O. J. Simpson - foto,.
O. J. Simpson | ||||||||
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O. J. Simpson en 1990. |
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Fecha de nacimiento | 9 de julio de 1947 San Francisco, California (68 años) |
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Información de Carrera | ||||||||
Año(s) | 1969 - 1979 | |||||||
Draft de la NFL | 1967 Ronda: 1 Selección global: 1 |
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Universidad | Southern California | |||||||
Equipos | ||||||||
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Estadísticas | ||||||||
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Estadísticas en NFL.com | ||||||||
Reconocimientos | ||||||||
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Pro Football Hall of Fame | ||||||||
College Football Hall of Fame | ||||||||
En 1995, fue absuelto del asesinato de su ex esposa, Nicole Brown, y de Ronald Goldman (un camarero que se encontraba en el momento y lugar incorrecto) en un largo juicio penal que acaparó la atención de los medios a nivel internacional. En 1997 un tribunal civil declaró culpable a Simpson por las muertes. Hasta la fecha se ha prestado poco interés a la pena de 33,5 millones de dólares impuesta a O. J. por el doble homicidio.
En septiembre de 2007, Simpson fue arrestado en Las Vegas, Nevada, y acusado de numerosos delitos, entre ellos robo a mano armada, coerción y secuestro. En octubre de 2008 fue declarado culpable y condenado a 33 años de prisión, con un mínimo de nueve años sin libertad condicional. Simpson está cumpliendo su condena en el Centro Correccional Lovelock en Nevada., etc.
TITULO: A FONDO - LOS NUEVOS CAPOS DEL NARCO GALLEGO,.
El nuevo estilo de los narcos gallegos, foto.
Hace 20 años, presumían de Ferrari y
se retrataban con políticos. «Hoy, la figura del capo se ha difuminado
y funcionan como uniones temporales de empresas»
Hubo un tiempo en el que los capos gallegos de la droga
aspiraban a ser vistos. Su filosofía de vida venía a resumirse en la
idea de que la riqueza resulta mucho más gratificante cuando se exhibe,
así que se entregaban a la clásica ostentación de casona y cochazo. Era
la época en la que Sito Miñanco se paseaba por Cambados en un Ferrari
más grande que algunos barcos del puerto, la misma en la que Manuel
Charlín y Laureano Oubiña se compraban sus pazos superlativos: Vista
Real, la mansión del siglo XVIII que los Charlines decidieron mejorar
con vidrieras importadas y angelotes que tenían la cara de los nietos, y
Baión, la finca de uva albariña donde se manifestaron las madres de
drogodependientes una y otra vez, hasta convertirla en símbolo de su
lucha.
En los 80 y los 90, la discreción era un concepto
radicalmente ajeno al oficio de narco. Se trataba, al fin y al cabo, de
gente venida a más y eufórica por su nuevo estatus: la mayoría había
empezado desde abajo, con los diversos contrabandos a los que tanto se
presta la recortada costa gallega, y el tabaco Winston de batea había
dado paso a sustancias más rentables que acabaron convirtiéndoles en
multimillonarios. Aquellos nuevos ricos deseaban aparecer como pilares
de la sociedad -ahí estaba Miñanco con el equipo de fútbol de su pueblo,
el Juventud Cambados, al que estuvo a punto de ascender a Segunda- y
flirteaban constantemente con el poder formal, el de los políticos. La
atracción parecía mutua, y de aquella época afloran a veces recuerdos
como las fotos publicadas hace unos días, en las que Alberto Núñez
Feijóo, entonces número dos de la Consejería de Sanidad y hoy presidente
de Galicia, luce torso y alegría en el yate del narco Marcial Dorado.
El político del PP ha afirmado que aquella «relación de ocio» terminó
poco después y que él no sabía «ni a qué se dedicaba ni en qué podía
estar involucrado» Marcial, a lo que la oposición ha replicado con sorna
que debía de ser «el único gallego» que no estaba al tanto.
Hoy, aquella visibilidad de los narcos es cosa del pasado,
del mismo modo que desapareció su contrapartida, la mirada comprensiva e
incluso de admiración que les dedicaba buena parte de la sociedad
gallega. En las últimas dos décadas han cambiado muchas cosas en el
negocio. Para empezar, su funcionamiento: los traficantes han pasado de
ser empresarios de la droga a ejercer más bien de 'narcotransportistas'.
