TITULO: DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - Angel Galan comisario principal honorario del Cuerpo Nacional de Policia ,.
-foto, Ángel Galán, presidente del Instituto de Probática e Investigación Criminal,.
Fomentar el acceso al conocimiento práctico
de la probática e investigación a los profesionales de la seguridad,
abogacía, periodismo, criminología, detectives privados, psicología… así
como desarrollar y promover la formación en materia de investigación,
son, entre otros, los objetivos que persigue el Instituto de Probática e
Investigación Criminal (IPIC).
Así lo asegura Ángel Galán -Comisario Principal Honorario del Cuerpo
Nacional de Policía-, presidente del IPIC, quien en esta entrevista
explica el origen, temáticas, y perfil del profesorado con que cuenta el
centro, así como todo aquello que pueden aportar las técnicas y
conocimiento de la investigación a los profesionales de la seguridad.
¿Cuál es el origen del Instituto de Probática e Investigación Criminal (IPIC)?
—Es la idea de una serie de personas, fundamentalmente
investigadores, pero también magistrados, periodistas, peritos
judiciales, abogados, psiquiatras, detectives privados y directores de
seguridad sobre la necesidad de trasmitir la experiencia de expertos en
investigación de campo, con el fin de que los profesionales que trabajan
de una u otra forma en ese área, tengan una mejor formación.
Yo recogí ese guante y decidí, junto a otras personas, fundar el IPIC.
—Como presidente del IPIC, ¿qué le llevó poner en marcha una institución de estas características?
—Según pasaban los años, iba comprobando la desaparición de buenos
investigadores y la falta de formación y de perfil de las personas que
iban asumiendo su labor. Era desalentador.
En diferentes campos de la investigación, veía huecos de
investigación, que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tenían que ir
dejando, por falta de tiempo, como las desapariciones, las sustracciones
de obras artísticas o arqueológicas, las sustracciones de material
sensible de las empresas, etc., a la vez que comprobaba la formación, a
mi juicio, excesivamente teórica, de las instituciones públicas y
privadas dedicadas a ese fin.
Por todo ello decidí que era un buen momento de, al menos, trasmitir
mis experiencias y conocimientos para que no desaparecieran conmigo,
tanto en la investigación propia, como en el diseño de los cursos que
había desarrollado para el CNP y para otros cuerpos policiales de
diferentes países.
—Podría señalarlos ¿cuáles son los objetivos generales que persigue el IPIC?
—Desarrollar y promover la formación en materia de investigación, que
sea de interés para profesionales e instituciones públicas y privadas,
en el ámbito de los procesos judiciales, desde el momento en que se
conoce el suceso que será instruido posteriormente por un juzgado, hasta
el momento de la sentencia, con especial profundidad en la
investigación de la realidad del hecho y de los diferentes tipos de
prueba que pueden realizarse, así como las herramientas que es posible
utilizar en este último caso.
Fomentar el acceso al conocimiento práctico de la probática e
investigación a los profesionales de la abogacía, periodismo,
criminología, psicología, detectives privados, seguridad y cualquier
otro profesional interesado.
Impulsar y promover la difusión de obras científicas en el campo de la Probática e Investigación.
—¿Qué tipo de cursos, máster,… ofrece el IPIC y a quiénes van dirigidos?
—Diferentes cursos sobre la amplia materia que el Instituto trata,
fundamentalmente en investigación, negociación protección e
inteligencia. Buscando siempre la extensión, horarios, materia y
ponentes más solicitada por los asistentes a los cursos, las
asociaciones profesionales o incluso que la propia sociedad demanda.
Con extensión que va desde un master, a jornadas y seminarios.
Estos cursos van dirigidos a todos los profesionales, que de una u
otra manera están implicados en el área socio jurídica de la
investigación. Esto es desde investigadores hasta juristas, pasando por
peritos de todo tipo, seguridad privada, periodistas, guionistas,
empresarios, etc.
—¿Qué temáticas se abordan en los planes de formación del Instituto?
—Todas las que deben investigarse. La desaparición, el homicidio, la
negociación, el terrorismo, los delitos contra el patrimonio histórico,
los contrarios a la propiedad industrial o intelectual, la protección,
la seguridad, la inteligencia, los incendios, los delitos dentro de
establecimiento turístico, la extorsión, el secuestro, la inteligencia,
el compliance, etc.
—¿Cuál es el perfil del profesorado que imparte la formación en el Instituto?
