TITULO: La clave - Grupos de izquierdas en Cataluña recelan del concierto económico del PSC,.
Grupos de izquierdas en Cataluña recelan del concierto económico del PSC,.
Advierten de que puede potenciar las desigualdades y consolidar el confederalismo,.
A falta de conocer la letra pequeña del acuerdo entre el PSC y ERC en materia de financiación que permitió la investidura, en agosto, del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña, empiezan a escucharse las primeras voces,.
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, ha avanzado este miércoles que la consejera de Economía, Alícia Romero, ya ha comenzado los trabajos para el despliegue de «la financiación singular» o concierto económico para la comunidad, siguiendo los pasos del acuerdo de investidura entre el PSC y ERC. Illa ha recalcado que «pronto se verán los resultados» y que para hacer efectivo el traspaso su gobierno multiplicará por cuatro los recursos actuales de la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC).
Illa ha respondido así a las preguntas del líder de ERC en la cámara catalana, Josep Maria Jové, que ha presionado a Illa avisándole de que la legislatura "no tiene sentido si no hay avances reales y tangibles" en financiación, en una velada amenaza de retirada de apoyos, la segunda de esta semana. Jové le ha pedido "concreciones reales" sobre qué va a hacer su gobierno para reforzar la administración tributaria catalana.
Según la memoria publicada en 2023, la ATC tiene 852 empleados y un presupuesto de poco más de 92 millones de euros, que de cumplirse lo que promete el presidente catalán tendrían que pasar a unos 3.400 empleados y a cerca de 370 millones de euros de presupuesto.
Unas grandes cifras que han despertado las suspicacias de las organizaciones que representan a los trabajadores de la Agencia Tributaria. Sospechan que una ampliación de estas características solo puede concretarse a costa de incorporar el personal y los medios de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT). Algo que según explicaron a ABC el secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha) y la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), es más fácil de decir que de hacer, sobre todo en lo que refiere al personal.
La AEAT tiene 3.800 empleados en Cataluña -casi los mismos que necesitará la Generalitat para su organismo tributario- y buena parte provienen de otras comunidades autónomas. Según José María Peláez, portavoz de la asociaciones de inspectores de Hacienda, «la mayoría no querrían quedarse en Cataluña», y lo mismo puede decirse de los técnicos de Hacienda, entre los que las demandas de traslado ya son más altas que en otras comunidades, según explica José María Mollinedo, secretario general de Gestha.
"Multiplicar la Hacienda catalana por cuatro o asumir la gestión del Impuesto sobre la Renta ya en 2025 no puede hacerse si no es traspasando efectivos de la Agencia Estatal de Administración Tributaria a la agencia catalana", aseguran desde la asociación de Inspectores de Hacienda del Estado. "Todo indica que van a ir dando pasos por la vía d ehecho, sabiendo que después será imposible dar marcha atrás. Es una auténtica barbaridad, con unas consecuencias muy graves en la aplicación del sistema tributario y en la lucha contra el fraude fiscal, aunque parezca que a ningún político le importa", advierten.
Illa, en la primera sesión de control al Govern tras las elecciones del 14 de mayo y la investidura de agosto, ha reiterado su compromiso con respetar y cumplir el acuerdo entre el PSC y ERC: «Cumpliremos no solo el acuerdo, sino también los plazos que el propio acuerdo recoge, que son ambiciosos», ha subrayado. Y ha vuelto a defender que es imprescindible que Cataluña tenga »una financiación justa«, sin privilegios, a pesar de que un sistema de concierto económico para la Generalitat supondrá menos recursos para otras regiones.
En esta línea, Jové le ha exigido «concreciones reales» sobre cómo avanzar en esa línea y qué hará el Govern para que la Agencia Tributaria de Cataluña pueda asumir las competencias de todos los impuestos, previstas en el acuerdo de investidura. Ha sido entonces cuando Illa ha respondido que, sin duda, se tomarán «las medidas necesarias para redimensionar» la Hacienda catalana, que deberá multiplicar por cuatro sus recursos y dimensiones.
Redistribución limitada
Por otro lado, en respuesta a una pregunta del PP, la consejera Romero ha defendido la redistribución de la riqueza y una política fiscal con la presión fiscal que aplica la Generalitat para «reducir las desigualdades». En opinión de Romero, para «reforzar el Estado del bienestar», es necesario redistribuir la riqueza generada, aunque limite esta acción con el resto de regiones al defender el concierto económico y, por lo tanto, limitar esta redistribución entre las comunidades autónomas.
