TITULO:
DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - La vida más allá del uniforme .
DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES -VIERNES - La vida más allá del uniforme . fotos,.
Para
descubrir qué se esconde detrás del uniforme, Cuatro emite esta noche a
las 22.50 horas una nueva entrega de la segunda temporada de 'Héroes,
más allá del deber'. En esta ocasión, los protagonistas son Juan y
Kamal, dos policías nacionales de Cádiz amigos desde la infancia. Los
bisabuelos de Juan, 'El Gitano' y Sebastiana, fueron asesinados y
enterrados en una fosa común en la Guerra Civil, y él lleva varios años
investigando el lugar donde yacen sus cuerpos. Mientras,
Kamal viaja a Marruecos para visitar a sus familiares tras descubrir que su padre le abandonó tras conocer a otra mujer y marcharse a Francia.
El
programa se estrenó en 2017 y en su primera temporada se saldó con
875.000 espectadores y un 6,6 % de cuota de pantalla. En esta segunda se
muestra tan solo una profesión por capítulo, y en vez de centrarse «en
una sola persona, y contar su vida privada y su trabajo, son dos
compañeros, «
aunque uno de ellos suele tener una historia más relevante»,
comenta la directora del espacio, Marta Machuca. «Te haces una imagen
de un policía, pero cuando hablas con ellos, cuando conoces su vida, ves
lo que hay detrás y te das cuenta de que son personas, trabajadores,
como todos, y que algunos cuando llegan a su casa tienen líos
importantes. Después de estar protegiéndonos, se tienen que enfrentar a
una serie de situaciones complicadas y, en algunos casos, muy extremas.
Al final, todos somos iguales. Solo buscamos hacer nuestro trabajo lo
mejor posible y resolver nuestros dramas personales de la mejor manera
posible», asegura la directora sobre un formato que contiene «acción
trepidante en escenarios muy diferentes».
Por
ello, encontrar a los protagonistas apropiados conlleva unas
dificultades añadidas. Al proceso de 'casting' se le suma una labor de
investigación, ya que «
tampoco se presenta demasiada gente»,
según la propia Machuca. «Tienes que convencerle a él, a su jefe, a su
compañero y a su familia. Son trabajadores, cada uno de su medio, y
tienes que estar grabándoles en su trabajo y en su vida personal. 'Vamos
a ponerte una cámara para ver cómo trabajas. Y luego vamos a ir a tu
casa para que nos cuentes tu vida'. La propuesta impone respeto y da un
poco de miedo. Mucha gente no está dispuesta a esto», se sincera
Machuca.
Comisarías y hospitales
En su búsqueda de héroes,
algunos miembros del equipo acuden a las comisarías o a los hospitales
para hablar con ellos y para explicarles el formato y «que vean que es
una cosa seria». «
Hay que pasar por muchas fases hasta llegar a la persona adecuada, con la que puedas empatizar en lo personal y vivir algo de acción en lo laboral».
Hay
personas que estarían encantadas de participar, pero que no tienen
detrás una historia interesante y televisiva que les respalde. Y también
pasa lo contrario,
gente con historias muy interesantes, pero con un trabajo de oficina».
Pese
a las dificultades y a «doblar personajes» al incluir a los compañeros,
el proceso de selección de la segunda edición ha resultado más
sencillo, ya que «
la carta de presentación de la primera temporada ayudó mucho».
La directora está orgullosa de haber «conseguido un programa
entretenido, con acción, drama y con historias que enganchan y conectan
con el público»: «Si no te han pasado a ti, es muy probable que conozcas
a alguien que sí».
TITULO: Documental - Los maestros del arroz,.
foto / El arroz es uno de los alimentos básicos de mayor consumo. Puede parecer
un producto simple en apariencia, pero requiere un trabajo agotador.
Viajaremos a través de la cultura del arroz, fuertemente arraigada en
Asia, donde descubriremos las costumbres locales alrededor de este
cereal.
TITULO: LIBRO - LA NIÑA ALEMANA ,.