—Los ponentes son todos profesionales en ejercicio activo del tema
que tratan o retirados que se han dedicado, en su mayor parte de vida
profesional, al tema que exponen. Esto quiere decir, que los ponentes
sobre investigación son o han sido durante tiempo investigadores de
campo. Los periodistas son redactores de sucesos de medios de carácter
nacional o periodistas de investigación con probada experiencia. Los
letrados son penalistas de prestigio contrastado. Los que exponen la
instrucción son magistrados de instrucción en activo, etc.
—¿Qué nivel, en cuanto a investigación criminal, tienen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España, con el resto del mundo?
—El Cuerpo Nacional de Policía fue en sus orígenes un cuerpo
exclusivamente de investigación, desde la segunda mitad del siglo XIX,
hasta la creación del Cuerpo Nacional de Policía, con la fusión del CGP
con la Policía Armada. Actualmente la investigación ha perdido peso en
la organización, ganando peso la seguridad en general y sobre todo la de
grandes eventos.
La Guardia Civil fue en su inicio más un cuerpo de seguridad rural,
aunque en la actualidad ha incrementado el peso en la investigación de
todo tipo de delitos y en cualquier zona.
Los otros dos cuerpos autonómicos, se inician con profesionales de
los anteriores y con preparación de escuelas de otros países y otras
formas.
En síntesis podríamos decir que la investigación sigue existiendo en
España. Personalmente creo que la preparación de los investigadores es
excesivamente teórica y sin la más mínima información de los
profesionales con experiencia, lo que está bajando el nivel.
No hay que remontarse muchos años atrás, para comprobar que los
profesores en la Escuela General de Policía de Miguel Ángel eran los
responsables de las áreas de investigación policial, con una gran
experiencia y prestigio, no solo nacional, sino internacionalmente. En
la actualidad eso ha desaparecido.
—¿Qué puede aportar el Instituto de Probática e Investigación Criminal en el ámbito formativo a los profesionales de la Seguridad Privada?
—Puede aportar mucho. Como digo existen infinidad de casos que las
Fuerzas de Seguridad no pueden hacer frente, por razones muy variadas, y
que puede y debe de involucrarse la seguridad privada. Para ello tienen
un problema, su preparación.
La preparación tanto de los detectives privados, como los graduados
en criminalística es absolutamente teórica, y en esas condiciones es muy
difícil hacer frente a una desaparición, a una desaparición de
documentación de una empresa, etc.
Deben de tener una mayor formación, tanto de técnicas, como de
conocimiento de cómo funciona el sistema en España y quiénes son los
actores.
—¿Cree que las técnicas y conocimiento de la investigación
puede ayudar a mejorar el trabajo y cualificación de los diferentes
profesionales de la seguridad privada?
—Sin género de duda. Se les enseñará a reconocer los datos que
inicialmente son necesarios, a reconocer los datos que las escenas nos
muestran, a preparar una hipótesis lógica e ir contrastando sus
probabilidades, así como cambiando la hipótesis si los datos que van
surgiendo en la investigación así lo entienden.
De cualquier modo creo que los que mejor lo pueden decir, son
aquellos profesionales que ya han realizado algún curso con nosotros y
valorarán positiva o negativamente nuestro proyecto.
Desayuno: Cafe con leche tostadas de pan con aceite de oliva ,.
Cena : Esparragos con mayonesa, pan, tomate y lechuga, beber agua, postre un platano,.
TITULO: SILENCIO POR FAVOR - SOÑAR EN ESPAÑOL,.
foto,.
El otro día tuve oportunidad de ver en YouTube una conferencia de Alain
de Botton, un joven escritor y filósofo que posiblemente ustedes
conozcan, porque se ha convertido en una estrella de la red con millones
de visitas. Se ha embarcado en una interesante cruzada, la de sacar de
los viejos filósofos y pensadores enseñanzas útiles que aplicar a la
vida diaria. Lejos de los bobos libros de autoayuda y de todos esos
predicadores que entontecen a sus lectores con obviedades y topicazos,
de Botton utiliza sus conocimientos filosóficos para dar otro enfoque a
los retos, problemas y carencias con las que uno se enfrenta
habitualmente. Uno de las muchas reflexiones que me interesó fue la que
hace sobre las milongas que nos intentan vender sobre el concepto
“éxito”. Señala de Botton que en el mundo actual, tal vez influidos por
el famoso American dream o el sueño americano, hemos llegado a
creer que todo a lo que aspiremos es posible. Con solo proponérselo, un
joven por ejemplo, puede convertirse en un nuevo Bill Gates o un Rafa
Nadal, en Madonna o incluso (en el supuesto caso de desearlo) en la
tonta de Paris Hilton, que se forra solo con aletear sus pestañas. Lo
primero que habría que señalar es que la idea de que todo es posible es
algo reciente en la historia. Hasta hace poco, la gente se conformaba
con descollar en su entorno más cercano.
