TITULO:
Viva la vida - Javier Solana, Exsecretario general de la OTAN . ,.SABADO -11- Julio,.
El sabado -11- Julio a las 16:00 por Telecinco , foto,.
Javier Solana, Exsecretario general de la OTAN ,.
Javier
Solana (Madrid, 1942) es el político español que ha ocupado cargos de
mayor relevancia en la esfera internacional. Fue secretario general de
la OTAN y jefe de la diplomacia europea, además de varias veces ministro
en los gobiernos de Felipe González. Al principio de la pandemia estuvo
hospitalizado alrededor de un mes, varios días incluso en la UCI, pero
se ha recuperado por completo y mantiene una actividad muy intensa
derivada del ejercicio de su Cátedra de Liderazgo y Gobernanza
Democrática en Esade y su participación en el patronato de la Fundación
Alternativas, entre otras ocupaciones. Desde allí sigue el día a día de
la situación del mundo.
- Las noticias sobre la pandemia
lo tapan todo pero da la impresión de que está creciendo la tensión en
el mundo. ¿Lo ve también así?
-
Esa apreciación no es ninguna tontería. Está volviendo una tensión
creciente que viene derivada sobre todo de la mala relación entre China y
EE UU. Las instituciones del multilateralismo están en baja y esa
tensión entre ambos países es grave porque se produce en un año
electoral en EE UU, y todo cuanto dice y hace el presidente está teñido
de electoralismo. Es un momento delicado, sí.
- Las
instituciones internacionales están a la baja, dice, y tampoco parece
que haya muchos líderes con peso e influencia indiscutibles.
-
En el mundo de hoy no hay liderazgo y eso lo aprovechan algunos para
hacer cosas que de otra manera no harían. Lo estamos viendo también en
la crisis entre India y China, un viejo problema no resuelto entre dos
potencias nucleares, pero que llevaba tiempo sin mostrarse. Y además
está también por ahí Pakistán, otra potencia nuclear. Es un episodio de
tensión muy mala en un lugar donde no pasaba nada desde hace muchos
años.
- Parece que China, que hasta hace bien poco era un
actor discreto en el panorama internacional, tiene sobre sí ahora todos
los focos.
- Y además le salpican otros conflictos, como
el reavivado entre las dos Coreas, que también afecta a Japón y de
manera más indirecta a EE UU. Pero las cosas no se quedan ahí, porque en
Oriente Medio la posición tan dura de Netanyahu y el apoyo tan
extraordinario de Trump no hace más que avivar las llamas.
Cuestión de liderazgo
- Antes hablaba de falta de liderazgo. ¿Tiene la
impresión de que en el orden internacional empieza a pesar mucho la
política del 'sálvese quien pueda'?
- No sé si tanto,
pero es cierto que el liderazgo mundial está muy bajo y muchos de los
líderes nuevos son poco partidarios de dar juego a las instituciones
internacionales. Eso hace que la defensa de los bienes públicos globales
pierda fuerza. A mí me parece sorprendente la simpleza con la que se
refieren a los grandes problemas los líderes globales.
«Está volviendo una tensión creciente que viene derivada de la mala relación entre EE UU y China»
- Pues con la próxima retirada de Angela Merkel no parece que la situación vaya a mejorar.
-
Merkel es justo un gran ejemplo de lo contrario de lo que hablamos.
Tiene una gran consistencia y creo que en el tiempo que le queda en la
política va a trabajar en el buen sentido. El esfuerzo se nota porque
acaba de asumir la presidencia por turno de la UE y ya ha convocado para
septiembre una cumbre con China. Me parece muy relevante.
-
Rusia mantiene un poder militar muy grande y quiere mantener su
influencia. ¿Usted teme la posibilidad de una guerra o eso es algo que
ya al menos en Occidente no vamos a ver?
- Una guerra
global al estilo de las dos mundiales del siglo XX es algo que yo creo
que no tiene posibilidad alguna de suceder, aunque le reconozco que en
el vaticinio hay también un componente de deseo. Pero en ese sentido me
preocupa el vocabulario que se está manejando ahora respecto de algunos
conflictos.
- ¿A qué se refiere?
- En
relación con la tensión entre EE UU y China se está hablando de 'guerra
fría'. No es prudente usar esas palabras en este momento, porque
corremos el riesgo de que de tanto escucharlo terminemos por asumir que
es efectivamente una guerra. La situación es difícil pero tengo gran
confianza en el papel de la UE.
