embargo, centrándome solo en Cáceres, me vienen a la cabeza un montón de propuestas estimulantes para los más pequeños.
Empiezo por la leyenda de la princesa convertida en gallina tras ser maldecida por su padre el cadí, víctima de los cristianos, que acceden a la ciudad porque la princesa se ha enamorado de un caudillo del ejército leonés de Alfonso IX, que la engaña para que lo guíe. En cierta ocasión, compré una gallina para grabar un vídeo sobre la leyenda y los turistas alucinaban con la historia y se morían por fotografiar a la ponedora principesca.
El tema de las hogueras de San Jorge, encendidas por los cristianos para celebrar la toma de la ciudad, es otro atractivo infantil con mucha fuerza. Imagínense el conjunto de San Jorge, los dragones, las hogueras y los espacios donde se rodó Juego de Tronos y todo eso, bien contado en una audioguía, no tiene rival en la oferta mundial de viajes con encanto o encantados.
Admirar el palacio de Los Golfines de Abajo es obligado para cualquier turista, aunque menos emocionante para los niños, salvo si a estos se les cuenta la historia de la cubertería de los Golfines. Ya saben: el mariscal francés que pretende bombardear Cáceres y adiós a la parte antigua, pero Gómez Becerra y el Golfín van al campamento galo a parlamentar, ofrecen alimentos para la tropa gabacha, invitan a cenar al mariscal y como este se enamora de la cubertería de palacio, se la empaquetan, se la envían a su mujer a París y así se salva la parte antigua y los niños la pueden admirar.
En Cáceres no hay rana, pero sí juego de los errores en la fachada del palacio episcopal, donde los niños deberán descubrir el trastoque de letras: Calarza Obispo de Goria, resultado de la equivocación del trasplante de la fachada del seminario, donde ahora está el famoso parking, a este palacio episcopal, un Exín Castillos con errata. Más descubrimientos: qué parte del retablo de Berruguete en la iglesia de Santiago es auténtica y qué parte se mojó y tiene un aire fallero poco solemne, dónde están las 22 torres de Cáceres (algunas se ven enseguida, pero otras solo se contemplan desde rincones muy precisos). Podemos acabar, aunque hay mucho más (imagínense recorrer el pasadizo secreto de la Preciosa Sangre a la Casa del Sol), con la historia de la Casa del Mono y les aseguro que ningún niño se aburrirá en Cáceres y todos querrán volver de mayores a recuperar la infancia feliz y divertida.
Meseguer es una de las jugadoras más emblemáticas de este Atlético y ha sido premiada por su trayectoria en el club con una placa en el Paseo de Leyendas del Wanda Metropolitano. Además, la futbolista de Alcañiz ha renovado recientemente y defenderá la rojiblanca hasta 2022.
La centrocampista riojana llegó al Atlético en 2013 y, desde entonces, ha sumado tres ligas consecutivas y la citada Copa de la Reina. Antes, militó en el Espanyol y en el Zaragoza CFF, al que llegó en 2005 y en el que comenzó su carrera profesional. Conocida por sus allegados como 'Mesi' (diminutivo de su apellido), debutó con España en 2008 y ha participado en dos Eurocopas (2013 y 2017) y un Mundial (2015).
Trabajadora e incansable, tuvo que renunciar a La Roja durante un año por incompatibilidad laboral, puesto que comenzó sus prácticas de Medicina en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, un hecho que le impidió acudir a las concentraciones. Tras acabar de formarse como médico, la centrocampista volvió a estar disponible para la Selección y apunta a ser una de las convocadas para el Mundial de Francia de este verano.
TITULO: Viajeros Cuatro -Cáceres contada a los niños ,.
El Miércoles-15- Mayo - a las 22:45 por La cuatro,foto,.
Cáceres contada a los niños,.
Mientras en Salamanca atrapan al pequeño turista, aquí nos falta seducción infantil,.
El turismo debe atender a todo el mundo y atraer a las familias con pequeños es imprescindible si se quiere tener éxito y preparar turistas para el futuro. Leo en el suplemento Fugas, del diario portugués Público, la experiencia de una redactora, que acude a Salamanca de excursión con sus hijos y se asombra al comprobar cómo tratan en la capital charra a las 'crianças'.
