TITULO : LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y
FILEMÓN - Revista Grada - Bee Wilson .
Bee Wilson,.
Bee Wilson: "La mala alimentación mata al año más que el tabaco y el alcohol juntos",.
BEE WILSON. Oxford, 1974.
Historiadora, crítica gastronómica y articulista experta en
alimentación. Su nuevo libro, "Cómo comemos" (Ed. Turner), es una
radiografía de 432 páginas de las fuerzas ocultas detrás de lo que nos
llevamos al estómago.
- Las condiciones de vida mejoran desde hace años, pero sin embargo nuestra dieta empeora. ¿Cómo es posible?
- Es realmente una de las mayores paradojas de la vida moderna, y que explica por qué la comida se ha convertido en un problema para mucha gente. En el pasado, la calidad de vida se basaba en gran medida en la dieta que uno llevaba. Si uno era rico, comía una dieta de mejor calidad y tenía acceso a mayor cantidad de comida. En la sociedad actual hay comida en abundancia, pero vivir en un país rico no significa automáticamente que vas a comer mejor, alimentos de mayor calidad. Más bien es al contrario.
- Supongo que se refiere usted al estudio que el epidemiólogo nutricional Fumiaki Imamura publicó en la revista "The Lancet" y que cita usted en su libro...
- Sí. Yo me quedé de piedra al saber que estudios científicos que han analizado la calidad de las dietas a lo largo y ancho del mundo han descubierto que la alimentación de mayor calidad es la que se sigue en algunos países africanos, mientras que en muchos países ricos de Europa, en Estados Unidos y en Canadá se come una dieta de baja calidad.
- ¿Y cómo se explica que en los países más ricos se coma tan mal?
- Hay muchos factores. En pocos años se han vivido cambios gigantescos en el modo en que vivimos y comemos, y esos cambios se han producido de manera tan rápida que no hemos tenido tiempo de adaptarnos a ellos. En prácticamente todo el mundo se ha producido un desarrollo económico que ha llevado a cambios maravillosos en la existencia: ahora se realizan trabajos que no exigen tanto esfuerzo físico, tenemos transporte público, los niños reciben mayor educación, cada vez más gente forma parte de la clase media... Todo eso es estupendo pero, al mismo tiempo, vemos a esas grandes multinacionales que básicamente venden la misma comida en todo el mundo. Y eso hace que los niños en España coman para desayunar los mismos cereales que los niños en China, la misma comida basura.
- Dice usted que la comida nos está matando, que es la principal causa de mortalidad en la actualidad, y ofrece cifras espeluznantes: 12 millones de personas murieron en 2015 por enfermedades asociadas a lo que comían..
- Así es, yo fui la primera que me quedé boquiabierta al conocer esos datos: la mala alimentación es responsable de más muertes al año que el tabaco y el alcohol juntos. Pero no hablamos lo suficiente de ello. En países como Estados Unidos, uno puede ingerir muchísimas calorías y al mismo tiempo estar malnutrido. Respecto al tabaco y al alcohol, la gente reconoce que son sustancias que suponen un problema para la salud. Pero con la comida no ocurre eso. A mucha, muchísima gente, le apasionan los cereales azucarados para desayunar, las galletas envasadas, comer eso es el sueño de nuestra infancia. Y eso es parte del problema. Se puede vivir sin fumar, sin beber alcohol, pero no se puede vivir sin comer. Y estamos rodeados de comida con un valor nutricional muy deficiente, comida que se ha abierto camino en nuestros corazones y en nuestras vidas. Necesitamos encontrar el modo de comenzar de cero y de pensar qué es realmente comida.
- ¿Y qué es comida?
- Comida es algo que alimenta, que nutre tu cuerpo. Si algo que se vende como comida no alimenta, no nutre tu cuerpo, no es en realidad comida.
- Estamos, como dice, rodeados de comida, nunca ha sido tan fácil abastecerse de alimentos como ahora. ¿El problema es que no sabemos controlarnos ante tanta oferta?
- Eso es. Pero creo que tenemos que hablar menos de controlarnos a nosotros mismos. En los últimos 20 años siempre que se hablaba de comida salía a relucir la culpabilidad individual, la moralidad de cada uno, la glotonería, la necesidad de que uno tuviera fuerza de voluntad... Y no, no tiene absolutamente nada que ver con eso, no es para nada una cuestión de fuerza de voluntad. Cuando vemos cómo aumentan los niveles de obesidad en todo el mundo, en el mismo momento, en todos los grupos de edad, afectando a niños y a gente mayor, queda claro que no es un problema de poca fuerza de voluntad.