- ¿Por qué?
- El papel que ha asumido en la respuesta económica a la pandemia ha mostrado que es capaz de un gran ejercicio de solidaridad.
- Sin embargo, el euroescepticismo crece, también en España. O crecía antes de la pandemia.
-
Si España no estuviese en Europa no sé cómo saldríamos de esta crisis,
porque estaríamos en una situación infinitamente peor. Me gustaría saber
cómo se van a sentir los ingleses dentro de unos meses, estando fuera
de la UE. Que Europa debería ser más rápida en sus decisiones, seguro.
Pero fíjese en lo que se tarda también aquí en tomar algunas medidas
porque hay que pactarlas con las autonomías. La complejidad siempre es
más lenta que la simplificación, pero es el sistema que nos hemos dado.
- Hablábamos de tensión. Usted ha escrito sobre lo que puede significar respecto de otros problemas como los medioambientales.
-
Es algo que debe preocuparnos. La única buena noticia en mitad de todo
lo que se está oyendo en la campaña presidencial en EE UU es que Biden
ha anunciado que si gana volverá a sumar al país al Acuerdo de París. Me
parece algo crucial porque con la paralización económica por la
pandemia ha bajado el CO2 pero en cuanto recuperemos el ritmo de
actividad volverá el problema. Se trata de que las inversiones que se
hagan para recobrar la actividad vayan encaminadas en todo el mundo a
frenar las emisiones. Es una obligación moral de todos.
-
¿Es más fácil o más difícil conseguir esos objetivos en un momento en
que hay corporaciones industriales y financieras que tienen más poder
que muchos estados?
- Existen entidades que trabajan con
tecnologías muy sofisticadas que también deberán pensar muy seriamente
cómo se comportan en este y otros aspectos. Deberán sentirse actores con
un papel mucho más relevante en la esfera internacional para que el
mundo sea mejor, y deberán entender que sus beneficios tienen que
contribuir al bienestar social global. Pero también ahí veo motivos para
el optimismo.
«Me gustaría saber cómo se van a sentir los ingleses dentro de unos meses, ya fuera de la UE»
- ¿En qué se basa?
-
Hace poco estuve con un alto responsable de una gran firma cuyo nombre
no le puedo dar por razones de confidencialidad, pero le aseguro que se
mostró muy dispuesto a participar de esta forma que le digo.
Nuevos temores
- Otro de los problemas de los que se habla poco en los últimos meses es del terrorismo. ¿Ha dejado de preocupar?
-
Ningún país ha bajado la guardia en ese asunto, desde luego. Se habla
menos porque creo que hay menos terrorismo. Pero somos conscientes de
que hay muchos canales en los que puede actuar, lo mismo atacando las
Torres Gemelas que en el ciberespacio o liberando un virus... aunque eso
lo veo menos probable.
- Pues es un temor que se está
extendiendo porque se puede paralizar el planeta, literalmente, solo
liberando en los lugares adecuados un virus con un alto nivel de
contagio. ¿Qué se puede hacer ante eso?
- El ataque de un
virus ya lo estamos viviendo, aunque proceda de la propia naturaleza.
La frecuencia con que surgen infecciones por virus es conocida:
podríamos repasar ahora la lista de los últimos años (gripe aviar, SARS,
gripe A, ébola, Zika), y debemos recordar que ni siquiera tenemos un
remedio para la malaria. No ha habido terrorismo y sin embargo todo eso
se ha producido.
- Y asusta.
- Pero estamos
aprendiendo a enfrentarnos a problemas así a gran velocidad. En esta
crisis tardamos algo en reaccionar, quizá porque tuvimos menos
información de la precisa. Luego ya se han tomado muchas medidas. La
vacuna es la gran esperanza, pero llevará un tiempo y mientras tanto no
podemos hacer dejación de nuestra propia responsabilidad para frenar los
contagios.
- El filósofo Slavoj Zizek ha escrito que de
esta crisis global por la pandemia surgirá un mundo guiado por un
comunismo basado en la solidaridad y la ciencia. ¿Qué le parece?
-
Nunca me ha gustado hacer previsiones sobre el desarrollo del mundo en
años venideros. Pero sí pienso que podemos obtener algunas lecciones de
esta crisis. Por ejemplo, que la OMS tiene que ser una institución
fundamental en la globalización, que cuente con todos los medios.