«Antes actuaban en sociedad con las organizaciones colombianas. Ahora,
en cambio, venden al mejor postor su talento para introducir droga y
cobran una comisión salvajemente grande, entre el 20 y el 30%, pero sin
ser dueños de la carga», explica Fernando Alonso, gerente de la
Fundación Gallega contra el Narcotráfico. El particular 'know how' de
los narcos gallegos no solo es apreciado en su tierra: vienen de largo,
por ejemplo, los vínculos con los traficantes del Estrecho de Gibraltar.
Hace tres meses, la Policía arrestó a cinco vecinos de Arousa que
pretendían introducir por la costa de Almería 93 kilos de cocaína,
ocultos en bloques de piedra.
Los narcos gallegos han abandonado el modelo tradicional
del clan mafioso por un organigrama más moderno, más dinámico y, desde
luego, menos llamativo. «El perfil es completamente distinto -añade
Alonso-. Ya no se trata de esas organizaciones piramidales con un capo
en la cúspide. Funcionan más bien como UTEs, uniones temporales de
empresas: aportan ciertos recursos para hacer determinados transportes,
pero no siempre son los mismos ni trabajan para los mismos. La figura
del capo se difumina: ya no es un Charlín o un Oubiña que pone a todo el
mundo a trabajar para un desembarco, sino varias cabezas que pueden
estar al mismo nivel». Puede servir de ejemplo uno de los juicios
pendientes del narcotráfico gallego, el de José Constante Piñeiro,
'Costiñas', y Óscar Manuel Rial, 'el Pastelero', detenidos tras el
apresamiento en 2008 de un pesquero venezolano con tres toneladas y
media de cocaína. Según el fiscal, 'Costiñas' se ocupaba de las
telecomunicaciones y 'el Pastelero', de la logística en tierra, mientras
que un tercero, 'Sandokán', era el responsable de las lanchas de
desembarco. El juicio debería haberse celebrado el mes pasado, pero el
principal testigo, un narco 'arrepentido', parece haberse volatilizado,
de modo que el juez Grande-Marlaska ordenó un aplazamiento hasta
octubre.
Para los narcos actuales, el anonimato es un valor. Los que
han heredado la profesión de sus mayores no pueden ocultar la fuente de
la fortuna familiar, pero sus formas no tienen nada que ver con las de
antaño. Y los que se foguearon en tareas de base y ahora controlan sus
propias organizaciones han evitado incurrir en las veleidades de pavo
real de sus antiguos jefes. A esto se suma que Galicia ya no tiene la
misma importancia en las rutas internacionales de la droga: «Entra mucho
menos que antes», comentan fuentes policiales. Cada vez se recurre más a
la introducción de maletines de cocaína en contenedores de carga, para
la que también sirven los puertos del Mediterráneo, y además España,
puerta tradicional hacia Europa, está perdiendo peso en favor de
Bélgica, Francia o algunos países del Este. Un informe conjunto de
Europol y el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías
destaca que en 2011 descendió un 34% la cantidad de cocaína interceptada
en nuestro país: «Eso puede indicar un cambio reciente en los patrones
del tráfico», apunta el estudio.
La factoría china
Pero, mientras sucede todo esto, los dinosaurios del
negocio siguen aquí. La Justicia no ha terminado con ellos: hace solo
medio año, volvió a sentarse en el banquillo el histórico José Luis
Falcón, a quien apodan 'Falconetti' por el personaje de la serie 'Hombre
rico, hombre pobre'. Le acusaban de blanquear junto a su esposa más de
cuatro millones de euros, pero el tribunal no dio por buenos los
informes periciales y le absolvió. Las propiedades de los narcos
presuntamente jubilados y de toda su parentela y allegados continúan
siendo objeto de indagaciones, una tarea ardua que suele prolongarse
durante años: la instrucción del caso de 'Falconetti', por ejemplo, duró
15. Le llevó finalmente a juicio el fiscal antidroga de Pontevedra,
Luis Uriarte, que está empeñado también en desentrañar el ejemplo
paradigmático de los patrimonios opacos vinculados a la droga, el del
clan de los Charlines. En 1995 ya se les retiraron propiedades por valor
de 18 millones de euros, según los cálculos publicados por la revista
'Interviú'. En 2010, la 'operación Repesca' les descubrió al menos otros
15 millones, varios de ellos en cuentas suizas. La investigación, que
sigue adelante, tuvo ramificaciones tan inesperadas como la factoría que
los Charlines poseían en Qingdao, China, dedicada al pescado congelado.