- ¿Y qué es entonces?
- Un cambio radical en el modo en que nos nutrimos, en lo que comemos. Y lo que se necesita para frenarlo tiene que salir de los gobiernos: tienen que llevar a cabo intervenciones importantes en ese terreno. Porque, como decía, hay un montón de comida a disposición de la gente, pero mucha de esa comida en realidad no es comida. Y detrás de toda esa industria de la comida hay fuerzas enormes sobre las que no tenemos control a nivel individual.
- Dinamarca prohibió en 2004 las grasas trans (también conocidas como grasas hidrogenadas)y en 2015 obligó a que el 60% de los menús que se sirven en instituciones públicas como colegios u hospitales estén compuestos de productos orgánicos. ¿Ese es el camino a seguir?
- Dinamarca es un ejemplo increíble. Y creo que también Brasil lo está haciendo muy bien, en ese país por primera vez un Gobierno dictó unos principios de alimentación que dejaban muy claro dónde estaba el problema y pedía que se evitara el consumo de alimentos ultraprocesados. Si esos mismos principios se dictaran hoy en el Reino Unido, significaría evitar el 50% de la comida que hay a nuestra disposición. En Gran Bretaña y en Estados Unidos el 50% de nuestras calorías proceden de alimentos ultraprocesados. En España la cifra es más baja, en Brasil está en torno al 20- 25%. Que un gobierno diga que hay que evitar ciertos alimentos puede parecer fuerte, pero envía un mensaje muy claro a quien luego sale a hacer la compra. "Ah, esta es la comida que puede definitivamente crearme un problema de salud si la consumo mucho", se dirá esa persona.
- ¿Y por qué no se hace?
- El problema es que se hace justo lo contrario. En muchísimos países esa comida ultraprocesada se vende como si fuera algo maravilloso, algo sano. Se vende con etiquetas que dicen: baja en grasas, alta en cereales antiguos, buena para los niños... Y a los consumidores les resulta muy difícil tomar una decisión. Brasil es en ese sentido un ejemplo maravilloso, y también Chile, donde se ha prohibido que haya personajes de dibujos animados en las cajas de cereales dirigidas a los niños, porque esos dibujos invitan a los niños a consumir azúcar y a desayunar cosas que no son buenas para la salud.
- ¿Deberían darse clases de educación alimentaria en los colegios?
- Sí, sin ninguna duda. Tendría que haber muchísima más educación alimentaria en las escuelas. En el Reino Unido yo he estado involucrada en algunos proyectos de ese tipo. Trabajé por ejemplo con el director de un colegio que era estupendo, estaba convencido de si tuviera que enseñar una sola cosa a un niño debía darle conocimientos sobre la comida y cómo cocinarla, porque era la cosa más importante que podías hacer por su futuro. Y eso me da mucha esperanza. Algunos de los niños a los que les dimos clase, para que se haga una idea, nunca habían tenido un tomate entre sus manos, algo que no creo que ocurra en España.
- La Organización Mundial de la Salud dice que la dieta mediterránea es la más sana. El problema, como subraya usted en su libro, es que en España, en Italia y en Grecia, cada vez se come menos dieta mediterránea...
- Yo tengo en mi cabeza una visión idealizada de los países mediterráneos, con aceitunas, aceite de oliva, verduras maravillosas... Pero hay estudios que aseguran que efectivamente los niños mediterráneos ya no comen una dieta mediterránea, de hecho están entre los más obesos de Europa. Por eso es importante la educación alimentaria. Nosotros lo que hacemos en los colegios es simplemente llevar frutas y verduras frescas y, sin emitir ningún juicio, permitir a los chavales que las exploren utilizando sus cinco sentidos. Y lo que vemos es que un niño s fácilmente e puede volver loco por comer brócoli, pimientos, limones... Ese es un cambio, pero son muchos los que hay que hacer.
- ¿La epidemia de coronavirus puede impulsar algunos de esos cambios?
- Puede ser. Ahora la gente se está viendo obligada a cocinar en sus casas, porque con el confinamiento no hay otro modo de comer. Y, aunque sea terrible que todo eso ocurra por culpa de una pandemia terrible, creo lo que puede dar lugar a un gran debate sobre la comida y lo que uno realmente necesita comer para vivir.
- ¿Cree que si nos alimentáramos mejor tal vez el coronavirus no nos estaría golpeando con tanta fuerza?
- Hay definitivamente una enorme relación entre el sistema inmunitario y una dieta sana. Lo último que quiero decir, obviamente, es que alguien ha podido enfermar por el coronavirus por seguir una mala dieta porque, como ya le he dicho, esas no son elecciones que hagamos nosotros libremente. Pero sabemos que hay factores de riesgo que hacen que una persona pueda enfermar gravemente a causa del corononavirus como por ejemplo tener diabetes del tipo 2, muy relacionada con la alimentación.