«Nosotros gobernamos para todo el mundo -ha respondido la consejera de Juan Fernández, el diputado del PP que ha efectuado la pregunta oral en la sesión de control al Govern-, para generar riqueza y redistribuirla. Ustedes solo quieren bajar impuestos a los ricos, nosotros defendemos a las familias», ha dicho. Y ha cargado contra la política fiscal de la Comunidad de Madrid porque ha señalado que «perjudica la desigualdad que hay en España».
La política fiscal de la Generalitat, ha defendido Romero, debe reflejar la fórmula de que «quien más gana, quien más tiene, quien más hereda, quien más contamina, pague más». Una fórmula que no se aplicaría en caso de que se reforme la financiación autonómica en la línea de lo pactado por ERC y el PSC, siempre que se entienda la redistribución por toda España.
TITULO: La Sexta Columna - 'Trump Contraataca . , Viernes - 8 - Noviembre ,.
Este viernes - 8 - Noviembre a partir de las 21:30 La Sexta, foto,.
'Trump Contraataca,.
'Proyecto 2025' o cómo Trump puede destruir la democracia y atar a un país entero a las tinieblas,.
El candidato republicano tiene un plan si consigue volver a ser presidente de Estados Unidos, el denominado Proyecto 2025, un plan que los demócratas aseguran que será el fin del Estados Unidos que conocemos.
Un rumor recorre desde hace meses Estados Unidos: Trump tiene un plan para gobernarlos a todos y atarlos en las tinieblas, a lo Sauron. Se llama Proyecto 2025, y los demócratas lo invocan en sus mítines anunciando a quienes quieran escucharlos que, si se pone en práctica, supondrá el fin del Estados Unidos que conocemos.
Así, Tim Walz califica el Proyecto 2025 de "libro de jugadas" con las que hacer "más difíciles las cosas a quienes sólo quieren vivir sus vidas", mientras que Kamala Harris lo tacha de "plan detallado y peligroso de lo que haría Trump en caso de ser reelegido", e invita a sus conciudadanos a buscar en Google de qué va todo esto.
Si usted sigue el consejo de la vicepresidenta estadounidense, localizará sin demasiada dificultad el tocho de más de 900 páginas que conforman el Proyecto 2025, en el que términos como "izquierda" o "woke" aparecen, de forma recurrente, con un sentido siempre peyorativo.
¿Pero es realmente tan peligroso como dicen los demócratas?
Trump no tiene nada que ver (o sí)
Donald Trump, acosado por la activa propaganda de sus opositores en torno al Proyecto 2025, ha aprovechado varias de sus apariciones públicas y el debate contra Kamala Harris para lanzar un mensaje doble: el proyecto es "extremo" y "no tiene ni idea de quién está detrás". Pero, alerta spoiler, el maestro del bulo lo ha vuelto a hacer. Porque "detrás" está la ultraconservadora Heritage Foundation, un lobby conservador en cuyos actos ha participado Donald Trump en repetidas ocasiones y cuyo presidente, Kevin D. Roberts, reconoció en una entrevista en The New York Times que el gran objetivo de su fundación es "institucionalizar el Trumpismo". Por no hablar de las alabanzas que el expresidente ha dedicado a Roberts en varias ocasiones o de la fotografía que este último tiene colgada en su despacho de Heritage Foundation, donde aparece posando alegremente junto a Trump en un avión.
Pero más allá de las relaciones personales, entre el Proyecto 2025 y las ideas de Donald Trump, muchas de ellas aglutinadas en la Agenda 47, existen multitud de paralelismos, siendo la excepción a la regla el derecho al aborto, ante el cual Trump se muestra más prudente que los ultras de Heritage Foundation, partidarios de su aniquilación, sin excusas.
En inmigración, sin embargo, las posturas de Trump y el Proyecto 2025 son idénticas: deportaciones masivas y control salvaje de las fronteras. En cuanto a la diversidad sexual y de género, ambos defienden que lo que existen son los hombres y las mujeres, punto. Mientras que en lo que se refiere al cambio climático, coinciden en incentivar el uso de los combustibles fósiles y reventar la lucha contra el cambio climático. Y hasta aquí los titulares fáciles de explicar, porque lo que resulta quizás más complejo e intrigante tiene que ver con la coincidencia tanto de Trump como de sus colegas de Heritage Foundation en la idea de que el ejecutivo debe aglutinar mucho más poder.
Para convencer a los estadounidenses de esta necesidad, tanto Trump como el Proyecto 2025 ponen en duda la efectividad de organismos como el FBI o el Departamento de Justicia, cuyo control por parte del presidente es un deseo que no ocultan, junto con el de despedir a todos esos "burócratas deshonestos", como los llama Trump, que a su juicio deben ser eliminados de forma "agresiva" de la ecuación gubernamental para que no estorben, en definitiva, a las decisiones de un futurible presidente con sus opiniones de corte independiente.