Les dan unos folletos donde les indican cómo buscar en las fachadas de diferentes monumentos salmantinos la popular rana o los no menos populares mono, astronauta, león o cigüeña. Los niños disfrutan tanto con la búsqueda que preguntan a la madre si no hay más ranas, ya saben, el popular anfibio de la fachada de la universidad que deben descubrir los estudiantes para aprobar la carrera.
En Salamanca, tras la búsqueda de la rana y el mono, entregan al entrar en las catedrales una audioguía para niños que los anima a recorrer el conjunto catedralicio como quien participa en la búsqueda de un tesoro. Los pequeños, en fin, se lo pasan tan bien que cuando vuelven a casa ruegan a sus padres volver pronto a Salamanca.
Buscando en Extremadura paquetes turísticos para familias con niños, encuentro poca cosa: algo en Monfragüe, recorridos guiados por Cáceres... Lo dicho, poca cosa. Sin embargo, centrándome solo en Cáceres, me vienen a la cabeza un montón de propuestas estimulantes para los más pequeños.
Empiezo por la leyenda de la princesa convertida en gallina tras ser maldecida por su padre el cadí, víctima de los cristianos, que acceden a la ciudad porque la princesa se ha enamorado de un caudillo del ejército leonés de Alfonso IX, que la engaña para que lo guíe. En cierta ocasión, compré una gallina para grabar un vídeo sobre la leyenda y los turistas alucinaban con la historia y se morían por fotografiar a la ponedora principesca.
El tema de las hogueras de San Jorge, encendidas por los cristianos para celebrar la toma de la ciudad, es otro atractivo infantil con mucha fuerza. Imagínense el conjunto de San Jorge, los dragones, las hogueras y los espacios donde se rodó Juego de Tronos y todo eso, bien contado en una audioguía, no tiene rival en la oferta mundial de viajes con encanto o encantados.
Admirar el palacio de Los Golfines de Abajo es obligado para cualquier turista, aunque menos emocionante para los niños, salvo si a estos se les cuenta la historia de la cubertería de los Golfines. Ya saben: el mariscal francés que pretende bombardear Cáceres y adiós a la parte antigua, pero Gómez Becerra y el Golfín van al campamento galo a parlamentar, ofrecen alimentos para la tropa gabacha, invitan a cenar al mariscal y como este se enamora de la cubertería de palacio, se la empaquetan, se la envían a su mujer a París y así se salva la parte antigua y los niños la pueden admirar.
En Cáceres no hay rana, pero sí juego de los errores en la fachada del palacio episcopal, donde los niños deberán descubrir el trastoque de letras: Calarza Obispo de Goria, resultado de la equivocación del trasplante de la fachada del seminario, donde ahora está el famoso parking, a este palacio episcopal, un Exín Castillos con errata. Más descubrimientos: qué parte del retablo de Berruguete en la iglesia de Santiago es auténtica y qué parte se mojó y tiene un aire fallero poco solemne, dónde están las 22 torres de Cáceres (algunas se ven enseguida, pero otras solo se contemplan desde rincones muy precisos). Podemos acabar, aunque hay mucho más (imagínense recorrer el pasadizo secreto de la Preciosa Sangre a la Casa del Sol), con la historia de la Casa del Mono y les aseguro que ningún niño se aburrirá en Cáceres y todos querrán volver de mayores a recuperar la infancia feliz y divertida.
TITULO: Ven a cenar conmigo -«Le llamé mamá cuando me acostumbré a estar en familia» ,.
«Le llamé mamá cuando me acostumbré a estar en familia»,.
Nieves de la Encarnación vive desde hace 19 años en Badajoz con la mujer que la acogió cuando era una niña | En toda Extremadura, solo hay 19 familias de acogida para menores tutelados por la Junta,.
«Cuando
llegué a esta casa mi madre era muy jovencita, tenía 34 años y estaba
preparándose las oposiciones. La primera trastada que le hice fue llenar
globos de agua y ponérselos en la cara cuando estaba dormida a la
siesta. Me echó una bronca monumental».
