jueves, 26 de marzo de 2020

Juego de Niños - & Hoy me quedo en casa,. Sábado -28- Marzo ,./ LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - Primavera con rabietas ,. / EL CLUB COMEDIA - Sergio Fernández Meléndez,.

TITULO: Juego de Niños - & Hoy me quedo en casa . , Sábado -28- Marzo,.
 
 Juegos de niños,.

  Sabado  -28- Marzo a las 22:00 por La 1, fotos,. 
 
 Juego - & Hoy me quedo en casa .


& Hoy me quedo en casa,.

 

Manual de supervivencia para los confinados con niños por el coronavirus,.

La paciencia es el denominador común, pero las familias aplican estrategias concretas en función de la edad de los niños y niñas,.


Los niños y niñas dibujan para emprender la batalla contra el coronavirus.
Los niños y niñas dibujan para emprender la batalla contra el coronavirus.
El encierro en casa no está siendo nada fácil. Las familias con hijos lo saben bien. Los niños están programados genéticamente para correr, gritar, ir al parque, jugar con los amigos... El coronavirus los ha recluido y a las madres y los padres les toca sobrevivir y compaginar el encierro con el teletrabajo (en caso de que se pueda). De poco sirven los listados cucos que corren por las redes sociales sobre 'Las diez cosas guais que puedes hacer con críos'. Mucho más práctico es seguir los consejos de las familias que optan por no construir un muro de las lamentaciones sino por aplicar un manual de supervivencia.

Preescolares: barra libre de baile, chocolate y teta

Cuando todo esto termine, y terminará bien como rezan los balcones de medio país, las tesis doctorales sobre cómo sobrevivir X días (que no llegue a las tres cifras, por favor) encerrados en un apartamento serán tendencia. Empecemos por los terribles (¿temibles?) dos, la famosa adoslescencia. Aunque ninguna edad es buena para vivir algo así, hacerlo con un niño de preescolar, tiempo en el que ya no son recién nacidos pero aún cuentas su edad en meses, es una prueba de fuego para la maternidad y la paternidad. La parte positiva es que, una vez superado, todo tiene que ir a mejor. Pensar en ello funciona. Son niños y niñas que ya andan y corren, pero son poco ágiles, por no decir torpes, con lo que cada dos por tres están por el suelo, interrumpiendo con sus llantos esa llamada de trabajo que tanto te había costado concertar. ¿Lo más efectivo para solucionarlo en el mínimo tiempo posible? La teta, sin lugar a dudas. ¡Bendita teta! Después está la cara de circunstancias de aquel compañero de trabajo que te sorprende con el niño de 10, ¿12? kilos adosado al pecho en la enésima videollamada de la jornada, pero cualquier cosa por unos minutos de paz.
Quim Cerrato, de 4 años, ha aprovechado el encierro para empezar la carta a los Reyes.
Más allá de la infalible teta, si la criatura ya dejó esa etapa, o jamás pasó por ella, otro recurso testado es boicotear al hermano mayor. No hay nada más desestresante que derribar aquella construcción que su hermano pasó horas levantando o patear ese rompecabezas que empezaba a tomar forma. Si tampoco se tienen hermanos a los que fastidiar, existen alternativas. Vaciar librerías y estanterías de discos y libros y sembrar de cultura todo el salón les puede tener entretenidos durante un buen rato. Rato y medio, en función de la densidad de la librería en cuestión.
Sin dejar de rozar la delincuencia de baja intensidad, una alternativa para que los preescolares dejen de aporrear literalmente la puerta pidiendo calle, es meterles en la cocina y dejarles hacer cosas normalmente prohibidas. Efectivamente, comer chocolate. Las manualidades que circulan por Pinterest son ideales si se dispone de tiempo (es decir, papá y mamá no teletrabajan), un fondo de armario que ni el bazar más actualizado y, sobre todo, un niño superdotado. Un bebé de guardería con suerte sujetará un pincel y, si lo hace, ya puedes sufrir porque lo menos malo que puede pasar es que lo use para redecorar el sofá (otra opción, si no se le tiene demasiado apego). Lo que sí funciona es la música. Bailar es un 'win win', ellos disfrutan y tú te desestresas al son de un corro de la patata sorteando cuentos y peluches en el salón (El Petit Pop -no confundir con El Pot Petit, que también- es apuesta segura). Si nada de lo anterior funciona, la solución definitiva: la videollamadas con los añorados abuelos. Su droga.
Mikel Belategui, de 5 años, sabe que al coronavirus se le vence con vacunas.

