Un país en la mochila - Ministros sin cartera ,. / AQUI HAY TRABAJO - El virus ,. / 80 cm' - 15 pueblos de Segovia para una escapada de fin de semana ,./ Hacer de comer - Chocolatada contra el cáncer y contra el frío ,.
TITULO: Un país en la mochila - Ministros sin cartera,.
Ministros sin cartera,.
foto / Catedrático
de Política Económica, antiguo militante del Partido Regionalista de
Francisco Cambó, hombre de especial bonhomía, catalán y uno de los
promotores del Pan de Estabilización que sacó al régimen de Franco del
despeñadero económico de la autarquía, Pedro Gual Villalbí es uno de mis
recuerdos entrañables de cuando apenas con un esbozo de pelusilla en el
bigote jugaba a politiquear. Jamás entendí qué pintaba aquel señor en
sucesivos gobiernos, con el enigmático título de «ministro sin cartera» y
que aparecía públicamente únicamente en caso de inundaciones,
terremotos o funerales de campanillas. «Ministro sin cartera» y en mi
tontorrona arrogancia me parecía de lo más chusco que pudiera
imaginarse, aunque inevitablemente, sintiera cierta simpatía por aquel
personaje sin nada más que hacer sino ser ministro de la nada. Pero,
como en tantas cosas, estaba equivocado y ahora pienso que don Pedro
había de ser, así de tapadillo, la persona más importante de aquellos
consejos de ministros presididos por el viejo general Franco -con
perdón- en los que imagino que cada uno hablaba mirándolo de reojo, por
si acaso fruncía el ceño, garantía de que el motorista calentaba
motores. Todos, pensaba yo, menos el bueno de don Pedro que el hombre
debía de aburrirse como una mona sin papel alguno ni cartera en donde
guardarlo.
Y, sin embargo, viendo la nómina del gobierno
actual llego a la conclusión de que ahora no hay uno sino múltiples
«Gual Villalbí», aunque disfrazados en la cursi terminología al uso
entre los politólogos que forman en las huestes de Iván el incorregible
porque eso de «sin cartera» se presta a confusión y alguien pudiera
entenderlo como «sin gabelas». Juzguen ustedes qué pueda concluirse tras
leer, entre la pléyade de ministerios con los que nos obsequió el a la
sazón presidente que existan ministros de «memoria democrática», «agenda
2030», «transformación digital», «transición ecológica y reto
demográfico», «movilidad y agenda urbana», «inclusión y migraciones» y
por fin la cacareada ministra consorte de «igualdad» que para aclarar
sus funciones cuelga en la fachada de su guarida ministerial la bandera
LGTBI, indicando que el resto, heterosexuales y demás escoria, ni somos
ni seremos nunca iguales. El innombrable general -ese que murió
creyéndose que había ganado la guerra- se conformaba con un ministro sin
cartera y además así, por derecho, sin disimulos ni carantoñas
ininteligibles: «Ministro porque me sale de los güitos y punto». Pero
las cosas han cambiado mucho y ahora es necesario disfrazar la cosa no
sea que parezca lo que es. Ya imagino la que debe de organizarse en tan
eximio colectivo cuando surja algún tema nuevo: «Mío, eso es mío»,
gritan al unísono tirando del asunto como posesos con la aviesa
intención de engrosar sus carteras vacías. «Yo lo vi antes». «Ah, se
siente». «Otra vez espabila» y así todo. Tras la cortina Iván se
retuerce de risa. «El ministro soy yo, a ver si os enteráis». Descanse
en paz don Pedro que por allí sobra la cartera.
TITULO: AQUI HAY TRABAJO - El virus,.
El virus,.
foto / Desde que uno tuviera la impagable fortuna
de ser alumno, Salamanca, del egregio profesor Rodríguez Villanueva, recién
egresado que estaba don Julio de Oxford, nunca me he llevado mal con los virus,
ya me entienden: la virología había sido su campo de trabajo en tan prestigiosa
universidad. Pero luego de lo dicho por el colaborador de este periódico, el prestigioso
doctor y profesor de enfermedades infecciosas, don Agustín Muñoz Sanz, a uno no
le queda nada que argüir de la parte científica de la cuestión: “Si la gripe se
llamara coronavirus, estaríamos todos con mascarilla”. Más claro, agua. Por si
faltaba algo para el euro, el profesor Muñoz ha afirmado, asimismo, perdón,
aseverado, que es como se dice ahora en el argot periodístico: “Siempre hay una
epidemia a mano para distraer la atención de los problemas reales”.