- Jamás se ha comido tanta carne como ahora. Sin embargo, tenemos carencia de proteínas. ¿Cómo es posible?
- A mí también me resultó sorprendente cuando me enteré. Casi todas las especies de animales, no sólo los seres humanos, necesitan alcanzar en sus dietas una cierta proporción entre las proteínas y las grasas e hidratos de carbono, y de hecho nuestra apetito nos impulsa a alcanzar esa proporción. Pero en los últimos tiempos nuestra dieta se ha visto literalmente inundada con grasas y carbohidratos refinados de baja calidad: aceites refinados, harinas refinadas, azúcar refinado...-Y aunque ha aumentado nuestra ingesta de carne y de proteínas, la de carbohidratos y grasas de baja calidad lo ha hecho muchísimo más rápido. Y el resultado es que, de media, la proporción entre ambas ha caído.
- Yo creía que beber saciaba el hambre, pero leyendo su libro me he enterado de que ni siquiera un batido con leche tiene poder de saciar...
- Así es. Uno puede beberse dos litros de una bebida gaseosa azucarada y no ver saciada su hambre. Incluso si te bebes un batido de leche no sacias el hambre, no lo sacias aunque te tomes uno de esos frappuccinos o batidos de leche gigantescos que venden muchas coffee shops y que cada uno puede tener 2.000 calorías. Y no te sacia porque nuestro cuerpo no procesa las bebidas como si fueran comida. Parece ser que nuestros genes aún no han evolucionado lo suficiente como para que nos sintamos saciados por el consumo de líquidos que no sean espesos, aunque esos líquidos contengan tanta energía como una comida completa. Tiene su sentido, porque si los hombres primitivos que eran cazadores se hubieran saciado bebiendo agua, no habrían sentido la necesidad de salir a buscar comida y habrían muerto. Pero ese mecanismo de supervivencia de nuestro cuerpo no funciona en el nuevo mundo de comida en el que hoy vivimos. Si eres un ser humano actual, rodeado de todas esas deliciosas bebidas con distintos sabores y tantas calorías, ese mecanismo se convierte de hecho en un problema.
Esta noche Martes -5- Mayo a las 22:05 horas en La 1,.
(MAÚLLA)
(GRUÑE)
¡Ah!
Buenos días.
¡Madre mía!
Sí, igual nos pasamos anoche
con el ron.
Igual sí, igual sí.
¿Tú no te ibas al salón?
Sí, sí, la idea era esa.
Pero se está
tan a gusto en tu cama
y en el salón,
en ese sofá de mierda,
rodeado de gatos,
como que no.
Claro, claro.
Pero si quieres, me voy.
Ahora que...
Suéltame antes.
Que te crees tú eso.
¡Oh!
(Música)
(Cacareos)
(RÍE)
¿Donde lo tenías?
¡Om!
¡Oh!
-¡Ah!
-¡Ah!
-¡Oh!
-¡Ay!
-¡Qué maravilla!
-¡Ay!
-No sabes
cuánto necesitaba esto.
-Cuánto lo necesitábamos,
cariño.
Los dos.
-¡Ah!
¿Y qué nos impedía hacerlo?
-Pues yo qué sé, que te bloqueas,
que pierdes confianza.
Qué sé yo.
-Bueno, pero todo eso pasó.
-¡Mmm!
-¡Ah!
¿Y ese ruido?
-Yo no oigo nada.
-¿No lo oyes?
¡Pero si parece
que se va a caer la casa!
-¡Ah!
Eso es que estás a punto
de despertarte.
(Ronquidos)
(JADEA)
(Ronquidos)
(RONCA)
Y aquí avanzamos
por el pasillo.
"Muy largo, muy bien".
Amplio y largo.
Grande, en definitiva,
como todo en esta casa.
"Ah".
Y ahora llegamos a la cocina.
"Tiene ventana, muy bien".
Bien abastecida.
Bueno, y ahora vamos a ver
la joya de la corona.
El estudio.
"Veo que lees mucho".
Es muy amplio también,
luminoso.
Esta es una obra de arte,
es una escultura
que se llama "Post coitum".
(Timbre)
Es que he pedido
un ordenador.
"¿Ah, sí?".
-¡Le dejo el paquete aquí!
¡Sí, déjalo ahí, ahora voy!
Adiós, gracias.
"¿Te has comprado otro ordenador?".
