En España hay 1.200 pueblos en riesgo de
desaparecer. Y comarcas españolas donde la densidad de población es de
1,63 personas por kilómetro cuadrado, menos que en las zonas más
despobladas de Laponia o de Siberia. ¿Qué haría usted si su pueblo no
dejara de perder habitantes? Hay quien elige llegar donde nadie llega.
Panaderos, maestros, curas, conductores de autobuses de línea,
pescaderos hacen cientos de kilómetros al día, trabajan y viven en el
medio rural más deshabitado. Sin ellos muchos pueblos ya no aparecerían
en el mapa.
«Fueron
unos segundos de angustia que para mí se hicieron una eternidad.
Antonio salvó la vida de mi hija. Si no llega a ser por él ese día se me
hubiese muerto en los brazos sin poder hacer nada». Belén, que vive en
Zafra, ya respira tranquila pero, por las palabras anteriores expresadas
en una carta, se deduce cómo lo pasó en agosto pasado. Sucedió el día
11, a la hora de comer. Su hija de 23 meses se tragó un trozo de hielo.
No había manera de que lo expulsara. Desesperada, llamó a su vecino de
piso, el
guardia civil Antonio Gordillo Díaz. El agente logró que echara el hielo tras practicarle la maniobra de Heimlich.
La
actuación del guardia Gordillo ha sido reconocida por el instituto
armado, que el pasado jueves hizo entrega en Madrid de los premios que
resaltan la labor o servicios desarrollados por sus integrantes en toda
España el año pasado. Antonio Gordillo fue el único agente que trabaja
en un acuartelamiento de la región que consiguió un
premio de la Benemérita, el de la
Fundación Legado Alfonso XIII, «por haber participado en servicios de especial relevancia».
«Por
nuestra profesión estamos acostumbrados a situaciones de tensión, de
emergencia, aunque no es lo mismo intervenir, por ejemplo, en una pelea
en la calle que cuando una vecina de bloque te entrega a su bebé y te
pide ayuda para que no se asfixie», indica el guardia, de 50 años, padre
de dos hijos jóvenes, y en el cuerpo desde hace 31 años, más los dos de
formación en la academia.
Le practicó la maniobra de Heimlich a una pequeña que se había tragado un trozo de hielo en su casa
«Serían sobre las tres. Estaba
terminando de comer. Sonó el timbre y llegó Belén con su hija en brazos.
Me dicho: 'Mi hija no es capaz de echar un trozo de hielo. Lo he
intentado muchas veces pero no hay manera'», indica el guardia civil que
le dijo.
Antonio Gordillo se puso manos a la obra.
Sabía que tiempo precisamente no era lo que sobraba ante una situación
límite como la que se enfrentaba.
Agarró a la pequeña, la puso en su rodilla izquierda y le realizó la conocida como
maniobra de Heimlich.
Esto es, un famoso ejercicio de emergencia con el que se realiza
compresiones en la zona abdominal para que el afectado pueda echar el
alimento u objeto que le puede producir la asfixia por atragantamiento.
Ya actuó con su padre
«Era
consciente de que no se trataba de una persona adulta sino de un bebé
de 23 meses, así que había que hacer la operación, digamos, con más
delicadeza», relata, aunque recuerda que no es la primera vez que lo
hacía.
«Ya tuve que hacer una vez la maniobra de
Heimlich. Fue con mi padre, hace unos cuantos de años. Se atragantó con
un trozo de carne mientras comía con la familia. Pero entonces apreté
bien. Tanto que mi padre estuvo dolorido varias horas», relata dejando
caer unas risas el agente. Cuenta que tiene conocimientos de esa
maniobra gracias a
Cruz Roja y a charlas y prácticas que reciben sobre cómo actuar en situaciones de riesgo para las personas.
«Le
debemos la vida de mi pequeña a Antonio. Gracias una, mil e infinitas
veces. Supiste actuar con mucha calma. Te debemos la vida de nuestra
pequeña. Gracias a nuestro particular ángel de la guarda», escribió la
madre en una carta que remitió a los mandos del guardia.
Esos
mandos, primero del cuartel de Zafra y después de la Zona de
Extremadura, fueron los que trasladaron la 'candidatura' del zafrense a
sus superiores en Madrid con vistas a un posible reconocimiento.
«No
me lo pensé. Había que actuar y que la bebé pudiese respirar. Eran mis
vecinos pero evidentemente lo hubiera hecho con cualquier otra persona
que lo necesitase, estando de servicio o no, como era el caso», concluye
a HOY.