foto - El reloj,.
Hace unas semanas, desde una plataforma de interné creada para imbuir en las masas cretinizadas la delirante impresión de que sus peticiones son escuchadas por los poderosos y desatan cambios políticos sustanciales, se solicitaba que una plaza madrileña dedicada al tribuno y filósofo Vázquez de Mella adoptase el nombre de un señor con orgasmos democráticos recientemente fallecido. En unos pocos días, tal solicitud había alcanzado (¡oh sorpresa!) gran repercusión mediática, así como la adhesión de diversas banderías partitocráticas, hermanadas todas en la canonización laica del difunto. Cuando ya el sistema se había pronunciado magnánimamente a favor de esta solicitud, a un particular aguafiestas se le ocurrió proponer, a través de la misma plataforma de interné, que la plaza dedicada a Vázquez de Mella no cambiase de nombre. Por supuesto, tal petición fue de inmediato borrada.
Así funciona la 'libertad' que promueve interné, que no es otra sino el cauce que el sistema brinda a las masas para que se adhieran a sus designios, haciéndoles creer que tales designios son (risum teneatis) iniciativas 'ciudadanas' que se tornan multitudinarias merced a un espontáneo entramado de solidaridades surgidas al calor de las redes sociales. Naturalmente, cuando a algún aguafiestas que aún no ha sido devorado por el cretinismo ambiental se le ocurre impulsar desde interné cualquier iniciativa que no convenga al sistema, su voz será de inmediato acallada, por lo común sofocada por las voces de las masas lacayas que jalean lo que el sistema dispone; y, en algún caso extremo, cuando muy raramente la voz del aguafiestas corre el riesgo de hacerse oír, el sistema se encarga de yugularla por las bravas.
Circula por ahí una idea demente que afirma que interné favorece a los oprimidos frente al opresor; cuando la tozuda realidad nos demuestra implacable que interné fue creado exactamente para lo contrario. Esta idea demente comenzó a divulgarse en 2009, durante un amago revolucionario que floreció en Irán, y en los procesos conocidos cínicamente como 'primavera árabe'. Los medios de cretinización de masas presentaron aquellas operaciones diseñadas por el anglosionismo internacional como estallidos de rebeldía popular que se canalizaban a través de las redes sociales. Pero lo cierto era que, en los días en que estallaron las revueltas en Irán, apenas había sesenta cuentas activas de Twitter en Teherán; y en El Cairo (por citar el país donde florecieron los venenosos almendros de la 'primavera árabe', germen del Estado Islámico), donde a la sazón el sesenta por ciento de la población carecía de luz eléctrica, el número era aún más exiguo. Naturalmente, tanto el amago revolucionario en Irán como las algaradas egipcias eran sórdidas injerencias extranjeras, manejadas por agentes de la CIA y el Mossad; y todo el revuelo que provocaron en las redes sociales era azuzado desde Langley y el Pentágono.
Interné es, hoy por hoy, el principal instrumento del sistema para apacentar a las masas cretinizadas, haciéndoles creer ilusoriamente que fomenta la participación democrática y que fortalece la vida comunitaria, cuando en realidad fue creado para que la herida irrestañable que la destrucción de la vida comunitaria deja en el corazón humano sea anestesiada por un espejismo virtual que no hace sino fomentar la disolución de los vínculos naturales, creando individuos absortos y prendidos de una pantalla, como Narciso estaba absorto y prendido de su fuente, hasta perecer por inanición. Y todo este proceso se logra, además, hipnotizando a las masas con la creencia ilusoria de que interné las hace poderosas (aunque sean más irrelevantes que nunca), inspirándoles una falsa seguridad en sí mismas con tan sólo dejarles retuitear sandeces o consignas sistémicas. Pues el análisis de los llamados trending topics de Twitter nos demuestra que son de dos tipos: o bien memeces y frikadas con que las masas cretinizadas desahogan su infantilismo; o bien cuestiones que al sistema interesa poner sobre el tapete, haciendo creer a las masas que son floraciones incontenibles del anhelo popular.
