miércoles, 11 de noviembre de 2015

VIAJANDO CON CHESTER -QUERIA APRENDER MAS DE BOND COMO PERSONAJE Sam Mendes Director de 'Spectre',./ JUEVES 12 NOVIEMBRE - EN PORTADA - CRONICAS - Colombia, el precio de la paz,.

TÍTULO:VIAJANDO CON CHESTER - QUERIA APRENDER MAS DE BOND COMO PERSONAJE  Sam Mendes Director de 'Spectre',.


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VIAJANDO CON CHESTER 

Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.






 QUERIA APRENDER MAS DE BOND COMO PERSONAJE Sam Mendes Director de 'Spectre',.

Mendes y Craig durante el rodaje de la espectacular secuencia de apertura de 'Spectre' en México. :: hoy
Mendes y Craig durante el rodaje de la espectacular secuencia de apertura de 'Spectre' en México. foto
  • El oscarizado cineasta británico dirige la nueva entrega de 007 tras el éxito que cosechó hace tres años con 'Skyfall'

  • Sam Mendes Director de 'Spectre',.

    Como cada novedad que incorpora la saga James Bond, no fueron pocos quienes cuestionaron la elección de Sam Mendes para dirigir 'Skyfall' en 2012. Pero el oscarizado director de 'American Beauty' cumplió eficazmente el encargo y logró modernizarlo sin traicionar la tradición, con un agente secreto más contemporáneo y humanizado, amén de que se convirtió en la entrega más taquillera de la saga.
    Tres años después, Mendes repite en 'Spectre', para la que cuenta de nuevo con Daniel Craig y añade una de las novedades más comentadas de esta entrega, la elección de la bella Monica Bellucci, que recién superados los 50 es la 'chica Bond' con más edad de la historia de la saga. «Sabe escarbar en los personajes como un médico con el bisturí», destacaba la actriz sobre Mendes. El director, por su parte, lo tiene claro: «Se trata de hacer lo que tú quieres ver, y yo quiero que me capte emocionalmente y aprender más acerca del propio Bond como personaje».
    Para lograrlo, hace seis años decidió que no volvería a ver ninguna película de James Bond para poder «centrarse» en las suyas. «Algún día las volveré a ver todas», promete. Nacido en Reading hace 50 años, el cineasta estudió en Cambridge y pronto se hizo un hueco como director de escena, debutando a los 24 años en el West End. Su prestigio fue creciendo con la dirección de obras en la compañía The Royal Shakespeare, aunque fue su trabajo adaptando musicales lo que le abrió las puertas del cine. En concreto, su versión de 'Cabaret' impresionó a Spielberg hasta el punto de que le ofreció producir su ópera prima, 'American Beauty', una sátira sobre la sociedad americana con la que Mendes ganó el Oscar al mejor director.
    Desde entonces, su carrera ha alternado cine y teatro. El autor de 'Camino a la perdición' y 'Revolutionary Road' aceptó en 2012 continuar la saga creada por Ian Fleming en 1953. No era una decisión fácil de tomar, como demuestra el hecho de que muy pocos directores de renombre se hayan atrevido a aceptar un encargo tan comprometido. Pero la cinta protagonizada por Daniel Craig y Javier Bardem se convirtió en el título más exitoso de la franquicia, con una recaudación mundial de 1.100 millones de dólares.
    Libertades civiles
    Los primeros datos de 'Spectre', estrenada hace unos días en España, auguran un éxito similar. Mendes ha insinuado en varias ocasiones que podría ser su último trabajo para la saga. «No se si será la última, pero cada vez que termino una película con tantos frentes abiertos durante meses apetece la simplicidad, y el teatro es algo pacífico donde puedes hablar con la gente y concentrarte».
    Además de redibujar el perfil 'bondiano', el realizador logra capturar de nuevo las ansiedades sintomáticas de cada época y traducirlas en reflexiones incómodas y pegadas a la actualidad. Lo hizo con la etapa Wikileaks en 'Skyfall' y lo repite en el caso de 'Spectre', incorporando los desafíos del terrorismo y desempolvando al 'Gran Hermano' de George Orwell para replantear el debate sobre la necesidad del control ciudadano a cambio de proporcionar seguridad.
    Un tema que Mendes tuvo claro incluir desde el principio, en un momento de «descrédito de los servicios de seguridad» y en el que la paranoia sobre el espionaje y contraespionaje ha elevado el nivel de tensión internacional. De hecho, la producción de 'Spectre' lo vivió en sus carnes tras sobrevivir al ataque cibernético contra Sony, que provocó, entre otras cosas, la filtración del propio guion de la cinta e incluso los correos electrónicos intercambiados entre productores, agentes y actores. «Había que reconocer la situación y poner sobre la mesa la erosión de las libertades civiles, con nuestros secretos expuestos a la luz o el que se nos trate como culpables hasta que se demuestra nuestra inocencia. Lo que hemos hecho es que Bond participe en ese debate».

