La sonrisa del pelícano - Esta noche cruzamos el Mississippi - Crónicas marcianas - Gracias a vosotras ,. / Vivan los novios - Telecinco - El hombre averiado,. / Cine de barrio - Cine - Marisol rumbo a Río.
TITULO: La sonrisa del pelícano - Esta noche cruzamos el Mississippi -
Crónicas marcianas - Gracias a vosotras ,.
La sonrisa del pelícano ,. La sonrisa del pelícano fue un programa español de televisión emitido por Antena 3, Presentado y dirigido por Pepe Navarro,.
Esta noche cruzamos el Mississippi,. Esta noche cruzamos el Mississippi fue un programa de televisión producido y presentado por el periodista Pepe Navarro y emitido por la cadena españolaTelecinco entre el 18 de septiembre de 1995 y el 10 de julio de 1997. Se emitía de lunes a jueves en la franja del late night., etc.
Crónicas marcianas ,.
Crónicas marcianas fue un late show de televisión, producido por Gestmusic Endemol y emitido por la cadena españolaTelecinco entre 1997 y 2005. Estaba dirigido y presentado por Javier Sardá
y contaba con Miquel José y Jordi Roca, con quienes Sardá había creado
La Ventana en la Cadena SER, como subdirectores y guionistas.
Es el programa de late night más longevo y más visto de la historia de la televisión en España.1 A pesar de ser considerado por muchos como uno de los máximos exponentes de la llamada telebasura en España, obtuvo multitud de premios, como un Ondas, dos de la Academia de la Televisión y seis TP de Oro., etc.
Gracias a vosotras,.
foto / Irene Monterio, con su cartera de ministra de Igualdad.
Los
fotógrafos dieron las gracias a Irene Montero tras posar con su cartera
en la puerta de la Moncloa y ella, muy amable: «Gracias a vosotras».
Pero se dio cuenta de que eran todos (o casi todos) hombres y tuvo que
decir «vosotros». No se desintegró ni se convirtió en estatua de sal.
Fue una forma estupenda comprobar cómo el lenguaje inclusivo puede ser a
veces ridículo. Lo normal es que sea sólo feo.
Es maravilloso
cuando te restriegan que concejala, jueza o fiscala son términos
aceptados. Otra cosa es que sean aceptables o necesarios cuando un
artículo delante es suficiente para que sepamos si es masculino o
femenino. Tampoco tenía que venir la RAE a aclarar que Consejo de
Ministras no es gramaticalmente correcto. Es, sobre todo, una
mamarrachada. «Para aludir a un grupo mixto, lo normal es usar el
masculino, género no marcado que engloba en la referencia a hombres y
mujeres». Da igual. Para qué vamos a discutir de esto o de lo otro con
quien no se puede. Preferiría que me llamaran puta a que me llamaran
fiscala.
Pero soy muy partidaria de que el Ministerio de Igualdad
no admita hombres como altos cargos. Aunque lo mismo deberían cambiarle
el nombre por Ministerio de Resarcimiento, Compensación y just you
wait, Henry Higgins. También muy partidaria del nombramiento de Beatriz
Gimeno, directora del Instituto de la Mujer. No puedo ser otra cosa que
fan de alguien capaz de escribir: «En aquellos países donde la Iglesia
(o las iglesias) forman parte normal del ámbito de las libertades, nadie
siente la necesidad de quemarlas. Pero este no es nuestro caso. El
aborrecimiento profundo que muchas personas sentimos aquí por la Iglesia
Católica se lo ha ganado esta a pulso». Y esto no está escrito en los
años 30 del siglo XX sino en 2013. Por favor, que no me quiten la
ilusión diciéndome que es un fake. Gracias, Irene.
TITULO:
Vivan los novios - Telecinco - El hombre averiado ,. Vivan los novios - Telecinco ,.
foto / Los ministros quieren que duremos como un Lada soviético.
Las neveras y las personas son fabricadas con fecha de caducidad,.
La
vista y el oído son como la lavadora y la nevera: aparatos con
obsolescencia programada. Los electrodomésticos vienen de fábrica con
una pieza misteriosa que, al cabo de un periodo razonable, falla,
entonces llamas al servicio de averías y te dicen que sale más barata
una lavadora nueva que arreglar la vieja. Y así va tirando el mercado de
los aparatos y no cierran las fábricas. No sé si esto es una realidad
científica o una leyenda urbana, pero lo cierto es que los lavavajillas,
las planchas, los hornos, las tostadoras, las sandwicheras y hasta los
molinillos de café, llega un día, programado o no, en que dicen basta y
tienes que renovarlos sí o sí.