Inspirada en un hecho poco conocido: la negativa de Cuba y otros países a
recibir a los judíos que huían de la Alemania nazi a bordo del
transatlántico St. Louis. Finalmente, solo a unos pocos se les permitió
desembarcar. Antes de que todo cambiara, la vida de Hannah Rosenthal
era de ensueño. Pero ahora, en 1939, las calles de Berlín están
embanderadas de estandartes nazis, su familia ha sido desposeída de sus
bienes y los judíos ya no son bienvenidos en los lugares que antaño
frecuentaban. Hannah y Leo Martin, su mejor amigo, sellan un pacto: pase
lo que pase, ambos compartirán un mismo futuro. La próxima partida del
transatlántico St. Louis con rumbo a Cuba les proporcionará una chispa
de esperanza. Tras una ardua gestión para obtener visados, los Rosenthal
y los Martin se embarcan en la lujosa nave con destino a La Habana. La
vida a bordo del St. Louis se asemeja a unas vacaciones surrealistas
para esos refugiados, pero los rumores inquietantes desde Cuba no tardan
en ensombrecer el ambiente festivo, y la nave que prometía ser su
salvación parece a punto de convertirse en su sentencia de muerte.
Hannah y Leo se ven enfrentados a una decisión desgarradora... Siete
décadas después, en la ciudad de Nueva York, el día que cumple doce
años, Anna Rosen recibe un paquete de Hannah, una tía abuela a la que
nunca conoció pero que crio a su difunto padre. En un intento de
reconstruir el misterioso pasado de su padre, Anna y su madre viajan a
La Habana para reunirse con la anciana. Hannah les relatará el viaje en
el St. Louis, les hablará de sus años en la isla y revelará, por primera
vez, el modo en el que ella y Leo cumplieron con el solemne pacto que
sellaron.
La niña alemana: el libro que rescata un episodio olvidado del Holocausto,.
A
través de la historia de dos niñas separadas por varias generaciones, el
periodista Armando Lucas Correa recuerda la tragedia de más de 900
judíos que huyeron de Alemania en un trasatlántico con destino a Cuba.
'La niña alemana' es la primera novela del
periodista cubanoamericano Armando Lucas Correa, reconocido por ser el
jefe de redacción de la Revista People en español.
Fotos:
El 13 de mayo de 1939 cerca de 900 alemanes abordaron el trasatlántico
Saint Louis
en el puerto de Hamburgo con destino a La Habana, Cuba. No era un viaje
feliz. Ninguno de ellos iba de vacaciones y aunque a muchos los habían
obligado a comprar el pasaje de regreso, no tenían permitido volver a
pisar Alemania. En realidad ninguno de ellos quería hacerlo: todos eran
refugiados y en ese país, que alguna vez habían llamado hogar, venían
sufriendo en carne propia el desprecio, la discriminación y el racismo
solo por ser judíos o tener antepasados de sangre judía.
El barco
cumplió con su itinerario, pero cuando llegó a La Habana, el gobierno
cubano les prohibió bajar. A pesar de que todos tenían los papeles en
regla y habían pagado por sus permisos de entrada, solo 22 refugiados
pudieron quedarse en la isla. El resto tuvo que vivir un humillante
periplo que los llevó a ser rechazados en Estados Unidos y Canadá. Al
final, cuando ya volvían a Alemania y muchos amenazaban con suicidarse,
Holanda les abrió las puertas y algunos países de Europa los recibieron.
Pero la dicha no fue completa: cuando Hitler invadió Europa, muchos
cayeron en los campos de concentración y murieron en las cámaras de gas.
Esa historia real es la base sobre la que está construida
La niña alemana, la primera novela del periodista cubanoamericano Armando Lucas Correa, reconocido por ser el jefe de redacción de la
Revista People
en español. “Este es un capítulo muy desconocido de la historia aquí
en Estados Unidos y en Cuba, en donde los documentos relacionados
desaparecieron del Archivo Nacional. Pero yo crecí escuchando esa
historia porque cuando tenía ocho o diez años, mi abuela –hija de
inmigrantes españoles que llegaron a la isla a comienzos del siglo XX–
me la contó y me dijo que Cuba iba a pagar durante los próximos 100 años
lo que les había hecho a los judíos”, le contó el escritor a Semana.
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La
protagonista de la novela es Hannah, una niña de 12 años que hace parte
de una de las familias judías más distinguidas de Berlín antes de la
llegada de los Nazis al poder. Ella vive en carne propia la caída en
desgracia de su familia y desde su ojo infantil –pero no tan inocente–
toma forma la discriminación y el racismo comunes en aquella época. La
otra protagonista es Anna, una niña de la misma edad que vive en Nueva
York en el año 2014. Perdió a su padre en los atentados del 11 de
septiembre y su única conexión con él es una familiar lejana que se
llama igual que ella y que vive en Cuba, a donde llegó desde Alemania
hace muchos años.
“En realidad la novela nació como la historia de
una niña en Nueva York que quiere entender quién era su padre,
fallecido en las torres gemelas. Y con el tiempo decidí unirla con la
que siempre habría querido escribir del
St. Louis. Fui armando
un paralelo de dos niñas que estaban relacionadas, pero separadas en el
tiempo y que físicamente eran iguales. La historia se va moviendo de un
lado al otro”, cuenta Correa.