- De momento, la retirada de EE UU la deja con menos recursos.
-
La paradoja es que cuando más se necesita una organización así, el país
más poderoso de la Tierra, por decisión de Trump, se retira. También
será más necesaria que nunca la Organización Mundial del Comercio, cuyo
director se marcha en septiembre. Será fundamental encontrar a alguien
que cuente con un fuerte consenso en torno a su figura, y que sea una
personalidad importante y respetada.
- ¿El mundo es hoy más seguro de lo que lo era a finales del siglo XX? Cuando parece que unos temores se diluyen, llegan otros.
-
El mundo tiene hoy unos problemas que producen inseguridad pero los
vamos a vencer. En el caso de la pandemia, supongo que se conseguirá con
una vacuna pero, si se repite, seremos capaces de resolver la crisis a
mayor velocidad. Ya sé que el anuncio de que una pandemia podía llegar
estaba ahí y cuando se hizo realidad no teníamos ni mascarillas, y son
esas cosas las que dan miedo.
«La única buena noticia es que Biden ha dicho que, si gana, EE UU volverá al Acuerdo de París»
- Justificado.
-
Vivir tiene siempre un componente de riesgo. Nunca sabes lo que puede
suceder cuando sales a la calle: puede alcanzarte el disparo de alguien o
arrollarte un camión. En casos como el que estamos viviendo, hay que
ser prudentes y tener preparados los mecanismos necesarios para curar si
se produce algo así de nuevo.
- Usted puede hablar de eso con conocimiento directo.
-
Y quiero subrayar el enorme valor de la sanidad pública, que es
maravillosa incluso con los recortes sufridos en los últimos años, que
habría que tratar de revertir. Tenemos que estar orgullosos de un
sistema que, aquí como en otros sitios de Europa, atiende con carácter
universal. En cambio, ya está viendo lo que sucede en otros lugares,
donde la gente muere literalmente en la calle.
TITULO: VIVA LA VIDA - Felipe González , ,. DOMINGO -12- Julio.
El domingo -12- Julio a las 16:00 por Telecinco , foto.
Felipe González ,.
Felipe
González nunca ha sido un entusiasta del Gobierno de coalición entre el
PSOE y Unidas Podemos, y según pasa el tiempo es más escéptico sobre su
viabilidad futura. Al expresidente del Gobierno le molesta el clima
competititvo que, a su entender, se ha instalado entre los socialistas y
los morados. «A veces», señaló este jueves, el Consejo de Ministros «se
parece mucho al camarote de los hermanos Marx, que cuando uno propone
algo, otro dice 'y yo dos huevos duros más'».
«No me gusta esta
dinámica», apuntó este jueves en un acto informativo organizado por
Nueva Economía Forum vía telemática. González se refería a las pujas que
se suscitan en ocasiones con las medidas económicas y sociales, como el
Ingreso Mínimo Vital o la derogación de la reforma laboral, en las que
unos ministros, generalmente de Unidas Podemos, pretende ir más lejos en
las propuestas que hacen los representantes del PSOE.
Tampoco
son de su agrado las filtraciones de las deliberaciones del gabinete y
que trasciendan las posiciones confrontadas de los ministros. Los
debates, subrayó, son «secretos», las decisiones, «colegiadas», y solo
los acuerdos son «públicos».
González
también emplazó a los líderes de las fuerzas políticas, sin hacer
distinciones entre Gobierno y oposición, a que desarmen sus discursos y
busquen acuerdos para combatir las secuelas sociales y económicas que ha
dejará la pandemia de la Covid-19. «Tienen la obligación» de entenderse
y alcanzar «unos pactos que son inexcusables». Para ello, prosiguió,
todos tienen que «guardar las navajas que parece que tienen en la boca»,
y ponerse a «discutir los temas de interés general». Puso el ejemplo de
las cuentas del Estado, un terreno en el que acuerdo debería abarcar
«varios» Presupuestos.
En vez de eso, lo que se ve cada semana en
el Congreso es «un debate de búsqueda del culpable» de la crisis
sanitaria y sobre los errores en su gestión. «No perdamos el tiempo»,
los ciudadanos, afirmó el expresidente, no quieren esa dialéctica,
necesitan «pactos, acuerdos. Están cansados de que lo que se discute en
el Parlamento tenga poco que ver con la realidad».