Sí, claro, tú sabes que me gusta
estar al último grito.
"Fermín, por favor,
si lo del último grito
no lo oigo
desde los años 80".
¡Ah!
¡Ah!
Aquí está, ¿qué te parece?
"No sé, maravilloso".
¿Has visto qué grande?
"Es enorme.
Además, últimamente,
te confieso
que me está gustando
mucho esto del unpacking.
Ah, hacer unpack...
¿Unpacking?
Sí, a mí también.
"Además, en esta época
de confinamiento
hacer un unpacking
es como un lujo total".
Sí, sí, un lujo total.
Unpacking.
¡Tachán!
¿Qué cojones...?
"Pero ¿eso qué es?".
Es una cosa
que había pedido yo también.
Pero se me había olvidado.
"Pero eso se ve
como muy antiguo ya".
Maldito Richi.
"Mira, Fermín, perdóname,
te voy a tener que colgar".
¿Hablamos luego o qué?
"Pues bueno, no lo sé,
yo ya te avisaré.
Es que he quedado con Alfredo
en ir a hacer
una excursión virtual
por las cataratas del Niágara.
Y la verdad,
no sé cuándo estaré disponible".
¿Y qué hacemos
con el unpacking?
"Ya veremos, yo te llamo,
no me llames
porque va a ser difícil
encontrarme en casa.
Yo te llamo, mejor.
Yo te llamo, de verdad.
Adiós, Fermín".
Vale, vale.
¿Y ropa de un antiguo novio
no tienes por ahí?
Te pones lo que yo tenga.
Muy bonito.
(RÍE)
Mira, verde con verde.
-¿Has visto
mis calcetines cómodos?
(RÍE)
¿Por cómodos quieres decir
los que están llenos de tomates?
-Sí, los cómodos y frescos.
-Pues no sé,
andarán por aquí.
Se los he dado a Sigmund
para que me ayude a emparejar.
-¿Estás haciendo
que nos doble la ropa?
-Sí, es una actividad Montesori.
-Ya, bueno,
¿y qué vendrá después,
que nos monte el lavaplatos?
-Pues sí, eso ya lo hace.
Lo próximo que le voy a enseñar
es barrer.
-Eso ya raya un poquito
la esclavitud infantil.
-No, estamos ayudando a Sigmund
a conectar con sus tareas.
-Y con las nuestras,
por lo que veo.
-¡Ay, de verdad,
que no te enteras de nada!
La educación Montesori
es lo mas pro ahora mismo.
-Sí, un sistema que convierte
a los niños en Oompa Loompa.
-¿A que a ti te gusta, cariño?
-¡A guardar!
-¡A guardar!
Venga, vamos a guardar
los calcetines.
-¿Los tobilleros también?
(ASIENTE)
-¡Joder, qué bien doblados!
¿Esto lo ha hecho él?
-Claro.
Ya te he dicho
que es lo más pro.
-Ah.
El unpacking es lo máximo
a lo que podemos aspirar.
Ya, ya, ya, pero ¿qué es?
Es equivalente,
a qué te diría yo,
a un baño de champán
en una suite.
Estás en la vanguardia
del éxito.
Ya, pero ¿me quieres decir
qué es?
Ah, desenvolver cosas nuevas.
¡Jo, pues vaya!
El acto en sí
no es muy ético.
Pero a esta chica te la has ganado,
no hay vuelta de hoja.
Sí, sí hay vuelta de hoja.
Sí hay vuelta de hoja
porque me ha traído un ordenador,
pero un ordenador de papeles.
¡Puto Richi!
Habla con tu amigo
y dile que me devuelva el dinero.
Sí, no te preocupes,
esto te lo soluciono.
Y es la última vez
que te hago caso.
Hablo con él y te llamo.
"Venga, va, va".
¿Qué demonios...?
Que sí, que sí. Ya sé que esto
no estaba planificado,
pero qué quieres que te diga.
Es que me gusta.
Pero que conste
que esto es solo provisional.
Esto es para siempre.
Sí, lo hemos vuelto a hacer,
pero solo ha sido una vez.
Seis veces.
Ah, estuvo bien.
La mejor noche de mi vida.
No, no, no diría tanto,
yo diría amigo especial.
Yo diría que es
la mujer de mis sueños.
¿De quién estás hablando?
Porque me he perdido.
Pues de Montse.
Ah.
Te has dado cuenta de que estás
enamorado de Montse.
No sé cómo calificarte, Víctor.
Tú eres un veleta.
Veleta se queda muy corto.
Eres un tarambana.
Pero no, tampoco,
no sé cómo llamarte.
En estos casos siempre
me acabas llamando gilipollas.
