En esta ocasión “Menudos vecinos” se acerca a Fuente del Maestre, en la comarca pacense de Zafra – Río Bodión. Acompañados de los chicos y chicas del Colegio Público Miguel Garrayo, conoceremos los trajes y los instrumentos musicales típicos de la población, así como algunas peculiaridades del habla fontanesa. Visitaremos la Fuente del Corro y el Palacio del Gran Maestre para conocer el origen del nombre del municipio. Y en este palacio, convertido hoy en hogar del jubilado, los niños aprenderán de los más mayores uno de los juegos tradicionales más arraigados en la comarca: “el treinta y uno”. ( foto),.
TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - JUEVES- VIERNES - VILLANUEVA HA SABIDO SONREIRME,.
DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - JUEVES- VIERNES - VILLANUEVA HA SABIDO SONREIRME, fotos.
Villanueva ha sabido sonreírme
El sacerdote Juanfran González deja en septiembre la parroquia de la Santa Cruz, tras 13 años, y tomará posesión en su nuevo destino: Zafra y Alconera,.
Con sentimientos encontrados. Así es como vivirá Juanfran González Vizuete este verano. Y es que el próximo mes de septiembre, justo cuando cumpla trece años entregado a la parroquia de la Santa Cruz de Villanueva de la Serena, tomará posesión en su nuevo destino como párroco en Zafra y Alconera.Natural de Ahillones y a punto de cumplir 42 años, Juanfran inició su trayectoria sacerdotal en el año 2002 cuando llegó a Villafranca de los Barros como diácono y, allí, permaneció dos cursos más como vicario parroquial de Villafranca y de Puebla del Prior. En septiembre de 2005 llegó a La Santa Cruz y en 2014, además, fue nombrado también párroco de Valdivia. Asimismo, en diciembre de 2017 fue nombrando consiliario diocesano de Acción Católica General, al tiempo que estuvo colaborando en la delegación de Pastoral con Jóvenes de la diócesis durante 10 años.
Ahora, Juanfran mira el futuro más inmediato con esperanza, pero también con cierta tristeza al abandonar una comunidad parroquial y una localidad, como Villanueva de la Serena, donde siempre se ha sentido muy integrado. Eso sí, su nuevo destino, fue una decisión que meditó: «El Arzobispo me hizo la propuesta y me pidió que fuera yo quien decidiera. No me impuso nada. Así que, tras pensarlo y comentarlo con varios hermanos y amigos sacerdotes, y con mi propia familia, decidí aceptar este reto. Los sacerdotes hemos de estar siempre dispuestos a lo que la Iglesia necesite de nosotros en cada momento, porque es algo inherente a nuestro ministerio y que asumimos en nuestra ordenación».
«El de la Cruz del Río es un barrio con mayúsculas. Es único, especial
y acogedor»«Dejo dos parroquias de ritmos distintos... pero dos
parroquias con gente buena»
Una vez que se conoció la noticia la
reacción de la feligresía ha tenido una mezcla de tristeza, aunque
también ha estado repleta de buenos deseos alegrándose de que la
decisión tomada ha sido para bien. Lo que no esconde es que le costará
dejar atrás esta localidad: «Villanueva de la Serena me ha aportado
todo. Porque soy inmensamente feliz en esta ciudad, porque me ha acogido
con los brazos abiertos, porque ha sabido sonreírme y acompañarme en
todo momento.».Su barrio
Aunque dentro de Villanueva, llevará en su corazón a un barrio muy especial, que es donde se enclava la parroquia de la Santa Cruz. «El de Cruz del Río es un barrio con mayúsculas. Me lo han puesto muy fácil siempre. Este barrio engancha, muchísimo, y no solo a mi sino tanto a mi familia como a los amigos que han venido a verme en todo este tiempo. Por las calles del barrio se respira un ambiente especial, de cercanía y de sencillez. Mucha gente de Villanueva siempre me comenta que el barrio es único, especial y acogedor, y tienen toda la razón. El barrio es como un pueblo pequeño metido dentro de una gran ciudad».Por todo ello, reconoce que de aquí se lleva «muchos y buenos amigos y el cariño que he recibido y recibo de la gente de Villanueva no tiene precio».
