TITULO: Las rutas de Ambrosio - La Axarquía malagueña ,.
El sabado -6- Abril a las 19:10 por La 2, foto,.
La Axarquía malagueña,.
La comarca de la Axarquía, oriente en árabe, se extiende por la costa
malagueña desde la capital hasta la provincia de Granada. En los pueblos
de costa, hay una gran afición a la pesca con caña en orilla. Y todo lo
que se captura acaba cocinado en espeto que es la manera tradicional de
asar.
TITULO: LAS RUTAS DE VERONICA -El campo no tiene relevo generacional ,.
El sabado -6- Abril a las 18:10 por La 2, fotos,.
El campo no tiene relevo generacional,.
El sector agrario de la región está envejecido y los titulares de explotaciones menores de 41 años no llegan al 10% | El difícil acceso a la tierra y los reducidos precios en la agricultura y la ganadería no favorecen las incorporaciones de nuevas generaciones al sector primario
Es evidente que la agricultura y la ganadería tienen un gran peso en el mundo rural, pero a los jóvenes tampoco les resulta sencillo encontrar un puesto de trabajo o emprender en el sector primario. En la actualidad, no llega al 10% el número total de propietarios de las explotaciones agrarias que tienen menos de 41 años. En concreto hay 5.576 titulares de entre 18 y 40 años, según la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, cuando en la región se superan las 60.000 explotaciones.
La edad avanzada de los empresarios del campo también es patente. «Hay más de un 40% de dueños de explotaciones mayores de 65 años», manifiesta Juan Metidieri, presidente de Apag Extremadura Asaja.
«Arrancar de cero una explotación es casi imposible»
Los motivos para la baja presencia de jóvenes en el campo extremeño son variados. Los propios agricultores y ganaderos apuntan hacia la dificultad que tienen para acceder a la tierra. «Hay muy poca gente que vende y si lo hace no se puede competir en precio con quienes llevan muchos años o con empresas grandes que pagan por encima de las posibilidades de alguien que quiere empezar», dice Javier Ramos, de 29 años, que pudo comprar siete hectáreas en Valdelacalzada, donde desde hace cinco años tiene una explotación de frutales.
«No habría podido iniciar mi actividad sin el apoyo de mi familia, que también se dedica a la agricultura»
Nada que ver con la extensión de la finca que gestiona Gonzalo Llorente
en La Parra. Cerca de 500 hectáreas en las que tiene ganado vacuno y
porcino en extensivo. Tampoco a este joven le resultó sencillo encontrar
una finca de las características que buscaba para su actividad agraria.
«El precio no ayuda, es muy elevado», advierte.Lo poco atractiva que es la jubilación, en términos económicos, explica las reticencias de los dueños a dejar sus explotaciones pese a superar la edad y los años cotizados requeridos para cobrar la pensión. «Las jubilaciones son precarias», expone Ignacio Huertas, secretario general de Upa-Uce en Extremadura, como la principal causa de que los empresarios necesiten obtener otros ingresos.
Francisco Amaya sabe que su pensión sería muy reducida, pero el dinero no es lo que le mantiene al frente de su finca de viñas y olivos en Fuente del Maestre. Con 69 años tiene una jubilación activa y dedica las mañanas a las tareas del campo. «Los agricultores estamos cansados de pagar y a la hora de cobrar me corresponderían 728 euros, así que prefiero cobrar la mitad y seguir cotizando», dice, a la vez que reconoce que si tuviera una pensión mayor optaría por continuar trabajando. «Es cierto que la gente se lo pensaría», añade.
La misma idea tienen las organizaciones agrarias, que entienden que una mejora de las condiciones de la jubilación y favorecer la retirada de los productores que cumplen 65 años es una posible forma de sacar más terrenos en el mercado. «La idea es poner la tierra en manos de quien la necesita y consideramos que sería positivo que hubiera ayudas para quien, a partir de cierta edad, cediera su explotación a una persona joven», comenta Huertas.
Cuando a Amaya le llegue el momento de la retirada no sabe qué hará con su terreno. «Mi hija trabaja en Londres y mi hijo, en Madrid; me da pena vender, así que puede que las alquile», piensa.
Sacrificio
El sacrificio que supone gestionar y trabajar una explotación agraria tampoco favorece la incorporación de los jóvenes al sector. El campo no entiende de horarios y, pese a las mejoras tecnológicas que se han producido en los últimos años y los avances técnicos implantandos, siguen existiendo tareas que requieren grandes esfuerzos y épocas de largas jornadas de trabajo.