«La crispación
política -apuntó- dificulta los pactos» y aplaudió al líder de los
eurodiputados de Ciudadanos, Luis Garicano, que ha reclamado a los
partidos una tregua de seis meses para pactar la salida de la pandemia.
TITULO: Ese programa del que usted me habla con - El Mar Menor empieza a disipar sus tinieblas,.
El martes -7- julio por La 2 a las 21:30, fotos,.
En
ese punto remoto del Mar Menor donde se encuentra con el Mediterráneo,
las doradas aletean desde que amanece en el laberinto ancestral de pesca
de las encañizadas. Ya empiezan a sentir que no tienen escapatoria, y
sacuden sus colas con una energía febril por salvar la vida. Son un
trasunto con escamas de la lucha del Mar Menor. Aún en los salabres y a
bordo de las barcazas de los pescadores, las 'dorás' se agitan por vivir
hasta el desmayo. A pesar del espectáculo de muerte, son el mayor signo de vida que se encuentra actualmente en la albufera murciana,
cinco años después de comenzar la turbidez de las aguas, cuatro años
después de que perdiera el 85% de la vegetación submarina, y solo 8
meses después de la anoxia que volcó toneladas de peces muertos en las
orillas. Un tiempo de espera demasiado largo para un enfermo sin tratamiento.
A
pesar del negro historial, las aguas han tenido que oscurecerse aún más
para que llegaran los primeros signos de esperanza. La comunidad
científica, incluso en sus desacuerdos a lo largo del proceso de estudio
de la laguna, ha coincidido en su asombrosa capacidad de resiliencia,
que demostró en el año 2018, cuando recuperó parte de la pradera sumergida y clareó la columna de agua.
Hace pensar en un futuro con vida para el Mar Menor, que fue famoso por
sus aguas cristalinas que permitían ver caballitos de mar y bancos de
peces desde la orilla.
Una de las
razones para el optimismo es la aprobación de una de las primeras grandes obras del plan de 'Vertido Cero',
que pactaron partidos políticos y agentes sociales. El colector de la
zona norte del Mar Menor, que acaba de publicar la Confederación
Hidrográfica del Segura como paso previo para contratar las obras por 70
millones de euros, evitará la entrada de 12 hectómetros cúbicos al año
de nutrientes agrícolas a las delicadas aguas de la laguna, por
medio de 55 kilómetros de canalizaciones.
Recogerá estos vertidos nocivos, cargados de nitratos procedentes de la
fertilización de cultivos, tanto los superficiales como los
subterráneos, para desviarlos al Mediterráneo con un proceso previo de
desnitrificación.
La compleja dinámica de la cuenca hidrográfica
del Campo de Cartagena y el maratón de acciones por emprender no dejan
de plantear dudas, a pesar de que el anuncio de las primeras obras haga
pensar en un desbloqueo administrativo en torno al Mar Menor. El químico
Ramón Pagán, de la plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor, lanza
dos incógnitas.
«Si el origen de la contaminación del acuífero
es agrícola en un 85%, por qué gastar dinero de todos los españoles
mientras la parte causante no pone un euro», plantea. Aún sería
peor si, después de construir la compleja red de canales y colectores,
no se pueden extraer los nitratos por falta de capacidad de la planta
que debe construir la Comunidad Autónoma. «Hablamos de un caudal de
30.000 metros cúbicos al día; no hay planta en el mundo con esa
envergadura», señala el químico.
Un proceso con ruido
Desde la encañizada, no se escucha el ruido del enfrentamiento
político que, según la comunidad científica, ha bloqueado la llegada de
soluciones. A ese paraje de aguas someras, espino negro y lentisco,
donde solo habita el guardián de la encañizada, Julián Castejón, con su
perro Cohete, no llegan los reproches que se han lanzado los partidos
cada día mientras aún corre el contador de la entrada de nutrientes a la
laguna, tanto con filtraciones subterráneas como en vertidos
superficiales. Siempre fue así, pero en los últimos años
se dispararon los aportes por el aumento de los regadíos y de las lluvias.
Esa bolsa de 1.000 kilómetros cuadrados rebosante de agua con nitratos
bajo el campo de Cartagena presiona sin tregua buscando salidas a la
laguna. Ya sale por garajes y sótanos de edificios que fueron
construidos sin aislamiento. Aflora en cultivos, con un exceso de
humedad que pudre raíces, tubérculos y hortalizas. Con la panza llena de
agua, el acuífero ya no traga ni la lluvia más liviana.
