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¡Atención y obras! es un programa semanal que, en La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.
Francisco Fernández-Daza, 60 años dedicados al caballo de Pura Raza Española.
Francisco Fernández-Daza, 60 años dedicados al caballo de pura raza española
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El ganadero extremeño ha sido distinguido a título póstumo en el Sicab de Sevilla por la defensa de la raza,.
Con sólo 24 años se hizo cargo de la gestión del patrimonio y de la ganadería familiar, desde los años 50 del pasado siglo. Y la refundó con sus propios criterios, creando la Yeguada Fernández-Daza, conocida con el sobrenombre de 'Hierro del corazón' por ser su hierro precisamente un corazón orlado por un círculo. Así fue como Francisco Fernández-Daza y Fernández de Córdova se inició en la cría de caballos de pura raza española (PRE), una carrera que le llevó a lo más alto y que recientemente se ha reconocido en el Salón Internacional del Caballo de Pura Raza de Sevilla (Sicab).
Este almendralejense, fallecido en 2013 después de haber estado más de 60 años dedicado a la cría de caballos, ha sido proclamado socio de honor, a título póstumo, por la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española (Ance), de la que fue socio fundador y miembro de la junta directiva durante varios mandatos. Su viuda María Antonia de Alvear, en presencia de sus cinco hijos, recogió el premio.
Desde siempre tuvo vinculación familiar con los caballos, pero la mayor influencia fue la de su tío y padrino, Alfonso Nogales, vizconde de la Montesina, que le hizo como regalo de boda el caballo 'Conductor II', que utilizó como semental en su ganadería, recuerda su hijo José María.
Criador, jinete, impulsor de la raza de caballo español, promotor del asociacionismo, también fue miembro de la junta directiva de la Asociación Extremeña de Criadores de Caballos de Pura Raza Española (Aeccpre), y juez de concursos nacionales e internacionales, tarea que le llevó a certámenes en Estados Unidos, Méjico, Nicaragua, Guatemala, Costa Rica o Ecuador.
Francisco Fernández-Daza, que siempre tuvo predilección por la línea 'cartujana' dentro de los caballos PRE, conformó una yeguada con la que logró importantes éxitos, como con 'Najerana', que fue campeona de España, o con la cobra compuesta por las yeguas, 'Sabatina', 'Saltilla' y 'Quintanera', que también obtuvo el campeonato de España en su categoría.
SementalesPero, sin duda, otro mérito a reconocer como ganadero es haber proporcionado durante muchos años caballos a los 'depósitos de sementales', dependientes de Cría Caballar, en los que se ponían a disposición de los ganaderos de toda España los ejemplares más selectos. Llegó a tener 30 sementales. «Es una cifra muy alta», asevera José María, que hoy continúa gestionando la ganadería familiar junto a sus hermanos.
Francisco logró vender caballos suyos por todo el mundo, Rusia, Alemania, Inglaterra, México, Costa Rica, Francia... Pero, curiosamente, sufría con cada venta, por lo que suponía separarse de ellos. En una ocasión, visitando un depósito de sementales, uno de ellos, que él había vendido hacía diez años, comenzó a relinchar cuando escuchó la voz de quien le había criado.
Como jinete, participó con su yegua 'Clavellina' en la Feria del Campo de Madrid, la más importante que había a nivel nacional hasta los años 70; y además logró dos campeonatos de España y dos subcampeonatos con su afición a la caza con galgos, que practicaba con sus PRE.
Siempre presumía de la nobleza de sus caballos y algunos aún recuerdan que decía que si uno de ellos llegaba a dar una patada, lo regalaría, porque un caballo así no podía ser suyo.
La afición a montar sus propios caballos la mantuvo hasta los 85 años. Con 73 logró completar su último camino de Santiago a caballo, a pesar de sufrir un desfallecimiento. Y su declive final, además de por las enfermedades, se desencadenó tras un accidente de caballo que le obligó a pasar por el quirófano.
Uno de sus mayores logros es, además, el haber mantenido la ganadería en tiempos de crisis. No en vano, en sus últimos años era posiblemente el ganadero de caballo español que más tiempo llevaba en la cría.
Ahora su familia sigue manteniendo la actividad ganadera en dos fincas, 'Los Juncales' en el término municipal de Almendralejo, y 'La Becerra', en Mérida.