«Mis hijas no se quieren dedicar a las cerezas y a mí las tareas de poda y mantenimiento me sirven de relax»
Si a las duras condiciones se
le añade que la rentabilidad de las explotaciones no pasa por su mejor
momento resulta complicado que haya gente que se quiera acercar al
sector. José María Gradilla sabe qué es eso. Él tiene
66 años y se hizo cargo de la finca de su padre cuando este falleció,
pero dedicó su vida profesional lejos del campo. Ahora, cobrando ya la
pensión, sigue como titular de la explotación porque sus hijas también
tienen su futuro laboral en otros sectores. «Ellas están trabajando y a
mí las tareas de poda y mantenimiento me sirven casi de relax», comenta
Gradilla, que posee una hectárea de cerezos en la localidad cacereña de Rebollar.Compagina su pensión con el beneficio de la finca. «Es posible si se ingresan menos de 6.000 euros anuales por la explotación y en mi caso no llego a esa cantidad», especifica este agricultor, que dispone de la maquinaria necesaria, por lo que la finca no le supone un esfuerzo económico.
Los precios que reciben los agricultores y ganaderos por su productos no aumentan al mismo ritmo que los gastos que supone obtener esas materias primas. «Esperaba haber tenido mejor precio este año», dice Ramos, que tiene diversas frutas y variedades en las fincas que gestiona para tratar de garantizar la viabilidad de su empresa.
Llorente, por su parte, apostó por una mayor dimensión de su explotación para buscar la rentabilidad. «Hace tiempo era posible salir adelante con dos o tres vacas y algunos cerdos, algo impensable ahora», comenta este ganadero en relación al descenso de los precios que vivió el sector hace varios años.
En la actualidad parece que se ha invertido la tendencia y hay una mayor estabilidad con precios que van ligeramente al alza en el porcino. Esto no esconde otras realidades. «Existen producciones deficitarias y el caprino está en una situación difícil», señala Llorente, que entiende que los márgenes de beneficio son reducidos y que la viabilidad de las empresas del campo se logra con producciones en extensivo. «Hay emprendedores que tratan de ajustar su inversión inicial a la ayuda pública que reciben e inician su andadura con pocos animales o terrenos reducidos; es una forma de no arriesgar mucho dinero y piensan ir ampliando su cabaña en función de los resultados», advierte este ganadero, que remarca que el objetivo debe ser la viabilidad de las explotaciones porque la única forma de que haya nuevas incorporaciones es que el campo sea atractivo económicamente.
Para facilitar el relevo generacional en el sector primario, la Junta de Extremadura ha vuelto a abrir este año una línea de subvenciones para jóvenes agricultores, los que no hayan cumplido 41 años. En 2018 no se realizó la convocatoria y en el presente ejercicio se publicó el pasado 11 de marzo y las ayudas pueden solicitarse durante un mes. La cuantía establecida es de 30 millones de euros y la Consejería del ramo prevé incorporar a 900 jóvenes hasta 2020.
Por ahora, se están abonando los importes de los expedientes de la convocatoria de 2017, en la que se concedieron 24 millones y se instalaron 649 jóvenes. Las cantidades que se conceden, según marca el decreto, se mueven entre los 15.000 y los 70.000 euros, pero la mayoría se encuentran entre 30.000 y 40.000 y dependen de la inversión que realice el empresario en maquinaria o terrenos, si la producción es ecológica o en función de la contratación de trabajadores que realice, entre otros aspectos.
A pesar de este apoyo económico, montar una explotación se hace muy cuesta arriba. «Yo no habría podido hacerlo sin la ayuda de mi familia», reconocen tanto Llorente como Ramos. Este último no tuvo que comprar maquinaria y se benefició de tener la finca de su padre junto a la que compró.
Esto supone que la mayoría de los jóvenes que se dan de alta como propietarios lo hagan porque en su familia ya había una explotación. Los costes se disparan si hay que comprar o alquilar los terrenos o adquirir herramientas de trabajo. «Arrancar de cero una explotación es, hoy en día, casi imposible; hay algunos proyectos que llegan a cuajar, pero es muy difícil», apostilla el presidente de Apag.
Y es que los beneficios tardan en llegar. Hay diferencias entre los distintos subsectores dentro de la agricultura y la ganadería, pero en la inmensa mayoría las producciones no son inmediatas. «La tierra que yo compré era un barbecho y tuve que meter la plantación nueva, el riego, la luz; la inversión es considerable y pasan tres o cuatro años hasta que empiezas a coger fruta», puntualiza Ramos, que insiste en que cinco años después todavía no tiene su parcela a pleno rendimiento.