Con los sentidos de la vista y del oído sucede algo
parecido. Es como si nos hicieran en una fábrica de Mondragón o de
Düsseldorf y programaran nuestra obsolescencia: a partir de los 45 serás
incapaz de leer los prospectos de las medicinas y tendrás que comprar
unas gafas para ver de cerca. Además, como ver lo que está muy cerca no
es lo mismo que ver lo que está alejado, convendrá que tengas unas gafas
con lentes progresivos que cuestan una pasta, pero te harán la vida tan
cómoda como te la hacen la lavadora y la nevera.
Con el oído pasa igual, aunque
ahí, la obsolescencia suele estar programada para más tarde y suele
aparecer entre veinte y treinta años después que la de la vista. Pero
también llega y entonces has de acercarte a una tienda de audífonos,
donde solucionan tu avería con unos aparatos, cada vez más diminutos y
sofisticados y cada vez más caros.
Para más inri, en el caso de la presbicia, la programación de la
obsolescencia es tan sofisticada que cada tres o cuatro años aumenta la
avería y eso significa que has de cambiar de gafas y volver a hacer una
inversión. Lo del oído es menos gravoso y basta con hacer pequeños
ajustes a medida que vas perdiendo calidad de audición.
Afortunadamente, el gusto, el tacto y el olfato, aunque pierdan
precisión, no se averían por sistema y hay que reconocer que no todos
los conductos auditivos vienen con obsolescencia programada. A veces, a
algunos humanos parece que nos han hecho en la Rusia comunista, donde
fabricaban unos aparatos bastos, feos y austeros, pero que no tenían
programado el tiempo de uso y no se estropeaban nunca. Pero ya ven cómo
acabó la URSS, así que habrá que convenir que lo de la obsolescencia
programada es una de las claves para que funcionen las sociedades y los
sistemas, es decir, el capitalismo, que ya sabemos desde hace un tiempo
que sistema solo hay uno y aunque tenga pequeñas o grandes averías,
siempre las arreglan.
Esto de la obsolescencia programada es la clave de la existencia.
De hecho, la muerte no deja de ser eso: nos construyen con mecanismos
preparados para fallar y así, de avería en avería, vamos por la vida
camino de la obsolescencia final y definitiva.
Unos años antes de que nos convirtamos en chatarra, se establece
por decreto que ya no somos tan eficaces como antes y, aunque nos
aguantan y no nos llevan al desguace, limitan nuestro uso, que es algo
así como esas lavadoras que no centrifugan bien, pero las aguantas un
tiempo o esos microondas que tardan tres minutos en calentar un café,
pero te resignas y los conservas por ahorro y hasta por cariño. A eso se
le llama jubilación y es un periodo contradictorio porque deseamos que
llegue, incluso a sabiendas de que a partir de ese momento muchos creen
que somos como ese teléfono móvil con más de dos años, es decir,
obsoleto, que sigue funcionando, pero la batería le dura poco y se apaga
cuando le da la gana.
La jubilación es una de las pocas obsolescencias que no vienen de
fábrica, sino que la decretan los gobiernos. Ahora tenemos un nuevo
ministro de obsolescencias y, como a sus predecesores, le encantaría
convertirnos por ley en uno de aquellos coches Lada soviéticos, feos y
toscos, pero indestructibles.
TITULO: Cine de barrio - Cine - Marisol rumbo a Río ,.
Concha Velasco presenta ,. Una semana antes de Los Juegos Olímpicos de Río, Cine de Barrio emite la película "Marisol rumbo a Río" y
recuerda a Marisol, a los intérpretes de la película y entrevista al
actor Leonardo Sbaraglia, que presenta su próximo estreno en España "Al
final del túnel",.
Marisol tiene una hermana gemela
llamada Mari Luz, que vive desde hace tiempo en Río de Janeiro. Tras
vender los muebles de su casa para poder comprar los billetes, Marisol y
su madre se trasladan hasta Brasil, anhelando un reencuentro que
resulta triste al comprobar que Mari Luz es una chica cursi y engreída.
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