Yo no estoy muy seguro de que la intención
de los medios sea o no la de distraer la atención del personal (por ejemplo, de
la gloriosa recepción dada en La Moncloa al jefe de Estado de Cataluña), pero
de lo que sí estoy convencido es de que, dado el grado actual de saturación
informativa sobre el coronavirus, con el mismo sucederá igual que con otras
epidemias: cuando los casos se cuenten por cientos, que llegará, y aumenten asimismo
los fallecidos, la enfermedad ya habrá desaparecido de los medios. ¿Que no?
Siendo yo médico de la entonces prisión para
jóvenes de Cáceres, irrumpe de golpe un virus proveniente de África, el virus
del sida, que ese sí que se llevó gente por delante, jóvenes en su mayoría. Lo cual
que el gobierno de turno, primeros años ochenta, ante el elevado número de
reclusos portadores (no enfermos) de dicho germen, tomó la acertadísima medida
de reunirnos a los facultativos de la sanidad penitenciaria en un hospital de
Madrid, en donde, durante varias e intensas jornadas, fuimos instruidos por los
más reputados expertos. Al final, ante la falta de tratamiento, eran los primeros
momentos, todo quedó reducido al énfasis en la prevención, conocidas que eran las
vías de transmisión: relaciones íntimas y jeringuillas compartidas. O sea, todo
muy normal: dentro del aula, claro.
Pues bien, la primera televisión que te
encontrabas no hablaba de otra cosa, creando la sensación de que todo el mundo estuviese
en peligro de contraer la enfermedad. Y lo más curioso: eso sucedía cuando los
enfermos se podían contar con los dedos de una mano. Y aún no había muerto
nadie. Pasadas que fueran unas semanas, comenzó a producirse un fenómeno
paradójico: en la medida que iban aumentando los contagiados y los fallecidos,
iba disminuyendo la presencia de la enfermedad en los medios. De tal manera que,
cuando los enfermos comenzaron a caer como moscas, la enfermedad había
desaparecido de los telediarios. Salvo la noticia puntual de la muerte de algún
famoso, Freddie Mercury, por ejemplo. Pues eso justamente es lo que va a
suceder con el tan traído y llevado coronavirus: desaparecerá por ‘agotamiento’
informativo.
Cosas de la era de las comunicaciones (me
acuerdo yo de la que se montó con un virus que afectó a tres personas; y hasta
de Excálibur, el pobre perro que hubo de ser sacrificado).
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15 pueblos de Segovia para una escapada de fin de semana ,.
15 Pueblos con encanto en Segovia,.
Segovia
es una provincia que te invitamos a conocer en profundidad. Además de
su bellísima capital, la provincia segoviana contiene numerosos lugares
que merecen una visita y que te maravillarán.
Por eso, os lo queremos demostrar con este artículo, viendo hasta 15 pueblos con encanto en Segovia, ¡os invitamos a recorrerlos! / fotos,.
Desde Sensación Rural, queremos que conozcas algunos de los pueblos más bonitos de Segovia. ¡Estamos seguros de que te convencemos para visitarlos!
Conoce algunos de los pueblos con más encanto de Segovia
Así es, tienes mucho que ver en Segovia.
Aquí os mostramos diferentes pueblos que lo demuestran, situados en
enclaves naturales de gran belleza, con estilos arquitectónicos de
diversos estilos -¡e incluso colores!- o con un rico patrimonio
histórico. De hecho, cuatro pueblos segovianos se encuentran entre los pueblos más bonitos de España, ¡por algo será!
Sin más dilación, os mostramos 15 de los pueblos más bonitos que ver en Segovia. ¿Los conocías todos?
1. Pedraza
No cabe duda de que Pedraza
es uno de los pueblos con más encanto que puedes ver en Segovia. Una de
las localidades más turísticas de la provincia por méritos propios. La
historia de esta villa se debe a la gran fortaleza que surgió en el
siglo XIII, en torno a la cual se desarrolló el resto de
construcciones. Gracias a su magnífico estado de conservación, hoy en
día podrás seguir disfrutando de ese especial ambiente medieval que se
respira en Pedraza, ¡asegurado!