Ya, y me da mucha rabia.
Pero ¿a que sabemos
de qué estamos hablando?
Sí, claro, perfectamente.
Descerebrado, eres un descerebrado,
eso es lo que eres.
¿No era gilipollas?
No, me gusta más
la palabra descerebrado.
Espero que te portes como un hombre
con Bárbara y le digas la verdad.
Que sí, hombre, a su tiempo.
Su tiempo es ya.
Que sí, hombre,
pero sé un poco comprensivo.
La vida es una caja de sorpresas,
como decía Forrest Gump.
No, Forrest Gump decía
que la vida
es una caja de bombones,
no de sorpresas.
Y si fuera de sorpresas,
lo raro, hermanito mío,
es que todas las sorpresas
te pasan a ti.
¿Por qué a mí no me pasan
estos imprevistos?
Porque soy un tío preparado,
un tío precavido.
Porque yo, para todo,
tomo precauciones.
Que sí, hombre,
que ya lo sabemos todos,
que eres el más listo
de tu portal. Hasta luego.
Oye, deberías pensar en tirar
esos calzoncillos pordioseros
llenos de agujeros.
-Sí, claro, con lo que han tardado
en adaptarse a mi anatomía.
-No se han adaptado, cari,
se han desintegrado.
-Esos calzoncillos
me proporcionan una sensación
de libertad y de frescor
que no me proporcionan los nuevos.
Me molesta que no lo veas.
-Lo veo perfectamente cada vez
que te tumbas con ellos
en el sillón.
-Cuando tú usas esas bragas
viejas y feas,
yo lo respeto.
-¿Perdona? No, no, no.
Escucha un momento,
esas bragas
las utilizo cuando tengo la regla
para no gastar las nuevas.
-El día que las pongas para trapos
yo pondré mis calzoncillos.
-No, para trapos, no,
a la basura.
-¿Quién no usa ropa vieja
como trapos?
-La pregunta es:
¿Quién deja que esa ropa
llegue a ese estado
antes de usarla como trapos?
-Qué manía os tiene
esta mujer.
Richi, ¿qué mierda
le has mandado a mi padre?
-Lo que me pidió,
un ordenador.
-No, le has mandado
el puto armario
lleno de mierda
que tienes en el trastero.
-Es que eso es un ordenador.
-¡Eso no es un ordenador, coño!
-Según la RAE, es un ordenador,
en su primera acepción.
-Pues hay que ir
a la segunda acepción.
-La segunda es jefe de una oficina
de cuentas y personas no envío.
-¿Y la tercera es?
-La tercera
es computadora electrónica.
-¡Pues eso, coño,
la tercera acepción!
-Ah, que querías la tercera.
Nadie me especificó a qué acepción
había que hacerle caso.
Ni tu padre, ni tú,
ni Cristo que lo fundó.
-¡No me jodas, Richi!
Si le timas a mi padre,
me timas a mí.
-Yo nunca he timado
a nadie jamás.
-¡Uf! A ver.
¿Cuánto le has sacado?
-Los 1000 euros
que me dijiste.
-Ah, bueno, eso está bien.
-Mira, si quieres,
por esta ofensa,
en vez del 50 por ciento,
te puedes quedar seis...550.
-No, ibas a decir 600.
-No, no.
-No, sí, sí.
-No.
-Bueno, vale, 575.
-540.
-60.
-30.
-50.
-Venga, 550, trato hecho.
-Trato hecho, toma ya.
¡No, 50 no, tío!
-No, ya hemos dicho trato hecho.
-¡Mierda!
-Has ganado 50 euros más
de lo que pensabas.
Conmigo siempre sales ganando.
-¿Sabes qué?
A mi padre, que le den.
Cuando le pido dinero,
siempre se hace el sordo.
-Pues a mí me hizo
el ingreso enseguida.
-¿Encima? ¡Será cabrón!
¡No se te ocurra devolverle
ni un solo euro!
-¿Devolver, yo?
El Conseguidor
nunca ha devuelto dinero.
Y todos repiten.
-A veces
me das un poco de miedo.
-¿Solo un poco?
(RÍE)
(RÍE)
-¡Ay!
(RÍE)
-¡Adiós, Richi, adiós!
(Música)
Dijeron que nos llamarían
ahora, ¿no?
-Sí, eso dijeron.
Y si resulta
que alguno lo tenemos,
aunque no tengamos síntomas,
nos tendríamos que separar.
-Madre mía.
50 años sin separarnos
ni un día.
Bueno, aparte de...
-¿No me saldrás otra vez
con el viaje a Lisboa?
-No, no, no.
