TITULO:
Viva la vida - Asier Villalibre, el búfalo trompetista que reventó la final de la Supercopa ,. - ,.SABADO -23- Enero,.
El sabado -23- Enero a las 16:00 por Telecinco , foto,.
Asier Villalibre, el búfalo trompetista que reventó la final de la Supercopa,.
El sorteo te empareja en semifinales con el Real Madrid y con el Barcelona en una hipotética final y tú metes la trompeta en la maleta. No vaya a ser que la tengas que sacar a pasear en el césped de La Cartuja para amenizar la espera de la entrega del trofeo de campeón. Hay que ser un mito. Hay que ser Asier Villalibre. Lo tiene todo para ser un ídolo de masas, desde la actitud hasta la barba. Un fenómeno que reventó la Supercopa y que enamoró a la audencia.
Es difícil resumirlo mejor que Ibai Llanos ("Asier Villalibre ha metido un gol en el 90 para forzar la prórroga, Messi le ha pegado una hostia, ha ganado la final, lo ha celebrado tocando la trompeta, aparenta 39 años teniendo 23 y cuando le toca una carta tocha en el FIFA me lo enseña por Instagram. Es el mejor del mundo"). Si Villalibre se quiere enmarcar un recuerdo de la Supercopa va a tener que elegir una pared grande. Porque tiene la foto del gol, en el minuto 90, el 2-2 que dio vida al Athletic. La del trofeo, claro. Y la de la trompeta, haciendo saltar a todos los compañeros otra vez. Las imágenes de la que montó en Sevilla hablan por sí solas. Y si no, habla él. "Se ha enfadao", dijo para explicar la agresión de Messi.
Asier Villalibre ha metido un gol en el 90 para forzar la prórroga, Messi le ha pegado una hostia, ha ganado la final, lo ha celebrado tocando la trompeta, aparenta 39 años teniendo 23 y cuando le toca una carta tocha en el FIFA me lo enseña por Instagram.
Es el mejor del mundo
Esa naturalidad, la de un chaval de 23 años que tan pronto juega al FIFA y se divierte con sus colegas streamers como marca en el minuto 90 de una final el gol que abre la puerta de la prórroga y de la gloria, es la que encumbra a un futbolista llamado a ser el '9' del futuro en el Athletic. Delantero de la casa, nacido en Gernika y enraizado en el vestuario, en el que ha nacido incluso una banda de música.
Orsai, formado por Lekue, Mikel Vesga, Óscar de Marcos, Balenziaga, Dani García y el propio Villalibre, es una grupo de música que sus integrantes usan para desconectar del fútbol, para cambiar de ambiente y para crear lazos fuera de un vestuario más de amigos que de compañeros de equipo. Un segundo hogar en el que suavizar esa imagen de tipo serio que voló por los aires en La Cartuja.
Lo que no viste de la final del Barça vs Athletic
"Ensayamos todas las semanas, tenemos un profesor...se ha convertido en un hobby muy serio y muy bonito. Ahora ya tocamos bastantes canciones, algunas de Fito. Votamos las que más nos gustan y las tocamos", dijo en el confinamiento.
Villalibre llegó a Lezama destacando por su habilidad y por su físico. De aquella época le viene el apodo de Búfalo. "Fue Txus (Gojenuri), mi primer entrenador en Lezama. Entonces les sacaba una cabeza a mis compañeros. Me decía que embestía a los demás. Me empezó a llamar 'Búfalo' y ahora todo el mundo lo hace así", explicó en una entrevista. Escaló en la cantera hasta el Bilbao Athletic y empezó un viaje por toda la geografía peninsular que le llevó al Numancia, al Valladolid y al Lorca antes de regresar a casa.
La Supercopa le sube a un trampolín, futbolístico y mediático. Lo tiene todo para triunfar, porque tiene la imagen, tiene el gancho y tiene el fútbol. Tras la gloria le toca demostrar que también tiene la regularidad. El Búfalo embiste con dos referentes en su oficio: "Ojalá tuviera el remate de Aduriz. Es muy listo para rematar. Si lo hace es difícil que falle. Y de Luis Suárez me gusta ver cómo aprovecha el espacio y lo bien que lo juega". A Aduriz ya le ha hecho feliz. Como a todo Bilbao. Y esto es sólo el inicio. Ahora viene lo difícil. Coger aire, inflar los mofletes y no fallar ni una nota.