Infantil: enhorabuena, es la mejor edad

Si tu hijo o hija tiene 5, 6, o 7 años estás de enhorabuena. Te ha tocado la mejor etapa para sufrir el encierro en casa. A esta edad son lo suficientemente pequeños para respetar tu autoridad y hacerte caso y lo suficientemente grandes como para hacerles comprender que estamos en una batalla y que ellos son los héroes. Además, tienen autonomía y pueden estar solos jugando en su habitación varios ratos al día. Los dibujos son imprescindibles. Con lápiz, rotuladores y acuarelas, como los dibujos que nos han mandado varias familias para ilustrar este reportaje. Dile que retrate lo que se le ocurra. Que imagine. Que pinte lo que le gustaría hacer cuando se acabe la batalla contra el Covid-19. Otra idea que no suele fallar son los juegos de construcciones tipo Lego. Cuantas más piezas para montar, mejor. Dile todo el rato lo mayor que es y lo bien que se está portando. Por más que odies el reguetón, ten en cuenta que a esa edad -misterio de la naturaleza o de la sociedad actual- es un género que arrasa entre los chavalillos (por suerte, no entienden bien la letra). No hay parque de bolas o fiesta de cumple infantil que no incluya en su repertorio 'Calma'. Así que repetimos consejo: baila con tu peque y ríete. Él te imitará.
Clara Forés, de ocho años, le ve la parte buena: "puedes aprovechar para hacer lo que quieras".
Como en todas las edades, es importante mantener rutinas. Levantarse a la misma hora, desayunar, recoger la mesa y la casa. Hay que lavarse los dientes, quitarse el pijama y ponerse ropa de casa (ellos solos).  Si sabes inglés, háblale en inglés. A ti no te cuesta nada y a ellos les divierte. Otro truco, déjale hacer cosas que le gustan. ¿Se quiere pintar las uñas? Perfecto. Que lo haga y de mil colores.
No le prives de sus amigos. Haz videollamadas con sus compañeros de clase. O mensajes de voz. Que escuchen y vean a sus colegas. Que los sientan.
Y sí, admitámoslo, otro truco que nunca -pero nunca- falla son las pantallas. Netflix, Filmin y otras plataformas tienen un catálogo inabarcable. ¿Es demasiado un par de películas al día? ¿Tres? Quizá, pero mira el lado positivo, estás convirtiendo a tu hijo en un cinéfilo.
Dibujo de Martina March, de 11 años.

A partir de 8 años: abraza la pantalla, no queda otra

Seguro que tu hijo y tu hija llevan mucho tiempo pidiéndote tu móvil para jugar. O el iPad. Incluso, el ordenador. Ha llegado la hora. Y todo se lo debes al coronavirus. Mamás, papas: abrazad la tecnología. Pero hacedlo con sentido común. Si tu chaval tiene 8 años y es adicto al judo, fútbol, natación y tenis ha llegado la hora de que le dejes usar más tiempo de lo habitual una consola. La Wii es ideal. Comprobado científicamente: se moverá tanto que acabará sudando.
Saca tiempo de debajo de las piedras para que el cierre escolar no le afecte académicamente. Eso también servirá de sana rutina. Dile que ya mayor y que tiene hacerse responsables de las tareas que mandan digitalmente los profesores. Insiste en la importancia. Te dirá que pasa. No te des vencido. Recuerda que las familias no son una dictadura, pero tampoco una democracia.
No todo va a ser pantallas y/o aburrimiento. Pídele que haga la comida contigo. Y no solo bizcochos y tortitas con nata. Ha llegado la hora de que sepa meter unos muslos de pollo en la olla y unas verduras para hacer sopa. El coronavirus es la oportunidad para que tu hijo de 11 años dé el salto a la madurez.
Dibujo de Laia Julve, 6 años, quien tiene muy claro que todo irá bien.