Con una mínima capacidad de absorción del terreno, las torrenciales llegan
como una ola de barro,
que baja desde varios kilómetros tierra adentro, cargada de todo lo que
encuentra a su paso, hacia el 'desagüe' del Mar Menor. Los vecinos de
Los Alcázares han sufrido desde septiembre de 2019 cuatro inundaciones
que han destruido viviendas, negocios, recintos públicos y playas.
Sometido a un continuo proceso de reparación, el municipio turístico no
abandona las movilizaciones para reivindicar las obras antiinundaciones
que les dejen salir a flote.
Con el paso lento de las
licitaciones públicas, empiezan a anunciarse las primeras canalizaciones
para evitar avalanchas de agua pero, tras infinidad de asambleas
vecinales, foros científicos con asistencia masiva de ciudadanos, y
manifestaciones multitudinarias, todos saben que el
cambio deberá incluir una nueva mentalidad y una redistribución de los usos del territorio.
En nada de eso hubo acuerdo entre el Gobierno regional, formado por una
coalición PP-Cs, y el Ministerio de Transición Ecológica, con la
socialista Teresa Ribera al frente y en continuo pulso con el sector
agrícola murciano a cuenta del trasvase Tajo-Segura.
Por eso el
reciente acuerdo entre Ciudadanos, PP y PSOE en la Ley de Protección del
Mar Menor, para incrementar la franja de protección desde los 500
metros en los que se plantó el Gobierno popular, hasta los 1.500 metros
que pedían la oposición y los agentes sociales, enciende otra llama de
esperanza. «Que se entiendan las administraciones sí da lugar
al optimismo», afirma el científico Juan Manuel Ruiz, del Instituto
Español de Oceanografía. Este especialista en vegetación marina pide
«políticas valientes y de largo plazo, no soluciones para el bañista».
«Si aprueban medidas para regular la agricultura, en 20 años podemos
tener razones fundadas para el optimismo», asegura.
El biólogo señala la esperada reorganización agrícola que no termina de llegar, con la
reconversión
a secano de las casi 10.000 hectáreas de regadíos ilegales, que se
extendieron al tiempo que las desaladoras ilegales. Enterradas
en búnkeres, durante años preparaban para el riego el agua que sus
propietarios extraían sin licencia del acuífero. Sin mirar atrás, se
deshacían de la salmuera con vertidos a las ramblas, que iban a parar a
la laguna en un continuo envenenamiento a base de nitratos y fósforo. El
Juzgado de Murcia investiga a 80 empresas y 67 personas físicas en el
conocido como caso 'Topillo'.
El modelo turístico
Desde el paisaje horizontal de la encañizada, Julián mira las
torres de cemento de La Manga, que parecen avanzar como un ejército
imparable. El modelo turístico elegido hace más de 40 años ha desplegado
infinidad de urbanizaciones y 11 puertos deportivos en torno a los 73
kilómetros de costa del Mar Menor, donde las depuradoras urbanas no
llegaron hasta hace una década mientras la población crecía y el
ecosistema se deterioraba.
El que ha sido paraíso de los
constructores vive ahora su propio debate de futuro. «El negacionismo ha
sido agotador», afirma la profesora de Ciencias del Mar y Biología de
la Universidad de Alicante Francisca Giménez Casalduero. Para la
investigadora, reconocer el problema ha sido el primer paso para confiar
«no en la recuperación, sino en la reinvención del Mar Menor». Después
de 30 años estudiando el impacto de los vertidos urbanos en el medio
marino, asegura que hay otros casos de restauración ambiental, como el
de Tampa Bay (EEUU). Uno de los indicadores de la salud de la albufera
será, para la investigadora, el reducto superviviente de nacras (Pinna
nobilis), que se refugia ya solo en el Delta del Ebro y en el Mar Menor.
A pesar de las agresiones recibidas durante décadas y de la lenta
llegada de las soluciones, la científica destaca «la vida que ha quedado
en las capas superficiales, con pequeñas poblaciones de fanerógamas y
caballitos de mar. Aún queda esa vida, aunque herida, y será la que
recolonice el Mar Menor adaptándose a los nuevos cambios, siempre que
dejen de entrar los nutrientes».