Un cariño que se ha ganado, sin duda, implicándose como el que más en la vida social y cultural de la ciudad: «Creo que todo evangeliza, y todo nos tiene que llevar a vivir nuestro ser cura desde la propia realidad que pisamos. De nada me serviría celebrar diariamente la Eucaristía, en la que siempre hay que conectar la fe y la vida, si no estuviera involucrado o si no me importara la vida del pueblo o de la ciudad donde viva. Y, en todo lo que he podido, siempre he asistido, porque me gusta, porque lo disfruto, porque da vida a la ciudad y hace que me sienta como un vecino más».
En definitiva, han sido trece años, en donde «la inmensa mayoría de los momentos vividos han sido buenísimos, ya que los mejores recuerdos son los que se viven día a día, con el cariño que he recibido, con todos y cada uno de los momentos vividos con mi comunidad parroquial de La Santa Cruz y con las demás comunidades parroquiales de Villanueva o con mi pandilla de amigos». Eso sí, también hubo episodios tristes como cuando tuvo que decir «hasta luego» a gente que ha significado mucho en su vida, como cuando falleció Don Sebastián, cuando fallecieron dos catequistas de la parroquia, Tomasi y Aurora o cuando fallecieron otros amigos y amigas. «Esto es lo más doloroso».
Juanfran tuvo el honor de compartir un año con don Sebastián Murillo, un referente en el barrio, y dos con Paco Sayago. Dos figuras clave para él. «Don Sebastián fue mis manos y mis pies a nivel pastoral, aconsejando, acompañándome en todo. Y Paco Sayago me enseñó una manera de trabajar en la que solamente se puede improvisar cuando lo tienes todo bien trabajado, y siempre desde la alegría. Formamos, los tres, un equipo muy bueno. Me enseñaron a querer al barrio y a la ciudad, a mirar con ojos de ternura a quien se acercara a la parroquia».
Aún le quedan unas semanas para despedirse, aunque lo hará con la conciencia tranquila dejando su legado en la Santa Cruz de Villanueva de la Serena y en Valdivia. «Dejo dos parroquias distintas, de ritmos distintos. pero dos parroquias con gente buena». Y eso, para Juanfran, es lo importante.
TITULO: ME RESBALA - REVISTA GIGANTES - BALONCESTO - DE CASTA LE VIENE AL CALDERON,.
ME RESBALA - REVISTA GIGANTES - BALONCESTO - DE CASTA LE VIENE AL CALDERON,fotos.
BALONCESTO
Ataviado
con la camiseta de la Fundación Calderón y con chancletas de los
Cavaliers con el nombre de su padre, Manuel se muestra concentrado en
cada lanzamiento a canasta porque ha decidido que no pondrá punto y
final al Campus tras marrar un disparo. A unos cuatro metros del aro,
media distancia, enchufa y se despide de la afición hasta el próximo
curso. Le espera la familia para irse a la playa y debe salir antes de
lo que él desea. «Te has fijado que hasta que no ha metido el tiro no se
ha ido», comenta su abuelo José, a quien se abraza en el adiós. Fiel
ejemplo de que los genes se heredan, porque su progenitor fue
perseverante hasta convertirse en uno de los tiradores más fiables del
mundo. De casta le viene al Calderón,.
Aunque apenas cuenta con 8 años, Manuel -hijo mayor del jugador de la NBA- quiere seguir los pasos de su padre y convertirse en baloncestista,.