TITULO: VIVA LA VIDA - El presidente de la FEF, Luis Rubiales , DOMINGO -24- Enero.
El domingo -24- Enero a las 16:00 por Telecinco , foto.
El presidente de la FEF, Luis Rubiales ,.
Rubiales, baja de última hora en la final de la Supercopa,.
El presidente de la FEF permanece confinado porque un contacto directo en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas ha dado positivo por covid.
La Federación Española de Fútbol ha informado este sábado que su presidente, Luis Rubiales, no podrá estar en el palco de La Cartuja para presenciar la final de la Supercopa de España que este domingo disputarán el Barcelona y el Athletic Club debido a que un empleado del máximo organismo del fútbol español y contacto directo del alto dirigente ha dado positivo por covid. Tampoco pudo acudir a la final de la Supercopa Femenina entre el Atlético de Madrid y el Levante en Almería.
Tanto el presidente como los empleados más cercanos a la persona que ha dado positivo, han mantenido estrictamente y en todo momento las medidas de seguridad y protección, tal y como establecen los protocolos de salud. A todos ellos se les han realizado pruebas de antígenos y PCRs, tanto antes como después de conocer el positivo del trabajador federativo. Todos han dado negativo en los PCRs y en los antígenos, según informó la FEF..
«Dada la situación actual en la que debemos tratar de actuar de la manera más prudente y ejemplar, cumpliendo escrupulosamente los protocolos, el presidente y el resto de los empleados cercanos al positivo en covid, permanecerán confinados durante los próximos días», explicaron en un comunicado desde La Ciudad del Fútbol.
Por ello, Rubiales causó baja para las finales de este torneo que organiza la FEF. Debido a su ausencia, el trofeo que premia al campeón será entregado en La Cartuja sevillana por Elvira Andrés, vicepresidenta del organismo con sede en Las Rozas (Madrid).
Disculpas al Real Madrid
La ausencia de Rubiales se supo horas después de que públicamente el dirigente se disculpase ante el Real Madrid por un error en la realización televisiva que impidió ver la jugada que revisó el VAR a última hora de la semifinal ante el Athletic por un supuesto penalti que no lo fue. Mientras en televisión se repetía una acción con Sergio Ramos, la jugada en cuestión correspondía a un despeje en plancha de Unai Núñez que le golpeó en el hombro.
«No se vio y fue un error que no se viera; se tenía que haber podido ver en directo. La parte positiva es que, tras revisarlo, parece que no es penalti», comenzó diciendo Rubiales. «Yo no suelo hablar de estas cosas, pero es verdad que se tenía que haber emitido y que fue un fallo de realización. Cuando uno hace algo mal, hay que pedir disculpas. Ocultarlo es una tontería, me hubiera gustado que se viera en ese momento. Hay que ser autocríticos, analizar el error y mejorar», añadió el presidente.
TITULO: Ese programa del que usted me habla con - Sin acritud,.
El martes -19- Enero por La 2 a las 21:30, foto,.
Sin acritud,.
Quiero creer que las acusaciones de las que somos objeto son producto de la desinformación y no una vía espuria de atacar a quien no se puede de otra forma, la valiente, la honesta, con la denuncia formal por delante si hay motivos para ello,.