TÍTULO:VIAJANDO CON CHESTER -EL RUGIDO DE ADURIZ,.
VIAJANDO CON CHESTER
Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.
EL RUGIDO DE ADURIZ,.
El rugido de Aduriz / foto
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Con 34 años, ha metido más goles esta temporada que los tres delanteros juntos que Del Bosque lleva a la selección. Es una máquina: lo mismo coge olas en Zarautz que en California, ha jugado al golf con Sergio García... De niño ya quedó subcampeón de España de esquí de fondo
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«Siempre se ha cuidado mucho. Iba a las cenas, cumplía y se marchaba. Pero la clave es que ha encontrado su hábitat ideal en Bilbao», explica su excompañero Albelda, que se une al grito de moda en la Liga: «Aduriz, selección»
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Cuando Aritz Aduriz (San Sebastián, 1981) tenía 26 años, se definió como «un jugador tardío». Tres temporadas
más tarde, en 2010, un Valencia en ruinas le fichó para intentar
compensar la marcha de sus estrellas y algún que otro crítico deslizó la
pregunta: ¿los 4,3 millones de euros pagados al Mallorca no eran un
dineral teniendo en cuenta que aquel delantero ya tenía 29 años? Nadie,
absolutamente nadie, sospechaba que ese chico sencillo pero con
carácter, cumplidor en el área, fuera a vivir sus mejores tiempos siendo
ya un treintañero.
El éxito le ha llegado madurito, cerca de los 35, en el San Mamés de cristal y luces Led. La semana pasada marcó cinco goles: dos en la Europa League, donde es el mejor artillero, y tres, el séptimo ‘hat-trick’ de su vida, en la Liga. Esta temporada ya suma 20 tantos. Ningún futbolista español había metido tantos, en un mismo curso, antes de llegar a diciembre. Él solo ya lleva más goles que todos los delanteros que suele convocar el seleccionador Vicente del Bosque: Morata, Diego Costa y Alcácer. Y en Europa, únicamente Pierre-Emerick Aubameyang, el ariete de Gabón que lleva 25 dianas con el Borussia Dortmund, es más efectivo que Aduriz.
Su excompañero David Albelda, el que fuera el gran capitán del Valencia, no se pudo contener el domingo tras su exhibición en Vallecas –un gol con el pie derecho, otro con el izquierdo y un tercero de cabeza– y, como muchos otros, exclamó en Twitter: «Aduriz selección!!!!». Del Bosque se justifica hablando del relevo generacional, pero el león ya apenas puede contener un rugido. «¿Quién no tiene ilusión por estar con los mejores e intentar progresar? (...) Tengo una admiración máxima por Del Bosque. Yo lo que intento es dar el máximo. Lo demás no depende de mí», respondió el domingo a los periodistas.
El delantero parece dispuesto a echarle un pulso a Neymar, Luis Suárez, Cristiano y compañía, pero no siempre fue así. Antes de la gloria, el donostiarra le dio un buen tute a la maleta. Primero estuvo dando tumbos. Siempre había un delantero, llámese Llorente, llámese Soldado, que parecía hacerle más pequeño. Jugó en Burgos, en Valladolid, en Mallorca, en Valencia... Siempre en busca de una oportunidad. Lo extraño es que nunca recalara en la Real Sociedad, el equipo de su ciudad, del que es fanático su suegro: presume de club con un enorme póster en las paredes de su fontanería en la Parte Vieja de San Sebastián. Con él se las tiene que ver cada vez que le marca un gol al eterno rival del Athletic. La única ‘infidelidad’ que le perdona al marido de su hija Ainhoa.
Ese destino esquivo con su tierra viene de siempre. Sus primeros goles los marcó con el Sporting de Herrera, pero pronto se pasó al Antiguoko, que tenía un convenio con el Athletic. Allí coincidió con una generación magnífica en la que sobresalían los hermanos Xabi y Mikel Alonso, Mikel Arteta o Andoni Iraola. Eran los años de aquel futbolista imberbe que estudiaba en el colegio Herri Ametsa y vivía con su familia en el barrio de Ategorrieta. Luego, ya con 14 años, los Aduriz se mudaron a Aiete y Aritz completó los cursos del instituto en el Lizeo Barandiaran. Aprobó la Selectividad e intentó matricularse en el Instituto Vasco de Educación Física de Vitoria, pero le faltaron unas décimas para pasar el corte.