Nieves de la Encarnación Avilés tenía entonces 9 años. Llegó a Badajoz directamente desde el centro de menores de Trujillo. Cuando cumplió la mayoría de edad, su madre de acogida le preguntó qué quería hacer. «Quedarme contigo», le contestó.
No hay ningún papel que les vincule, pero para Nieves, Egipcíaca (su acogedora) es su madre, y para Egipcíaca, Nieves es su 'niñita'. Casi 20 años viviendo juntas han forjado ese sentimiento, al margen de la sangre y los apellidos.
Ella fue una de las menores que pudo pasar parte de su infancia y su adolescencia en una casa de acogida, una alternativa a los centros de menores muy minoritaria aún en la región. En toda Extremadura, solo hay 19 familias dispuestas a abrirles las puertas de su casa a los niños que están bajo la tutela de la Junta.
«El cambio no fue fácil. Venía de un centro de menores, en el que solo tenía contacto con el mundo exterior para ir al colegio, a las actividades extraescolares y cuando salíamos los fines de semana que nos tocaba. No sabía relacionarme con la gente ni comportarme en la sociedad, pero me esforcé porque no quería volver atrás».
Hasta entonces, a Nieves eso de la estabilidad familiar le parecía una quimera. Con seis años, a su hermano (casi cuatro años mayor) y a ella, le apartaron de su madre biológica. «No podía cuidarnos. Tenía un trastorno bipolar, unas veces estaba bien y otras mal, pero llegó un momento en el que ya nunca estaba bien. Mi padre tampoco podía hacerse cargo de nosotros, era pastor de ovejas y se pasaba la mayor parte del día en la finca en la que trabajaba».
Se los llevaron a Miajadas, a la casa de los abuelos paternos, donde también residían sus tíos que –recuerda– «vivían su vida y nosotros estábamos desatendidos».
Llegó entonces su primera familia de acogida, en Gargáligas, para ella y su hermano (sus padres pidieron que no les separaran). «No recuerdo cuánto tiempo estuve allí, no sé si llegó al año.Pensé que esa sería mi nueva familia pero no salió bien porque mi hermano no se comportó y nos mandaron a los dos al centro de menores de Trujillo».
De este periodo tiene lagunas, que no quiere llenar. «No me gusta mirar atrás». No recuerda ningún cumpleaños, ni Navidades... apenas que a la mínima que le decían algo contestaba con un «guantazo», que su madre biológica la iba a ver y que hizo la comunión en el centro de menores. Conserva el álbum de fotos y pese a ser poco dada a darle cancha a la nostalgia, son las únicas imágenes que no tiene guardadas en una caja.
Entonces en Badajoz, Egipcíaca Pizarro, una filóloga que hoy es profesora de lengua y literatura en el IES Campos de San Roque de Valverde de Leganés, quería acoger a una niña que tuviera entre 8 y 10 años. «Yo cumplía los requisitos pero mi hermano no podía venir conmigo. Me preguntaron si quería irme con ella y dije que sí, yo quería salir del centro de menores a toda costa».
Nieves encontró una casa, la estabilidad que necesitaba y, sobre todo, –reitera– «una persona que me cuidaba y me protegía solo a mí. Al principio era una extraña, pero en menos de un año ya le llamaba mamá, cuando me acostumbré a estar en familia».
Tuvo que aprender a dormir sola. «No podía dormir por las noches porque en el centro de menores siempre estaba acompañada y mi madre tuvo que venirse a mi cama hasta que conseguí quitarme ese hábito».
No fue lo único a lo que tuvo que acostumbrarse. «Al principio me costaba mucho relacionarme con la gente. Si veía a uno que tenía un ojo 'pa allá' le decía tuerto en su cara y mi madre me corregía. También me costó mucho no pegarme con nadie y estudiar, que no me gustaba, pero me esforcé porque quería quedarme con ella».