Me estaba acordando
de cuando te empeñaste
en hacer el Camino de Santiago.
¿Te acuerdas?
Con 75 años.
Te tuvieron que traer a casa
en una ambulancia.
-Ni me lo recuerdes.
-¿Y dónde nos llevarían?
Yo no quiero dormir
en un polideportivo.
-Bueno, supongo
que eso será optativo.
No sé.
Si yo me contagiara,
¿tú te quedarías conmigo?
-¿Qué?
Dame eso, que lo tengo
que meter.
-No me has contestado.
-¿A qué?
(Móvil)
-Sí.
¿Que ya están los análisis?
Ya.
Sí, sí, léamelo.
Sí.
De acuerdo.
De acuerdo, gracias.
Hasta luego.
-¿Tú o yo?
-Los dos.
-¿Los dos?
Lo tenemos los dos.
-¡Madre mía!
-También es desgracia que hayan
salido los dos negativos.
-¿Han dicho negativos?
-Sí.
-Eso es bueno.
-¿Cómo va a ser bueno
si es negativo?
-No te enteras de nada.
Lo bueno es negativo
y lo malo es positivo.
-Es que no entiendo nada.
-¡Mira que eres burro!
¡Que no lo tenemos,
que estamos sanos!
¡Que te quiero mucho
y que estoy muy contenta!
-Déjate de historias,
lo negativo es negativo y punto.
Mira, papá,
he hablado con Richi
y el tema no es tan fácil.
Ya, ya.
¿Por qué tengo la sensación
de que estás detrás de esto?
¿Yo?
Sí, tú, no te hagas el ofendido.
¡No, pues me parece fatal
que dudes de mí, papá!
"Tengo pruebas,
desgraciadamente".
Ah, ¿qué tienes pruebas?
¿Y qué pruebas tienes?
¿Tienes mi huella dactilar
en el mueble?
No, tus notas
de tercero de BUP.
"Están dentro del mueble
que me has mandado".
¡Con seis suspensos, Jorge!
"Y mi firma falsificada".
Ni siquiera
aprobaste gimnasia.
Es que el potro
nunca se me dio bien, papá.
Eres un sinvergüenza.
"¿Sabes lo que te digo?".
Voy a hacer contigo algo
que debí hacer hace mucho tiempo.
"Lo voy a hacer ahora, fíjate".
Tranquilo, no nos alteremos,
esto lo soluciono, como todo.
Hijo, te voy a desheredar.
¿Qué?
"Sí, como lo oyes.
Que tengas un buen día".
(Pitidos)
¡Cariño!
¿Has acabado ya?
Casi, casi.
¡Pero si está todo igual!
Es que lo tenía casi todo recogido,
pero me he despistado
y la niña lo ha vuelto a poner
todo por el medio.
¿Y te ha dado tiempo a comprar
su regalo de cumpleaños?
Eh...
No, no, aún no.
En cuanto acabe esto y termine
un par de cosas de trabajo,
ya lo hago, ¿vale?
Tiene que ser hoy
que si no, mañana no llega.
Vale, tranquila,
que sí, que lo hago.
(Llanto)
(RONCA)
¡Ay!
-Mira lo que tenemos aquí.
-¿Qué pasa?
Joder, ¿qué te pasa?
-Tienes un agujero
en el calcetín.
-Ay, por Dios,
qué susto me habías dado.
-¿Quién lleva calcetines
de pordiosero?
-No me había dado cuenta.
-Ah, claro, la excusa fácil.
-A ver.
Estamos en circunstancias
especiales.
-O sea, no lo vas a tirar.
-Bueno, mientras dure
la cuarentena, no.
-¿Y cuando termine?
-Cuando termine,
los juntaré con mis braguitas
de la regla
y me los pondré a juego.
-Ah, claro, creando tendencia.
Pues podríamos hacernos una foto
rollo Lennon y Yoko Ono.
En lugar de estar en pelotas,
tú podrías llevar
tus bragas de la regla
y tus nuevos calcetines rotos
y yo, mis calcetines cómodos
y mis calzoncillos limpios.
-Muy bien, eso molaría un montón.
-¿En serio?
(ASIENTE)
Oye.
-¿Eh?
-Cari, ¿me prometes
que cuando acabe la cuarentena
te vas a comprar ropa nueva?
-Te lo prometo.
-¿Sí?
-Sí.
-¿Y vas a tirar
esos calzoncillos
y esos calcetines
llenos de agujeros?
(RÍEN)
-Eso no te lo prometo.
Has comprado eso, ¿no?
¿Cómo que no quedaban?
Pues no, no quedaban.
