- Estoy mayor. Lo noto en que ya no me irritan los monárquicos. Tampoco los republicanos. Y me produce mucho regocijo ver a la gente ...
No me irritan monárquicos ni republicanos y Podemos me regocija,.
Estoy mayor. Lo noto en que ya no me irritan los monárquicos. Tampoco los republicanos. Y me produce mucho regocijo ver a la gente emocionada con el fenómeno 'Podemos'. Es bonito ver a jóvenes sentir una ilusión política nueva y a mayores recobrarla. Pero yo no soy capaz de renovar nada. Estoy mayor.
Cuando no era mayor, sino muy joven y bastante indocumentado, mi mundo estaba hecho de certezas muy simples: los de derechas eran incultos, los monárquicos, tontos y los de izquierdas tenían toda la razón. Pero a medida que la creencia en el paraíso terrestre se desintegraba, fui atemperando las creencias y aprendiendo a relativizar. Dejé de creer en el paraíso ahora y como ya no creía en el paraíso después, vivir se convirtió en un ejercicio complicado. Pero quedaban la ironía y la autoestima, dos armas muy poderosas que ayudan a sobrevivir.
Ahora, ya digo, sonrío escéptico ante tanta convicción republicana, tanto fervor nacionalista, tanta idealización frente a la casta. Es bonito ver a la gente contenta, creyendo en algo. Pero estoy mayor y me cuesta imaginar a Anguita, Felipe González o Aznar presidiendo una república con buen tino. Como me cuesta ser racionalmente monárquico, una convicción reñida con la lógica, pero admitida por mi posibilismo.
Y así, mayor, irónico, queriéndome y creyéndome voy pasando los días y, la verdad, los disfruto bastante porque sigue habiendo gente amada, libros, películas, caminos silenciosos y platos de ensaladilla rusa.
Mi ironía es genética. Atribuyo el mérito a mis tatarabuelos. Lo de la autoestima es más complicado. El otro día repasábamos con unos colegas la ideología política de nuestros profesores de la adolescencia. Uno de ellos se refirió al de Gimnasia (en los 70 aún no se había inventado la Educación Física), Alfonso García Aragón, o sea, don Alfonso, e ironizó sobre su pensamiento conservador. Yo salté como un gato: «¡Quieto ahí, no me toquéis a don Alfonso!».
No olvidaré jamás una escena infantil. Colegio Paideuterion de Cáceres. Dos de la tarde. Los alumno salen de clase, pero se paran en el patio a contemplar un interesante espectáculo. Cuatro alumnos de 12 años pugnan por la matrícula de honor en Gimnasia. Entre ellos, un servidor, poseído por todas las inseguridades propias de la edad, viviendo esa delicada transición de la niñez a la adolescencia, con el agravante de tener un solo brazo.
Don Alfonso va ordenando movimientos: marcar puntas, manos a las caderas, tierra inclinada por tiempos. Llega el momento que más temía: he de flexionar mi cuerpo apoyando mi única mano en el suelo. Lo consigo. Don Alfonso anuncia que la matrícula es para mí. Me llama legionario. El colegio prorrumpe en ovación cerrada. No volví a ser el mismo.
Supongo que Alfonso García Aragón hizo algo de trampa y habría alumnos mucho más atléticos y gimnásticos, pero yo me sacudí para siempre cualquier atisbo de complejo y cada vez que un imposible me desazona, me acuerdo de la tierra inclinada por tiempos y lo acometo.
«¡Quieto ahí, no me toquéis a don Alfonso!». Es decir: voy siendo mayor y cada vez me fijo más en las actitudes personales. No desdeño el grupo porque sin la lucha colectiva no hay avance social posible, pero las ilusiones repentinas me ponen en guardia. Solo creo en Lo Posible (lo imposible se lo dejo a mi hijo y a mis sobrinos) y ese movimiento puede llegar a ser muy chaquetero.
Antes, primero preguntaba por el carnet y luego sentenciaba. Ahora quiero ver actuar y luego, por curiosidad, me intereso por el carnet. Don Alfonso actuó y me regaló autoestima en un patio de colegio cacereño. Don Juan Carlos actuó y me dio tranquilidad mientras cogía una bolsa de ropa en una lavandería de Salamanca un 23 de febrero. Lo que viene ahora es ilusión, emoción, posibilidad. ¿De nuevo el paraíso en la tierra? Puede ser, pero me distancia la ironía y solo me sostiene la tierra inclinada por tiempos. Estoy mayor.
- El equipo de Juan Carlos Antúnez acaricia su sueño de ascenso a Primera gracias a un gol de Chica en los primeros minutos.
El Santa Teresa pone el ascenso de cara con un valioso empate a un gol en el campo del Alicante,.
Igualdad máxima en un encuentro en el que el Santa teresa mereció un premio mayor tras estrellar dos balones en los palos y al que se le anuló injustamente un gol en la recta final. El equipo de Juan Carlos Antúnez acaricia su sueño de ascenso a Primera gracias a un gol de Chica en los primeros minutos.
Comenzó el partido totalmente controlado por las pacenses que en apenas 5 minutos desarbolaban a su rival con un juego rápido y desbordante. Como fruto de esta salida en tromba, las rojiblancas anotaban el primer gol, obra de Chica de cabeza a centro de Estefa. Sin solución de continuidad llegaba el empate para las locales. Un balón dividido entre las centrales pacenses que aprovechaba Eva para disparar. La portera rojiblanca no acertó a despejar el tiro que suponía el empate alicantino. El Spa se hizo con el mando del centro del campo y con combinaciones muy automatizadas, casi de memoria. Alicia tendría el 1-2 para las pacenses pero la vaselina ante la guardameta sería atajada sin problemas.
La segunda comenzaba con la misma tónica: nervios y tensión en los dos equipos que no se hacían con el control. La mejor ocasión de los primeros minutos la tendría Saray en una falta botada por Marisa y cuyo remate se marchaba pegado al palo. Y de nuevo la tendrían las pacenses en otra genial falta lanzada por Marisa que Esfefa estrellaba de chilena en la cruceta. Por parte de las locales, Eva pondría la réplica con un remate al larguero.
En la recta final las rojiblancas pudieron llevarse la victoria. Primero, en una oportunidad en la que Chica controlaba dentro del área y su disparo era despejado de forma increíble por Nuria. Y en el 87, cuando Estefa combinaba con Martita que puso un preciso centro para que Alicia rematase a las mallas. Un gol que el árbitro concedió para posteriormente anularlo a instancias de su asistente por un discutido fuera de juego.
El domingo, a las 12.00 horas, se decidirá el ascenso en El Vivero.
lunes, 9 de junio de 2014
EL DESAYUNO DEL LUNES, ¡No toquéis a don Alfonso!,./ LA CENA DEL LUNES, Chica acerca el sueño a Badajoz,.
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