Declarado
como Conjunto Histórico-Artístico, Pedraza contiene numerosos
monumentos de interés, comenzando precisamente por el castillo del que
hablábamos, originalmente del siglo XIII y reformado en el XV, junto a
la villa. Otro de los lugares de interés es precisamente el único acceso
que tiene, la Puerta de la Villa, del siglo XVI. De igual manera,
puedes visitar la antigua cárcel, en la torre vigía, así como la Iglesia
de San Juan y, cómo no, la espectacular Plaza Mayor de esta preciosa
villa medieval.
2. Sepúlveda
Sepúlveda es
uno de los pueblos más bonitos de Segovia por muchos motivos,
comenzando por su magnífico entorno natural, en la entrada del Parque
Natural de las Hoces del Duratón, un lugar perfecto para realizar
diversas rutas senderistas. La localidad destaca por su singularidad, no
es un pueblo medieval más. Por ejemplo, su plaza mayor se encuentra
extramuros, ¿no os resulta sorprendente?
Pasear
por las calle de este precioso pueblo medieval es toda una maravilla.
No en vano, se ha mantenido intacto el trazado original desde el XI.
Entre otros edificios de interés que puedes conocer en Sepúlveda, se
encuentra la Antigua Cárcel, del siglo XVI, así como las iglesias de
Santiago o la de El Salvador, además de diferentes casas señoriales como
la Casa de los Palomares y Díaz o la Casa del Conde.
3. Ayllón
Si eres amante de la naturaleza, Ayllón
es un punto de partida único. Al encontrarse en la frontera con la
provincia de Soria, se encuentra entre parajes naturales como el Parque
Natural de Hoces el Río Riaza o el Parque Natural del Hayedo de Tejera
Negra. ¡Pero no solo eso! Ayllón, dada su importancia histórica, es hoy
en día una villa medieval repleta de numerosas casas señoriales y
palaciegas increíblemente bellas.
Te
recomendamos pasear por la Plaza Mayor para comprobarlo de primera
mano, caracterizada por sus soportales de madera. Entre los lugares de
interés de Ayllón, os recomendamos visitar el Palacio de los Contreras,
de estilo gótico y de finales del siglo XV, así como la Iglesia de Santa
María La Mayor, del siglo XVII, la Casa de de la Torre, o la Casa del
Ayuntamiento, un palacio del siglo XVII que pertenecías a los Marqueses
de Villena.
4. La Granja de San Ildefonso
Por diversos motivos, La Granja de San Ildefonso
destaca por ser uno de los pueblos con más encanto de la provincia de
Segovia. Como bien sabéis, el motivo principal es que aquí se encuentra
la majestuosa construcción del Palacio Real, edificado a principios del
siglo XVIII por órdenes del Rey Felipe V y que constituye una de las
obras de estilo rococó más impresionantes de nuestro país.
Además
de este edificio de gran interés, rodeado de un precioso parque
botánico y numerosas fuentes, La Granja de San Ildefonso destaca por
otras características, como por ejemplo su increíble entorno, en plena
Sierra de Guadarrama, o por incluir otros edificios de gran interés
histórico, como la Real Fábrica de Vidrios.
5. Maderuelo
Maderuelo
es un pueblo medieval único. Bordeado por el embalse de Linares del
Arroyo, en el Parque Natural de las Hoces del Río Riaza, se trata de uno
de los pueblos con más encanto de Segovia, algo que ya podrás comprobar
a primera vista, donde el agua, la verde vegetación y el impecable
estado de conservación de la villa deja una estampa que te enamorará.
Aun
hoy en día, podemos ver los restos de la antigua muralla del siglo XII
que rodeaba la villa de Maderuelo. De igual manera, puedes visitar
diferentes monumentos como la Iglesia de San Miguel, de origen románico,
o la Iglesia de Santa María, de estilo mudéjar. También te invitamos a
visitar la Ermita de la Vera Cruz, situada extramuros, además del
antiguo puente medieval.
6. Madriguera
Madriguera es
una pedanía de Riaza, una localidad segoviana que es santo y seña de
los pueblos de arquitectura roja de la Sierra de Ayllón. Como podrás
suponer, su principal característica y por lo que es sumamente
pintoresco es por sus casas construidas con piedra rojiza que le dan ese
toque tan singular, integrándose de manera perfecto en el entorno
arcilloso que le rodea.