Ocho menos cinco, el aparcamiento del consultorio está sólo, aunque Marisa, la celadora que acaba de empezar –mal tiempo para cambios, pero las plazas para atender pequeños consultorios locales, reliquia de anteriores sistemas, las dotan los Ayuntamientos– ya ha llegado, tiene las luces encendidas, los teléfonos preparados, ha colocado, Hará unos diez años el periódico de mi digna dirección, que se dice, cedió sus dependencias al Consejo General del Poder Judicial para la celebración de un encuentro organizado por su entonces portavoz Gabriela Bravo. Bien entrada la jornada se me informó de que cuando se me indicase debía entrar al salón y formular alguna pregunta no publicable sobre las relaciones entre la prensa y la Administración de justicia. Ni que decir tiene que, aunque no daba crédito a la embarcada y al papel que me había otorgado en el reparto, cumplí con mis obligaciones de anfitrión con la mejor de mis sonrisas. Entré en escena cuando se me ordenó. Me senté en la última fila. A una indicación suya me interesé, en mala hora, pero sin acritud, por la discrecionalidad de las filtraciones judiciales. Y ahí se me fueron las ganas de plantearle una segunda cuestión porque se puso como un basilisco. ¿Filtraciones judiciales? Qué le has dicho. No me contestó. Me escupió negaciones con un corporativismo y una altanería tales que, si en lugar de ser un trabajador por cuenta ajena, hubiera sido el dueño de la publicación les aseguro que habría llamado al guarda para que la pusiera de patitas en la calle. «Forasters vindran...». «Anda y que te ondulen con la permanén». Así es que el día en que Ximo Puig la nombró consejera de Justicia, Gobernación, etc. me dije: Éste no sabe lo que se ha metido en casa. Menos declarar la guerra a Andorra, las ha hecho de todos los colores. Riñó con el entonces consejero de Transparencia M. Alcaraz por un asunto de competencias. Con Mónica Oltra, por dárselas de zarina, cuando no de rasputina metomentodo. Y con Ana Barceló, por esos hospitales de campaña que ella compró y que la consejera de Sanidad, con buen criterio, todavía no ha utilizado para nada. Es decir que se ha indispuesto con la mitad del gabinete que le molestaba. Y, en cambio, con los sindicatos y con el partido, se está comportando como una madre amantísima, como no podía ser de otro modo en un personaje de estas características. A aquéllos les concedió todo cuanto le pidieron y un poquito más. Y a éste le va a crear dos comederos amplísimos para que engrose la legión de paniaguados: un Instituto Tecnológico de la Función Pública, pásmense, y una UME valenciana. Como el dinero público no es de nadie», según Carmen Calvo. En una cosa he de reconocer que se está empleando con una efectividad superior a la de los pistoleros que siembran de cadáveres la oficina de Robert Redford en 'Los tres días del cóndor'. 60 le atribuye la prensa. Pocos para quienes abogamos por reducir las covachuelas a la mínima expresión,.
TITULO: Toros para todos -El invierno torero de nunca acabar,.
Toros para todos - Canal Sur,.
De la mano de su director y presentador, Enrique Romero, Toros para todos llega cada temporada a las pantallas de Canal Sur Televisión y Andalucía,.
El invierno torero de nunca acabar,.
Román y Jesús Duque combaten la incertidumbre de la pandemia con toreo de salón y mucha fuerza mental,.
«Todo es muy incierto, lo único seguro es que el año pasado nos quedamos sin temporada y esta, ya veremos». Es Román desde su casa alcarreña de El Casar, y remacha: «Me da miedo, estoy asustado con lo que pueda venir». Cabe decir que lo que no consiguieron los toros en tantos albures por esas plazas de Dios lo ha conseguido, o casi, el maldito Covid-19, asustar a Román y ponerle sordina a su sempiterno optimismo. Y señala su actual mayor enemigo, la desmotivación, contra la que pelea duro: «Lo que más me ha costado es no perder la ilusión. Ahora, aunque está la cosa como está, como parece que hay más voluntad de dar toros, me encuentro mejor».
Tras su último percance, una cogida que le partió literalmente los riñones y le ha supuesto mes y medio de recuperación, ha vuelto a torear de salón, a entrenar y entrenar y entrenar. Asegura que lo plantea como si fuese a torear treinta corridas de toros. «Evidentemente no las tengo contratadas pero me lo he grabado en la cabeza y me preparo con ese objetivo». Treinta corridas, treinta, treinta se repite como si fuese la pócima milagrosa que le alimenta el espíritu. «Es que torear es lo único que me hace feliz», y en ese empeño anda.
Estos días está a punto de irse concentrado a Constantina, a la finca de Las Monjas, donde escapará del frío mesetario y se acercará a las ganaderías de bravo para preparar, como si no ocurriese nada, esa temporada soñada de las treinta, treinta, treinta corridas que inflaman su ánimo, no sea que llegue y le pille desprevenido. «El ganadero me ha invitado el tiempo que haga falta». Allí mismo sufrió el último percance grave de su carrera, un golpe brutal que le lastimó de gravedad los riñones mientras toreaba a puerta cerrada preparándose para una temporada que ya existía.