TÍTULO: JUEVES 12 NOVIEMBRE -EN  PORTADA - CRONICAS - Colombia, el precio de la paz,.

Colombia, el precio de la paz / foto

Después de medio siglo de lucha entre el Gobierno y las FARC, la paz parece posible. Un equipo de En Portada se ha desplazado hasta el país sudamericano. Jueves 12 de noviembre, a las 23:40 en La 2.
  • Después de medio siglo de lucha entre el Gobierno y las FARC, la paz parece posible

  • Resultat d'imatges de Colombia, el precio de la paz,.Un equipo de En Portada se ha desplazado hasta el país sudamericano


Puede que la paz sea el regalo de año nuevo para los colombianos. El gobierno ha aceptado la tregua ofrecida por las FARC con quien negocian, desde hace 3 años, el fin de un conflicto con cifras de un país en guerra. Dura más de medio siglo y ha costado la vida a 225.000 personas, el 80 por ciento civiles. El conflicto de Colombia se ha contado desde muchos ángulos, aunque el más dramático es el de las víctimas, un colectivo del que forman parte fallecidos, secuestrados, desplazados y desaparecidos.
El equipo de En Portada viajó a Colombia para contar uno de sus episodios más tristes, y puede que de los menos conocidos: el de los llamados Falsos Positivos. O dicho de otra manera, del asesinato de civiles inocentes a quienes miembros del ejército hicieron pasar como guerrilleros muertos en combate.
Pero la realidad a veces retuerce las intenciones del periodista. La llegada a Bogotá coincidió con el apretón de manos de dos enemigos irreconciliables, Las FARC y el Gobierno y este hecho, el anuncio del acuerdo, nos obligó a reconducir el reportaje por una senda imprevista: ¿Qué pasará cuando llegue la paz? ¿Quedaran impunes muchos crímenes cuando se decrete una amnistía que beneficie a las partes en conflicto? ¿Qué dirán las víctimas que llevan años reclamando justicia?
La conclusión provisional de nuestro trabajo es que la paz tiene un precio y que habrá que buscar una fórmula para evitar una “piñata de impunidad”; para que las alfombras de la paz no escondan crímenes sin castigo. Es la hora de la política y de la pedagogía y hasta los más firmes defensores de la paz, saben que no será posible contentar a todos, especialmente a las víctimas, cuyo dolor es infinito y la reparación casi imposible.
Pero habrá que intentarlo. Se trata de poner fin a un conflicto del que casi nadie recuerda cómo empezó cuando, a finales de los años 50, se organizaron los primeros grupos armados campesinos, disconformes con la distribución de la tierra. Años más tarde, Colombia se convertiría en tierra de narcotraficantes y al necesitar tierra para sus cultivos, provocaron el desplazamiento de millones de campesinos. El negocio de la droga no fue privativo de los sicarios y más tarde se extendería tanto a la guerrilla como a los grupos paramilitares que nacieron para combatirla.