Por
desgracia, también es un ejemplo de la despoblación del entorno rural
que sufre la provincia de Segovia. Te recomendamos visitar estas casas
acogedoras de una y dos plantas, con balconadas de madera, que sin lugar
a dudas te encantarán. Entre sus edificios, destaca sobradamente la
Iglesia de San Pedro, cuyo aspecto actual se debe a una ampliación
acaecida entre los siglos XVIII y XIX.
7. Cuéllar
Ya sabéis lo que nos gustan los pueblos medievales. Por eso, la inclusión de Cuéllar
como uno de los pueblos más bonitos de Segovia era toda una obligación.
Declarado como Conjunto Histórico-Artístico, la localidad segoviana
destaca por tener un triple recinto amurallado, que finaliza en lo alto
de un cerro. Algo prácticamente único, pero lo mejor de todo es que se
encuentran en un excelente estado de conservación. Por eso, te
impregnarás del ambiente medieval que desprende Cuéllar desde el primer
momento.
Además
de la impresión que genera esta triple fortificación, uno de los
elementos que le hacen a Cuéllar ser un pueblo tan especial es el
excelente conjunto de arquitectura mudéjar que atesora siendo, en este
aspecto, uno de los lugares de la Cuenca del Duero más interesantes para
una visita cultural. Un conjunto de impresionantes edificios que se
erigieron entre los siglos XII y XVII que os enamorarán. Algunos de
estos edificios son las iglesias de San Andrés, San Esteban o el Palacio
de Santa Cruz y el Arco de San Basilio. Tienes muchos lugares más que
ver en Cuéllar, ¡descúbrelo con tus propios ojos!
8. Sotosalbos
Sotosalbos es
un pequeño y encantador pueblo que se encuentra a los pies de la Sierra
de Guadarrama. Desde un primer momento, te sorprenderá esta pequeña
localidad con sus casas de piedra y arquitectura serrana. Un pueblo de
origen ganadero, como todavía podrás comprobar en algunos de los
rincones que todavía se conservan.
Además
de pasear por sus calles, en Sotosalbos puedes visitar la Iglesia de
San Miguel Arcángel, una increíble iglesia románica que se construyó
entre los siglos XII y XIII. Uno de los edificios de este estilo más
bellos que puedes ver en Segovia, ¡os lo aseguramos!
9. Turégano
Es probable que Turégano
fuera reconquistada al mismo tiempo que Sepúlveda, a mediados del siglo
X. Sin embargo, su primera constancia documental consta de principios
del siglo XII. Sea como fuere, lo importante es que hoy puedes visitar
algunos de los monumentos que se levantaron en esa y en épocas
posteriores. Sin duda alguna, si quieres volver al pasado, se trata de
uno de los pueblos con más encanto que ver en Segovia.
En
lo alto de un cerro es donde encontramos el mayor atractivo turístico
de Turégano. Se trata de su fortaleza, erigida en el siglo XII sobre
restos celtíberos. Una majestuosa obra que se conserva perfectamente y
que incluye la Iglesia Románica de San Miguel. También te recomendamos
pasear por las calles de Turégano y, en concreto por su Plaza Mayor,
donde encontrarás soportales de arco de medio punto, además de su
ayuntamiento, característico por el reloj que lo corona.
10. Coca
Como otros de los pueblos de Segovia que hemos visto anteriormente, la riqueza patrimonial de Coca
se debe a su importante enclave estratégico. En este caso, se trataba
de un lugar fundamental para la defensa de la Campiña Segoviana. Rodeado
de pinares, en un entorno natural privilegiado, se asienta esta
localidad bien conocida por su espectacular castillo.
Una
de las diferencias de este castillo es que no se encuentra en un cero,
sino en una llanura. El edificio más interesante de la localidad fue
construido en el siglo XV y es una de las muestras más impresionantes de
estilo gótico-mudéjar, dentro de la arquitectura militar. Otros de los
monumentos de interés de Coca son la Torre de San Nicolás, de estilo
mudéjar y que actualmente es un mirador, así como la Iglesia de Santa
María la Mayor, del siglo XVI.
11. Villacorta
La Sierra de
Ayllón es uno de los parajes más espectaculares de la provincia de
Segovia. Como ya hemos visto anteriormente, su terreno arcilloso es el
gran protagonista de algunos de sus pueblos, los denominados pueblos
rojos. Unos pueblos maravillosos donde queremos resaltar otro ejemplo
más: Villacorta. Además, y como hemos visto en otros
casas, se trata de un pueblo que corre el riesgo de quedarse sin
habitantes en breve, toda una pena.
