fotos--LOS 20 € BILLETE - FRANCISCO NARLA PILOTO Y ESCRITOR - ,.
Francisco Narla, el lucense que se anticipó a la tragedia de Germanwings
El piloto, al que la
comparativa le resulta incómoda, lanzó en el 2010 una novela que narra
la historia de un copiloto que bloquea la puerta de la cabina y estrella
el avión en el mar
«¿Tienes miedo a volar? Lo tendrás». Con este eslogan lanzó el escritor lucense Francisco Narla en el 2010 su libro Caja negra, una novela de terror de condimento parapsicológico en que un copiloto de línea aérea de largo radio bloquea la puerta de cabina y estrella el avión en el mar.
El aparato transoceánico llevaba 400 pasajeros. Acepta hablar de ello
no sin reparos, dado el trágico cariz que han tomado los hechos en el
siniestro del A320 en los Alpes franceses. Se siente incómodo, dice,
para admitir que envidia a escritores que con sus ficciones se han
adelantado a algún acontecimiento feliz que se cumplió en la realidad. A
pesar de lo que le han preguntado estos días por aquel relato, Narla
rechaza que en él hubiese denuncia sobre cuestiones de seguridad en el
vuelo o de formación de tripulantes: «Yo solo escribo para entretener, no para dar lecciones morales -subraya-. Quería únicamente que los lectores temblaran de miedo».
Como comandante de aviación comercial con más de
9.000 horas de vuelo, le cuesta hablar de lo ocurrido con el vuelo
Barcelona-Düsseldorf e insiste en la deseable prudencia y en dar el
beneficio de la duda al tripulante, «aunque sea por respeto a los padres de ese copiloto. Hay que esperar a ver qué nos dice la segunda caja negra. Y si se descubre en sus registros que Andreas Lubitz
hizo todo lo que pudo ante una situación de emergencia técnica. Nunca
se sabe». El informe oficial todavía evita la palabra suicidio, aduce
Narla: «Intento darle una oportunidad». Sí le produce disgusto el dato
de que haya ocultado su enfermedad y hasta una baja médica: «Es algo que
nos inculcan desde el principio: nuestra salud es prioritaria, prima sobre cualquier otra consideración».
Es consciente, sin embargo, de que, «en navegación
aérea, la seguridad total es imposible». Y enumera: un examen médico
anual, dos teóricos, dos prácticos, entrenamiento periódico para
condiciones de vuelo no usuales, supervisión en línea... ¿Puede hacerse
más? Quizá volver, dice, a los tiempos en que iban en cabina cuatro o
cinco profesionales.
Sobre formación, recuerda lo que dijo el comandante
Sullenberger (a sus 57 años y con casi 20.000 horas de vuelo) después de
hacer un aterrizaje de emergencia con un A320 -inutilizado al chocar
con una bandada de gansos- sobre el río Hudson y salvar la vida de las
154 personas que llevaba a bordo: ¿Qué hubiera pasado si a los mandos
fuese alguien sin la experiencia debida?
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