Superar al padre
cumpliendo su sueño de tener una carrera universitaria, por ejemplo,
hacer más dinero que sus amigos del colegio, ser el mejor agricultor/
herrero/ abogado/ médico/ etcétera de su pueblo o ciudad. La felicidad
por tanto estaba más cerca o, lo que es lo mismo, la frustración más
lejos. Y es que, a poco que uno reflexione, se da cuenta de que las
posibilidades de ser Bill Gates, Nadal o, incluso la tontolaba de Paris
Hilton, son, estadísticamente, tan remotas como que le toque la
bonoloto. Tal vez por eso, los autores de libros de autoayuda, que no
son Einstein pero tampoco se chupan el dedo, se han dado cuenta de que
existen para ellos dos filones. Uno es escribir libros que hagan creer
al lector que es un ser excepcional, capaz de conseguir todo lo que se
proponga; el otro es suministrarle consuelo. Es decir, venderle otros
libros que le ayuden a sobrellevar la frustración de no haber logrado su
sueño. Porque, según este planteamiento de que el éxito está al alcance
de cualquiera, no importan las circunstancias, solo el deseo de
alcanzarlo, es evidente que quien no lo obtiene, no tiene a nadie más
que a sí mismo para echarle la culpa, merecía fracasar.
¿Qué
hay que hacer entonces? ¿Conformarse con ser un mediocre, aceptar la
derrota, decir que las uvas están verdes? A mi modo de ver, lo ideal es
cambiar de foco. Para empezar, no es nada seguro que las personas que
alcanzan lo que en nuestra sociedad se considera éxito (y que está muy
relacionado con el dinero) sean más felices. Porque este viene
indefectiblemente acompañado de una sensación de vértigo, de desasosiego
y pavor a que un día nos abandone. Y luego habría que redefinir qué es
el éxito. ¿Es que a uno lo admiren? ¿Lo envidien? ¿Le teman? ¿O es tal
vez conseguir estabilidad, serenidad, tener la convicción de haber hecho
bien las cosas importantes de la vida, como trabar relaciones afectivas
satisfactorias, tener amigos, crear una familia? La respuesta me parece
obvia. Por eso es interesante que personas inteligentes como Alain de
Botton (o cualquiera con un mínimo de sentido común) recuerden que, en
la sociedad actual, entre todos hemos hecho una película con esto del
Éxito. Y es que este –y por extensión la tan traída y llevada felicidad–
está exactamente donde uno quiera situarlo. Si lo coloca lejos y en
metas inalcanzables estará ahí, en la estratosfera, en las tinieblas
exteriores. Por el contrario, si lo sitúa más cerca sí, tal como ocurría
en generaciones anteriores y sueña con lo factible, con lo posible –que
no por eso tiene menos valor–, las posibilidades de alcanzar un
equilibrio, una satisfacción serán mucho mayores. ¿O no?,.
TITULO: LA COCINA DOMINGO LUNES - Pollo en salsa con champiñones ,.
Este, foto,
pollo en salsa con champiñones es una
receta muy tradicional en algunas regiones de nuestro país. A nosotros
nos encanta prepararla, así que vamos a enseñarte como elaborarla paso a
paso.
Ingredientes:
- Un pollo troceado
- Una cebolla grande
- Un puñado de almendras
- Un tomate maduro
- Ajo, 5 o 6 dientes
- Una pastilla de caldo de pollo
- Pan, un trozo
- Vino blanco, una copa
- Aceite
- Sal
- Azafrán
- Laurel
Echa en ese mismo aceite el trozo de pan para freírlo un poco, y cuando
lo saques lo echas en el vaso de la batidora. Repite el proceso con las
almendras. Por ultimo echa a la olla los ajos laminados y la cebolla
bien picada, hasta que se pochen bien. Añade el tomate troceado y deja
que el sofrito se concentre un poco. Una vez este sofrito esté bien
hecho, lo agregas al vaso de la batidora y lo bates bien hasta que quede
una mezcla uniforme.
Vuelve a colocar el pollo en la olla a fuego lento, añade el contenido
del vaso de la batidora, junto a la pastilla del caldo de pollo, el
vino, una hoja de laurel y un poco de azafrán. Deja a fuego lento
durante unos 50-60 minutos removiendo el pollo cada cierto tiempo, para
evitar que se nos pegue a la olla. Si ves que la salsa ha tomado
consistencia y está espesa, ya puedes servir el pollo junto a la misma.