Estamos
seguros de que te encantará conocer Villacorta y sus casas con
diferentes tonalidades rojizas, algunas de las cuales se han construido
en piedra y otras en adobe y entramados de madera. Entre sus lugares más
destacados, encontramos la Iglesia de Santa Catalina, un interesante
edificio de estilo gótico y artesanado mozárabe.
12. Valdeprados
Valdeprados
es una bella localidad segoviana que se encuentra prácticamente en la
frontera con la Comunidad de Madrid, en los aledaños del Parque Regional
de la Cuenca Alta del Manzanares, en parajes tan impresionantes como La
Risca de Valdeprados. Es precisamente la roca lo que le hace ser a
Valdeprados un pueblo tan especial, siendo el principal componente de
sus casas y construcciones. Una antigua villa que merece ser visitada.
Uno
de los monumentos más interesantes que ver en la villa de Valdeprados
es la Torre de su antiguo castillo, de titularidad privada, y que fue
levantada en el siglo XV. De igual manera, te recomendamos visitar la
Iglesia de Santa Eulalia de Mérida, un impresionante templo religioso de
estilo herreriano y construido a finales del siglo XVIII, único en la
zona.
13. El Muyo
Ya os hemos hablado de algunos de los
pueblos rojos de Segovia. Pues bien, el ejemplo de uno de los pueblos
más pintorescos que os ponemos a continuación corresponde a los pueblos
negros. El Muyo, una de las múltiples pedanías de
Riaza, es el mejor exponente de la arquitectura negra de la provincia
segoviana donde, a buen seguro, te encandilarán sus calles y casas
construidas a partir de la pizarra.
Te
impresionará como la pizarra es el elemento principal de las
construcciones de El Muyo, sobre todo en alzados y techos, además de su
encantadora austeridad, sin tan siquiera balcones en sus casas. Entre
sus edificios de interés, destaca la Iglesia de los santos mártires de
San Cornelio y San Cipriano, paradójicamente de techo rojizo.
14. Fuentidueña
Fuentidueña
es un pueblo con encanto que se enclava en la parte estrecha del Valle
del Río Duratón. Debido a su situación privilegiada, fue un enclave
estratégico fundamental durante siglos, fruto de la cual surgió un
recinto amurallado majestuoso y de un imponente castillo, a pesar de
estar en ruinas. Si visitas Fuentidueña, en seguida te darás cuenta de
ese encanto histórico, presente en muchos de sus monumentos.
Además
de visitar las ruinas de su castillo, probablemente erigido entre los
siglos XII y XIII, en Fuentidueña puedes visitar diferentes monumentos
como las ruinas del antiguo templo románico de San Martín o las del
Antiguo Hospital de la Magdalena, del siglo XVI. Otros lugares de
interés son el Ayuntamiento, antiguamente el Palacio de la Familia Lara,
así como el Palacio de los Luna, del siglo XV, o la Iglesia de San
Miguel, del siglo XII y de estilo románico.
15. Villacastín
Villacastín
es un bello pueblo que se encuentra en el sudoeste de la provincia de
Segovia. Una importante villa que, en la Baja Edad media, contenía un
núcleo muy habitado. Fruto de esta importancia, Villacastín tiene un
legado patrimonial muy amplio, razón por la cual hemos incluido a la
localidad dentro de este listado de pueblos con encanto. ¡Tienes que
visitar Villacastín!
De
entre todos sus monumentos, el más destacado es la Iglesia de San
Sebastián, un edificio construido entre los siglos XVI y XVII de gran
envergadura y que tiene una perfecta mezcla de estilos arquitectónicos
como el gótico, el renacentista e incluso herreriano. Otros edificios de
gran interés son el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles, del
siglo XVII, así como diferentes casas señoriales y palaciegas como el
Palacio de Los Madrazo, el Palacio de los Condes de Alba Real o la Casa
de los Pérez de la Concha.
Como has podido comprobar, tienes mucho
que ver en Segovia a través de algunos de sus pueblos más pintorescos y
llenos de encanto. ¿A qué esperas para conocerlos?,.
TITULO: Hacer de comer - Chocolatada contra el cáncer y contra el frío ,.
lunes -9- a viernes - 13- Marzo a las 13:25h, en La 1 , fotos,.
Chocolatada contra el cáncer y contra el frío ,.