Falsos positivos, falsos guerrilleros

En medio de este escenario, sin un único verdugo, las fuerzas armadas actuaban con impunidad, urgidas por el “todo vale” de su histórica misión. Así surgieron prácticas crueles, -casi impropias de seres humanos-, como los casos de los llamados “Falsos Positivos”. Se estableció un sistema de recompensas económicas, ascensos y otros privilegios para los miembros de las fuerzas armadas que presentasen un buen expediente en la lucha contra la guerrilla. Y en esta espiral, las bajas de insurgentes en combate, eran muy apreciadas.
Fue cuando se puso en marcha un mecanismo para “fabricar”, a partir de pruebas falsas, “falsos guerrilleros”: inocentes ejecutados a quienes el ejército presentaba como terroristas muertos en combate. Los primeros casos se remontan a los años 80 y se multiplicaron durante los 8 años de presidencia de Álvaro Uribe. Naciones Unidas hizo un informe sobre el terreno, en el año 2010, en el que concluyó que aunque no había pruebas para poder afirmar que los asesinatos respondían a una política de Estado, tampoco podía decirse que eran hechos aislados. En junio de 2015, Human Right Watch dió un paso más al ofrecer pruebas de que en casi todas las divisiones del ejército se habían producido casos de “falsos positivos” y que estas prácticas no podían llevarse a cabo sin conocimiento de los superiores.
Y en esto llegó la paz o para ser más exactos, el anuncio de que la paz está cerca y de que el precio a pagar podría ser la libertad de los asesinos de tantos inocentes. Los más firmes defensores del proceso, creen que culminarlo llevará al menos una década y que el perdón sólo llegará si a cambio los victimarios cuentan la verdad. ¿Hasta dónde subirá el grado de responsabilidad? ¿Qué pasará entonces? Son preguntas que no se pueden responder.
Habrá que volver a Colombia y hacer muchos más En Portada, para saberlo. Entretanto, me quedo con el mejor patrimonio de un periodista: el haber conocido, gracias a este reportaje a personas maravillosas: a las madres de Soacha, a otras madres en carne viva, como Carmen Hernández; a José Miguel Vivanco, de Human Right Watch y a Alejandro Matos, de Intermón Oxfam. Todos, seres humanos a la altura de las causas más nobles.


APOLO SIN TECHO - Mark Reay - Fotógrafo de moda de día, mendigo de noche,./ MUERE - Allen Toussaint 77 años pianista,.

TÍTULO: APOLO SIN TECHO - Mark Reay - Fotógrafo de moda de día, mendigo de noche,.

Mark Reay - Fotógrafo de moda de día, mendigo de noche,.

fotos--Mark Reay era un modelo y fotógrafo de moda en Nueva York
Vivió durante cinco años en una azotea porque no tenía para un piso

Resultat d'imatges de mark reay modeloLuce impecable, como un gentleman. Pantalones de Armani, camisa azul y chaleco gris de cuadros. Nadie diría que Mark Reay pasó más de cinco años de su vida durmiendo en la azotea de un edificio en Nueva York. Cinco años llevando una doble vida: durante el día, era fotógrafo de moda rodeado de glamour y, por la noche, un vulgar homeless.
Una existencia llena de contrastes: disfrutar de una fiesta tras el desfile de Marc Jacobs y saber que, al terminar, no hay ninguna cama caliente en un sofisticado loft, sino un saco de dormir en un tejado a 15 grados bajo cero.
La historia de Mark refleja el lado oscuro del sueño americano en Nueva York, una ciudad a menudo despiadada, donde es difícil sobrevivir si ganas menos de 30.000 euros al año.
¿Cómo es posible que el hombre que comenzó desfilando para Versace, Moschino o Missoni acabase en la calle? ¿Qué fue lo que provocó que en lugar de quedarse cinco días en la azotea como tenía previsto, su estancia se prolongase durante cinco años? Las respuestas a estos interrogantes aparecen en el documental 'Home Less' que se estrena mañana en el Festival Urban TV en Madrid.
«No quiero ser hipócrita. Yo nunca me sentí como un homeless. No hice la película para ser el defensor de los homeless, sino para contar mi historia. Pero si esto puede ayudar a alguien, me alegro», explica Mark Reay desde otra azotea, la de la Casa Encendida, muy distinta de la que vivía en Nueva York.
Curiosamente, su existencia como sin techo arrancó en Europa, durante una estancia en Francia. Reay, viajero empedernido, acudió a la Costa Azul por un proyecto fotográfico, que luego fracasó. Fue entonces cuando decidió dormir en las colinas de alrededor de Saint Tropez. Como era verano, la experiencia no resultó desagradable.
Regresó a Nueva York, pero en 2008 el zarpazo de la crisis le pilló de pleno y dejaron de encargarle trabajos. Reay estaba casi en la ruina y empleó lo poco que le quedaba en un albergue en Williamsburg.
Un buen día se despertó repleto de picaduras de chinches y decidió irse de allí. Entonces, recordó que conservaba las llaves del edificio de un amigo en el Upper East Side de Nueva York. Entró, subió las escaleras hasta la azotea y allí buscó un lugar escondido tras una valla donde nadie pudiese descubrirle.