Un ejemplo parecido es el de Llorente, que realizó una enorme desembolso, que multiplica en decenas de veces la ayuda cercana a los 50.000 euros que percibió, y espera que su explotación vaya, año a año, generando los beneficios necesarios para recuperar la inversión.
«La incorporación de jóvenes mejora la productividad del sector»
Estos mismos «créditos blandos» son a los que se refieren desde Apag como un método para apoyar las incorporaciones al sector. «Una línea de financiación así ya existía hace algún tiempo, pero desapareció», lamenta Llorente.
Futuro
Los agentes del sector no esconden que el relevo generacional en el campo preocupa. Contar con gente joven es indispensable para el futuro agrario de la región y tendría una repercusión económica positiva para el conjunto de la comunidad. «Los que ya están cerca de su retirada no piensan en mejorar la competitividad de sus explotaciones, apostar por nuevos sistemas de producción o embarcarse en proyectos innovadores y eso lastra la productividad agraria», afirma Huertas.Los jóvenes llegan con más ilusión y con una formación que es un punto a su favor. Ramos estudió Administración y Dirección de Empresas (ADE) y Llorente es ingeniero agrícola. Además, tienen la experiencia que les aporta haber crecido en familias que se dedican al sector y se pueden beneficiar de los consejos cercanos. «El campo necesita gente formada, porque cada vez está más especializado y tenemos mucha carga burocrática», en palabras de este joven ganadero, que la semana pasada recibió el premio a la mejor ganadería en la primera edición del foro de incorporación de jóvenes al sector agrario en Extremadura.
«Tenemos que ser viables; es la única forma de que haya jóvenes que se sientan atraídos por este sector»
Más allá de las características
propias del sector primario, también se debe tener en cuenta la
situación del medio rural. Es innegable que los pequeños municipios de
la región no tienen los mismos servicios que hay en el ámbito urbano.
Los jóvenes que quieren desarrollar su vida profesional en el campo
deben asumir la lejanía de los centros hospitalarios, la carencia de
colegios e institutos en algunos municipios o la necesidad de un
vehículo que les ayude a solventar los problemas con las comunicaciones
que hay en una región tan extensa como Extremadura. «En este nivel solo
queda seguir exigiendo la igualdad para el mundo rural», concluye Huertas.«Tardamos mucho tiempo en cobrar las ayudas»
El objetivo es incentivar la incorporación de jóvenes al sector agrario y ayudar a los empresarios en los primeros momentos de su aventura empresarial, cuando más necesidad pueden tener de liquidez y deben acometer sus inversiones. Sin embargo, la principal queja que tienen los solicitantes de las ayudas que convoca la Junta de Extremadura es que los plazos se prolongan en exceso. «Lo que peor veo es que tardamos mucho tiempo en cobrar», dice Javier Ramos, agricultor de 29 años, que tardó casi dos años en recibir la cuantía de su ayuda.Algo menos de tiempo pasó hasta que a Gonzalo Llorente (28 años), ganadero afincado en La Parra, le llegó el total de la ayuda. «Ya sabía que los plazos están por encima del año», reconoce.
Además de agilizar la tramitación y los pagos, en el sector también consideran que deberían entregarse las subvenciones en un solo plazo. Ahora se hace en dos, uno del 75% y otro del 25%. «Los montantes son elevados y las condiciones atractivas, piensas que vas a contar rápidamente con el dinero y no es así», insiste Ramos.
TITULO:
¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE
TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES -12- ABRIL - A ANA LE SIRVEN TODAS LAS GAFAS ,.
¡Qué grande es el cine! ,.
¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2.
El programa comenzaba con una presentación de la película que se
emitía esa noche, posteriormente esta película se emitía y acababa con
una tertulia entre Garci y los invitados del día sobre ella.1 El programa comenzó a llevarse a cabo en enero de 1995 y comenzó sus emisiones el 13 de febrero del mismo año., etc.
ME
RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO
VIERNES -12- ABRIL - A ANA LE SIRVEN TODAS LAS GAFAS ,.
ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO
VIERNES -12- ABRIL - A ANA LE SIRVEN TODAS LAS GAFAS , fotos,.
A ANA LE SIRVEN TODAS LAS GAFAS ,.
Una pacense que estudia Óptica y Optometría recoge lentes y monturas usadas para los refugiados | Colabora en Lesbos (Grecia) con la organización 'Luz sin Fronteras', de las pocas dedicadas a la salud visual,.