La asistencia en la Plaza Alta, en un día desapacible, superó las expectativas de la organización,.
El
día invitaba a un chocolate caliente. Cielo nublado, temperaturas más
bajas que en días precedentes y algún sirimiri. Al resguardo del viento y
de la lluvia, en los soportales de la Plaza Alta, se ubicó este sábado
la mesa en la que vecinos del Casco Antiguo repartieron durante toda la
jornada chocolate, churros, perrunillas y bollos de leche.
El
goteo de gente fue constante. Muchas personas se acercaron porque
sabían que estaba programada esta chocolatada solidaria con el objetivo
de recaudar fondos para destinarlos a la investigación del cáncer
infantil. «Es un evento social de la ciudad y nos parecía importante
estar aquí y colaborar», exponía con el vaso en la mano uno de los
integrantes de Wailuku, comparsa que quiso estar presente en el evento
antes de acudir, por la tarde, a la convivencia carnavalera de Olivenza.
Sin
embargo, otros paseantes se encontraron de casualidad con la gente
desayunando o merendando en la plaza y decidieron hacer un alto en el
camino para coger fuerzas y colaborar con la causa. Incluso los
integrantes de algunos grupos que realizaban visitas guiadas por el
centro de la ciudad se separaban de sus compañeros para pedir una bebida
caliente.
Esto hizo que se superaran las previsiones y los
responsables de la iniciativa se mostraran satisfechos. «He bajado más
de una docena de veces a por chocolate y a por churros porque están
volando», decía antes de las once y media de la mañana uno de los
voluntarios que se encargaba de transportar las jarras de chocolate y
las bolsas de churros entre la churrería a A a a, que junto a la
asociación SOS Casco Antiguo organizó la iniciativa, y la improvisada
barra, que empezó a servir a las diez.
Detrás de las mesas, los
camareros voluntarios explicaban a los más despistados el motivo de la
cita y el destino que tendría el dinero recaudado. «Será entregado a la
Fundación San Juan de Dios, de Barcelona, que es de donde parte esta
campaña que se hace a nivel nacional», según Juan Pablo Rebolledo,
responsable de la chocolatada en Badajoz, que incidía en la cantidad de
colectivos y empresas que se habían animado a colaborar. «Le hemos
tenido que decir a marcas que ya no necesitábamos nada más, solo que
pasaran a tomar chocolate y a dejar su donativo», reconocía con una
sonrisa.
Así, entre todos, lograron recaudar casi 1.700 euros, que el lunes se ingresarán en la cuenta de la fundación.
Los juegos infantiles animaron el ambiente en la plaza. Se
trata del segundo año consecutivo que se celebra esta cita en la
ciudad. En 2019 se desarrolló en las inmediaciones de Leroy Merlín.
«Este año hemos decidido acercarla más a la ciudad y a un lugar tan
emblemático como la Plaza Alta, además nos resulta más sencillo todo
porque la churrería está aquí al lado», detallaba Rebolledo, que también
agradeció la colaboración de la pastelería La Cubana, que donó los
dulces.
A nivel nacional la de este sábado fue la tercera edición y
el objetivo, que se consiguió, era llegar a 1.200 puntos de venta de
chocolate en todo el país. «Se eligió ese número porque todos los días
se detectan 1.200 casos de cáncer infantil y adolescente», en palabras
del organizador.
«Hemos tenido mucho apoyo; incluso le hemos dicho a empresas que ya no necesitábamos nada, solo que vinieran hoy»
juan pablo rebolledo, organizador
A mediodía
había un gran ambiente en la Plaza Alta. La presencia de un animador
infantil ayudó a que los niños, que fueron muchos, estuvieran
entretenidos con diferentes juegos y música. Además, la amenaza de
lluvia no se cumplió hasta pasada la una de la tarde, hora en la que los
voluntarios tenían previsto recoger la mesa.
El cielo descargó a
la hora de comer, con mucha fuerza en algunos momentos, y por la tarde,
cuando a las seis se volvió a instalar a la mesa para reiniciar la
venta de chocolate y dulces, la tormenta ya había pasado.
Así,
hasta las ocho de la tarde mucha gente acudió hasta la barra solidaria
para merendar un chocolate con el que colaborar en la lucha contra el
cáncer. «Ha estado mejor la tarde que la mañana, hemos tenido varios
momentos de cola», informaba muy satisfecho Rebolledo al retirar la
mesa.
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