No encajaba en el estereotipo

Ese rincón se convirtió en "su hogar, dulce hogar". El gimnasio se transformó en su segunda casa, donde alquiló tres taquillas para guardar sus pertenencias. Allí se duchaba y afeitaba todas las mañanas. A veces, incluso planchaba la ropa.
"Cuando alguien me descubría y me preguntaba qué estaba haciendo, a veces le decía la verdad: 'Soy un homeless. Lavo y plancho la ropa aquí porque no tengo casa'. Entonces, se reían y no me creían".
Nadie sospechó de él porque no encajaba en el estereotipo de sin techo o drogadicto: "La gente piensa que todo es más fácil si eres guapo, y tengo que decir que es verdad", confiesa.
Por eso, nunca descuidó su elegancia y buen aspecto, que se convirtieron en su mejor coartada: «Mis zapatos parecían caros, pero no lo eran. Simplifiqué mi vestuario: dos trajes y cinco camisetas».
Los ingresos que conseguía de la moda y de sus papeles en series como 'Sexo en Nueva York' o en películas como 'Celebrity' de Woody Allen los invertía en comida y en la cuota del gimnasio.
En ocasiones, se confesaba con los desconocidos que encontraba en bares o con sus más íntimos, pero nunca quiso que se preocupasen por él: "No soy bueno guardando secretos, pero no quería que mi problema se convirtiese en su problema".
Sólo él sabe las pesadillas que vivió en aquella azotea, escondido tras una lona, donde se levantaba muy temprano para que nadie le viese: "Me siento como un animal salvaje, como un ratón"
, relata en el documental. Lo peor llegaba cuando los obreros trabajaban cerca de él o cuando caían tormentas eléctricas sobre la ciudad.
Pero, de todas formas, Mark no quiere inspirar compasión y huye del victimismo. Podía haberse ido a vivir con su madre a New Jersey o a otra ciudad más barata, pero nunca quiso mudarse de Nueva York ni cambiar de profesión: "Quería ser fotógrafo y actor, algo con lo que es difícil ganarse la vida".
Ahora, su existencia ha cambiado. Ha dejado la azotea y duerme en habitaciones, aunque no tiene un hogar fijo. El documental le está ayudando a relanzar su carrera, pero no se arrepiente de su vida anterior: "¿Qué harías tú si no tuvieses dinero para pagar una casa?". 

TÍTULO: MUERE -  Allen Toussaint 77 años pianista,.

Adiós a un maestro de la música popular de EE UU,.
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-fotos--Muere Allen Toussaint, músico esencial de Nueva Orleans,.

El veterano artista actuó anoche en el Teatro Lara de Madrid,.