Aunque las dos historias centrales
son producto de la ficción, Correa se tomó el trabajo de investigar a
fondo el incidente del trasatlántico y todo lo relacionado con la vida
en Alemania y en Cuba durante los años en los que transcurre la
historia. Tuvo acceso a más de 1.200 documentos originales del
St. Louis
gracias al Museo del Holocausto en Washington DC, se leyó todos los
estudios sobre el tema (algunos escritos incluso en idiomas que no
maneja), consiguió los menús originales que ofrecieron en el barco
durante los días que duró el viaje, investigó sobre los perfumes y las
marcas que usaba la alta burguesía judeo-alemana, vio cómo eran los
tapices y los diseños más comunes en esa época, compró artefactos que se
usaban entonces y se hizo a una versión del diario del capitán del
barco, publicado en 1949.
“No quise hablar con ningún
sobreviviente y no viaje a los lugares que describo hasta después de
entregar los manuscritos de la novela en marzo de 2015, porque quería
que fuera una especie de cuento de hadas desde la voz de las dos niñas, y
sabía que si me ponía a hablar con los sobrevivientes no iba a acabar
nunca porque iba a encontrar historias mucho más dramáticas”, cuenta.
Pero luego de terminar el libro sí habló con varios de ellos e incluso
descubrió que la mamá de una de sus amigas mexicanas había estado en el
barco y años después había sobrevivido a los campos de concentración en
Holanda.
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Una
vez terminó de escribir, además, decidió viajar a Alemania, visitar
Berlín y tomar un barco en el que realizó el mismo recorrido que intento
el
St. Louis. “También fui a Cuba, luego de muchos años, en
el primer grupo de editores y periodistas que viajaron a la isla luego
de la reapertura de relaciones que ordenó Obama y pude ir al punto del
puerto desde donde los pasajeros del barco vieron la isla. Fue parte de
mi obsesión. Estaba como cuando uno lee un libro y visita los lugares
que lee en el libro”.
Los horrores que no se pueden volver a repetir
La
novela tiene tres partes definidas. En la primera se narra en paralelo
la historia de Hannah en el Berlín de finales de los años treinta antes
de viajar en el barco y de Anna en la Nueva York actual descubriendo que
su papá muerto tiene una familiar en Cuba. La segunda es un diario del
viaje en el trasatlántico –que incluye cables y titulares de periódicos
reales– y la tercera retoma las historias en paralelo de Hannah
creciendo en una tierra lejos de Alemania y de Anna conociendo la
historia de su tía abuela.
Esa última fue la que más trabajo le
costó a Correa. “Para mí Cuba es una realidad, pero yo quería que la
isla se viera a través de los ojos de una niña judeo-alemana que la ve
como algo irreal. Lo que para mí era cotidiano tenía que ser asombroso
para ella. Eso me costó mucho trabajo, pero al mismo tiempo me
divirtió”, recuerda.
La decisión de utilizar a protagonistas
niñas fue para revelar el horror desde el punto de vista infantil. Por
eso, además, decidió quitar todas las referencias directas a Hitler, a
la esvástica y a la palabra judío, aunque quienes saben de historia
podrán identificar la época y los antagonistas.
“Quería que la
historia se moviera en un ambiente de discriminación, de rechazo al
diferente, del odio y el miedo a los que no son iguales”, cuenta. Un
ambiente que se está empezando a vivir nuevamente en el mundo, aunque
con mucha menor intensidad que entonces. El triunfo del ‘Brexit’ en el
Reino Unido, de Trump en Estados Unidos y el fortalecimiento de
movimientos nacionalistas que critican y estigmatizan a los refugiados
en Europa son el síntoma de que las cosas no están bien.
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Por
eso, Correa no ha terminado con el tema del St. Louis. Desde ya está
preparando dos novelas nuevas que hablarán sobre el viaje. La primera es
El silencio entre nosotros, que tratará sobre los pasajeros
del barco que no fueron aceptados en La Habana y que terminaron en
Francia, en donde luego volvieron a enfrentar la pesadilla de la que
habían huido. Y la tercera, que aún no tiene un título definido, hablará
sobre los pasajeros que no pudieron subirse al barco y que tuvieron que
sufrir el holocausto en Alemania. “Como me dijo una de las
sobrevivientes: la historia es cíclica, aunque a veces se vive con
intensidades y perspectivas diferentes”.