La presión ciudadana fuerza el debate por una albufera sostenible
La
mala salud del Mar Menor hizo despertar la conciencia ciudadana, que no
ha vuelto a dormirse. Unos meses antes de la denuncia por parte de los
grupos ecologistas ANSE, Greenpeace y Ecologistas en Acción del aumento
de la turbidez de las aguas en 2015, cuando la laguna se convirtió en
una 'sopa verde', hubo un grupo de ciudadanos y científicos
organizándose para dar un paso adelante y crear la plataforma Pacto por
el Mar Menor. Desde manifestaciones vecinales hasta charlas de
sensibilización, incluso en otros idiomas para los residentes
extranjeros, promovieron la mayor movilización de personas y
asociaciones jamás conocida en la Región. A la labor de vigilancia y
denuncia se unieron el colectivo de pescadores, los grupos ecologistas,
asociaciones de vecinos y científicos. Juntos llevaron a la sede en
Bruselas de la UE la degradación ambiental. «Vamos a seguir controlando
de cerca todos los vertidos, que no han cesado», afirma el químico Ramón
Pagán, quien destaca «el compromiso del Pacto de llevar estos delitos a
los tribunales y de personarnos en todas las iniciativas del fiscal de
Medio Ambiente». Han vuelto a reclamar a la UE que inspeccione sobre el
terreno el estado de la laguna porque, según Pagán, «no queremos que el
Mar Menor termine como un vertedero, sino que haya futuro para la laguna
y para todos los que viven de ella».
TITULO: TIERRA DE TOROS - Oviedo estudia utilizar la plaza de toros para retrasmitir ferias taurinas,.
TIERRA DE TOROS,.
Programa presentado por Juan Bazaga dedicado al mundo del toro en nuestra región. Estamos atentos cada semana a la actualidad taurina Programa semanal de información taurina que se encarga de mostrar las tareas cotidianas de las faenas del toro en el campo, así como del perfil más humano , etc.
Que
Oviedo no sea una «
ciudad taurina», en palabras del alcalde,
Alfredo Canteli, no significa que los aficionados a los
toros no
puedan disfrutar de las corridas, eso sí, en formato televisivo. Así lo
aseguró el regidor en referencia a la petición que realizó un grupo de
aficionados, ante el coso de Buenavista el pasado fin de semana.
Reclaman recuperarlo para celebrar corridas. Una propuesta que el
alcalde rechazó porque «la idea es que no vuelva a haber toros en
Oviedo».
Lo que no descartó es que la plaza de Buenavista sea
utilizada para retransmitir eventos taurinos. «Es una idea que se va a
llevar a cabo y a plasmar a través de una propuesta de pantalla gigante,
para poder ir a ver allí todas las ferias importantes y disfrutar de
las corridas», explicó ayer Canteli.
Todo
cuando se logre recuperar y rehabilitar el coso taurino como espacio
multiusos, en el que tendrá prioridad la celebración de conciertos y
ferias de otra índole. La idea, según el alcalde, pasa habilitar una
sala con una pantalla, mesas y sillas para que los aficionados a los
toros puedan disfrutar, por ejemplo, de los Sanfermines o San Isidro.
«La idea es que no vuelva a haber toros, igual que no es posible la ópera en Gijón. Los toros en Gijón, la ópera en Oviedo»
Una propuesta que ya ha sido trasladada a
algunos aficionados a la tauromaquia, que la han acogido de manera
positiva. «Oviedo no es una ciudad taurina y la idea es que no vuelva a
haber toros, igual que no es posible la ópera en Gijón. Los toros en
Gijón, la ópera en Oviedo», zanjó.
El Ayuntamiento quiere impulsar
la recuperación del coso como recinto para usos múltiples basándose en
el plan director, pese a que ya fue rechazado por Patrimonio en 2014. La
idea es rescatar la primera fase y convertirla en un proyecto básico,
que se iría modelando de acuerdo a como avancen las conversaciones con
Cultura.
El edificio está cerrado por ruina desde 2007, aunque
está catalogado como Bien de Interés Cultural. Los trabajos supondrían
el derribo del graderío alto, un añadido de postguerra de ínfima
calidad, y la adecuación de las instalaciones para permitir su puesta en
funcionamiento con un aforo reducido a 5.000 personas. La cubierta, que
permitiría su uso en cualquier condición climatológica, se deja en
suspenso.