Al año de estar en Badajoz, tenía una visita concertada con su padre –en el régimen de acogimiento familiar los menores mantienen los vínculos con su familia biológica–, pero nunca llegó. Lo encontraron muerto. Ella sigue sin entenderlo.
De su madre sí recibió varias visitas, la esperaba en la estación de autobuses y pasaba el día con ella. Pero su enfermedad empeoró y la ingresaron en el psiquiátrico de Plasencia. «Se tragó una percha metálica y aunque se la sacaron, le desgarró la membrana del corazón. La fui a ver a la UCI de Cáceres, es la última imagen que tengo de ella». Tenía 16 años. «Me dolió mucho y me sigue doliendo. Sé que no los voy a volver a ver. Bueno, sí voy a verlos al cementerio, pero aún no lo he asumido».
Dice que nunca ha ido a psicólogos, que esa ayuda se la daba una amiga de su madre, profesora de matemáticas, que era la que la aplacaba cuando en sus momentos de rebeldía, ni entraba en razón ni quería saber nada del mundo.
Hoy dice que es feliz. «Mi madre es quien más me ha cuidado y quien más me quiere y yo a ella también. Me ha dado una buena vida, donde no me ha faltado de nada y lo sigue haciendo. Y su familia es la mía, mi abuela, mis tíos, mis primas...».
A sus 28 años tiene claro que no quiere tener hijos. «Solo quiero acoger a niños que estén en centros de menores».
TITULO:
¿Te lo vas a comer ? - Cocina -Los mortales no conocemos la tele,. ,. Alberto Chicote ,.
- ¿Es cierto que le propusieron este formato por redes sociales?
- Sí, sí. Me dijeron que habían visto mi trabajo y que tenían una propuesta para hacer un programa de tele. Luego hicimos un 'casting'. El sector es muy pequeño y al final todos somos colegas. La verdad es que se preocuparon de buscar un buen nivel de pasteleros del país que hicieran bien las cosas. Al final resultó que yo encajé, y tiramos para delante.
- ¿Qué fue lo que le motivó a aceptarlo?
- Para mí, lo importante es que se hable de pastelería en la calle. Y un programa en la tele, ya sea poco o mucho, favorece eso y es interesante. Mi idea era la de acunar el oficio y enseñárselo al público en general.
- ¿Conocía la versión del formato de otros países?
- Conocía la versión francesa. La había visto alguna vez antes de que me llamasen para formar parte de la española.
- ¿Llegó a pensar que eso podía ocurrir?
- Para nada. Nuestro oficio al final va de estar muchas horas encerrado en un obrador trabajando sin parar, y no te planteas estas cosas. Tu día a día es preocuparte de si la producción que estás haciendo de 'mousse' va a estar bien o no, de otras cosas, no de si te van a llamar de la tele. No va así.
- ¿Y qué tal resultó?
- Muy bien. No miento si digo que cuando te llaman de algo así te hace ilusión, pero también lo miras con un poco de distancia. No sabes en qué mundo te vas a meter. Los mortales no conocemos lo que es la tele y lo que hay detrás. Pero luego te das cuenta de que hay un equipo gigante de profesionales.
- Con Jesús Vázquez al frente.
- Sí, y ha sido fantástico. Es un hombre que lleva toda la vida en la tele, que lo has visto y te parece majete, pero no sabes cómo va a ser luego en persona. Y es un ángel. Nos ayudó muchísimo, nos explicó cómo era la tele desde dentro, y nos enseñó todos los entresijos. Nos ha quitado los miedos. Ha sido un guía espiritual para nosotros.
- ¿Es de los que evita verse en televisión?
- No, no. Me veo siempre. Es una manera de mejorar. Cuando haces pasteles, los pruebas, los repites, los revisas. Pues el programa igual. Hay cosas que puedes corregir una vez visto el producto, y a veces me veo tics que no me gustan.
- Si es una cosa seria en la que a la pastelería se la trata con el respeto que merece y se le da divulgación, sin ninguna duda. Aquí lo he pasado muy bien. Fue una experiencia divertida e interesante en la que aprendí cosas interesantes de un mundo muy distinto.
