TITULO: BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - Verdades desatinadas ,. Miercoles -14- Octubre - ,.
BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - Verdades desatinadas ,. Miercoles -14- Octubre , fotos,.
El miercoles -14- Octubre a las 22:30 por La 1,.
Verdades desatinadas,.
El otoño trae libreta y lápiz para desparramar afectos y palabras. La tarde peina melancolía y por sus ojos encandilados rafaguea la visión de la puerta de Palmas y del río Guadiana, ahora que todos recuerdan cuando era río de verdad, cuando aquel muchacho de tierras del Alagón estudiaba; y desde aquel entonces atesora hondas y deleitosas emociones.
Nosotros, pecadores de fin de semana y fiestas de guardar, añoramos distancias y navegamos risas nuevas, para enhebrar detalles, tertulias y manías. Son importantes las tertulias en este tiempo que vivimos, de epidemiólogos, expertos en psicología, y mucho 'enteraíllo'.
–Y mucho tonto el haba, mire usted.
–También...
–Cuando el gato se va, los ratones hacen fiesta.
Digo que después del paréntesis de encierro domiciliario, las tertulias han vuelto con fuerza, a las terrazas de los bares, las tabernas y a mi barrio de Santa Marina, cuya plaza de Santa Marta, o del pirulo, como la puerta de Alcalá, «ahí está, viendo pasar el tiempo».
Hay varias. En el bar Dani, que estrena toldo, capitaneada por Jesús Caramazana, varios tertulianos arreglan el barrio y el país en un 'pispás', oiga. La de la avenida de Santa Marina, de nombre 'Punto caliente' –culta y polifacética–, con Villafaina, el del teatro; Diego Bardón, fontanés, torero de maratones marcha atrás; el flamencólogo Zambrano, el cónsul de Mauritania; y el periodista Eloy López, que cuando puede se acerca por allí.
En el bar Miniatura, otra más vecinal, con Jaime Olivera, caminante no hay camino; Rafael Sequeda, «una, dos, y tres, lo que usted no quiera pa mi calle es»; Manuel Domínguez, profesor de palabra exacta; y Pablo Cidoncha, afable y de claro sentido.
Hay muchas más, pero este artículo tiene las palabras medidas. Otro día volveremos a los bares, por ejemplo al Viejo Bar, o al de los Alféreces, que capitanea Alejando Alegría con su entrañable familia.
En las tertulias, cada uno cuenta sus cuitas y verdades desatinadas. Y los políticos, siguen inventando fuegos artificiales para calentar a la turbamulta humana. Hay que tener valor para sostener este tinglado y su jerigonza materialista.
Cada loco con su tema y cada lobo por su senda.
Cuídense, y póngase la mascarilla, sirena del Guadiana, que no cuesta tanto. Seguiremos inventando metáforas nuevas contra este virus que nos distrae.
–¡Llena otra vez, Josué, que nos vamos!,.
TITULO: El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA - Españoles nórdicos ,.
El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA - Españoles nórdicos ,. , fotos,.
Españoles nórdicos,.
En mis tiempos mozos cogí el petate y me fui un año a Irlanda. Trece meses para ser exacta, con la intención de experimentar esa vivencia que se hizo clásica entre los de mi generación de irnos a la aventura pero con dinero ahorrado, algún contacto patrio que nos allanara las cosas y la sensación de estar en un país cómodo y seguro, plagado de 'spanish people' y a dos horas en avión de casa por si había que volver a las faldas familiares. Ese país me dio mucho más de lo que esperaba (y no hablo de las dulces noches por Temple Bar con una pinta de Guinness en ristre), sino de soltarme con el idioma, sobrevivir, hacer sólidas amistades y ser feliz.
Por aquella época Irlanda vivía su particular milagro económico y había trabajo, lo que atraía a jóvenes de muchos lugares del mundo, también de España, agobiados por una precariedad laboral que no cesa. Así que en la tienda en la que trabajaba había un montón de españoles e italianos, muchos indios y también irlandeses, claro. Y era común que de vez en cuando, como por hablar de algo, te preguntaran extrañados que qué narices hacíamos los españoles allí, en una ventosa isla en donde no paraba de llover y en la que en invierno se echaba la noche poco después de las tres de la tarde. Y a continuación, te enumeraban toda la geografía española que habían conocido, es decir, la Costa del Sol, Baleares y Canarias principalmente. Se hubiera podido argumentar que vivir en León, Vitoria o cualquier ciudad gallega, asturiana o vasca debía ser más parecido a hacerlo en Dublín de lo que ellos se esperaban, pero era más divertido no contradecirles, poner cara de sufrimiento y decir que en efecto, el sacrificio que hacíamos para aprender algo de inglés era tremendo. Mártires privados de nuestro paraíso.
No es ese un lugar triste, el escritor Javier Reverte dice en su libro 'Canta Irlanda' que los irlandeses son como los andaluces del norte, por su gracejo natural y su desenfado. Amantes de los pubs, bebedores y con un gran amor a la música y al baile, sí que parecen (y perdón por los tópicos) amar la vida, aunque no tengan sol.
Estos días, con todas las restricciones impuestas por la covid-19 me ha dado por pensar en si los españoles seríamos capaces de ser nórdicos, pero no nórdicos alegres como los irlandeses, sino como los de esa Europa más austera y calvinista, menos familiar y ruidosa, la Europa de los PIB elevados y los grandes resultados en el informe PISA. Esta semana hablaba con un hostelero y nos divertíamos imaginando una especie de metamorfosis social que alterara todos nuestros hábitos sociales de españolazos hechos a la vida callejera, al roce y a la interacción. No sé si seríamos capaces de dejar la noche de lado, salir en horario vespertino y hacer esas cosas que se ven en ciertos países como cenar a las siete o a las ocho de la tarde y acostarse a las diez. Mucho tendría que durar la pandemia para que los españoles nos aficionáramos al Hygge, un placer danés consistente en gozarla en casa con té, libro y manta. Tras meses de encierro y teletrabajo el jueves quedé con mis compañeros de trabajo para desayunar. Diez y media de la mañana, pero estrené hasta una camisa y luego no me quería ir para casa, como en las mejores noches de juerga. Confiaba, después del café, que alguien quisiera pasar a las cañas.