Así se logra configurar un rebaño que comulga con las ruedas de molino que el Pentágono, la Fundación Rockefeller o cualquier lobby mundialista han decidido colgar de nuestros cuellos, para ahogarnos más fácilmente, mientras repetimos sus consignas como papagayos. Sólo que el rebaño, para más inri, piensa que tales ruedas de molino son medallas que conmemoran su independencia insobornable; y los flotadores que los salvarán, cuando arrecie la tormenta. ¡Cuitados!,.
TÍTULO: SILENCIO POR FAVOR - El mundo perfecto con Rob Nail,.
El mundo perfecto con Rob Nail
Nació en California hace 42 años.
Ingeniero en robótica y CEO de la Singularity University en Silicon
Valley. Cree que la biotecnología, la neurociencia, la nanotecnología,
la inteligencia artificial... cambiarán el mundo. foto
XLSemanal. No se plantean ustedes retos fáciles.
Nada menos que lograr la inmortalidad, gracias a la inteligencia
artificial, o acabar con la pobreza y el hambre.
Rob Nail. Creemos en el cambio, en experimentar. Queremos crear una comunidad global que se comprometa de otra forma con estas tecnologías para construir el futuro. ¡No tenemos miedo!
XL. Dice que fue a un curso de verano de una semana a Singularity University y le cambió la vida.
R.N. Yo había creado una compañía de éxito y en ese curso me di cuenta de que no era ningún experto en robots ni en biotecnología, como yo me creía. Fue una cura de humildad. Me dio un horizonte más amplio. Aprendí cosas que estaban pasando en la neurociencia y la nanotecnología de las que yo ni me había enterado.
XL. Impresoras 3D, robots... Me temo que nos vamos a quedar sin puestos de trabajo.
R.N. Esta es una conversación difícil, pero apasionante. Necesitamos un cambio de mentalidad. Necesitaremos mucho coraje, valentía personal, social y política. Hay que pensar en el futuro de una forma diferente.
XL. Vale, pero ¿cómo?
R.N. Por ejemplo, que no tengamos que trabajar para sobrevivir. No creo que nadie quiera un trabajo que solamente le permita llegar a fin de mes. Todos queremos trabajos que nos motiven y nos diviertan, convertir nuestra pasión en una forma de vida.
XL. Un poco utópico, ¿no?
R.N. Es el mundo ideal. Pero soy optimista a largo plazo. Y esa es la misión de la Universidad de la Singularidad: inspirar y hacernos creer en nosotros mismos.
XL. ¿Inspirar cómo?
R.N. Dentro de mil años, cuando la humanidad mire atrás, verá que la primera compañía en producir productos en el espacio con impresoras 3D salió de nuestra universidad. ¡Eso es bastante cool!
XL. ¿Cuándo vamos a empezar a ver esa transformación de la que habla?
R.N. ¡Hoy! ¡Está sucediendo hoy! En medicina, por ejemplo, ya están disponibles prótesis robóticas para discapacitados, visitas médicas por videoconferencia, terapia genética personalizada...
XL. ¿Cómo vislumbra el futuro para su hijo, que ahora solo tiene dos años?
R.N. Él va a vivir de lleno esa gran transición. Me preocupa porque va a ser difícil. Todavía estamos estancados en nuestra historia y en nuestros miedos. No somos capaces de abrirnos. Se necesita que políticos, empresas y emprendedores se involucren para descifrar cómo utilizar estas tecnologías adecuadamente.
XL. Parece evidente que también se pueden usar para el mal...
R.N. Hay de todo. Le pongo un ejemplo de otra empresa que salió de nuestra universidad: Glowing Plant. Han creado un árbol que se ilumina por la noche mediante ingeniería genética. Secuenciaron el ADN de una luciérnaga y el de una planta para crear un nuevo ADN que, introducido en un olmo, da como resultado un árbol que produce la luminiscencia. ¿No es alucinante?
XL. Lo es, pero habrá una 'contrapartida'...
R.N. La hay. Igual que creas este árbol que sustituiría a las farolas de las calles, sin coste de energía alguno, puedes fabricar un virus que sea una amenaza global. Es ahí donde entra la controversia y el debate ético.
XL. ¿Cuál será la profesión de éxito en cinco o diez años?
R.N. Habrá miles de nuevos negocios en torno al big data, cómo traducir toda esa información y darle valor.