Ana
González Moreno es de Badajoz, tiene 22 años y está en último curso del
grado de Óptica y Optometría, estudios que cursa en la Universidad de
Sevilla. Hasta aquí su vocación profesional. Pero su pasión es la
solidaridad y cuando decidió ayudar a los demás se volcó hace dos
veranos con la organización 'Light Without Borders' ('Luz sin
fronteras'), de las pocas que ayudan en lo relacionado con salud visual,
un campo a menudo poco atendido, pero de vital importancia para que
muchas personas no solo se sientan válidas sino para que sigan
conservando su dignidad.
La organización sin ánimo de lucro con la que colabora la extremeña Ana trabajan en Mitilene, Lesbos, en el campo de refugiados de Moria, en Grecia, donde tienen un convenio con un oftalmólogo de la isla que trata las patologías más graves.
«Las revisiones visuales -explica la joven- las realizan optometristas voluntarios, pero como estoy estudiando la carrera y todavía no estoy titulada pues no puedo integrarme en el equipo. Sin embargo, vi que podía ir ayudando de otra manera y por eso me he dedicado los últimos meses a recoger gafas usadas, también de sol sin graduar y fundas. Las que me han ido entregando yo las limpio, las gradúo, las etiqueto y las inscribo en una base de datos antes de mandarlas al campo de refugiados de Grecia. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las personas que usan gafas las pierden por el camino y si tienes poca graduación no pasa nada, pero cuando te acercas a las diez dioptrías como a veces ocurre, perder las gafas equivale a poco menos que quedarte ciego. Además, no hay muchas oenegés que presten atención a esta cuestión, de ahí la necesidad de reaprovechar las gafas que a alguien ya no le sirven».
Otro de los objetivos -prosigue Ana González- es dar a conocer todas las alternativas para poder ayudar tanto de forma presencial como desde España y así sensibilizar e involucrar a la gente, incluidos optometristas y profesionales de la visión con la finalidad de establecer posibles convenios que cubran algunas necesidades que tienen en estos lugares donde llegan personas con necesidades, como material optométrico o lentes de altas potencias.
De momento, la Universidad de Sevilla le ha dado la oportunidad de acudir a Barcelona durante la semana pasada al Congreso Internacional de Farmacéuticos (Infarma). Allí la extremeña ha presentado un póster explicativo sobre este proyecto y ha puesto otro granito de arena más en este proyecto solidario.
La oenegé para la que trabaja 'Light without borders', ofrece en Lesbos desde septiembre del año pasado servicio de oftalmología para refugiados y acompañamiento emocional con terapia de apoyo para refugiados, equipos de rescate y voluntarios.
En realidad, el proyecto comenzó en Tibet en el año 2013, un año después pasó a Ladakh (India) y meses después a Latinoamérica antes de establecerse en Lesbos (Grecia) desde octubre de 2016. Dos años después, el programa 'Light to your eyes' ('Luz para tus ojos') empezó a ofrecer visitas gratuitas oftalmológicas y entrega de gafas graduadas para todos aquellos refugiados, muchos de los cuales las perdieron por los caminos o en su travesía por el Mar Egeo.
Este jueves 4 abril , a
las 22.30, La Sexta emite una nueva entrega de ‘¿Dónde estabas
entonces?’, que viaja hasta 1997, el año que se construyó la valla de
Melilla. / foto /
La organización sin ánimo de lucro con la que colabora la extremeña Ana trabajan en Mitilene, Lesbos, en el campo de refugiados de Moria, en Grecia, donde tienen un convenio con un oftalmólogo de la isla que trata las patologías más graves.
«Las revisiones visuales -explica la joven- las realizan optometristas voluntarios, pero como estoy estudiando la carrera y todavía no estoy titulada pues no puedo integrarme en el equipo. Sin embargo, vi que podía ir ayudando de otra manera y por eso me he dedicado los últimos meses a recoger gafas usadas, también de sol sin graduar y fundas. Las que me han ido entregando yo las limpio, las gradúo, las etiqueto y las inscribo en una base de datos antes de mandarlas al campo de refugiados de Grecia. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las personas que usan gafas las pierden por el camino y si tienes poca graduación no pasa nada, pero cuando te acercas a las diez dioptrías como a veces ocurre, perder las gafas equivale a poco menos que quedarte ciego. Además, no hay muchas oenegés que presten atención a esta cuestión, de ahí la necesidad de reaprovechar las gafas que a alguien ya no le sirven».
«Personas que huyen de su país pierden las gafas por el camino y para algunos es como quedarse ciegos»
Ana empezó con esta iniciativa las pasadas
navidades y ya tiene unas 600 gafas graduadas, 80 de sol y 240 fundas.