TITULO:
EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ - Universo
Valdano - El Mérida sale fortalecido de La Isla,.
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El Mérida sale fortalecido de La Isla,.
El Mérida solventó con victoria (0-2) su tercer partido de la pretemporada en un campo de los complicado de Tercera. Los emeritenses se impusieron al Coria con un tanto de Álvaro Barbosa de penalti en el 19' y otro de Guille Andrés en el tramo final tras un buen partido de ambos conjuntos.
El partido comenzó con un Mérida muy decidido, jugando en área celeste y creando peligro en cada aproximación, si bien la primera gran parada del amistoso fue del cancerbero visitante Pablo Picón, a tiro de Giráldez, que despejó el portero al larguero. Pero tras una mano de Deme dentro del área, el Mérida se adelantó con un penalti transformado por el extremo Álvaro Barbosa.
Tras el 0-1, el Mérida aflojó y el equipo de Rai dio un paso hacia delante. Y así se llegó al descanso. En la reanudación, celestes y romanos comenzaron a intercambiar golpes en forma de ocasiones de gol. Aunque fue el Coria el que apretó más y el que empezó a rondar el empate, obligando al Mérida a aumentar su intensidad defensiva. Pero con la aparición de los espacios, por el resultado y el cansancio, el Mérida empezó a aprovechar las contras para, en los minutos finales, cerrar el resultado con un remate de Guille Andrés tras un gran pase de Chirri.
Lo próximo del Mérida será presentarse ante su afición en el Romano este sábado recibiendo al filial del Cádiz y lo último del Coria antes de comenzar la Liga será medirse al Arroyo, también el próximo sábado.
TITULO: El país de Tres crisis en una,.
El Martes -13- Octubre 22:00 por la Sexta,foto.
Tres crisis en una,.
España padece una triple crisis –sociosanitaria, económica y política– de la que la covid-19 no ha sido la causante sino un acelerante. Su origen se remonta a la Gran Recesión que prendió en 2008. De esta, salimos con el aparato cardiorrespiratorio muy debilitado, las defensas bajas y graves trastornos en el sistema nervioso tanto central como periférico.
Ahora sufrimos una virulenta segunda ola de esa Gran Recesión que está sometiendo a una dura prueba de estrés no solo a nuestra maltrecha sanidad pública, sino también a los otros tres pilares de nuestro estado de bienestar (educación, seguridad social y dependencia), ya minados por los recortes, así como a muchas empresas, debido a las medidas excepcionales, como el estado de alarma o las restricciones de movilidad y aforo, que las Administraciones públicas implementaron para intentar atajar los contagios. Sin embargo, las discrepancias entre nuestros representantes a la hora de consensuar esas medidas han avivado también la crisis política que arrastramos desde que el bipartidismo saltó por los aires con la irrupción de nuevas formaciones, que capitalizaron el descontento de los electores con el desigual reparto de cargas y culpas pergeñado por Zapatero y Rajoy al dictado de don Dinero para levantar la economía del suelo.
Pero los nuevos partidos, como hijos de la crisis que son, rebrotan con las crisis porque se alimentan del cabreo ciudadano. De ahí que su estado natural sea la guerra. Lo peor es que han contagiado su agonismo a los dos grandes partidos y eso se ha traducido en una bipolarización social que ha resucitado el fantasma de las dos Españas. Al inicio de la pandemia pareció que nuestros políticos se darían una tregua e invocarían a Fuenteovejuna. Fue un espejismo; no tardaron en reanudar la hostilidades, enredándose en discusiones bizantinas e inoportunas sobre monarquía o república, que es como ponerse a debatir sobre la redecoración de nuestra casa cuando está ardiendo.
No obstante, Madrid es la madre de las batallas. Allí han entrado en colisión más que en ninguna otra parte el bastón de mando de don Dinero y la vara de Asclepio. Una batalla que hace que aparezcamos en la prensa extranjera no como ejemplo de buena gestión sino por el enfrentamiento entre el Gobierno central y la Comunidad de Madrid, como ha lamentado esta semana la directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, la asturiana María Neira, quien advirtió que los conflictos entre administraciones entorpecen la transmisión a la ciudadanía de «unas medidas muy claras».
Con todo, teniendo el maquiavélico Pedro Sánchez su parte alícuota de culpa, es la veleidosa Isabel Díaz Ayuso, contra el criterio de su socio de gobierno, Cs, la que más ha azuzado el conflicto, utilizándolo de forma partidista para desacreditar al Ejecutivo central y endosarle la responsabilidad de tomar unas medidas impopulares que irritan sobre todo a los sectores económicos. La prueba es que ha acatado la orden gubernamental de confinar la capital española y parte de su cinturón pero la ha recurrido ante la Audiencia Nacional, aunque sin pedir su suspensión cautelar inmediata. Lo peor es que la alumna aventajada de Esperanza Aguirre ha exacerbado las tensiones territoriales jugando a ser una Quim Torra castiza. De haber hecho la Generalitat catalana lo que ella ha hecho, el (ultra)nacionalismo español habría echado chuzos. Y todo con la aquiescencia de Pablo Casado, el líder de un partido que se dice de Estado pero al que sus contradicciones están haciendo caer de su estado.
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