Ahí siempre hay de todo.
Sí, y he mirado
en más sitios.
¿Por qué no le regalamos
una cocinita?
Porque ya tiene cocinita.
Bueno, pues otra cosa.
Que no, amor.
Mis padres me regalaron
una bicicleta con ruedines
cuando cumplí 3 años.
Me juré a mí misma
que si tenía una niña,
cuando ella tuviera 3 años,
yo le regalaría
una bici con ruedines.
Espera, espera,
tengo un idea buenísima.
¿Cómo se lama su muñeca favorita?
Valeria.
Que no sepas eso a estas alturas.
Se la cogemos, la escondemos
y le decimos
que la ha perdido.
Al principio
tendrá un disgusto,
pero cuando hagamos la fiesta,
se la damos
y ya verás la cara
de alegría que pone.
Mucho más que una bicicleta.
Esa es tu idea buenísima.
Traumatizar a tu hija
secuestrando a su muñeca Valeria.
Bueno, voy a volver a mirar,
que seguro que han repuesto
el stock.
¿Quién va a traer una bicicleta
en un solo día?
¡Buenos días!
¡Hombre, Marcelo,
cuánto tiempo sin verte!
Sí, sí, ¿qué tal?
Bastante, bastante.
Muy bien, muy bien.
Te voy a decir exactamente
cuánto tiempo...
Aquí está, Marcelo, 4 años,
7 meses y 16 días.
¿Ya se te ha pasado
la abstinencia?
No, no, es que he sido padre.
Ah, has sido padre.
Una buena razón
para volver al hábito.
No, no, que he sido padre
es la razón
por la que llevamos
cuatro años...
Por cierto...
¡Ah, esa es la razón!
¿Cómo tienes esos datos
tan precisos?
Es inquietante.
Verás.
Esa excusa
ya me la pusiste en 2004.
En 2008 me volviste
a decir lo mismo.
Volviste a ser padre...
¡Richi, Richi!
Oye, una cosa, que no te llamo
para pedirte hierba, no.
Ah, no.
No.
Ah, eres de esos que aprovecha
la cuarentena para ponerse
en contacto con gente
con la que ha perdido trato.
Haberme llamado
antes de la pandemia,
que estaba en casa aburrido.
Vale, vale, vale.
¿Has terminado?
¿El qué?
La turra que me has soltado.
Sí, la turra la he acabado.
Vale, perfecto,
porque necesito algo.
Lo que necesito
es una bicicleta pequeña,
de niña, pero muy importante,
que tenga las ruedecillas
en los lados, como...
¿Ruedecillas o ruedines?
Pues no lo sé, no me sé
la terminología científica.
Hay que sabérsela.
Ruedines, ruedines.
Venga, ruedines, sí.
Ruedines.
Oye, pero por favor,
no te olvides,
tiene que ser una bicicleta
pequeña, de niña.
Que va a cumplir tres años.
Por cierto, ¿cuánto
me va a costar la bicicleta?
40...
40, trato hecho.
Mierda.
Trato hecho.
Te conozco hace años y sé
que hay cosas que no cambian.
Sobre todo, mándame una foto
de la bicicleta,
que no me fío de ti.
Te mando la foto
y en cuanto me des el aprobado,
te la envío.
Oye, Richi, estaba pensando
que me podías incluir
un regalito de bienvenida
por los viejos tiempos.
No sé de qué me hablas.
¿De qué hemos hablado antes?
No me acuerdo.
De la cosa.
¿La cosa?
La cosa verde.
¿La cosa" de Carpenter?
No sé por dónde vas.
Me está entrando otra llamada.
¡Acuérdate de la foto
de la bicicleta!
Vaya estrés, colega.
(Música)
Oye, Richi, que sí,
cojonuda la bicicleta.
Pequeña, rosa, buah.
Le va a encantar.
Venga, gracias.
Si te parece bien,
las mañanas
el patio es para mí.
Total, tú nunca te levantas
antes de las 11.
-Pues nada,
de 12 a 1 el patio es mío
porque hago mi tabla de ejercicio.
-¿Cuándo has hecho una tabla?
-Mañana empiezo.
-A esa hora el patio
es todo para ti.
Segundo punto: comidas.
El primer turno de comidas,
si no te importa,
lo empiezo yo.
-Pues mira, no me importa.
-Con las cenas
hacemos lo mismo.
-Me parece muy bien.
-Y a las 6 quiero el salón
para mi clase de yoga.
-Me parece ideal
porque a las 6 saco a Lola.
-¿Cómo que sacas a Lola?
La perra es mía, la saco yo.
-Yo pensé que íbamos a tener
una custodia compartida.