Según cuenta, las gafas suelen ser un artículo que termina olvidado en
los cajones de las casas, bien porque cambia la graduación de esa
persona y ya no le valen o bien porque cambian las modas y dejan de
utilizarse. «Lo bueno que tienen -dice- es que no caducan».En la Escuela de Idiomas
Pero su colaboración va a más allá de recoger y catalogar gafas para abastecer a una organización pequeña que vive de las donaciones de particulares.Otro de los objetivos -prosigue Ana González- es dar a conocer todas las alternativas para poder ayudar tanto de forma presencial como desde España y así sensibilizar e involucrar a la gente, incluidos optometristas y profesionales de la visión con la finalidad de establecer posibles convenios que cubran algunas necesidades que tienen en estos lugares donde llegan personas con necesidades, como material optométrico o lentes de altas potencias.
De momento, la Universidad de Sevilla le ha dado la oportunidad de acudir a Barcelona durante la semana pasada al Congreso Internacional de Farmacéuticos (Infarma). Allí la extremeña ha presentado un póster explicativo sobre este proyecto y ha puesto otro granito de arena más en este proyecto solidario.
«Lo bueno es que unas gafas no caducan», dice esta joven que las clasifica para que se reutilicen
En cuanto a cómo deshacerse de unas gafas
viejas, como su madre trabaja en la Escuela Oficial de Idiomas de
Badajoz, Ana ha establecido allí un punto de recogida de gafas usadas
que ella pondrá a punto para que puedan arrojar luz de nuevo a los ojos
de otra persona.La oenegé para la que trabaja 'Light without borders', ofrece en Lesbos desde septiembre del año pasado servicio de oftalmología para refugiados y acompañamiento emocional con terapia de apoyo para refugiados, equipos de rescate y voluntarios.
En realidad, el proyecto comenzó en Tibet en el año 2013, un año después pasó a Ladakh (India) y meses después a Latinoamérica antes de establecerse en Lesbos (Grecia) desde octubre de 2016. Dos años después, el programa 'Light to your eyes' ('Luz para tus ojos') empezó a ofrecer visitas gratuitas oftalmológicas y entrega de gafas graduadas para todos aquellos refugiados, muchos de los cuales las perdieron por los caminos o en su travesía por el Mar Egeo.
TITULO: ¿Dónde estabas entonces? - 1998,Jueves -4- Abril ,.
¿Dónde estabas entonces?’ vuelve al año 1998
Este jueves 4 abril , a
las 22.30, La Sexta emite una nueva entrega de ‘¿Dónde estabas
entonces?’, que viaja hasta 1997, el año que se construyó la valla de
Melilla. / foto /
¿Dónde estabas entonces? repasa el año en el que se empezó a construir la valla de Melilla: 1998. La orden vino desde el gobierno de José María Aznar: 12 kilómetros de valla, de tres metros de altura, recorrerían la frontera entre España y Marruecos. Fue año de primarias en el PSOE, que terminaron con la victoria de Josep Borrell a pesar de que Joaquín Almunia era el favorito.
Fue
en un año emocionante en los tribunales españoles. En 1998, la
Audiencia Nacional daba luz verde, en una resolución histórica, a la
justicia española para investigar los crímenes de las dictaduras chilena y argentina.
A finales de los 90 en España fumaba una tercera parte de los españoles. En EE.UU., algunos fumadores se unieron para demandar a la industria tabacalera tras
descubrirse que el tabaco era adictivo y producía cáncer. Gracias a
este avance, en nuestro país empezaron a presentarse las primeras demandas a Tabacalera.
Este año también nos despedimos de Ramón Sampedro tras más de veinte años luchando por la legalización de la eutanasia. Dos años más tarde de su muerte, su amiga Ramona Maneiro
fue detenida acusada de ayudar a Sampedro a morir, pero no fue juzgada
por falta de pruebas. Cuando el delito ya había prescrito, Maneiro lo
confesó todo.
En 1998 vivimos uno de los mayores desastres ecológicos de la historia de nuestro país: una presa de la mina Boliden se rompió arrojando más de 5 millones de metros cúbicos de lodo y agua ácida al río Guadiamar y a las inmediaciones del Parque Nacional de Doñana.
Algo empezaba a cambiar en el deporte en el año 98. Tras años de violencia en el fútbol, un hecho lo puso todo en pausa: Aitor Zabaleta, un aficionado de la Real Sociedad, era asesinado en las inmediaciones del Vicente Calderón por Ricardo Guerra, un ultra del Frente Atlético.
Mientras tanto, fuera de nuestras fronteras, Bill Clinton confesaba haber mantenido relaciones sexuales con la ex becaria de la Casa Blanca, Mónica Lewinsky, Irlanda del Norte iniciaba un proceso de paz y dos universitarios de Stanford creaban un nuevo motor de búsqueda: Google.