- ¿Cómo empezó en el mundillo?
- Mi padre era amigo del pastelero, que a veces nos subía al obrador. Ahí diría que me picó el gusanillo, y cuando tuve que elegir si seguir estudiando o hacer otra cosa, yo tenía claro que era mal estudiante, y tiré por un oficio del que me atraía la idea de jugar con ingredientes para construir cosas.
- ¿Y cómo ve la situación de la pastelería en España?
- Hay una gran cantidad de profesionales de un altísimo nivel. Somos un país pionero en la alta pastelería, pero eso después no se ve reflejado en las calles. Aunque llevamos una mejoría desde hace unos diez años. Hay pequeños valientes que abren sus negocios y apuestan por hacer una pastelería de calidad. Hay gente que hace las cosas bien y que cada día trabaja más. Para mí, ese es el único camino para ser un pastelero. Para vivir de este oficio hay que ser muy bueno y hacer las cosas con mucho cariño, con muchas ganas y con mucha ilusión.
Nieves de la Encarnación Avilés tenía entonces 9 años. Llegó a Badajoz directamente desde el centro de menores de Trujillo. Cuando cumplió la mayoría de edad, su madre de acogida le preguntó qué quería hacer. «Quedarme contigo», le contestó.
No hay ningún papel que les vincule, pero para Nieves, Egipcíaca (su acogedora) es su madre, y para Egipcíaca, Nieves es su 'niñita'. Casi 20 años viviendo juntas han forjado ese sentimiento, al margen de la sangre y los apellidos.
Ella fue una de las menores que pudo pasar parte de su infancia y su adolescencia en una casa de acogida, una alternativa a los centros de menores muy minoritaria aún en la región. En toda Extremadura, solo hay 19 familias dispuestas a abrirles las puertas de su casa a los niños que están bajo la tutela de la Junta.
«El cambio no fue fácil. Venía de un centro de menores, en el que solo tenía contacto con el mundo exterior para ir al colegio, a las actividades extraescolares y cuando salíamos los fines de semana que nos tocaba. No sabía relacionarme con la gente ni comportarme en la sociedad, pero me esforcé porque no quería volver atrás».
Hasta entonces, a Nieves eso de la estabilidad familiar le parecía una quimera. Con seis años, a su hermano (casi cuatro años mayor) y a ella, le apartaron de su madre biológica. «No podía cuidarnos. Tenía un trastorno bipolar, unas veces estaba bien y otras mal, pero llegó un momento en el que ya nunca estaba bien. Mi padre tampoco podía hacerse cargo de nosotros, era pastor de ovejas y se pasaba la mayor parte del día en la finca en la que trabajaba».
Campaña de acogida
- En Badajoz.
- Cruz Roja ofrecerá una charla informativa, hoy, a las 12 horas en la biblioteca pública Bartolomé J. Gallardo.
- En Cáceres.
- La charla informativa será el día 16 de mayo, a las 18 horas en la biblioteca pública Rodríguez Moñino/María Brey.
- En Mérida.
- Será el día 17 de mayo, a las 18 horas en la biblioteca pública Delgado Valhondo.
Llegó entonces su primera familia de acogida, en Gargáligas, para ella y su hermano (sus padres pidieron que no les separaran). «No recuerdo cuánto tiempo estuve allí, no sé si llegó al año.Pensé que esa sería mi nueva familia pero no salió bien porque mi hermano no se comportó y nos mandaron a los dos al centro de menores de Trujillo».
De este periodo tiene lagunas, que no quiere llenar. «No me gusta mirar atrás». No recuerda ningún cumpleaños, ni Navidades... apenas que a la mínima que le decían algo contestaba con un «guantazo», que su madre biológica la iba a ver y que hizo la comunión en el centro de menores. Conserva el álbum de fotos y pese a ser poco dada a darle cancha a la nostalgia, son las únicas imágenes que no tiene guardadas en una caja.