XL. ¿Qué le diría a un joven estudiante?
R.N. Que busque su pasión. Que sea curioso y adaptable. Y que no le frene ninguna limitación. maría de la peña
Pregunta a bocajarro
¿Qué le falta al empresario español? Le falta ambición y confianza. Y en las grandes empresas, en general, son lentos y burocráticos. Tienen la mentalidad de que hay que cumplir el deber, pero no de aprovechar lo que aporta cada individuo.
Rob Nail. Creemos en el cambio, en experimentar. Queremos crear una comunidad global que se comprometa de otra forma con estas tecnologías para construir el futuro. ¡No tenemos miedo!
XL. Dice que fue a un curso de verano de una semana a Singularity University y le cambió la vida.
R.N. Yo había creado una compañía de éxito y en ese curso me di cuenta de que no era ningún experto en robots ni en biotecnología, como yo me creía. Fue una cura de humildad. Me dio un horizonte más amplio. Aprendí cosas que estaban pasando en la neurociencia y la nanotecnología de las que yo ni me había enterado.
XL. Impresoras 3D, robots... Me temo que nos vamos a quedar sin puestos de trabajo.
R.N. Esta es una conversación difícil, pero apasionante. Necesitamos un cambio de mentalidad. Necesitaremos mucho coraje, valentía personal, social y política. Hay que pensar en el futuro de una forma diferente.
XL. Vale, pero ¿cómo?
R.N. Por ejemplo, que no tengamos que trabajar para sobrevivir. No creo que nadie quiera un trabajo que solamente le permita llegar a fin de mes. Todos queremos trabajos que nos motiven y nos diviertan, convertir nuestra pasión en una forma de vida.
XL. Un poco utópico, ¿no?
R.N. Es el mundo ideal. Pero soy optimista a largo plazo. Y esa es la misión de la Universidad de la Singularidad: inspirar y hacernos creer en nosotros mismos.
XL. ¿Inspirar cómo?
R.N. Dentro de mil años, cuando la humanidad mire atrás, verá que la primera compañía en producir productos en el espacio con impresoras 3D salió de nuestra universidad. ¡Eso es bastante cool!
XL. ¿Cuándo vamos a empezar a ver esa transformación de la que habla?
R.N. ¡Hoy! ¡Está sucediendo hoy! En medicina, por ejemplo, ya están disponibles prótesis robóticas para discapacitados, visitas médicas por videoconferencia, terapia genética personalizada...
XL. ¿Cómo vislumbra el futuro para su hijo, que ahora solo tiene dos años?
R.N. Él va a vivir de lleno esa gran transición. Me preocupa porque va a ser difícil. Todavía estamos estancados en nuestra historia y en nuestros miedos. No somos capaces de abrirnos. Se necesita que políticos, empresas y emprendedores se involucren para descifrar cómo utilizar estas tecnologías adecuadamente.
XL. Parece evidente que también se pueden usar para el mal...
R.N. Hay de todo. Le pongo un ejemplo de otra empresa que salió de nuestra universidad: Glowing Plant. Han creado un árbol que se ilumina por la noche mediante ingeniería genética. Secuenciaron el ADN de una luciérnaga y el de una planta para crear un nuevo ADN que, introducido en un olmo, da como resultado un árbol que produce la luminiscencia. ¿No es alucinante?
XL. Lo es, pero habrá una 'contrapartida'...
R.N. La hay. Igual que creas este árbol que sustituiría a las farolas de las calles, sin coste de energía alguno, puedes fabricar un virus que sea una amenaza global. Es ahí donde entra la controversia y el debate ético.
XL. ¿Cuál será la profesión de éxito en cinco o diez años?
R.N. Habrá miles de nuevos negocios en torno al big data, cómo traducir toda esa información y darle valor.
XL. ¿Qué le diría a un joven estudiante?
R.N. Que busque su pasión. Que sea curioso y adaptable. Y que no le frene ninguna limitación. maría de la peña
Pregunta a bocajarro
¿Qué le falta al empresario español? Le falta ambición y confianza. Y en las grandes empresas, en general, son lentos y burocráticos. Tienen la mentalidad de que hay que cumplir el deber, pero no de aprovechar lo que aporta cada individuo.