Adolescentes: capítulo aparte, ya estaban confinados

La adolescente se acerca con cara de indiferencia. Son las 22.00. Por el horario establecido en el hogar confinado (cinco personas de 4, 11, 13, 45 y 48 años), es el momento en el que debe entregar sus armas tecnológicas, que quedan custodiadas hasta la mañana siguiente. Con la desgana del preso que entrega su ropa al ingresar en la cárcel por vigésima vez, la adolescente deja el ipad sobre la mesa del comedor, en la que también coloca el móvil, boca abajo. Pero su hermano preadolescente (ella es la de 13, él el de 11) la denuncia: no es el móvil, es solo la carcasa. El móvil se lo llevaba escondido a su habitación. Descubierta, combina la sonrisa del pillo con insultos a su hermano y un rechazo general a la familia: "Sois horrorosos". Y se va a su cuarto.
El de la carcasa no es su mejor truco: a menudo emplea el de acercarse a la mesa, levantar el móvil de su madre y volver a dejarlo para que parezca que abandona el suyo. En sus días más hábiles ha logrado esconder el ipad. La adolescente pasa la mayor parte del día en su cuarto, en un confinamiento dentro del confinamiento. Pero antes de la crisis vírica ya lo hacía durante el fin de semana. Se encierra y estudia más horas que los opositores de notarías, o por lo menos asegura que dedica todo su tiempo a eso. Es cierto que a veces se le escapan comentarios sobre la última serie que ha visto.
Tomàs Forés, de 5 años, tiene claro lo primero que hará cuando pueda salir: ¡ir en bici!
No nos engañemos, enterremos el tópico que ha corrido estos días por las redes sociales, repletas de gente que se estremecía por tener que encerrarse con sus hijos en edad problemática: la adolescente es la que mejor lleva el confinamiento porque como siempre vive en conflicto, no le viene de uno, está mucho más preparada que el resto. Ella lo verbaliza de otra forma: "Para vosotros esto es distinto, para mí menos: yo siempre tengo problemas".
Entrando en su habitación, tiene tiempo de lanzar un comentario sobre su hermano, que hace deberes en contacto con compañeros de clase, vía 'hangouts': "Está copiando". Es la que menos necesidad tiene de vestirse para sentir que hace algo. Y duerme mejor que de ordinario. De hecho, está menos enfadada que en sus jornadas previas al coronavirus. No quiere que nadie hable de ella en un artículo y dedica una parte del día al tik tok. ¿Cuánto tiempo? "No quiero hablar contigo de esto". La adolescente y el preadolescente se han acostumbrado con rapidez a la escuela on line, y están visiblemente contentos por que, ahora sí, toda la familia almuerza y cena junta. "Pero no lo pongas, no quiero salir", proclama ella, dura y distante,.

 TITULO: LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE -  Primavera con rabietas ,.

Primavera con rabietas,.


Resultado de imagen de LUKE LUKE,.
Resultat d'imatges per a "primavera"
Resultado de imagen de LA PANTERA ROSASéptimo día de confinamiento sin pisar la calle. Abro la ventana a las siete de la mañana buscando mi dosis vital de aire fresco. Empieza la primavera y en Badajoz huele a tierra mojada. Me alegro y lamento no tener a la vista ningún campo reverdecido. Ahora envidio más que nunca las parcelas con gallinas. Tendré que conformarme con mi panorámica del Casco Antiguo desde un balcón a la otra orilla del Guadiana. La Alcazaba, la Torre de Espantaperros, Puerta Palmas y la cúpula blanca de la Concepción siguen en el horizonte, impasibles a la pandemia. Reconfortada por la ración de oxígeno visual, enciendo el portátil enfundada en uno de mis ahora escasos pijamas, decidida a aprovechar dos horas de absoluto silencio. El teletrabajo cunde el doble cuando mi hija de tres años aún dormita. Avanza la jornada desde la redacción doméstica y el frente de tareas e interrupciones se multiplica. Entran siete correos de golpe, suenan al unísono treinta avisos en el móvil y mi pequeña terremoto se alborota porque no encuentra la libreta de Frozen. Mi pacto tácito con Catherine L'Ecuyer y su mantra de reducir al máximo el uso de pantallas salta por los aires. Imposible concentrarse y digerir la velocidad de las cifras que muestra el mapa de España. Trato de actualizar un titular con el balance de positivos extremeños pero llama una vecina. Se ha fundido la luz del rellano y la señora me recuerda que el estado de alarma no suspende mis funciones como presidenta de la comunidad. Agotada y con un dolor nuevo donde termina la espalda. Maldigo la silla, tan boho chic como poco funcional. Ya me quedan pocas fuerzas para las manualidades con fieltro y la agotadora yincana improvisada en el pasillo. Al menos no tengo un hijo en Secundaria. El libro de Cercas sigue esperando.