«No es un sitio para crecer»
«El centro de menores no es un sitio para crecer ni para estar ni uno ni dos ni tres años. Los educadores sociales me querían mucho, pero había cuatro más el director del centro y el vigilante de seguridad para muchos niños, que lo único que pedíamos era que nos hicieran caso».Entonces en Badajoz, Egipcíaca Pizarro, una filóloga que hoy es profesora de lengua y literatura en el IES Campos de San Roque de Valverde de Leganés, quería acoger a una niña que tuviera entre 8 y 10 años. «Yo cumplía los requisitos pero mi hermano no podía venir conmigo. Me preguntaron si quería irme con ella y dije que sí, yo quería salir del centro de menores a toda costa».
Nieves encontró una casa, la estabilidad que necesitaba y, sobre todo, –reitera– «una persona que me cuidaba y me protegía solo a mí. Al principio era una extraña, pero en menos de un año ya le llamaba mamá, cuando me acostumbré a estar en familia».
Tuvo que aprender a dormir sola. «No podía dormir por las noches porque en el centro de menores siempre estaba acompañada y mi madre tuvo que venirse a mi cama hasta que conseguí quitarme ese hábito».
No fue lo único a lo que tuvo que acostumbrarse. «Al principio me costaba mucho relacionarme con la gente. Si veía a uno que tenía un ojo 'pa allá' le decía tuerto en su cara y mi madre me corregía. También me costó mucho no pegarme con nadie y estudiar, que no me gustaba, pero me esforcé porque quería quedarme con ella».
«Encontré estabilidad y una persona que me cuidaba y me protegía solo a mí»
Su madre –resume– le ha enseñado a
vivir en la sociedad y también «a querer a la gente. Ahora doy abrazos,
pero antes ni los daba ni dejaban que me los dieran, me decían que era
una hedionda». No en vano, sigue siendo desconfiada y por eso, procura
no bajar la guardia con extraños. Aguanta el llanto cuando habla de los
años que pasó antes de llegar a su casa de acogida, hasta que tiene que
hablar de la muerte de sus padres biológicos, su talón de Aquiles.Al año de estar en Badajoz, tenía una visita concertada con su padre –en el régimen de acogimiento familiar los menores mantienen los vínculos con su familia biológica–, pero nunca llegó. Lo encontraron muerto. Ella sigue sin entenderlo.
De su madre sí recibió varias visitas, la esperaba en la estación de autobuses y pasaba el día con ella. Pero su enfermedad empeoró y la ingresaron en el psiquiátrico de Plasencia. «Se tragó una percha metálica y aunque se la sacaron, le desgarró la membrana del corazón. La fui a ver a la UCI de Cáceres, es la última imagen que tengo de ella». Tenía 16 años. «Me dolió mucho y me sigue doliendo. Sé que no los voy a volver a ver. Bueno, sí voy a verlos al cementerio, pero aún no lo he asumido».
Dice que nunca ha ido a psicólogos, que esa ayuda se la daba una amiga de su madre, profesora de matemáticas, que era la que la aplacaba cuando en sus momentos de rebeldía, ni entraba en razón ni quería saber nada del mundo.
Hoy dice que es feliz. «Mi madre es quien más me ha cuidado y quien más me quiere y yo a ella también. Me ha dado una buena vida, donde no me ha faltado de nada y lo sigue haciendo. Y su familia es la mía, mi abuela, mis tíos, mis primas...».
A sus 28 años tiene claro que no quiere tener hijos. «Solo quiero acoger a niños que estén en centros de menores».
TITULO:
¿Te lo vas a comer ? - Cocina -Los mortales no conocemos la tele,. ,. Alberto Chicote ,.
El miercoles -15- Mayo a las 22:30 por La Sexta,fotos.
Los mortales no conocemos la tele,.
Miquel Guarro,.
El pastelero es miembro del jurado de 'Bake Off', el programa que Cuatro emite el domingo. «Lo importante es que se hable de pastelería en la calle», dice,.