  • Allen Toussaint en Madrid: el último concierto,.
  • Allen Toussaint, la última entrevista,.
  •  Todavía a muchos les tiemblan las piernas. Allen Toussaint, maestro de la música de Nueva Orleans, figura esencial del rhythm and blues más original y fascinante de la música popular norteamericana, se bajaba del escenario anoche en un Teatro Lara repleto para saludar al público madrileño. Estrechaba manos, daba besos, se hacía selfies y sonreía de oreja a oreja con su peculiar look de traje de luminosas lentejuelas, sandalias con calcetines blancos y su ingobernable pelo rizado. Allen Toussaint, al que el calificativo de leyenda le hacía justicia a diferencia de la gran mayoría de artistas que se lo apropian, murió también anoche en Madrid, tan cerca de muchos que le vieron por primera vez sobre un escenario jugando con las teclas y tan lejos de su querida Nueva Orleans. Murió tras acabar un concierto que ni él ni nadie pensaron que sería el último.
    El veterano músico sufrió una parada cardíaca de camino al hotel. De ahí fue trasladado al Hospital Fundación Jiménez Díaz, donde falleció. Su manager estadounidense tiene previsto publicar un comunicado a lo largo del día de hoy.
    Cantante, pianista, arreglista y compositor, Toussaint era símbolo del sonido Nueva Orleans, uno de esos largos puentes entre las culturas blanca y negra estadounidenses, en ese intercambio de ideas y sentimientos mediante los sonidos embriagadores del funk, soul, góspel y R&B. Nacido en Gert Town, en en el Estado de Lousiana, su inspiración venía de otros venerables pianistas de NOLA como Professor Longhair, Huey Smith o Fats Domino. Con éste último tocó cuando dejó impresionado, siendo un adolescente, a Dave Bartholomew, compañero y amigo de Fat Man.
    Con su característico sabor Nueva Orleans, entre vientos desenfadados y teclas abrasivas, muchas de sus canciones se conservan como joyas. Es el caso de Working in a coalmine, Ride Your Pony o Mother-in-law. Pero para hacer justicia a su talento hay que referirse además a la huella que se extiende en su trabajo en la sombra de la producción. Por sus manos pasaron los Rolling Stones, Otis Redding, The Meters, Dr John, The Band, Little Feat, Paul Simon, Sam & Dave, Bonnie Raitt, Johnny Winter o Irma Thomas. En una entrevista concedida el año pasado a este periódico, Irma Thomas, conocida como la reina del soul de Nueva Orleans, reconocía el valor del pianista en el desarrollo del sonido de la ciudad más musical del planeta. “Allen es una parte nuestra, como los grandes”, decía. Para ella compuso It's raining, que interpretaron por primera vez en el estudio una tarde de 1962 que se puso a llover mientras Toussaint se puso a deslizar sus largos dedos por las teclas y Thomas se emocionaba.
    Nueva Orleans era su hogar, el lugar en el que tejía sus colaboraciones, daba forma a una carrera de arreglista de primer nivel. Allí acudían los músicos para que se involucrase en susobras, tanto fuera Labelle para su eterna Lady Marmalade como foráneos de la categoría de los Rolling Stones, Paul McCartney o The Who, como se le podía ver tocando en clubs o funerales de sus maestros como Professor Longhair. En Nueva Orleans, fue responsable de la fundación de una de las compañías más importantes de la ciudad, Minit Records, que se convirtió en una máquina de éxitos bajo su atenta supervisión. Fue algo natural, por tanto, verle hacer un cameo en la serie Tremè, ese bonito homenaje de David Simon a Nueva Orleans tras el aplastante paso del Katrina.
    Ciertamente, todo lo que tocaba Toussaint, que entró en el Salón de la Fama del Rock en 1998, se hacía mayúsculo. Tras años siendo un artista entre artistas, admirado por sus compañeros y solicitado por su oído fino, muchos supieron de él en 2006 cuando se asoció con Elvis Costello, que se sirvió de su sentido del ritmo para revitalizar inteligentemente su carrera con el sobresaliente River In Riverse, un álbum intenso y bello, como sacado de otra época bajo la producción de Joe Henry. Esta sociedad con el cantante británico le sirvió para hacerse un artista internacional y superar de esta forma el desastre del Katrina, tal y como reconoció el pasado domingo a este periódico en su última entrevista concedida. En 2009, el pianista volvió a juntarse con Henry y publicó The Bright Mississippi, donde interpretaba canciones de Sidney Bechet, Jelly Roll Morton, Django Reinhardt, Thelonious Monk, Duke Ellington y Billy Strayhorn.
    Allen Toussaint saluda al público tras bajarse del escenario en el Teatro Lara de Madrid anoche.
    Todavía a muchos les tiemblan las piernas. Allen Toussaint, músico de raza, transportaba a unas imposibles calles de Nueva Orleans sobre las tablas del Teatro Lara mientras intercalaba entre risas pasajes de Chopin o Enrico Caruso, prometiendo llevarse al público asistente a su ciudad, la cuna de la música popular norteamericana, ese espacio vibrante repleto de cruzadas sonoras incluso antes del nacimiento de Louis Armstrong. Lo que nadie sabía, ni nadie podía imaginar, era que el concierto de anoche sería el último. El "hasta luego" se ha convertido en un rotundo "adiós". Ya no podemos acompañar al señor Allen Toussaint a Nueva Orleans, pero nada impide que nos acompañe, como antes, como siempre, hasta el fin de nuestros días, mientras con su irrepetible estilo nos haga mover el esqueleto y, sí, claro, qué remedio, desde hoy, también temblar las piernas.