-No has mirado a la perra
en su vida
hasta que empezó
la cuarentena.
Ahora te encanta la perra.
-Pues sí, ahora me encanta
la perra
porque el confinamiento
ha estrechado
los lazos afectivos
humano-perro.
-La perra es mía y punto.
-Pues si te pones así,
la tele es mía y punto.
-Un paseo cada uno.
Y me quedo con la tele
de 8 a 10.
-¿Y qué hago yo de 8 a 10?
-¿Qué has hecho hasta ahora?
-Nada.
-Pues entonces, fenomenal,
tú sigue así.
(Puerta)
¿Estás bien?
¡Sí, sí, estoy bien!
Solo estoy un poco cansada,
pero ya voy.
¿Hola?
Hola, sí, sí.
¿Qué tal?
Que estoy completamente segura.
Que es positivo.
No, no, no,
me encuentro bastante bien.
Bueno, estoy un poco cansada,
la verdad,
y tengo un poco de dolor
de cabeza, pero bueno, bien.
No, no le he contado todavía,
pero ahora se lo cuento a Carlos.
Sí, sí.
Muchísimas gracias, doctor,
gracias por su ayuda.
Le mantengo informado,
claro que sí.
Envuelto para regalo.
Richi, Richi.
¡No, no, no!
Bicicleta para niña pequeña,
no bicicleta pequeña.
¡Tachán!
Que no.
¡Que no!
Eh...
Te vas a chupar los dedos,
receta de mi madre.
Qué buena pinta tiene.
Bueno, bueno, ¿y mi odisea
de hoy en el supermercado?
Que me pongo en la cola
para pagar
y se me pega una señora mayor
sin mascarilla ni guantes.
Y claro, me giro y le digo:
"Señora, no está usted
a los dos metros de rigor".
Y me dice:
"Es un metro y medio".
Es que es a metro y medio.
Otra, como la señora.
Que no, el gobierno
ha dicho que son dos.
Hay que actualizar los datos,
estar atentos.
"Señora, que son dos metros".
Y ella: "Es un metro y medio".
Y le digo:
"Señora, que me da igual,
tampoco está a metro y medio".
"Estoy a metro y medio".
Se acabó la discusión,
saqué el metro y medí.
¿Sales a la calle con un metro?
Sí, claro. ¿Tú no?
De verdad, no sé cómo responderte
a esa pregunta, no sé.
Lo hago por responsabilidad,
nos exigen guardar unas distancias.
Si no mido, no lo tengo claro.
Y te pusiste a medir.
Claro que me puse a medir.
Pero la señora hacía:
pi, pi, pi.
Y se retiraba
unos centímetros.
Soy perro viejo
y no me la daba con queso.
¿Y?
Claro.
Luego mi hermano Víctor
se asombra
de que no me pasen
imprevistos como a él.
No me pasa porque soy
un tipo preparado,
porque soy un observador.
Porque yo estoy en todo,
porque tomo precauciones.
¿Y a ti qué te pasa?
No, no, nada, nada.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Herido un hombre de 72 años al ser atropellado en Badajoz,. . , fotos,.
Herido un hombre de 72 años al ser atropellado en Badajoz,.
El accidente ha tenido lugar esta mañana en la glorieta de Las Grullas,.
El suceso ha ocurrido sobre las 10,30 horas, cuando el 112 de Extremadura ha recibido una llamada alertando del atropello a un peatón en la avenida Luis de Góngora con la plaza José Martí de la capital pacense.
Hasta el lugar del atropello se han desplazado una ambulancia medicalizada y una unidad de soporte vital básico del Servicio Extemeño de Salud (SES), así como una patrulla de la Policía Local.
El hombre atropellado presentaba una contusión en un hombro y un traumatismo en la columna vertebral. Tras ser atendido en el lugar del suceso ha sido trasladado en estado 'menos grave' al Hospital Universitario de Badajoz.
TITULO: HOY LE TOCA - Dos cabalgan juntos,.
Dos cabalgan juntos,.
A medida que esta situación que vivimos avanza y descubre lo peor y lo mejor, vamos desarrollando una especie de fuerza basada en la experiencia,.
foto / Nada alimenta más mi ya pertinaz misantropía que este pensamiento: el mismo proceso evolutivo que produjo el personal sanitario que magnánimamente nos atiende ha dado vida a Esos Seres de los que prefiero no hablar, con su Orquesta de Señoritas Sincopadas. Por cierto, a la Autómata Autonómica (añadiría del Tibidabo, pero aquellos eran mecanismos míticos) tendrían que echarle aceite, aunque fuera de colza.