El fútbol se coló en su vida por casualidad. Porque aquel chaval era muy deportista y valía para casi todo. Sus padres, monitores de esquí de fondo, no eran aficionados al balón y preferían llevarse al niño a la montaña. Así que Aritz llegó a ser subcampeón de España de esta especialidad. También probó con el piragüismo en el Atlético San Sebastián. Y pocas sensaciones le proporcionan tanto placer como coger una buena ola con los pies plantados en una tabla de surf. Aprendió en La Zurriola, una de las tres playas de su ciudad. Pero con el tiempo ha surcado las aguas de Costa Rica o La Jolla, en San Diego (California). Y cuando sus obligaciones se lo permiten se acerca a Zarautz o cruza la frontera para surfear en Biarritz o Las Mendas, lugares de obligada peregrinación para los aficionados.
Aritz era un niño muy activo. Y no solo se divertía con el deporte, también subiéndose a los árboles y dando brincos. Alguna vez, medio en broma, medio en serio, alude a aquellas cabriolas infantiles para explicar su potencia en el salto, el paso previo a su proverbial remate de cabeza, la especialidad de la casa. Aunque nada era comparable a los partidos de fútbol en la playa de La Concha. «Los que pasan por allí se curten», exclama sin disimular su orgullo por haber pateado el balón en ese lugar de ensueño: «Campos encharcados, arena seca, el viento, el bote del balón... Era muy bonito jugar allí».
Luna de miel en TailandiaAquel niño se hizo grande y los goles fueron despejándole el camino. Su contundencia en el área le auparon al filial del Athletic y luego al primer equipo. El 14 de septiembre de 2002 debutó, contra el Barcelona, en Primera División. Atrás quedaban los años de formación, las largas conversaciones con Gurpegui en el piso que compartían, el golpe que supuso el positivo por dopaje de su amigo y compañero... Ya estaba en Primera. Solo le quedaba triunfar.
Pero el fútbol aún tenía muchas más pruebas para aquel ariete de 1,82 metros de estatura que cazaba los balones que bombardeaban el área. El Athletic decidió quitárselo de encima para cuadrar sus cuentas en 2008. Cinco millones de euros le obligaron a salir de Lezama y San Mamés contra su voluntad. Dos años en Mallorca le sirvieron para seducir a un estilista como Fernando Gómez, director deportivo del Valencia cuando el presidente decidió soltar a sus estrellas para sanear las cuentas. «Ya había vendido a Villa y Zigic y estábamos a punto de hacer lo mismo con David Silva, así que le pedí, bajo mi responsabilidad, traer a Aduriz. Me alegra verle triunfar». Llegó al viejo Mestalla, después de pasar 21 días de luna de miel en Tailandia, por 4,3 millones de euros. En sus dos temporadas cumplió, pero acabó eclipsado por un entonado Soldado, así que el Athletic aprovechó que Unai Emery no le daba mucha bola para llevárselo por una miseria: 2,5 millones.
Aduriz regresaba a su amado País Vasco. Defiende las selecciones autonómicas y habla euskera perfectamente. En Bilbao le premiaron con una ficha de un millón y medio de euros que ahora ronda los dos tras renovar hasta 2017. Una parte la ha invertido en un gran ático que están construyendo en San Sebastián con vistas a la bahía. No se le conocen muchos más lujos. No es ni de coches caros ni de excentricidades. El delantero gasta fama de humilde, aunque tiene mucho carácter. En la cancha es un guerrero y fuera ha llegado a pedirle cuentas a más de un periodista.
Pero Albelda explica la receta del éxito. «Lo conozco bien porque éramos compañeros de habitación y una vez hasta nos tocó ir mano a mano a China por un compromiso del club. Siempre se ha cuidado mucho. Iba a las cenas del equipo, cumplía y se marchaba, pero el secreto es que ha encontrado el hábitat ideal, tiene experiencia y mucha confianza. Si se le ve en la cara. Y es un portento físico, tiene un cuerpo privilegiado». Nunca ha tenido lesiones graves. Es todo un león, el rey león.