Jesús Duque, otro valenciano, compañero de promoción de Román, combate este invierno refugiado en su Requena natal con el paréntesis de un viaje a Méjico donde acudió por razones del corazón. «Mi novia es de allí y se volvió conmigo. Fue una semana que aproveché para hacer tentaderos en aquel país», y ahora reparte el tiempo entre el trabajo en una empresa familiar que se dedica a los hierros y el toreo de salón. El año pasado no tuvo ocasión de vestirse de luces, cuestión especialmente frustrante por cuanto estaba anunciado en Valencia, el día de San José nada menos, además de contar con la promesa de confirmar la alternativa en Madrid. «Era el año en que debía decidir mi futuro y estaba muy preparado además de muy ilusionado. Llegará el momento otra vez, en esta pandemia he aprendido a tener paciencia ante las situaciones que no puedes controlar».
Todo sucede en el invierno más invierno de todos los inviernos toreros. Sabido es que el invierno para los toreros es justo cuando deja de haber actividad y salen las canales, que en el castellano actual significa cuando llueve. En años ha, los diestros más afamados hacían las maletas y volaban a América donde las temporadas duraban meses y se cobraba en dólares, dólares contra pesetas, que suponían auténticas fortunas. Ahora van y vienen los fines de semana y los dólares no son tantos, ni los euros ni la fiscalidad es la misma de tal manera que las américas lo son menos. Antes y ahora en España había diestros que no viajaban a América y los inviernos se hacían largos y crudos. Este año no hay América para nadie y el invierno torero dura ya quince meses, y lo que amenaza.
Todo es consecuencia de la maldita pandemia con el consiguiente confinamiento inicial, y las restricciones que le siguieron, que convulsionó el mundo y logró que acabase la temporada sin que hubiese comenzado, al menos como se la conocía. Fue una cascada de malas noticias, se pusieron en la picota sueños, economías y futuros; se apagaron las luces de los vestidos y se corrieron los cerrojos de los portones; los toros durante ese tiempo turreaban perezosos en las dehesas lejos de los jolgorios propios de sus destinos; de pronto todo dejó de ser como estaba previsto, nada correspondía a la lógica, España y el mundo, y naturalmente las ferias, se fueron a un negro plomizo del que nos está costando salir… Un año y más llevamos en ese trance. Los empresarios se han quedado en sus cuarteles, los ganaderos han bajado al barro de la tarea diaria; los toreros postineros, los de finca y hacienda, esperan a que escampe… Pero entre los espadas no todas las travesías son plácidas, quite usted, los hay, muchos, que se tienen que apretar el cinturón de la supervivencia, sobre todo la artística. Que nadie se olvide de ellos es objetivo prioritario.
Aquello de salud y suerte ha tomado una dimensión especial, ha pasado del territorio de la retórica y el formulismo social al de la realidad. «Yo pido salud, suerte y trabajo», se apresura a subrayar Román y conociendo su carácter, le apunto, supongo que también libertad para seguir ejerciendo como verso suelto.
–La falta de libertad no me ha supuesto gran problema, salgo menos, veo menos a mis amigos, voy menos a Valencia y naturalmente me apetece volver a la normalidad pero lo que realmente echo en falta es torear porque como te digo lo que me hace feliz, lo que me da vida, es torear. El año pasado ver cómo se me suspendían las corridas una tras otra fue descorazonador, se me hizo muy duro.
Román recuerda los primeros meses de la pandemia cuando iba a entrenar al campo y pese a tener todo los permisos además de motivos tenía la sensación de que estaba haciendo algo malo. «Era como ir medio escondido. No me producía buenas sensaciones».
Jesús Duque insiste como su compañero en la componente intelectual como arma de la resistencia en estos meses. «Los toreros somos unos soñadores, vivimos de la ilusión de conseguir nuestros sueños y te aseguro que valen la pena todos los esfuerzos que se tengan que hacer. A mí me vale la pena. Llegará mi momento por mucho que este invierno pandémico sea el cuento de nunca acabar». Y llegará el momento en que escampe y el invierno se haga primavera.
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