El nuevo base de los Pistons le ha apuntado como campusero y el chaval lo ha disfrutado hasta el último instante en la tarde de la traca final de esta convivencia en La Granadilla antes de poner rumbo al Mediterráneo. Se fue con buen sabor de boca porque su equipo se había clasificado para las finales y la acababa de ganar. «Es muy pronto todavía para saber si tiene cualidades. Estamos empezando ahora. Hay que entrenar mucho. Es muy difícil a estas alturas decir qué puede pasar. Que se lo siga pasando bien. Me gustaría que fuera jugador de baloncesto, ojalá que sí, si es lo que quiere, pero si prefiere otra cosa, fútbol, tenis..., también le apoyaremos a tope», señala José Calderón.
Como no podía ser de otra manera, a Manuel le encanta el baloncesto y asegura que le atrae dedicarse a él en caso de tener hechuras. Se conoce a las franquicias NBA, sus estrellas. Atiende los partidos. No es fácil que un chico de 8 años te diga «me gusta más el baloncesto que la 'Play'». Muchos padres seguro que estarán conformes y sentirán envidia sana. «Me lo estoy pasando muy bien. Me da pena que se acabe ya. Lo que más me gusta es jugar al baloncesto», dice. En su largo periplo por ciudades de Estados Unidos, ha practicado deportes como el tenis, fútbol o incluso taekwondo o kárate, pero desde hace un par de años el de la canasta es el deporte que centra su atención. Preguntado sobre cuál es su jugador preferido contesta raudo «mi padre»; y al decirle que debe elegir otro apunta a Lebron James. Añade que su padre no 'chulea' demasiado de haber compartido equipo con el 'Rey'. «Le encanta, tiene equipaciones suyas», apostilla el progenitor.
«Ojalá fuera jugador de baloncesto, pero si prefiere otra cosa le apoyaremos a tope»
José Manuel Calderón | Jugador de Detroit
La
gente suele quedarse siempre con el escaparate o la cáscara, pero no
todo es oro reluciente en la condición de ser hijo de un jugador de la
NBA. Lo que peor lleva Manuel son los largos y continuos viajes de su
padre o los cambios de ciudad. «Los viajes es lo que menos me gusta. Me
gustaría verle más», argumenta. Además, el último tramo de la
trayectoria de 13 años de Calderón ha conllevado el enorme sacrificio de
mudar de ciudad cada 365 días. A veces, en meses. De Toronto a Detroit,
de allí a Dallas, Nueva York, Los Ángeles, Atlanta y Cleveland. San
Francisco y Chicago por los pelos. Casi nada. «Los otros dos hermanos
son más pequeños y les da igual, pero este año le ha costado más porque
ya va siendo mayor e hizo buenos amigos en el colegio de Cleveland. Me
lo ha dicho él, que no quería irse de allí. Es normal, pero no te
preocupes que a papá ya le va quedando poco y después nos quedaremos en
el sitio que nos guste», le tranquiliza. Detroit, el nuevo destino del
base extremeño, no le convence demasiado a Manuel. Allí estuvo solo dos
meses en una primera etapa en 2013. Sí guarda buen recuerdo de Nueva
York. «Es la ciudad que más me ha gustado de todas».
«Los viajes es lo que menos me gusta. Me gustaría verle más»
Manuel Calderón | Su hijo y campusero
Calderón
se muestra muy satisfecho por la experiencia que ha vivido su vástago
esta semana. «Estoy muy contento porque se lo ha pasado muy bien. No ha
necesitado a su papá para nada, ha sido uno más con sus compañeros y
tiene que estar reventado. Va a estar dos días durmiendo». El
'playmaker' de los Pistons ve en el deporte una buena herramienta para
educar a sus descendientes. «Hay valores de compañerismo, de respeto a
los demás, las cosas que le enseñen los entrenadores... Todo eso es
positivo. También que aprenda a no depender de mí para estar con la
gente, madurar un poco, conocer otras culturas sabiendo que todos somos
iguales. Lo ha hecho bien, se comporta muy bien con la gente, comparte,
ayuda, es un niño muy bueno. No tenemos ninguna queja en ese sentido»,
subraya orgulloso. Abuelo y padre baloncestistas..., ¿continuará la
saga?,.