«Mi abuela hacía tartas gigantes en mi casa, y yo me levantaba cada mañana para cocinar con ella». Eso es lo que le encantaría decir a Miquel Guarro (Piera, Barcelona, 29 años), miembro de jurado de 'Bake Off España', el programa que el domingo, a las 21:30 horas, emite Cuatro. «Pero no es así», confiesa el actual jefe de pastelería de la Escuela de Hostelería Hofmann de Barcelona. Lo que sí es cierto, es que en su casa «siempre se le daba mucha importancia a la comida». «En lugar de tener una videoconsola había una merluza fresca en la mesa, y la bollería y las tartas eran siempre de pastelería», dice el especialista en postres, que fue contactado por el programa a través de las redes sociales.- ¿Es cierto que le propusieron este formato por redes sociales?
- Sí, sí. Me dijeron que habían visto mi trabajo y que tenían una propuesta para hacer un programa de tele. Luego hicimos un 'casting'. El sector es muy pequeño y al final todos somos colegas. La verdad es que se preocuparon de buscar un buen nivel de pasteleros del país que hicieran bien las cosas. Al final resultó que yo encajé, y tiramos para delante.
- ¿Qué fue lo que le motivó a aceptarlo?
- Para mí, lo importante es que se hable de pastelería en la calle. Y un programa en la tele, ya sea poco o mucho, favorece eso y es interesante. Mi idea era la de acunar el oficio y enseñárselo al público en general.
- ¿Conocía la versión del formato de otros países?
- Conocía la versión francesa. La había visto alguna vez antes de que me llamasen para formar parte de la española.
- ¿Llegó a pensar que eso podía ocurrir?
- Para nada. Nuestro oficio al final va de estar muchas horas encerrado en un obrador trabajando sin parar, y no te planteas estas cosas. Tu día a día es preocuparte de si la producción que estás haciendo de 'mousse' va a estar bien o no, de otras cosas, no de si te van a llamar de la tele. No va así.
- ¿Y qué tal resultó?
- Muy bien. No miento si digo que cuando te llaman de algo así te hace ilusión, pero también lo miras con un poco de distancia. No sabes en qué mundo te vas a meter. Los mortales no conocemos lo que es la tele y lo que hay detrás. Pero luego te das cuenta de que hay un equipo gigante de profesionales.
- Con Jesús Vázquez al frente.
- Sí, y ha sido fantástico. Es un hombre que lleva toda la vida en la tele, que lo has visto y te parece majete, pero no sabes cómo va a ser luego en persona. Y es un ángel. Nos ayudó muchísimo, nos explicó cómo era la tele desde dentro, y nos enseñó todos los entresijos. Nos ha quitado los miedos. Ha sido un guía espiritual para nosotros.
- ¿Es de los que evita verse en televisión?
- No, no. Me veo siempre. Es una manera de mejorar. Cuando haces pasteles, los pruebas, los repites, los revisas. Pues el programa igual. Hay cosas que puedes corregir una vez visto el producto, y a veces me veo tics que no me gustan.
Un mundo distinto
- ¿Repetiría en una segunda temporada o en otro formato similar?- Si es una cosa seria en la que a la pastelería se la trata con el respeto que merece y se le da divulgación, sin ninguna duda. Aquí lo he pasado muy bien. Fue una experiencia divertida e interesante en la que aprendí cosas interesantes de un mundo muy distinto.
- ¿Cómo empezó en el mundillo?
- Mi padre era amigo del pastelero, que a veces nos subía al obrador. Ahí diría que me picó el gusanillo, y cuando tuve que elegir si seguir estudiando o hacer otra cosa, yo tenía claro que era mal estudiante, y tiré por un oficio del que me atraía la idea de jugar con ingredientes para construir cosas.
- ¿Y cómo ve la situación de la pastelería en España?
- Hay una gran cantidad de profesionales de un altísimo nivel. Somos un país pionero en la alta pastelería, pero eso después no se ve reflejado en las calles. Aunque llevamos una mejoría desde hace unos diez años. Hay pequeños valientes que abren sus negocios y apuestan por hacer una pastelería de calidad. Hay gente que hace las cosas bien y que cada día trabaja más. Para mí, ese es el único camino para ser un pastelero. Para vivir de este oficio hay que ser muy bueno y hacer las cosas con mucho cariño, con muchas ganas y con mucha ilusión.
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