He aquí el gran temor que publicitan los demócratas. Que con este movimiento que desequilibraría la separación de poderes, Estados Unidos muera a lo república de Star Wars. Con un estruendoso aplauso a favor de Trump el próximo 5 de noviembre.
Siempre quedarán las armas
Si todavía no tiene el miedo metido en el cuerpo, querido lector, hablemos de un señor llamado Peter Valentinovich Turchin, inventor de una disciplina bautizada como Cliodinámica. Resumiendo mucho, lo que hace Turchin es combinar episodios de la historia con las matemáticas, método según el cual podemos saber si una civilización de nuestro siglo XXI se dispone a acuchillar al Julio César de turno o a protagonizar una nueva Revolución Francesa. Tras aplicar su método al caso estadounidense, Turchin ha determinado que el país está al borde de una guerra civil, tal y como declaró a los compañeros de El Orden Mundial en esta prolija entrevista.
La cosa puede sonar a la última película protagonizada por Kirsten Dunst, Civil War, pero si bajamos a los datos el tema se vuelve preocupante. Desde 2015, año en que Donald Trump se postuló para liderar el Partido Republicano, hasta 2023, los tiroteos masivos han pasado de 332 a 656, casi un 100% (97,59% para los puristas). Y hay más, porque una encuesta de la Universidad de Maryland y The Washington Post desvela que el 34% de los estadounidenses considera justificable el uso de la violencia contra el gobierno si les da por ahí. Eso, en un país donde uno se puede comprar un pistola como quien cambia de tostador, un supremacista blanco arrolla a una multitud y otro recorre 600 de sus millas, 965 de nuestros kilómetros, para matar hispanos en Texas, resulta aterrador. Pero no para Trump ni sus amigos de Heritage Foundation, claro.
Porque Trump, lejos de moderar su discurso violento tras el Asalto al Capitolio por parte del bisonte y sus amigos, lo ha endurecido. Especialmente en la presente campaña, en la que ha definido a los migrantes como "no personas" acusándolos de "contaminar" la sangre estadounidense, mientras pide "un día violento" para ajustar cuentas con los criminales. Y en paralelo, su colega Kevin D. Roberts, el líder de esa Heritage Foundation que está tras el Proyecto 2025 del que hablábamos unas líneas más arriba, se despacha a gusto bajo la atenta mirada de Cristo en el programa de Steve Bannon diciendo: "Quiero ser parte de lo que llamo la Segunda Revolución Americana. Ojalá sin sangre, o sin más sangre que la que ha derramado la izquierda".
TITULO: Equipo de investigación - Minipisos , Viernes - 8 - Noviembre,.
Este Viernes - 8 - Noviembre a partir de las 22:30 La Sexta, siempre dirigido por Gloria Serra , foto,.
Minipisos,.
El inversor inmobiliario que ha hecho de los minipisos su forma de vida: "¿Veis? Pues esto tiene un truqui..."
Quique Escrivá, inversor inmobiliario, ha contado en Equipo de Investigación cómo es el proceso de hacer un minipiso. El precio total, 250.000 euros por cinco locales que ha segregado en diez viviendas de unos 30 metros cuadrados.
Equipo de Investigación ha estado con Quique Escrivá, inversor inmobiliario. En sus palabras, reconoce que se hizo por 250.000 euros con cinco locales para cambiar su uso a vivienda que ha segregado en diez minipisos con los que espera obtener, a través de su alquiler, un total de 5.000 euros al mes.
Para calcular cuánto tardaría en recuperar la inversión se ha realizado la siguiente estimación. A 25.000 euros cada minipiso, sumando los 30.000 de la reforma y los 5.000 de los impuestos, de cobrar entre 450 y 500 euros al mes por cada uno tardaría un total de diez años en recuperar la inversión realizada.
Así relata Escrivá el proceso: "Son cinco los locales que hemos segregado en diez minipisos. No podemos hacerlos en cualquier sitio. Pedimos un proyecto al arquitecto que junto al del Ayuntamiento lo valida, nos dan el visto bueno y empezamos la reforma".
Porque ha hecho de los minipisos su forma de vida: "Estaba haciendo un podcast para enseñar otro modelo de inversión. Derivamos a la gente a un canal de Telegram y nosotros nos ponemos en marcha. Por cada inversión cobramos 4.000 euros, entre búsqueda de piso, puesta en marcha, gestión de incidencias... Antes era policía, pero me cogí una excedencia porque con las inversiones superaba el salario que tenía".