 TITULO:  EL CLUB COMEDIA -  Sergio Fernández Meléndez,.


Resultat d'imatges de el monaguilloSergio Fernández Meléndez,.

Sergio Fernández - foto,.
Información personal
Nombre de nacimiento Sergio Fernández Meléndez
Otros nombres El Monaguillo
Nacimiento 20 de diciembre de 1973 (46 años)
Bandera de España Marbella (Provincia de Málaga, España)
Nacionalidad Española
Familia
Cónyuge Lola Plazas
Información profesional
Ocupación Humorista, presentador y locutor de radio
Canal Onda Cero
Disney Channel España
TVE1
Antena 3
Programas La Parroquia del Monaguillo
Un, dos, ¡chef! y El hormiguero
Seudónimo El Monaguillo Ver y modificar los datos en Wikidata
Web
Sitio web
Sergio Fernández Meléndez (Marbella, 20 de diciembre de 1973), más conocido como El Monaguillo, es un humorista, actor y presentador español.

Trayectoria

En 1995 comienza este a colaborar en distintos espacios de la por entonces joven cadena de radio Onda Cero, siendo en 1998 cuando se convierte en la pareja radiofónica de José Luis Salas en programas como Esto es lo que hay, Esta noche o nunca, La noche es nuestra (junto a Begoña Gómez de la Fuente), No son horas o Ábrete de orejas, este último en Europa FM.12​ Asimismo realiza numerosos programas especiales y retransmisiones para la emisora, además de intervenir en Otra movida con Florentino Fernández.
El puesto de finalista que obtiene en 2001 por su participación en el tercer certamen de monólogos de El club de la comedia hace que comiencen a lloverle ofertas, empezando a recorrer toda la geografía española con un espectáculo al que denominó Ciudadano cinéfilo. En 2006 publica un libro titulado Las fábulas del Monaguillo, que cuenta con una serie de monólogos, algunos de los cuales son adelantados en No son horas antes de la salida del libro.3
Durante el verano de 2008 colabora en El método Gonzo, siendo el encargado de contar las noticias más curiosas que sucedían en el mundo. En septiembre de 2008 crea en Onda Cero La Parroquia del Monaguillo, programa en el cual dará cabida al humor que siempre le ha caracterizado con la copresentación de Arturo González-Campos.4
En el 2009, es el año en que publica su segundo libro, esta vez junto a su compañero de programa, de título ... Y líbranos del mal humor, amén, que recoge, además de sus mejores monólogos, las llamadas más divertidas de los oyentes de La Parroquia y las parodias que éstos hacen de personajes famosos.4
En 2010 estrenó, de nuevo junto a González-Campos, su representación teatral Vivir así es morir de humor en el Teatro Infanta Isabel.4​ El tercer libro del Monaguillo, segundo del dueto con González-Campos, lleva por nombre Tonto el que lo lea, con ilustraciones de Agustín Jiménez.
Entre 2013 y 2014 trabaja en el espacio de humor Se hace saber (TVE) junto a Goyo Jiménez, Leo Harlem, Agustín Jiménez, Arturo González-Campos y Berta Collado. Participó como colaborador en el podcast cultural sobre cine, Todopoderosos.
Actualmente participa en el programa El hormiguero 3.0 de Antena 3.
A finales de 2016 protagonizó junto a Josema Yuste y Alfredo Cernuda la obra de teatro Taxi, adaptación de Run for your Wife de Ray Cooney.5​ En 2018 salió de gira por España con la obra.6
En 2020 participa como concursante de la octava temporada de Tu cara me suena. 78

Libros

Las obras literarias de Sergio Fernández son las siguientes:2
 


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